Voz de mi hija. "Without you. Sin ti"

Voz de mi hija.

sábado, 28 de diciembre de 2019

Feliz entrada y salida de año.


 

De nuevo a las puertas de otro fin de año.
Quedan muy pocas horas para que el reloj marque las doce últimas campanadas dando entrada al nuevo 2020 y todos nos deseamos lo mejor entre risas, abrazos y brindis. En el fondo todos pensamos lo mismo, cómo será, qué sorpresas nos reservará, si será bueno o malo. Y siempre hacemos un balance del que acaba de finalizar. Yo no puedo deciros que ha sido positivo, no, menos mal que al final se ha abierto una luz y unos ojos azules heredados de mi padre, empiezan a brillar.
En todos los países que más o menos se rigen por una cultura cercana a la occidental, se cierra el año con mucho bullicio y distintas tradiciones, entre ellas (y como no podía ser menos) las referidas a la gastronomía. Así por ejemplo, los italianos inician la ‘notte di Capodanno’ con una cena en la que las lentejas son plato imprescindible porque significan riqueza. Además, después de brindar por el nuevo año, es costumbre tirar la copa por la ventana.
Por su parte, los ciudadanos noruegos toman el tradicional aguardiente o la dorada cerveza acompañada por típicos platos a base de pescado. Para los ingleses, estas señaladas fechas no serían lo mismo sin su christmas pudding, mientras que los franceses hacen un reveillon (cena de Nochevieja) para ‘supercomilones’ en la que se cocinan grandes cantidades de comida. Por otro lado, en Alemania es tradición dejar en el plato algunos restos de lo que se haya cenado hasta después de medianoche, como forma de asegurarse una despensa bien surtida durante el año siguiente.
Pero nada más saludable que la vieja costumbre española de tomar doce uvas coincidiendo con las doce últimos segundos del año como ‘ritual’ para atraer la suerte. Tan arraigada está esta tradición que cada fin de año son consumidos ni más ni menos que unos 500 millones de uvas, pero... ¿de dónde procede exactamente esta ‘ceremonia gastronómica’?. Pues bien, según la mayoría de las teorías parece ser que todo empezó cuando, en el año 1909, los viticultores cosecharon tal cantidad de uvas que, al no saber qué hacer con el excedente, decidieron repartirlo gratis entre la ciudadanía inventando que su consumo en Nochevieja traería fortuna. Y debió de traer mucha porque, desde aquel año esta tradición se ha seguido celebrando hasta hoy e, incluso, algunos países sudamericanos han empezado también con esta costumbre. 



Brindemos juntos por un venturoso y feliz año 2020 





Hoy colgaré temprano la luna,
cerraré mis ojos,
y de memoria colocaré las estrellas
para que los poetas naveguen en busca de sus musas;
la pondré risueña
para que los poetas siembren flores en los corazones.

Estamparé un lucero en la hamaca de su risa,

un beso de infinito,
para que sueñen los enamorados...

Hoy colgaré la luna en un cielo limpio,

que no haya nubes que le estorben,
y que los suspiros
la vayan elevando
en hilos de prosas, de versos y de sueños.

Hoy colgare la luna

y la bajaré despacio para pintarla de aurora...
la bajaré para ponerla a tus pies.


Cierra los ojos, piensa en todo lo que te hizo sonreír en el año que termina y olvídate de lo demás... Ojalá esas sonrisas se multipliquen por 2020 más.

jueves, 19 de diciembre de 2019

Habrá Navidad.





https://youtu.be/rD2ShtIhMzA

Nada nuevo vengo a deciros. Se ha escrito mucho sobre la Navidad, se ha llevado al cine, pintado escenas y paisajes preciosos de esta época del año. La nieve parece ser el símbolo de ella y seguramente más de uno de vosotros la habréis disfrutado alguna vez con su belleza y sus inconvenientes. Hay quien es feliz este tiempo y hay quien ni siquiera lo celebra. Todo es respetable. Pues para los que la Navidad sigue sorprendiendo como un juego de niños, ya está todo preparado, las calles iluminadas, poco o demasiado, pero lucen y crepitan las bombillas, los escaparates adornados y hasta en los balcones y terrazas hay muérdago y chispas de colores.


Desde tiempos que se pierden en la neblina del recuerdo, cada año arrastramos una tradición poco menos que ancestral, que hace teñir de blanco nuestros corazones.

