Voz de mi hija. "Dedicado a quien amo "

Voz de mi hija - "Dedicado a quien amo".

viernes, 30 de diciembre de 2011

MIGUEL




En Navidad, amigos, los protagonistas principales son los niños. Cuando era estudiante recorría los hospitales infantiles acompañada de mi guitarra y junto con otras compañeras formábamos un grupo pequeño que  intentaba llevar un poco de música y alegría, a criaturas que no entendían por qué su Navidad era diferente. Con poco dinero confeccionamos unas capas negras y colgamos unas cuantas cintas de colores y así formamos nuestra peculiar "Tuna". El hospital de San Rafael y el llamado Niño Jesús de Madrid eran nuestros principales objetivos.

Ya hace tiempo de aquellas hazañas juveniles, pero cuando paso por ellos no puedo olvidar sus caritas de satisfacción en las salas, a pesar de tener las manitas vendadas y los bracitos inmovilizados con pequeñas férulas para sujetar las botellas de suero.  El regalo precioso de su sonrisa cuando colgabas una estrella o te colocabas una barba de Rey Mago, era el mejor premio para nosotras. Si la vida en los centros hospitalarios es dura, mucho, muchísimo más es la de un infantil. Los niños no deberían enfermar nunca, es la mayor injusticia que conozco. Sé que en las fiestas que estamos no es muy apropiado hacer una entrada como ésta, pero la cruda realidad es que la enfermedad no respeta edades ni fechas y el haber pasado hace muy poco por un trance de salud, me ha hecho recordar algunas experiencias que he intentado olvidar muchas veces y otras en cambio me han llenado de satisfacción y de orgullo.



 Voy a poner un nombre ficticio al protagonista de esta historia, hermosa historia que marcó los pocos años que tenía entonces. Miguel era un joven de diecisiete años que un día haciendo deporte en el colegio, cayó fulminado al suelo. Ingresó en el hospital aquejado de un accidente cerebrovascular grave y fue llevado directamente a la U.C.I. entrando sin remisión en un coma profundo. No sé cuánto tiempo llevaba en ese estado, porque cuando yo comencé mis prácticas en Cuidados Intensivos era el veterano más joven de la también llamada Unidad de Vigilancia Intensiva. Intubado y conectado a varias máquinas que mantenían sus constantes vitales, Miguel pasaba los días sin dar ninguna señal de mejoría.  Ausente, con los ojos cerrados, pero vivo, su corazón y su cerebro seguían marcando el ritmo en los monitores. Todos los días me tocaba ocuparme de él, solía pronunciar su nombre varias veces y a ratos le hablaba, estaba segura de que me oía, aunque no recibiese ninguna respuesta yo sabía que me escuchaba. Está experimentado que en estado de coma el único sentido que prevalece es el del oído, y también el último que se pierde.
  Una mañana como de costumbre y después de tomarle las constantes (temperatura, pulso y tensión arterial) me fijé que el suero se estaba terminando y fuí al cuarto para buscar uno nuevo. Volví con la botella tarareando  bajito una  canción propia de las fechas, ( la Navidad estaba a la vuelta de la esquina ), mientras colgaba el suero, volví a mirar con tristeza como tantas veces el rostro de aquel joven. De repente una lágrima resbaló por su mejilla, fue una señal, la única forma que tenía Miguel de hacerme entender que escuchaba mi canción,  intentaba así darme el primer indicio de esperanza.
Después de las vacaciones navideñas no volví a la U.C.I, me trasladaron a otro servicio, lo mismo que a Miguel. Me dijeron que había salido del coma y había entrado en la planta de Neurología y aunque amenazaban inevitables secuelas, estaba consciente y mejoraba día a día.

No sé si  los milagros existen, pero Miguel fue uno de ellos. ¿Habrá recordado alguna vez aquel villancico?. ¡qué más da!, es algo que ocurrió hace tiempo y que fue importante y muy gratificante para mi.



"Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones." Juramento de Hipócrates.

martes, 20 de diciembre de 2011

White Christmas




Ya estamos casi a finales de Diciembre. Vuelan los meses, vuelan los días y llega de nuevo la Navidad. ¡Cuántas han pasado! ... demasiadas, y tú deseas seguir teniendo aquel espíritu navideño de antes, lleno de estrellas y luces de colores, de ángeles y renos, de flores y serpentinas.




