Voz de mi hija. "Without you. Sin ti"

Voz de mi hija.

jueves, 11 de abril de 2024

Vuelve mi relato.

Estaba justo enfrente, una muchacha de mirada dulce y ojos casi transparentes. Su rostro parecía joven y lozano, la tez demasiado pálida y el cuerpo cubierto con una especie de velo.  En el andén miraba al fondo del túnel, los bucles de su cabello parecían flotar en el aire de la estación, y su piel era blanca como la espuma. Pensé en acercarme a ella, pero el trasiego de los viajeros que andaban deprisa, casi corriendo, no me permitió hacerlo; además me dirigía al estudio y llevaba mi caballete de madera y los enseres de pintura, heredados de mi bendito padre, que pesaban bastante. Opté entonces por quedarme allí mientras la seguía observando. Me inquietaba aquella imagen.

 No tenía manera de averiguar quién podía ser, así que sin más conjeturas me dispuse a montar mis aparejos para pintar aquella enigmática figura. Preparé un lienzo y lo sujeté como pude al bastidor. Mi primera intención fue poner algo de color en sus mejillas y más brillo en los ojos, con la ayuda de un pincel todo es posible.
El pincel es como la pluma de un escritor, como la musa del poeta, o el pentagrama del compositor. 


 Tomando entonces el bastidor, comencé a dibujar su frágil silueta. No me costó nada hacer el perfil, el lápiz se deslizaba a una velocidad increíble y los tonos se iban mezclando como si bailasen una danza. Casi sin darme cuenta tenía ya el boceto perfectamente delineado y los colores de la paleta brillaban como estrellas. 
En pocos minutos quedó plasmada su imagen. Con un tono rosado en sus mejillas cambié la blancura de aquel rostro y el azul intenso que había dado a su mirada, reflejaba el color del mismísimo mar. Me quedé un instante contemplando mi obra, pero solo un momento, porque algo inexplicable ocurrió. La mujer que yo había dibujado en el cuadro desapareció de repente, el lienzo volvía a estar completamente en blanco, el dibujo se había borrado como si una ráfaga de brisa hubiera barrido hasta los trazos más diminutos.

Sorprendida levanté la vista para ver si ella seguía allí y allí estaba, quieta y con una leve mueca sonriente. Entonces como pude, llegué hasta el andén con los aparejos al hombro un tanto aturdida y confusa.
- No comprendo qué ha sucedido... dibujé tu imagen en mi cuadro, pero se borró enseguida, el lienzo está blanco y juro que plasmé tu cuerpo.
La dama pronunció unas palabras con voz dulce y suave que apenas pude escuchar, pero me acerqué un poco más a ella:
-" Siento que tu trabajo haya desaparecido, seguro que era perfecto, pero ¿no sabes que es imposible pintar el ALMA?".
Me quedé sin palabras, mis ojos ya no podían verla porque había  desaparecido, la blanca silueta se esfumó como una nube.
Estuve un largo rato perpleja, quizá dormida , quizá soñando, no lo sé... no puedo explicarlo, desde ese día comprendí que no es posible pintar un espíritu, sin embargo mis ojos la vieron casi flotando en el andén.
Ahora estoy segura de que por unos instantes tuve la oportunidad de dibujar el ALMA, la frágil silueta de mi propia Ánima.

Permitidme amigos que vuelva a contaros este relato que escribí hace un tiempo, eso sí, con alguna variación del lugar y actualizado.
Creo que es bueno recordar y ocupar la mente cuando se ha estado pasando por un momento delicado, en cuanto a salud se refiere. Una periódica revisión que por fortuna he vuelto a superar.
Gracias.

martes, 2 de abril de 2024

Ventana de Abril




Dicen que soy una soñadora
sí, pero no soy la única
yo solo quisiera volar
entrar despacio en los sueños
danzar con espejismos
dormir en caracolas
pintar arco iris
y beber el rocío de una hoja.

Cepillar unicornios
jugar dentro de una ola
probar el sabor de las estrellas
y ahogarme en lágrimas de hadas
beber el infinito,
recolectar sonrisas
y sumergirme en un suspiro
bajo el reflejo de la luna.

Ventana de abril, con aroma a lilas que mi madre cortaba y sabor a leche malteada que ella misma preparaba.