La blanca Navidad vuelve a asomarse a la ventana de nuestra vida, nos avisa que es tiempo de hacer una pausa, de preparar una gran mesa rodeada del cariño de nuestra gente, de mirar con ternura al solitario, de ayudar al necesitado, de acompañar al enfermo y por encima de todo la blanca Navidad siempre nos hará recordar nuestra infancia, nuestra maravillosa inocencia, aquella que el fantasma del tiempo nos fue robando poco a poco.
Para muchos son días estresantes, demasiada gente, gastos innecesarios, prisas y agobio, cada persona es un mundo y es comprensible. Pero ahí está y nos guste o no tiene que haber Navidad. Porque...

Mientras que un niño sonría, habrá navidad,
Mientras que lloren las nubes, habrá navidad,
Mientras que un hombre perdido encuentre su camino,
Mientras que un hijo regrese,
Habrá navidad.

Mientras que alguien herido prefiera olvidar,
Y a su peor enemigo logre perdonar,
Mientras que alguien consiga que un joven se aleje de la oscuridad,
Mientras que un arma se calle,
Habrá navidad.

Mientras sigamos creyendo que hay algo más,
Mientras que haya esperanza,
Mientras que brille una estrella,
Mientras que vuelen las aves,
Habrá navidad.

Mientras que cierres los ojos y sientas contigo a alguien que no está,
Mientras que existan recuerdos,
Mientras que haya esperanza,
Habrá navidad.

Charles Dickens dijo: "Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año".




Así deberíamos vivirla. No nos fijemos en las sillas vacías, valoremos a los que todavía tenemos a nuestro lado y demos gracias a la vida por volver a sentarnos con esa persona que en este año lo ha pasado mal, que ha superado una enfermedad o un grave problema y vuelve a sonreír entre campanas de gloria.


El tenor Mario Lanza, fallecido  a los 38 años canta el Ave María.

FELIZ NAVIDAD a todos.

martes, 10 de diciembre de 2019

Surcando aires.

El 10 de Diciembre es el día de la Virgen de Loreto, Patrona de los aviadores, pilotos, ingenieros aeronáuticos, mecánicos de vuelo, del Ejército del Aire, paracaidistas, aerolíneas, asistentes de cabina, personal de servicios aeroportuarios y de todos los que tengan a la Aviación como actividad en su profesión o afición.

A continuación, una breve reseña histórica de por qué la virgen de Loreto es la Patrona de los Aviadores:

Se originó en una tradición del siglo XIII, que nos cuenta que la Santa Casa donde nació la Virgen María, en donde recibió el Anuncio de la Encarnación del Hijo de Dios y en donde vivió con Jesús y San José, fue trasladada volando transportada por ángeles en el año 1291 desde Nazaret, primero a Tarseto (en Dalmacia, Croacia), y más tarde fue trasladada, nuevamente volando, a un monte en Italia lleno de Laureles (Lauretum), por lo que acabó recibiendo el nombre de monte Loreto. Se apareció la Virgen, y comenzaron las peregrinaciones.  

El motivo del viaje de la Santa Casa desde Nazaret fue para ser protegida y resguardada de todo peligro, porque Palestina había sido invadida por los mamelucos. Con tanto viaje volando de la Santa Casa, transportado por ángeles por el Mediterráneo, casa, muebles y aparición de la Virgen, tuvo como resultado el que se convirtiera en la Patrona de los aviadores, pilotos, líneas aéreas y Fuerzas Aéreas de muchos países.

Alrededor del Santuario sobre la colina de 127 msnm se creó una villa. Hoy la población de Loreto, tiene algo más de 12.000 habitantes, en la Costa italiana del Adriático, situada a 22km de Ancona, en la región de las Marcas. A 120km al sur del Estado de San Marino, y algo más bajo en latitud que Florencia y Pisa.

FELICIDADES A TI Y A TODOS LOS QUE SURCAN LOS AIRES.

lunes, 2 de diciembre de 2019

Diciembre, el último.


Nuevo mes. Diciembre el mes loco, creo que es la palabra justa. Se abre más la puerta del consumismo, la gente tiene que gastar, es casi un vicio y ya se encargan los comercios de ello cada vez adelantando más las próximas fiestas. Tráfico, colas, ruido de bocinas, toses y estornudos sin ninguna precaución. Bufandas enrolladas al cuello y gorros calados hasta las orejas, mientras algunos cuerpos corren a pierna suelta  en pantalón corto y moqueando a las ocho de la mañana. Estamos en el mes loco, bonito sí, pero desmadrado, que cada año se presenta con prisas y agobios.