¿Dónde ponemos el árbol este año?, sí, ya sé que soy muy pesada, que siempre te hago la misma pregunta, pero luego te enfadas si lo coloco al pie de la escalera y tienes razón porque todo el que pasa se engancha con las ramas, termina siempre cayéndose algún adorno y cuesta volver a colocarlo de nuevo. A fuimos al mercadillo y compramos alguna cosa más para el Belén. Las figuras que tenemos están ya un poco despintadas y eso que las guardamos una a una envueltas en papel de periódico, pero son de barro cocido y tienen ya demasiados años. Míra que me gusta sacar este cajón de madera todas las Navidades... Hay una palmera rota y un pastor sin su cayado, no importa, procuraré repararlo con miga de pan y pintura como me has enseñado.



Un viejo belén y un arbolito con las puntas salpicadas de harina, imitando la nieve, no creas que se me ha olvidado. Lo pondré como siempre junto al quicio de la puerta, y será diferente porque ya no tiene estrla, te la lleváste para colocarla entre esas nubes que no son de algodóomo las mías, son mucho mejores, sonbes preciosas que te elevan más allá de los sueños
Me he asomado a la ventana del tiempo y he visto el blanco en mis sienes. Se oyen cánticos lejanos y el sonido de una pandereta que repica en el cielo, me hace sonreir una Navidad más.



Desde tiempos que se pierden en la neblina del recuerdo, cada año arrastramos una tradición poco menos que ancestral, que hace teñir de blanco y de luces de colores nuestras ciudades y pueblos. Cada rincón que dejamos a un lado en nuestro transcurrir cotidiano, en esos días se convierte en la principal estancia de nuestro corazón. La blanca Navidad vuelve a asomarse a la ventana de nuestra vida, nos avisa que es tiempo de hacer una pausa, de preparar una gran mesa rodeada del cariño de nuestra gente, de mirar con ternura al solitario, de ayudar al necesitado, de acompañar al enfermo y por encima de todo la blanca Navidad siempre nos hará recordar nuestra infancia, nuestra maravillosa inocencia, aquella que el fantasma del tiempo nos fue robando poco a poco.

Desde este humilde blog que hace cinco años estrené, mis mejores deseos de FELICIDAD y PAZ para todos vosotros y para vuestras familias.

Bendita sea la fecha que une a todo el mundo en una conspiración de amor. (Hamilton Wright Mabi) .

Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año (Charles Dickens).

Mejor que todos los regalos debajo del árbol de navidad es la presencia de una familia feliz . Aunque se pierdan otras cosas a lo largo de los años, mantengamos la Navidad como algo brillante.…. Regresemos a nuestra fe infantil. (Grace Noll Crowell).
La Navidad, la propia palabra llena nuestros corazones de alegría. No importa cuánto temamos las prisas, las listas de regalos navideños y las felicitaciones que nos queden por hacer. Cuando llega el día de Navidad, nos viene el mismo calor que sentíamos cuando éramos niños, el mismo calor que envuelve nuestro corazón y nuestro hogar (Joan Winmill Brown).

Ojala pudiésemos meter el espiritu de la Navidad en jarros y abrir un jarro cada mes del año (Harlan Miller).

La Navidad  no es un acontecimiento, sino una parte de su hogar que uno lleva siempre en su corazón (Freya Stark).

Un beso y felices fiestas a todos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

MIRANDO LA VIDA


Veo la vida como una gran sala
dentro de un espacio imaginario de luz.
Una gran sala decorada 
con los sentimientos del mundo.
La puerta principal el Amor
las paredes los sentidos.
En las ventanas pájaros y sueños.
En los sueños el alma del poeta.
Veo la vida como una gran sala.
Dentro, amor con tiempo para amar
amigos, familia, compañeros,
canto y poesía pura. 



Ahora veo la vida asi, amigos y a pesar de todas las visicitudes que presenta no se me ha olvidado sonreir, lo hago con ganas y si no me apetece, entonces estiro con las manos la comisura de mis labios hasta conseguir al menos un gesto agradable.
Una mirada a la vida  en un momento difícil puede cambiar temores y dudas, dicen que los ojos son el espejo del alma y la forma de mirar es su modo de expresión.

