Volveré a mirarte embelesada, a dejarme mecer por tus aguas una vez más, entre susurros de viento y azotes de rompeolas. Volveré de nuevo a mi Cantábrico cuando aún la brisa siga siendo fría y la arena se esconda con la subida de la marea. Me gusta saborear tu soledad, oír el rugido del oleaje y los gritos de las gaviotas, mientras lentamente se alejan los pocos rayos de sol que la débil lluvia siempre nos deja.
Ven gaviota
pósate en mi mano
luego levanta el vuelo
sube libre hacia el cielo
teniendo un ala rota.
Llévate mi alma
hastía de penas
de puros anhelos
de fiebre de amores
en noches eternas.
Ven, toma mi aliento
fuerte resoplo de viento
suave aleteo de brisa
ven y volemos juntas
a mares de cantos y risas.
Entre llantos y quiebros
contemplo gaviota
como brillan tus alas
como se borran en mi alma
un sinfín de recuerdos.
Un abrazo a todos.
Qué tendrá el mar que nos embelesa...
ResponderEliminarSAludos.
Disfruta de tu mar. Un beso
ResponderEliminarPensar en el mar te sirve de musa, te ha inspirado una hermosa poesía. Va faltando menos pronto las gaviotas y nuestros pies pisaran las mismas arenas. Un abrazo
ResponderEliminarEn estas fechas sobre todo, el mar es una imagen recurrente, porque lo tenemos a la vuelta de la esquina y ya sólo pensamos en él.
ResponderEliminarTú en tu Cantábrico y yo en mi Mediterráneo, estaremos unidas por las olas del mar.
Un abrazo muy, muy fuerte.
Sobre todo los que vivimos en el interior añoramos no tener cerca el mar. Estamos deseosos que lleguen esos días que lo frecuentamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya te está esperando para pasar una temporada fascinante.
ResponderEliminarEspero que lo disfrutes muchísimo en esa fusión de azules de ojos y de agua. Inmensidad y profundidad.
Un grandísimo abrazo, con todo mi cariño.
Espero y deseo que disfrutes de todo lo bonito que te mereces.
ResponderEliminarQue sean unos días maravillosos y entrañables.
Un abrazo muy grande.
Esta poesía evoca un profundo sentido de anhelo y liberación, utilizando la imagen de la gaviota como un símbolo de trascendencia y escape. La presencia del ave con un ala rota sugiere una vulnerabilidad que no impide su ascenso al cielo, lo que resuena con la idea de encontrar libertad y elevación incluso en medio de las heridas de la vida.
ResponderEliminarLos versos expresan un deseo de desprenderse de la carga emocional—dolores, anhelos y amores ardientes—y de entregarse a un viaje que va más allá del sufrimiento. La gaviota se convierte en un vehículo para la transformación, llevando el alma del hablante a un espacio de canto y risa, sugiriendo una búsqueda de alivio y renovación espiritual.
La última estrofa es especialmente significativa, pues reconoce el brillo de las alas del ave mientras reflexiona sobre cómo los recuerdos se desvanecen. Es un hermoso contraste entre la observación externa—la belleza de la gaviota—y el proceso interno del hablante—una especie de purificación emocional.
Todo ello siempre debería estar presente en el camino que decidimos al fin seguir.
Un abrazo.
Hola Meulen, el análisis que has hecho de mi poema en Gaviota, no puede ser más minucioso, te agradezco el interés que te has tomado y sobre todo el haber llegado hasta mi blog, te conozco de otras veces.
EliminarNo tengo tiempo ni muchas ganas de escribir, aunque sé que es una buena terapia, me estoy centrando en curar esta maldita enfermedad que me ha mermado en muchos aspectos.
Un abrazo.