Dejadme que borre el vaho de los cristales, que haga figuras con los dedos mientras me asomo a la ventana del recuerdo.
Qué desnudo está el jardín, qué mustios los rosales, las macetas siguen en los peldaños de la escalera con restos de tierra seca, el ciruelo cruje por la humedad, las anillas tienen las cuerdas mojadas y tintinean con el viento, las suyas, las que se colgaron para que hiciera músculo. Todo preparado ya para el invierno, sin embargo no siento tristeza, ni siquiera un ápice, solo una tremenda nostalgia familiar.
Dentro hay un rico olor a castañas asadas, no hay café, tiene que ser un sucedáneo, esos dichosos cereales malteados que dan color y quitan el sabor a la leche que a ninguno nos gustaba.
Arriba huele a pintura al óleo. ¿Que a qué huele el óleo?, a aceite de linaza, un olor penetrante que marea y hay que abrir la ventana a pesar del frío de diciembre. El nuevo cuadro se irá pintando poco a poco, más lento que de costumbre. ¡Vaya mezcla de olores!, abajo huele a gloria, arriba a barniz y aceite.

Evoco el lugar donde crecí, recuerdo a la perfección los jardines y plazas donde corría. Los sueños siempre me revelaron que el mundo era un lugar donde se tenía que transitar y cuando me fui de allí no me daba cuenta de lo que me esperaba. Era tan sólo una soñadora innata hasta que pude comprobar que mis sueños eran unos mentirosos. El mundo está lleno de opresores, amargados, infelices y solo una minoría lo pasa bien en este lugar.
Siempre recuerdo la mirada de mi madre, la veo cada mañana en mi espejo porque es igual que la mía. Uno no puede escapar de su identidad, siempre hay lugares, ocasiones, sonidos y palabras que no se pueden borrar con nada. Las vivencias son como las flores que se deshojan y se pierden con el tiempo sin que nadie se entere de que existieron y que formaron parte de este mundo.

Aquel diciembre quedó en otro plano, en otro espacio y en otro tiempo. Hay que dejar de idealizar el pasado y centrarse en el presente, en este nuevo diciembre con sus virtudes y defectos, no anulemos el ahora, al fin y al cabo no todo era perfecto en los viejos tiempos.

Bienvenido diciembre loco.




viernes, 22 de noviembre de 2019

Música siempre.





Seguro que todos tenemos una canción preferida, bien porque nos trae a la memoria algún momento especial, un bonito recuerdo o símplemente porque al escucharla sentimos nuestra sensibilidad a flor de piel.
 La música es la melodía del alma, nos enternece, nos rodea en nuestra vida y cada pieza musical que escuchamos en un periodo u otro, nos evoca el momento en el cual esa interpretación nos rodeaba. ¡Cuántos bellos recuerdos nos traen las interpretaciones antiguas, aquellas que solían ser nuestras favoritas en otras etapas de la vida!, ellas resucitan alegrías, tristezas, amores, triunfos, fracasos, con la misma intensidad que alguna vez se sintieron. La música y la vida están ligadas, porque para mí  la música es vida y la vida tiene música. En las dos sencontramos la misma composición: Armonía, Melodía y Ritmo.



Friedrich Nietzsche decía que "Sin música la vida sería un error".

La vida, la más hermosa melodía marcada al compás rítmico del corazón. Cada vida es una melodía propia que va improvisando día tras día nuevas notas que forman armonía. Y como en toda melodia, se aceptan corcheas, blancas, negras y redondas. Y algo fundamental en el pentagrama, los silencios. Algunas notas se escapan de la escala. Son los errores que cometemos que a veces llegan a interrumpir esta armonía y otras, son capaces de cambiar el pentagrama y elegir un nuevo destino para crear otra nueva escala.

Los instrumentos que encajan en esta orquesta musical y dan toda la belleza a esta melodía, son las emociones.
 



  Y así hasta que llegue el final siempre genial y esperado. Llegará el momento en que culmine todo, llegará el silencio, el tan apreciado silencio que dará la última nota final. Y después, los aplausos .
 La vida es como una canción. Cualquier canción que nos llega a estremecer el alma. La vida es "una melodía encadenada".