Hay que mirar a la vida para extraer la belleza de todo lo que hay en ella. La bondad de un corazón, la sensualidad de una piel, la verdad de una flor, la sabiduría de un alma, y filtrar como un rayo de luz la belleza de los sentimientos para penetrar como un escanner en las emociones positivas.
La belleza  de la vida tiene forma y además contamos con la mirada para contemplarla. Si tuviera que elegir la manera de ver la vida, escogería los ojos del corazón, con ellos no es difícil imaginarla.

Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro. - Albert Einstein -


viernes, 2 de diciembre de 2011

HOLA




Es curioso, he recorrido infinidad de veces los largos pasillos que conducen a esas puertas abatibles que dan paso a la zona quirúrgica, donde un cartel prohibe atravesarlas con la frase "Zona Aséptica", sin imaginar lo que siente un paciente que está a punto de sufrir una intervención, sin meterme en su piel aunque solo fuera unos segundos, hasta que te toca pasar por el mismo trance. Una mezcla de miedo y de incertidumbre te invaden. Se pasa mal, para qué vamos a decir lo contrario, una anestesia general tiene muchos riesgos, demasiados, muchos más de los que normalmente conocemos, pero cuando no hay otro remedio que aceptar el destino piensas:" Nunca te dejes arrastrar débilmente hacia una derrota posiblemente combatible". Y afortunadamente así fue. La fuerza interior que todos llevamos dentro ayuda mucho. Son palabras de mi amiga Mar que he querido traerlas a mi blog porque me parecen muy acertadas. Aunque sigo en moderado reposo y en espera de un resultado positivo de los análisis, sí positivo, porque esta fuerza interior me hace tener esperanza,  vuelvo a escribir en este blog que ya ha cumplido cinco años.






Quiero dar las gracias a todos los que os habeis interesado por mí y me habeis dado ánimos en vuestros comentarios. Nuestro cuerpo es la máquina más perfecta que existe, mientras funciona no le prestamos demasiada atención, pero cuando falla, por pequeño que sea el desajuste, llega el momento de apreciar la importancia que tiene lo más hermoso que el ser humano posee, la salud y por tanto la vida.


Déjame que te recuerde que en tu cuerpo hay 800 mil millones de células trabajando continuamente en perfecta armonía y coordinación. En tu cerebro tienes 13 mil millones de neuronas trabajando tan sabiamente, que si las quisieras reemplazar por la computadora más perfecta del mundo, ocuparía el sitio de un edificio de setenta pisos de alto. Tienes un corazón, que es una maravilla de la naturaleza. Bombea hora tras hora, 36 millones de latidos, año tras año, despierto o dormido, impulsando la sangre a través de 100 mil kilómetros de venas y arterias, que llevan más de 2 millones de litros de sangre al año. Te puedes mover, pasear, correr, bailar o hacer deporte. Para ello, tienes 500 músculos, 200 huesos y 7.000 nervios, sincronizados para obedecerte y llevarte a donde quieras.
En tus oídos hay 24 mil millones de filamentos que vibran con el viento, el reír de los niños, la suave música, con el trepidar de las aguas espumantes y al escuchar las palabras amables de las personas que aprecias. En tus ojos, hay100 millones de receptores que te permiten gozar de la magia de los colores, la luz, la simpatía de las personas y la majestad de la naturaleza. Tus pulmones son los mejores filtros del mundo. A través de 600 millones de alvéolos, purifican el aire que reciben y liberan a tu cuerpo de desperdicios dañinos. Eres un ser humano único, capaz de crear, descubrir, inventar, pensar, soñar, imaginar, comunicarte, hablar, tranquilizar, animar, estimular, inspirar, perdonar... capaz de sentir, disfrutar, recibir amor y decir... te amo.
Tu sangre es un formidable tesoro. Son apenas 4 litros pero allí hay 22 millones de células sanguíneas. En cada célula hay muchas moléculas y en cada molécula hay un átomo que oscila más de 10 millones de veces por segundo. Cada día mueren 2 millones de tus células y son reemplazadas por 2 millones más, en una resurrección que ha continuado desde el día que naciste. En tu cerebro hay 4 millones de estructuras sensibles al dolor, 500 mil detectores táctiles, y 200 mil detectores de temperatura. ¿No crees que vale la pena cuidarlo?.

Dedicamos mucho tiempo pensando en lo que nos hace falta y casi nunca nos detenemos a recordar y agradecer a la vida lo que nos regala día a día.

Muchas gracias por leerme.