Voz de mi hija. "Without you. Sin ti"

Voz de mi hija.

martes, 19 de diciembre de 2023

FELIZ NAVIDAD 2023





Mi mejor regalo Navideño: Kety
   
Un vivir en silencio sin mirar atrás. Caminos largos recorridos, muy largos. De todo hemos vivido, tristezas y alegrías, y qué linda la vida. Muchas personas se van, unos camino de otro lugar, otros camino al infinito. Ausencias y bienvenidas. Navidades con mascota, navidades con abuelos, navidades con el corazón herido, navidades con el alma serena.
Mucho agua ha llegado al mar y aún estamos aquí. 

No importa el paso del tiempo, importa sonreír cada mañana, contemplar como la vida despierta antes que nosotros, para colgar el sol y seguir viéndolo desde la ventana de la existencia.
Y jamás, jamás, perdamos la ilusión.

Navidades del ayer
cuando afloraba mi niñez
entre luces de bengala
y el recuerdo de mi madre
que iba tejiendo en secreto
mi preciosa muñeca de lana.

Voces del pasado regresan
Navidades hermosas
yo tenía tres años
y el alma plena de rosas.

Villancicos y cascabeles
en mi hogar sonaban
de ellos añoranza siento
porque hoy han callado los ecos
de aquel blanco recuerdo
de unos felices tiempos.

Y abrazada a mí perro
oigo los pasos de mi madre
que a la senda eterna se fueron,
ya no hay Navidades como aquellas
el tiempo de la niñez
ya no regresa.

Felicidad para todos.





martes, 28 de noviembre de 2023

BRUMA

Noviembre se despide con un soplo de viento helado que recorre mi frente y en mi trasiego me veo envuelta en una sábana de nubes espesas. Ni es Londres, ni es el Támesis, estoy en mi ciudad, la que siempre me espera por estas fechas. No quiero pasar por esa calle, la esquivo, eludiendo un pasado que me cuesta aceptar pero que no quisiera borrarlo nunca. La evito, porque una garra de dolor me atenaza la garganta.


Abraza la niebla
me dicen los árboles,
me dicen los arbustos, las piedras,
me dice la lluvia, la que vendrá
y la que ayer dejó charcos
que hoy me enlodan los zapatos.

La niebla, el velo que oculta la imagen de bellos paisajes. Me gusta la niebla, caminar entre ella, sentirla húmeda y pegada, aunque esconda la cara de los tejados, borre la cima de las montañas y empavone el reloj de la torre. Mientras dura, es como pasear por el misterio,  pero ese ocultamiento de las formas que no están próximas, que nos llenan de incertidumbre y desasosiego, pronto se disipa, levanta y entonces todo vuelve a ser nítido. Nunca cambia nada.

 La niebla es comparable a nuestra mente, confusa de pensamiento y a veces demasiado ciega, pero tremendamente iluminada cuando se retira ese velo de tristeza que la cubre y una nueva oportunidad comienza. Ya veis, así de generosa es la naturaleza y así de variable es la mente. No es fácil mantener el espíritu abierto para que el ánimo no decaiga, resurgir como el ave Fénix mientras la vida nos ofrece un cambio, no es fácil conseguir la nitidez de un amanecer, cuando la bruma penetra hasta el fondo de los sentimientos velados por su gran espesura. Nuestro cerebro necesita luz y transparencia. 



 La niebla es misteriosa, atrayente, enigmática...
Su humedad fría hace que te encojas ante ella, que disfrutes tan solo de lo cercano, como si tuviese la facultad de anular el resto de los sentidos, es silencio, soledad y nostalgia.
Adoro la niebla con su sensación de indefensión y de incertidumbre. Un fenómeno que la naturaleza nos regala, como tantos otros.

En las noches de noviembre cuando se despeja la niebla, me gusta mirar las estrellas - porque en mi ciudad hay estrellas- y están todas, algunas vestidas de bruma y otras tan encendidas que casi pueden cegarte la vista.


domingo, 12 de noviembre de 2023

Elucubraciones.


