Voz de mi hija. "Dedicado a quien amo "

Voz de mi hija - "Dedicado a quien amo".

lunes, 25 de enero de 2016

BUENAS NOCHES



El sueño ocupa una gran parte de nuestra vida. Pasamos durmiendo más de un tercio de ella. Al caer la noche una pequeña glándula en nuestro cerebro, la glándula pineal, libera melatonina, adormeciendo el sistema nervioso central. El sueño tiene una función reparadora, durante este periodo, el cuerpo descansa, los músculos se relajan, el corazón se ralentiza y la respiración es más pausada, sin embargo el cerebro se activa, hay más actividad cerebral cuando estamos dormidos que cuando estamos despiertos.
  Es durante el sueño cuando nuestro cerebro realiza algunas de sus funciones más vitales, trabaja poniéndose a punto, las células cerebrales se reparan, se ejercitan conexiones neuronales e incluso en algunas zonas del cerebro se producen nuevas neuronas.

Necesitamos dormir, si no lo hacemos durante mucho tiempo, el cerebro desactiva el cuerpo, aún a riesgo de graves consecuencias. Cuando llevamos muchas horas sin dormir, nos sentimos embotados, torpes, disminuye la concentración y hasta podemos tener alucinaciones.

¿Cuánto tiempo necesitamos dormir?. Depende de la edad y de la persona, los bebés duermen prácticamente todo el día, unas 18 horas, un adulto duerme de media 7 u 8 horas, aunque algunos necesitan dormir menos tiempo y otros algo más. Para que el sueño sea efectivo se requieren al menos 5 horas.


¿Qué significan los sueños?. Desde tiempos antiguos se ha dado mucha importancia a los sueños, se buscaba su significado y se seguían sus indicaciones, algunos como el sueño del faraón de Egipto de las “siete vacas gordas y las siete vacas flacas, las siete espigas grandes y las siete espigas delgadas” todavía son recordados. Según los científicos todos soñamos, solo que muchas veces lo olvidamos. Los sueños pueden durar desde veinte minutos a unos pocos segundos. Se calcula que pasamos seis años de nuestra vida soñando. Si nos despertamos durante un sueño REM, (una de las fases del sueño), es más fácil recordar lo que hemos soñado que en otra fase del sueño.

Es curioso, los sueños contribuyen a la formación de nuestros recuerdos. En ellos aparecen un sinfín de vivencias, imágenes, fantasías y nuestros miedos más profundos. Los sueños son un enlace con nuestro subconsciente, a menudo tenemos en nuestra mente deseos, momentos vividos, temores prácticamente enterrados que no dejamos salir a la luz. Durante el sueño la lógica se apaga y las inhibiciones desaparecen, permitiendo que afloren sin que nada se lo impida.

No todos disfrutan de un sueño placentero y reparador, entre los trastornos del sueño más comunes están:
INSOMNIO: estado que consiste en tener dificultades constantes para dormir o permanecer dormido.


NARCOLEPSIA: ataques de sueño periódicos e irresistibles, incluso en el lugar y el momento menos oportuno.

TERRORES NOCTURNOS: sueños similares a pesadillas pero más aterradores.



APNEA: pausas en la respiración de unos segundos o varios minutos y respiración superficial.

En cuanto a la interpretación de los sueños se ha especulado mucho, se ha escrito de todo, pero teniendo en cuenta que  los sueños se constituyen de pensamientos del soñador, es muy difícil, si no imposible, interpretarlos si no se conoce al soñante. Para reconocer el significado, es necesario saber los "antecedentes" de la persona. Por esta razón, la mejor interpretación de un sueño la puede dar la misma persona que ha soñado.

Alguna vez he comentado que me gusta la noche, es cuando tengo la mente más clara, cuando en su silencio me siento más creativa, cuando puedo recapacitar y en definitiva cuando me siento mejor. Pero hay que dormir, unos más y otros menos, cada cual lo que necesite... o lo que pueda.
Si un día,
no importa cuándo ni en qué momento,
abres los ojos y despiertas del Sueño,
no te preguntes qué ocurre en ellos.

Escurre, de la Vida,
brillo para tus pupilas,
Escurre, de tus ojos,
sintonías para la Vida.
 
Regálale al viento,
el baile que ejercen tus pasos,
recoge del viento,
el ritmo que él te regala.

De nada sirve adelantar manecillas,
de nada sirve mirar hacia atrás,
recoge el fruto del aprendizaje,
y deja al reloj las horas marcar.
 
No entiendo qué puede haber allá arriba,
mucho más allá de las estrellas,
no entiendo que alguien me diga,
que un amanecer no merece la pena.

jueves, 21 de enero de 2016

Estoy, estáis, estamos...


Estoy, estáis, estamos...  Hace tiempo que escribí esta entrada y me apetece volver a publicarla. Quizá porque acabo de leer una preciosa pregunta:


LOCO : Maravilloso ser que ignora lo básico pero entiende lo profundo. Que se desespera con la simpleza, pero que hace malabarismos con las complejidades.
Un loco no es una persona peligrosa o inútil, por raro que parezca amigos, es un genio rodeado de personas que no lo comprenden. Un loco no es un estúpido que habla incoherencias. Es una persona que encuentra la clara relación entre un zapato roto, la esperanza de un amor, una vela de cuatro colores y el color del Caribe.
La locura es necesaria para no perder la esperanza en un mundo lleno de mentiras. La verdad muchas veces resulta dolorosa, la realidad solo existe en los sueños y si es así, no me importa no estar cuerda porque saber reconocer las mentiras y hasta saludarlas es una valiosa cualidad.