Silencio... Aplausos... Silencio...

Si alguien me pregunta cuál es mi sonido favorito, la respuesta está en mi perfil, las notas del piano. Hay momentos que el pobre está mudo, hasta que las manos de mi hija le hacen sonar.

martes, 19 de noviembre de 2019

Trece años.




Me gusta el aire, de ahí Airblue, me gusta volar, al fin y al cabo es parte de mi vida, la mitad, para ser exactos, pero desde que era niña me gustan también los trenes. Mis abuelos vivían cerca de una estación y tenía la oportunidad de verlos con frecuencia. La verdad es que me gustaba solo eso, verlos pasar, porque cuando tocaba viajar me mareaba el olor y el traqueteo de las vías, el trasiego de maletas y la gente corriendo por los andenes, nunca me resultaba agradable.
 

Me gustan los trenes antiguos, aquellas viejas locomotoras de vapor tenían su encanto, el sonido de la campana y del silbato, como en las clásicas películas de la genial Agatha Christie. En el museo del Ferrocarril de Madrid se pueden admirar algunas viejas reliquias y donde realmente puedes disfrutar de este espectáculo es en la ciudad de Londres, los ingleses llevan a gala sus tradiciones, no en vano su Metro es el más antiguo del mundo, en los museos cuidan hasta el más mínimo detalle y les dan un toque especial que te acerca a la realidad. En el Museo del Ferrocarril londinense la antigüedad de los objetos expuestos abarca casi dos siglos, y van desde una réplica a tamaño real de la Rocket de Stephenson, hasta un tramo de vía del Túnel del Canal.





Cuando viajamos en tren qué molestos son esos postes que van pasando rápidamente y que no te dejan ver con claridad el paisaje o al menos la lejana línea del horizonte. Muchas veces se ha comparado la vida con un viaje en tren, hay concretamente un escrito que habla de ello y que seguro conocéis. Para mí esos postes que van pasando tan deprisa son los contratiempos y trabas de la vida, porque llegar al final de nuestro destino sin pasar por barreras, baches y obstáculos es imposible. En el trayecto de este viaje cómo cuesta aceptar los percances, las pérdidas y cualquier tipo de padecimiento.

Creo que saber encajar los golpes de la vida no significa ser insensible. Se necesita resignación y sobre todo paciencia para poder enfrentarse a ellos.

Tener paciencia, que es decisiva para la propia maduración, con nosotros mismos y tener paciencia con todos (sobre todo con los que tenemos más cerca).
Necesitamos armarnos de esta virtud, prepararnos para soportar contratiempos sin caer en la amargura. La paciencia otorga paz y serenidad interior. Hace al hombre capaz de ver la realidad con visión de futuro, sin quedarse enredado en lo inmediato. Le hace mirar por sobreelevación los acontecimientos, que toman así una nueva perspectiva. Son valores que cobran fuerza en nuestro paso por la vida para saber encajar los golpes y para mantener la esperanza y la alegría en medio de las dificultades.

Una vez oí: si tienes un problema y tiene solución ¿de qué te preocupas?
No hay que pensar tanto las cosas y vivir de tus impulsos.

Hay frases que se repiten constantemente:” La vida puede ser muy corta no la malgastes en pensar lo que debes o puedes hacer, simplemente hazlo”.

Es verdad, este viaje puede ser demasiado corto, la vida puede ser corta y qué pocas veces pensamos en ello. Los problemas nos agobian, las preocupaciones ocupan gran parte de nuestro tiempo, pero es que no resulta nada fácil dejar las cosas a un lado. Siempre pienso que TODO es solucionable, reparable, todo, queridos amigos, mientras la salud no falle y aún así, hay que seguir tratando de salir adelante hasta que lleguemos al final del camino, a ese final del trayecto que cada uno tenemos marcado.
En este tren que no necesita billete ni reserva de asiento viajamos solo una vez. Ojalá lleguemos al destino marcado  con la frente bien alta y el corazón libre de rencores.