Todas las estaciones son bellas, todas tienen su encanto y como en la variación está el gusto, podemos sacar nuestras propias conclusiones de cada una de ellas o nuestros propios beneficios.
El otoño por ejemplo se presta a ello por ser la acuarela preciosa de la Naturaleza y por ser la estación dedicada a los difuntos, que a veces nos deja una estela de dudas haciéndonos reflexionar y otras nos libera la razón despejando las sombras. Noviembre es el mes de las nieblas, cuántas veces miramos hacia el cielo y contemplamos una hermosa vista, sobre todo en un día soleado. Pero también en muchas ocasiones vemos el sol apagado, cubierto por grandes nubes que nos impiden ver su gloriosa luz solar. Nubes tan espesas que no nos permiten ver más allá de nuestra realidad. Así pasa en nuestro vivir diario. Llegan situaciones inesperadas que nublan nuestro entendimiento, situaciones muy densas que nos rodean y nos hacen perder los sentidos, y nos sentimos desorientados, sin saber que hacer y hacia donde ir.

Entre los cipreses y su esbelta figura volví a pasear lentamente como otras veces. No he fallado hasta ahora aunque mis piernas ya flaqueen y mis ojos color de cielo se nublen. Con el baile de sus ramas vienen a mi mente los mismos pensamientos que se reiteran siempre durante mi recorrido.

Si existe el Alma tiene que ser igual que el aire.
Con la luz se hace invisible.
Solo en la noche profunda serán visibles Alma y aire.
Mis ojos quisieran verla trasparente como el agua, sin el velo que cubre su hermosura.
Pero no, no es fácil, nuestro cuerpo poco a poco va secando su sangre, como el árbol que sus ramas pierde y entre huracanes va lidiando con el viento para vencer a la muerte.
Lo malo es que el cuerpo no renace como el árbol.
Ahora en este silencio y por si alguien piensa que me quejo, o que mi cerebro se obnubila, prefiero sentirme viva en medio de la angustia, que ignorar el final, como los poderosos de este mundo, encerrados en su limbo tras unas puertas de oro.
Desgraciados ellos.

jueves, 2 de noviembre de 2023

Noviembre, cielo de piedra.




En noviembre,
por qué será que siempre contemplo el cielo
por qué será que aunque tenga nubarrones
puedo con la mirada correr la gasa del velo
y entre cirros desperdigados oigo silencios
imagino rostros dulces que silban canciones
y como estrellas brillantes bailan minuetos.

Detengo el tiempo cerrando compuertas
tiemblo con el frío de las losas
ahora solo se escuchan rezos
crujen pasos torpes y lentos 
y en esa breve paz con siete llaves 
todo el infinito encierro.


viernes, 27 de octubre de 2023

Disfruta la vida. No hay atajo que evite la muerte.



Vivo detenida en la orilla de los sueños.

Vivo en un instante, el milagro de un tiempo

que se aleja y aleja inexorable y eterno.

Desafiando su paso, invento un mundo 

de luces y de sombras.

Yo vivo en él, en el furioso viento

que silba en los abismos

y en ese otro suave, que murmura lento.

Vivo en el trueno que desata la tormenta

en el destello fugaz que despide una estrella.

Vivo en la mirada de todas las miradas

en mi latido y en todos los latidos.

Vivo en la lluvia que derrama

la bóveda de un cielo infinito

en el andar torpe del anciano

en el correr alegre de un niño.

Me uno a otras vidas y vuelvo en otras vidas.

Vivo, pero desde ahora

moriré cada día un poco

en este pozo lleno de cadáveres locos.


Esta vida no es eterna para nadie. Es un regalo, una aventura, una celebración, un hermoso viaje...

Disfrútala.

viernes, 20 de octubre de 2023

Jinetes en el cielo



Qué bonitos son los caballos... tienen un porte elegante, son veloces y sobre todo muy dóciles." El caballo, con una belleza única, una fuerza inconmensurable y una gracia sin igual, sigue siendo lo suficientemente humilde como para llevar a un hombre a sus espaldas". Una frase que define  perfectamente lo adaptable que es este animal. 

Mi padre solía decir que el caballo embellece cualquier paisaje, sentía verdadera pasión por ellos y gran parte de su vida disfrutó de su compañía. Practicaba la hípica y obtuvo muchos trofeos, que además de sus pinturas, son el legado más valioso que nos ha dejado.

Cuando era niña me imponía verlos de cerca, me encantaba subir a ese gigante de crines suaves y sedosos. Se llamaba Mambla y era de color canela, conocido también como raza Alazán.