Suelo hablar de muchas cosas, poco de mi misma y nada de los demás, aunque a veces me hagan daño sus comentarios.
¿Es esto estar loca?
El cuerdo conoce las reglas, pero yo las excepciones.

Qué pasa si hay una guerra y no se alista nadie, si pongo o trato de poner en práctica mis sueños o le doy dinero a quien no se atreve a pedírmelo. Pues pasa que no hay guerras solitarias y que solo con mirar a los ojos se cubre la necesidad.

A veces pienso en imposibles, en planes irrealizables, y hago experimentos curiosos como cuando era niña y enterraba una flor en la tierra, la tapaba con un trocito de cristal y pasado un tiempo comprobaba si seguía intacta, con el mismo color y frescura.

Imagino en mi locura que puedo dibujar en el aire, cambiar los colores del arco iris y hasta pintar las flores, aunque siempre un estornudo termina con el encanto y me devuelve a la realidad.

Nunca pregunto quién eres, eso carece de importancia para mi, porque no puedes ser ni tener más que aquello que yo idealizo. Y me importa la belleza, la busco en cualquier parte hasta en los rincones más profundos del alma.

Dicen que todo está en la actitud y la mía hace tiempo que ha cambiado, la vida ha hecho que cambie y quizá nunca vuelva a ser la misma, pero solo pido que me entiendan, que me comprendan un poquito, porque si todo esto no es estar cuerda, no me importa  reconocerlo.
Estoy completamente LOCA.


lunes, 11 de enero de 2016

Invierno de nuevo.

 

Llegó el General Invierno, así lo llamaba mi padre. Esta estación durará 88 días y 23 horas dándose por finalizado el 20 de marzo del 2016 , que es cuando comienza la primavera. Es cierto que cuesta acostumbrarse a las bajas temperaturas invernales, pero una vez superado este paso, el frío nos aporta infinidad de beneficios, todos sabemos que el calor destruye y el frío conserva, te ayuda además a quemar calorías y a reducir el dolor y la inflamación en las articulaciones.

Por otra parte las bajas temperaturas producen una cierta tristeza que termina convirtiéndose en perezaEl frío gélido no es agradable, no,  cuando penetra por todos los poros de tu piel y te hace estar encogido, te empaña los cristales de las gafas y te humedece la nariz, no es nada grato ese frío que llega hasta los huesos y entumece los sentidos. Sin embargo todo lo que estimula nuestra vida trayéndonos calor, frío, lluvia, viento, si es breve, es saludable, los cambios meteorológicos son necesarios.

A pesar de que hay gustos para todo, el frío suele traer paz. Las ciudades y los pueblos se arropan en el silencio, las casas y las estancias se vuelven acogedoras por el calor de ese silencio y en las calles, solo se escucha la melodía que silba el viento. La verdad es que me gusta poner un toque de romanticismo a todo. Siempre trato de encontrar el lado bueno de las cosas, aunque confieso que me cuesta adaptarme a cualquier cambio o situación nueva.

Pero existe otro frío peor que el que podemos experimentar físicamente. El frío es la ausencia de calor en el cuerpo. El frío literal se puede apaciguar con un abrigo, una sopa, té caliente, un buen sistema de calefacción o la acogedora llama de una chimenea. Pero, ¿cómo se puede abrigar un corazón solitario, qué se puede hacer cuándo este corazón sufre una gran pérdida o ausencia, cuando no hay nadie alrededor que pueda brindarle apoyo, ni siquiera un abrazo para calentar ese espíritu que está temblando?, este sí que es el verdadero  y triste frío.



Tal vez alguna decepción del pasado hizo que permanecieras largo tiempo soportando la nieve sin ningún tipo de abrigo. Posiblemente entregaste tu corazón a quien no lo merecía, a alguien  que jugó con tus sentimientos y desestabilizó tus emociones. Puede que te sientas engañado por confiar secretos a quien no merecía tal privilegio y puedes también estar atravesando una fuerte tormenta, una avalancha de tristezas y decepciones.
Esta avalancha suele derivar en un sentimiento de culpa, complejos e inseguridades que no te dejan vivir tranquilo. Quizá estés esperando que alguien venga a rescatarte y necesitas una mano fuerte que te ayude a salir del gran alud donde te encuentras.
Este es el frío más duro que conozco, el que entumece el alma y donde es necesario cobijarse en un buen refugio hasta que pase la ventisca.



Hay un invierno en nuestro interior muy difícil de combatir. Cuando crees ser un fracasado, cuando deseas que otro viva la vida que a ti te ha tocado vivir y con la que nunca estás conforme.  Seguro que has visto a muchas personas montadas sobre un trineo, patinando o conduciendo cerca de donde estás tú y no se han detenido a mirarte. Es más, puede que te encuentres delirando, con escalofríos, con una fiebre interna a punto de brotar porque la injusticia, la incomprensión, la soledad y tantas incongruencias han congelado tu corazón.

¡Qué crudo es este invierno!.
Sí... este es el verdadero frío, el peor, el que todos alguna vez hemos tenido que combatir y creo que solo sería suficiente una taza de amor para poder aliviarlo.