Hoy día 19 de noviembre este blog cumple ya trece años. Muchos son los que han dejado de visitarle, pero mientras haya uno, tan solo uno de los lectores que deje su huella, el humo del tren de la vida seguirá siendo azul.  Decidí crearlo en un momento crucial de mi vida, necesitaba una distracción que me ayudara a salir un poco del entorno triste por el que estaba pasando.
He tenido la oportunidad de conocer virtualmente a muchas personas, algunas hasta he llegado a darles un abrazo. Durante este tiempo, he podido comprobar que tengo amigos en la distancia que los siento más cercanos que los reales, amigos que han compartido conmigo fotografías, éxitos, alegrías y desde luego también tristezas. A todos ellos he intentado entretener y he dedicado mis escritos con todo el afecto posible.
Gracias a todos, a los que se fueron, (que han sido bastantes), a los que siguen en la brecha durante estos años y a los que me visitan asiduamente, que por pocos que sean, para mi es más que suficiente, sin vuestros comentarios el blog no tendría sentido.

La vida es muy corta para perder el tiempo con gente que no nos quiere.

martes, 12 de noviembre de 2019

Tercera juventud



¿Qué le decimos a una persona que está desganada?:
-Estás viejo.
¿Y si alguien no quiere salir de marcha?:
-Estás hecho un abuelo.
¿Y cómo le llamaríamos a esto, prejuicios, injusticia...?
-No, ridiculez, es la palabra. Me gusta, pero le voy a llamar mejor un vocablo inventado que acabo de leer no recuerdo ahora donde,"microviejismos".
¿Acaso os veis incapaces, sin ganas, sin ilusión?, ¿no creéis que deberíamos dejar de decir: pareces una abuela manejando el móvil, o estás gagá cuando alguien se olvida de algo?. 
Tienes pulso de abuelo, corres como un viejo... ya les gustaría a muchos correr como Manuel Alonso triple campeón del Mundo Máster con 82 años.
Viejos son unos zapatos sin suela, vieja es una noticia de hace un tiempo. Así que no es cuestión de edad.
Más del 65% de las personas mayores tienen espíritu emprendedor.
Dicen que la edad es un número y a veces ese número nos acobarda. España es uno de los países con más viejos del mundo porque más de 8,5 millones de personas, el 18,4% de su población, es mayor de 65 años.
Pero ¿es correcto decir que alguien de 65 es viejo?. Por comodidad estadística desde hace más de un siglo se trabaja con la idea de que la vejez empieza a los 65 años, porque ese umbral fijo coincidía con la edad de la jubilación, pero la realidad es que no dejamos de ganar esperanza de vida y las personas de 65 años de hoy no tienen que ver con las de antes porque llegan mucho mejor  a esa edad y "uno diría que los de 65-70 años actuales son como los de 55-60 años de generaciones anteriores", (afirma Antonio Abellán, investigador del departamento de Población del CSIC y director del portal Envejecimiento en Red). 
Uno de los problemas que comporta la vida cada vez más larga y con buena salud es el de las etiquetas para referir las franjas de edad. Como una buena parte de la población llega pletórica a la jubilación, ahora la tercera edad es la tercera juventud, y sólo a partir de la pérdida de facultades físicas y mentales podemos hablar de cuarta edad. A un joven le puede parecer evidente que si alguien tiene más de 65 o 70 años se le puede calificar de viejo o anciano, pero la persona que tiene esa edad no se siente identificada con tales denominaciones. Los diccionarios se curan en salud y dicen que un anciano  es una persona "de mucha edad". ¿Cuánto es "mucha edad"?. La subjetividad está servida. Por ello los libros de estilo de los medios de comunicación acostumbran a ser un poco más precisos, sobre todo para que nadie se sienta incómodo. Palabras como viejo y anciano se aplican en los casos de personas mayores con las facultades físicas y mentales mermadas. De este modo, el título "Un anciano se ha perdido en el bosque" nos da una información clara sobre las facultades del protagonista de la noticia, mientras que "Un hombre de 65 años se ha perdido en el bosque" nos dice que tiene 65 como podría tener 25, es decir, se ha perdido por circunstancias ajenas a su estado de salud.





 
Durante los días que he faltado he podido comprobar la evolución de la tecnología en un determinado hospital, las maravillas de la técnica actual y sobre todo la gran rapidez de sanación del ser humano. La enfermedad no tiene edad,  pero sí es importante a la hora de la curación tener mayor resistencia, gozar de un buen estado físico, ganas de luchar, agilidad y un gran espíritu de ánimo porque muchos de esos llamados "mayores" tienen la ilusión y el deseo de vivir como si tuvieran veinte años. 
Cuando tienen un bache, por grande que sea, y logran salir, aún les queda tiempo para disfrutar y mantenerse activos.
De verdad gente, no importa la edad, importa la felicidad.