Cuando era posible me escapaba al picadero donde entrenaba mi padre,  los pasos al ritmo de trote me causaban la sensación de estar viendo un baile equino de lo más acompasado y lo mejor era acariciar su cabeza, aunque me daba miedo tenerle cerca al final el noble animal conseguía unas palmaditas como premio.
Recuerdo el Concurso Hípico que la primera semana de julio tenía lugar en Burgos, cuántas veces he visto saltar a mi padre con los ojillos de admiración de una niña de siete años y con la mirada de orgullo de una adolescente años después.
Mambla vivió veinte años. No quise nunca saber como fue su final, lo más importante son las cuarenta copas y los muchos trofeos que nos dejó y que guardo con todo mi cariño.


Astorga. 1959


Mi padre

" El mejor jinete es el que después de caer a tierra vuelve a montar."

Yo sé que ahora saltarás las nubes, son el mejor obstáculo.


lunes, 9 de octubre de 2023

Bendita sensibilidad.


 

Bendita sensibilidad que:
-me permite conectar con mi propia realidad, disfrutar de las simples cosas cotidianas, descubrir que el sol, la luna, el amanecer, el ocaso y todo el firmamento es bello y en parte me pertenece.
Hermosa sensibilidad que:
-me hace sentir feliz, valorar y amar los regalos que me brinda la naturaleza, la lluvia, la brisa, el rocío, las flores, las aves y en ese entorno amarme y amar a los que me rodean. Mansa emoción que no me permite odiar ni maldecir, que me deja jugar, asombrarme y reír como una niña traviesa, inocente y feliz, que me introduce en un mundo sin rencores, sin discriminaciones, ni envidias y por encima de todo ser menos insensible al dolor. Dulce locura mía que me hace robar las amapolas de una primavera imaginaria para llevarlas a un otoño real. Que me permite querer y recibir cariño de un modo muy peculiar.

Ser sensible es un rasgo. Ser "altamente sensible" es algo que eres, no es algo que tienes.​ No es un trastorno, ni es una patología.

Siendo así, no me importa ser sensible. Me gusta recordar tiempos felices, llorar por la gente desaparecida, por unos ojos que me preguntan ¿me voy a curar?, emocionarme con la música y me duele ver ese piano mudo desde hace tiempo.

martes, 26 de septiembre de 2023

El otoño de la vida.

 Después de casi diecisiete años que llevo con el blog, no me resisto a dejar de escribir una vez más sobre el otoño, mi estación favorita, que para algunos sin duda, será sombría, por los días cortos en los que el sol se esconde pronto y para otros un alivio después de un verano bastante caluroso.

Me asomo a la ventana del tiempo y veo que ya no hay rocío en mi hierba, las hojas secas y arremolinadas dibujan recuerdos bailando al compás del viento. Una hilera de árboles desnudos, retorcidos y enjutos, claman ayuda al cielo alzando las ramas como brazos desmembrados. En sus troncos no existe ni un ápice de vida, ni un comienzo de brote.

Una Naturaleza despojada de su ropaje estival, esperando las primeras heladas, las primeras nieblas y en la cima de las montañas ya se observa el cándido manto. Veo desde mi ventana un horizonte borroso por nubes henchidas de lluvia. A partir de ahora yacerá lo que antes floreció, porque lo viejo tiene que morir, para que la tierra se renueve y vuelva de nuevo la vida.

 
En las noches de otoño 
una tímida luna extiende
su manto de gasa negra,
 largos silencios de plata
cubren las sombras funestas.
 
Allá en el firmamento
las estrellas parpadean
semejando brillantes pupilas
que inmóviles nos contemplan.
 
Las aves nocturnas emiten
llantos lúgubres y quejas
vibrando en la negrura
temblorosas e inquietas.
 
El señor de las sombras
de su letargo despierta
invisible a nuestros ojos
con su capa revolotea.
 
Y entre mil hojas muertas
 tímidamente cubierta
una flor despistada
luce su corola marfileña.
 
Corola que en la aurora
al amanecer se cierra
para reabrirse al helado
contacto con la tiniebla.
 
Una flor solitaria
de las pocas que ya quedan
siempre ansiosa de luces
siempre de lluvia sedienta.

En el otoño de la vida
las hojas me recuerdan
que ya se acorta el camino
que ya me llama la tierra.


jueves, 14 de septiembre de 2023

Mi querida niña



Mediterráneo. Septiembre 2018

 Se adentró en él, no importaba el nombre ni el lugar, el mar seguía siendo su cómplice. Pensó que necesitaba tranquilidad, escuchar ese suave murmullo que serena el alma y dejarse abrazar tímidamente por la brisa. Solo quien ha vivido cerca del mar conoce la parte dulce de la sal y ella venía de un lugar distinto, por eso probó sus aguas, saben a lágrimas se dijo y bailó con ellas, su vaivén envolvía los recuerdos dejando en su alma una huella imborrable.
  

miércoles, 30 de agosto de 2023

No has visto el mar.



Pronto vendrá el otoño 
y los duendes de los árboles
te harán un collar de hojas
adornarán tu cuello
con bolitas de acebo rojas
y te cubrirán de tules
  las nubes derramando incienso.

Un fresco aroma a musgo
con tu andar se desprende
pisando rastrojos ocres
que arremolina el viento
y haciendo cabriolas
dibuja estrellas doradas
 en la alfombra verde del tiempo.

Aún tienes los ojos pintados
de brisa y sol marinos
los labios carmesí mojados
las pestañas de azul nacarado
aún puedes saborear la brisa
mientras te desnudan las olas
y el mar revuelve tu cabello.

En tus manos se pegan conchas
en tus pies arena y algas
en tu cuerpo un blanco nácar
y yo temiendo la realidad
te observé desde lejos sonriendo
porque sé que volverás a correr
porque sé que volverás a caminar.

A mi hija.



miércoles, 5 de julio de 2023

A mí hija.


No busques más la luz

la luz llega cuando menos se espera,

no tienes que desearla, hay que ganarla,

me preguntas cómo y te respondo.

Sube los peldaños despacio,

dejando las dificultades en las esquinas,

sube con esfuerzo, pero con firmeza,

no retrocedas, aunque el dolor te haga daño

aunque en tus pies se claven las espinas.    

Dime qué te dice el corazón,

estás viva y lo sientes,

cada latido es un triunfo ganado,

está todo planificado para obtener satisfacción.

Conoces algún terreno que sea llano?

un día sin luz o una noche sin sombras?

al final de la escalera tendrás mis manos,

para sanar las heridas, curar las llagas

y abrazarte para que olvides

el duro camino,

el dolor y la lucha,

la oscuridad en el fango.

Nunca dudes, tendrás mis manos.




sábado, 24 de junio de 2023

Confianza.



Amigos: A veces la vida te hace pasar por situaciones inesperadas, que llegan a poner a prueba el valor y la resignación de lo que humanamente somos capaces. De nuevo la vida me da un mazazo. Estaré unos días ausente por la intervención quirúrgica de la pequeña de mis dos hijas. En estos momentos  tengo que confesar mi debilidad y entiendo aún más como madre el valor tan grande de la salud y la importancia de mantenerla. De momento tengo la suerte de contar con un gran equipo de neurocirugía, y en estos momentos y a pesar de mis conocimientos médicos, espero que la fe y la esperanza me acompañen, necesito confiar en que todo saldrá bien y espero no flaquear.
Y a tí hija mía, estoy segura que pronto podrás seguir construyendo, aunque otros destruyan, sembrando aunque otros pisen la cosecha, dibujarás sonrisas en rostros con lágrimas, transmitirás alivio cuando veas dolor, regalarás motivos de alegría donde solo haya tristeza y levantarás el ánimo a los que quieran rendirse. Porque después de una tormenta, el sol busca siempre la forma de salir y en medio del desierto puede brotar una hermosa flor.


Mientras, seguirá sonando la música de mi admirado Elvis que me sirve de relax.

jueves, 1 de junio de 2023

Agua, alma.




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Llueve y retiro el paraguas, quiero que las gotas de agua mojen mi rostro, que me empapen el alma, que laven mis penas, que borren de un destino inesperado toda huella.

Escucha amigo como llueve
escucha porque es el llanto del cielo
sus lágrimas llevan consigo
un atisbo de suave recelo.

Llueve, el suelo brilla como el nácar
dejando olor a terruño de tierra mojada
a frescor de rocío    
en el albor de la mañana.

Llueve, en los campos arados
en las ramas de los manzanos
entre espigas y olivares
entre el musgo de los tejados.

Como si el cielo 
compartiera mis penas
las lágrimas de los ángeles 
caen en silencio.

Y detrás de mi ventana
 llorando la ausencia
imágenes distantes 
me encogen las venas.

Mientras, la lluvia sigue cayendo
pintando charcos azules
ajena a un viejo pasado
y sorda a mis confidencias.