Salud para todos vosotros.


PD. A ti, que nos has dado una lección de vida.

jueves, 31 de octubre de 2019

Noviembre

¡Escuchad!, hay un giro del viento. Apenas puedo asomarme para decir adiós a Octubre, los largos pasillos me encogen el Alma, me arrugan la mente y me producen unas ganas tremendas de salir a respirar aires más sanos, libres de impurezas.
¡Escuchad!,se oyen golpes en la puerta del otoño, golpes a puño cerrado, es el Comendador que ya está aquí con el nuevo mes. La apagada voz de Don Juan Tenorio, casi en el olvido, reclama entrar en la gran comedia de la vida.

Noviembre nace entre un cielo de piedra y un suelo cubierto de hojas muertas. Hojas caidas que calzan los árboles al concluir su existencia, recuerdos dolorosos y a menudo una herencia de buenos ejemplos que pueden entibiar nuestro corazón incluso en los momentos de melancolía. Seguimos asomándonos a la ventana del otoño, estación generosa en cambios, donde todavía quedan algunos restos de flores que cada mañana recogen ávidas el pálido fulgor de la última estrella. Árboles desnudos y campos lacios, en los que siguen apareciendo hilachos de rastrojos que añoran los últimos rayos  de sol. Dicen que es un mes melancólico, que ya no hay magia en la naturaleza, la música de los ríos amaina, los pájaros pliegan sus plumas y en los valles solo queda la amarillez de los arbustos. Dicen que es un mes triste dedicado especialmente a los difuntos, que huele a crisantemos y aroma de cipreses. Dicen... dicen tanto, que se olvidan de los vivos, de los que luchan por la existencia. No nos entristezcamos por las hojas de los árboles que alcanzan el cúlmine de su dorada belleza, para luego morir, ya que solo nos muestran  la conclusión de un ciclo de vida. La Naturaleza ya se ha despojado de su ropaje estival para enfrentarse a los próximos fríos y comienzan a asomarse las primeras nieblas,  mientras que en lo alto de las montañas ya se observan la cimas con un leve cándido manto. Las nubes amenazan sobre el horizonte henchidas de lluvia, hasta que por fin se descarga el agua bienhechora que lava y regenera la madre tierra. Es un mes lleno de fenómenos atmosféricos.

Algo especial tienen los días de Noviembre. El placer de respirar su ambiente húmedo y la sensación de paz caminando por los parques y las alamedas solitarias. La vista se recrea mirando las ramas caídas, amontonadas en el suelo, caducas, doradas, pardas, antes vivas y ahora... dormidas. Y sus noches llenas de magia van entrando en un profundo sueño, tiñendo las sombras de un leve vapor de ceniza.
Sólo espero que Noviembre sea luminoso y traiga la sonrisa que algunos han perdido.



"Clamé al cielo, y no me oyó,
Mas, si sus puertas me cierra,
de mis pasos en la Tierra
responde el cielo, no yo."



¡Escuchad!, Entre los arbustos, los duendes traviesos de la lluvia lanzan con sus deditos helados hojas secas. Lejos, muy lejos, tan lejos que podría ser un recuerdo, alguien canta.

Feliz Noviembre a todos.

viernes, 18 de octubre de 2019

Congelar el tiempo.



    

Una noche soñé que era capaz de traspasar la línea que separa el pasado del presente. Si de verdad pudiéramos retroceder a ese lugar donde están anclados nuestros recuerdos, nuestras emociones y sentimientos vividos, sería una experiencia mágica y misteriosa y quizá para muchos una buena terapia para olvidar el ayer y valorar más el momento actual.

La traspasé lentamente en mi sueño, busqué calles que ya no tenían camino, rincones de salón que no existen, sensaciones y fragancias evaporadas, momentos grises e instantes de felicidad y de triunfo. Traspasé el sendero del tiempo inverso, renací en recuerdos casi olvidados, en ciudades no visitadas, en esquinas sin mis amigos, caminé entre versos sin rima y lecciones no aprendidas y finalmente llegué a la pared invisible, esa que nos lleva directamente a la profundidad de la mente y tuve la suerte de atravesarla y contemplar el lado más débil de mi alma y a la vez el más sensible.