Llueve...




martes, 23 de mayo de 2023

La epidemia silenciosa





Contemplemos el ocaso, o mejor el anochecer. Nada más relajante que el brillo de una estrella y su reflejo en el mar. La noche se acerca y para muchos será un momento agradable, sinónimo de descanso y tranquilidad, en cambio otros cerrarán las ventanas y la única puerta que podrán abrir es la que conduce a la soledad más absoluta.
Esa soledad que se adueña de todo lo que fue, lo que existe y lo que vendrá. Pero cómo podría describir esta palabra tan deseada muchas veces y tan impuesta, otras. El caso es que tiene nombre de mujer, es necesaria de vez en cuando, pero es a la vez temida por todos cuando nos vemos sometidos a ella.

Y qué entendemos por soledad, ¿se puede decir que a pesar de vivir en una sociedad tan amplia, cada día más unida al progreso, en la que las distancias están superadas por las nuevas tecnologías, que estamos realmente solos? Sí, porque hay una soledad externa y otra interna, que quizá es la verdadera soledad. Si el hombre es social por naturaleza, por qué nos cuesta tanto sentirnos parte de un todo. Estamos rodeados de compañía y seguimos sintiéndonos solos. Sin embargo necesitamos de ella como válvula de escape en nuestros estados ansiosos y aunque sea muy importante sentirse queridos y encontrar de vez en cuando un punto de apoyo en los demás, es bueno que el hombre esté solo, que temple su estado de ánimo y relaje su espíritu. 
Cuando el sonido se rompe porque un corazón se lamenta,  sentimos el dolor sordo de la ausencia. La soledad es amarga y dulce a la vez, se bebe en vaso largo y hasta se saborea. Cuántas veces en esa ausencia acunamos sueños imposibles que nunca llegan... Lo que tengo claro es que la soledad es la única que nos entiende y nunca jamás cuestionará todo aquello que pensemos.

La noche tiene el encanto de la quietud más pacífica y relajante. Mientras el sueño intenta adormecer los pensamientos, tratamos de sumergirnos en las sombras más profundas. El día tiene demasiadas horas estresantes, demasiados minutos agobiantes y por ello necesitamos vivir la noche con el único fin de dejar la mente  libre de tensiones y preocupaciones,  procurando apartar las obsesiones, fantasmas que viven encadenados a la mente desde siempre y que el exterior nunca muestra, ni lo mostrará, porque rechazamos los pensamientos que nos agobian y no queremos transmitirlos a los que tenemos cerca, ellos seguramente no lo entenderían jamás. Aprovechar los momentos de soledad, nuestra soledad, es beneficioso y es un acierto aferrarse a ella pensando que no hay soledad triste cuando de verdad lo deseamos.
 Me pregunto cuánto tiempo tiene que pasar para que una mente recupere la estabilidad que necesita. Creo que ya no soy la misma, las vicisitudes me han cambiado. Antes mi alma se llenaba de energía, ahora necesito que alguien la llene.

El silencio tiene rostro
La soledad lo dibuja en el recuerdo
El silencio tiene múltiples colores
La soledad solo plasma el gris de las sombras
El silencio no crea pentagramas
La soledad es toda una sinfonía
El silencio tiene un cuerpo delicado
La soledad lo acaricia noche a noche.
El silencio tiene labios de esperanza
la soledad lo besa en la penumbra 
El silencio camina entre nubarrones
La soledad va dejando la huella
El silencio canta en verano y primavera
La soledad llora en otoño y en invierno

Sin ti, si ya no estás... La agonía de un corazón solitario. Una forma de soledad que duele mucho. 

domingo, 14 de mayo de 2023

Madrid, Madrid, Madrid... 🌹🌹🌹

 Dicen que de Madrid al cielo, pero dejando un agujero para seguir viéndolo. Pues en mi caso creo que es cierto. Al principio, y sobre todo si vienes de un lugar pequeño, tengo que reconocer que uno tiene el billete más acertado para ir camino del estrés. El movimiento de las grandes urbes, el ruido insoportable del tráfico, las prisas de los viandantes, las colas y las esperas para cualquier evento, ya sea de ocio o de cualquier índole, llega a ser enervante hasta hacerse insoportable. "Es de locos"-solía decir mi padre- "sí, pero en esta locura tienes y encuentras de todo" - le contestaba - Cuando vine a Madrid a los dieciocho años, estaba encantada, nada tenía que ver con la pequeña ciudad que había dejado atrás, me llamaba la atención sus fuentes rodeadas de flores tan cuidadas. Acostumbrada al autobús, la rapidez del metro me parecía increíble y las grandes superficies en cuanto al comercio, fascinantes.


Madrid acoge. Madrileños somos todos... o no lo es nadie, porque quien sea muy purista y quiera conocer madrileños genuinos, los llamados "gatos", lo único que puede hacer es pasarse por el Rastro y ver si encuentra alguno no menor de 90 años que lleve con honra la auténtica estirpe del foro.
Ha inspirado coplas, libros y hasta una ópera. 

Decía Sabina:

Allá donde se cruzan los caminos
donde el mar no se puede concebir
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.

Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me "dejao" la vida en sus rincones
pongamos que hablo de Madrid, de Madrid.

viernes, 28 de abril de 2023

Entre cipreses




He vuelto a pisar tu tierra dura. Desde lejos las agujas de piedra blanca se elevan con elegancia sin llegar a tocar las nubes. Ahí sigue la joya del gótico, esta vez luce muy clara por el buen tiempo y si escuchas el sonido ronco de sus campanas, oirás la voz de Gil de Siloé que suena como un eco de bienvenida.
Entrar en Burgos es penetrar en el recuerdo. Tenía que cumplir una misión, era algo que llevaba en mente desde hace tiempo. Fue tremendo el dolor que sentí cuando en noviembre encontré la cruz vencida, yacía retorcida entre la piedra llena de musgo y sus nombres casi borrados, como caídos en el olvido. Mi corazón se llenó de dolor, mis ojos completamente nublados no podían leer las letras ennegrecidas por el tiempo y el corrimiento de tierra que hubo dejó desnudos los laterales. Aquello era tétrico y me recordó a una novela de Edgar Allan Poe.

Hoy, después de varios meses de restauración, he vuelto a caminar entre cipreses contemplando el cielo esta vez sin nubarrones y con la mirada pude correr el velo que colgaba entre cirros desperdigados de buen tiempo. Oigo silencios e imagino rostros contentos que agradecidos silban canciones y bailan minuetos.
Todo arreglado de nuevo, un sol espléndido dejaba el brillo cegador que ahora despide la lápida y mientras una lágrima se me escapaba, cerrando los ojos sepulté el suspiro de dolor dentro de mi alma.
Me fui satisfecha a paso torpe y lento y en esa leve paz entre cipreses dejé cerrado todo el infinito. 


lunes, 24 de abril de 2023

Para ti.




Ahora, después de una larga lucha, me doy cuenta que no importa el paso del tiempo, importa tener ilusión, sonreír cada mañana y contemplar como la vida despierta antes que nosotros para colgar el sol y seguir mirándolo desde la ventana de la existencia.

Qué tienes entre las manos
niña bonita de ojos claros,
un puñado de flores secas, 
para hacer un collar de rosarios.

Al caer en la tarde las horas
en la oscura penumbra del sueño,
entre nubes las hojas se mueven,
los pájaros vuelan y susurra el viento.

Es la noche teatro de luces
de estrellas fingiendo diseños,
vías lácteas de brumas azules,
 constelaciones de ayeres desiertos.

Cuando veo los árboles desnudos
en las mañanas de mis desconciertos,
parece que lloran sus ramas, 
y las nubes derraman incienso.

Mis ojos, perdiendo la infancia
se vuelven más duros, se tornan mas viejos,
solo quedan tus flores, mi niña,
moviéndose alegres al viento.

jueves, 13 de abril de 2023

Ventana de abril.


Siempre se sueña

unas veces dormidos, otras despiertos.

Insistentemente ese niño que ocultamos

tras las capas de los años, pequeño inexperto,

intenta salir

y cuando lo logra 

qué inseguros nos sentimos y qué débiles,

rápidamente robamos trozos de experiencia

recuerdos esparcidos sin orden en el tiempo

y tratamos de escondernos, como podemos,

para que nadie se dé cuenta

en ese diminuto segundo

que la verdad es la esencia pura

de nuestro complicado ser.



Sí  un día,
no importa cuándo ni en qué momento,
despiertas o te preguntes qué haces en ellos.

Escurre  de la vida
brillo para tus pupilas,
Escurre  de tus ojos,
sintonías de alegría.

Regálale al viento,
el baile que ejercen tus pasos,
recoge del aire
el ritmo que marca el tiempo.

De nada sirve adelantar manecillas,
de nada sirve mirar hacia atrás,
recoge el fruto del aprendizaje,
y deja al reloj las horas marcar.

No sé donde viven los sueños,
entre nubes de nácar quizá,
pero entiendo cuando me cuentan

que de ellos no se quiere despertar.




 

lunes, 27 de marzo de 2023

Mala acción.

 Para nada quisiera competir con nuestro amigo Juan y su "Jardín insostenible", eso es muy arriesgado para una aficionada a las plantas y a las flores como yo. Solo me voy a introducir en el agujero del tiempo para contaros una pequeña anécdota, que siempre viene a mi memoria cuando comienzan los efluvios primaverales. Hay recuerdos buenos y malos y éste no es muy grato precisamente.



Nací un poco lejos de la península, donde saltando un trozo de mar se encuentra un bonito país del noroeste africano, pero crecí, como decían mis abuelos, en una ciudad fría y dura de Castilla. Mi infancia estuvo rodeada de árboles, flores y toda clase de plantas, entre jardines que cada propietario
 cuidaba y a veces hasta competía para ver cual de ellos lucía mejor. Un lujo, ahora me doy cuenta cuando me asomo a la ventana y veo esos bloques de hormigón.

Por estas fechas comenzaba el festival de capullos que pronto abrirían sus pétalos y yo sabía que las margaritas, los lirios del valle y las amapolas eran los primeros en florecer. Pero había algo que me fascinaba, lo esperaba impaciente todos los años porque podía deciros que era el corazón del jardín, al menos su color rojo granate me lo recordaba. Seguro que más de uno conoce las PEONÍAS. Con el frescor y la humedad de la tierra florecían siempre y en pocos días alcanzaban un tamaño asombroso, de pétalos grandes y muy frondosas alegraban ambos lados del porche y aunque no tenían aroma, puedo asegurar que llamaban la atención a los muchos que se asomaban a verlas.

Pero como en todo espectáculo el decorado cambia y la mala actitud del ser humano sale a flor de piel cuando la belleza molesta. Un mal día al despertar, un alma negra hizo mucho daño a mis preciosas flores arrancando de mala manera todos los capullos y deshojando una por una todas las corolas granates y no contento con ello, con perversidad y alevosía extendió los pétalos por todo el porche, por las escaleras, hasta la entrada del jardín. No podía creer lo que estaba viendo. ¿Qué ha pasado y quién tiene el corazón tan frío para tan desagradable hazaña?.

Lloré todo lo que pude de rabia y de impotencia hasta la mañana siguiente que lo primero que hice fue salir al jardín. Miré a mi alrededor y solo se había salvado una ramita, en el suelo se veían algunos pétalos con gotitas. No eran de rocío, no, eran las lágrimas de mis peonías.

Las plantas son seres vivos que no sienten dolor, no tienen sistema nervioso, pero sí son capaces de responder a estímulos negativos. Quien lo hizo tampoco sintió dolor.





martes, 7 de marzo de 2023

Mirando la vida.

Amigos:  

Ahora veo la vida como una gran sala
dentro de un espacio imaginario de luz.
Una mirada a la vida en un momento difícil puede cambiar temores y dudas, sería hermoso verla con los ojos del alma, son como espejos que reflejan los secretos del corazón 
y decorarla con grandes emociones.
La puerta principal el Amor
Las paredes los sentidos.
En las ventanas pájaros y sueños. 
En los sueños el alma del poeta. 
Veo la vida como una gran sala. 
Dentro, amor y tiempo para amar
amigos, familia, compañeros,
canto y poesía pura.


Hay que mirar la vida para extraer la belleza de todo lo que hay en ella. La bondad del inocente, la sensualidad de una piel, la delicadeza de una flor, la sabiduría de un libro, y filtrar como un rayo de luz la belleza de los sentimientos para penetrar como un escáner en las emociones positivas.

Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro. - Albert Einstein -

Si hay fuerza, creo en los milagros, no tengo más remedio que creer después de haber superado un tumor que me cogió de sorpresa en plena pandemia. Aún tengo un largo recorrido que hacer y seguiré en manos de la ciencia y de Dios. A todos los que me habéis ayudado gracias infinitas por vuestro apoyo.

Pd. Ahí están mis ojos con el iris perfecto.