Cuántas veces pasa por mi imaginación congelar el tiempo 






Congelar el instante mientras lo vivo, para evitar que pase a formar parte de mi lista de recuerdos. Detener el reloj de péndulo que tengo en la pared, que a veces me marea y jugar entre su minutero a ser infinita. Por qué cuando hablo del pasado siempre hay alguien que me pone el cartel de "STOP", no puedo entender esa manía de criticar algo que a mi me hace bien , sin embargo para ellos es todo lo contrario, ¡olvídate y vive el presente!- me dicen- pues lo siento pero a veces el presente no me agrada, aunque cierto es que todos tenemos entornos llenos de sombras que poco a poco van desapareciendo como la niebla.

Hacemos historia, formamos parte de ella y algún día seremos historia.




Nadie puede cambiar su historia, pero sí la manera en que experimenta de nuevo lo vivido.
Nadie puede evitar soñar. Hay sueños que enriquecen el alma, que nos llevan a un mundo imaginario, donde poder tocar la felicidad con la punta de los dedos. Donde poder devolver la salud a quien deseamos. Donde encontrar la luz, para quien no vé o el sonido para quien no oye.
Hay sueños donde podemos levantar el vuelo y llegar a tocar las estrellas, donde podemos bailar entre las nubes, correr entre montañas y jugar con las olas del más enbravecido de los mares. Nadie puede evitar soñar. Yo no quiero dejar de hacerlo, es lo único ìntimo que tengo para olvidar mis pesares y ser feliz disfrutando de las muchas melodías que suenan en ellos, además mis sueños son azules.

Alguien dijo que soñar es vivir.


Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar. Antonio Machado.


PD. Amigos, estaré unos días fuera. Esta entrada la escribí el 21/11/2012, me ha parecido oportuno volver a publicarla.




martes, 1 de octubre de 2019

Diamantes





Hay momentos en la vida que te sientes hundido en un agujero negro, en una oscuridad que no deja traspasar ni un ápice de luz, de tal manera que no hallas el modo de solucionar un problema, por mínimo que sea. Hay otros en cambio que el propio optimismo te ayuda a olvidar todos los baches y te sientes satisfecho de tus actos, olvidando las equivocaciones, los tropiezos y los errores. Quién no conoce el refrán "Dios aprieta pero no ahoga" y quién no conoce el escrito que compara la vida con un largo viaje en tren. Un viaje muy interesante lleno de embarques y desembarques, accidentes, sorpresas agradables y grandes decepciones. Un recorrido que nos lleva por estaciones alegres y tranquilas, y también por otras donde la angustia y los problemas parece que nos están esperando. Un tren lleno de túneles que camina sin billete directo a un destino desconocido y hacia un final aún más desconocido.

Curiosa comparación la que se me ocurre ahora: Durante la vida llegamos a juntar demasiados sacos llenos  de carbón que corresponden al lado oscuro de nuestra existencia, penas, decisiones equivocadas, desilusiones, acciones sin terminar, palabras no dichas, y tantos momentos de arrepentimiento, e incluso de dolor. Pero también reunimos cofres preciosos llenos de diamantes, porque todos poseemos varios diamantes, de mayor o menor grado de pureza, pero diamantes, que a pesar de su fulgurante brillo no los vemos y nos pasan desapercibidos hasta que llega el momento de mostrarlos para valorarlos.





* Diamantes son los años que han pasado, los años de juventud que jamás pensé que pasarían tan deprisa.

* Diamantes  son los días que caminaba ligerito, sin secuelas de dolor de espalda, de rodillas y de pies.
Cuando podía hablar de corrido sin tener lagunas mentales. Cuando me secaba el pelo y lo peinaba como quería, sin tener que disimular los cabellos blancos (tontería supina porque las canas son vanas -decía mi madre-).


* Diamantes es poder escuchar el placer de la música, oír bien y claro sin tener que poner cara de despiste porque estoy entiendo al revés. Poder comer cualquier cosa sin tener en cuenta el colesterol o la hipertensión.

* Diamantes son aquellos años cuando mi única preocupación era conquistar, y salía a la calle corriendo sin tener que mirarme al espejo porque la seguridad y la autoestima me sobraban.

Aquellos tiempos que no tuve que depender de unas lentes porque la presbicia estaba aún muy lejana. Que me ponía unos taconazos de impresión sin que mis pies se lamentaran.

* Diamantes eran los años que no existía el móvil, cuando nada era mejor que salir con la pandilla de amigos, sin tele ni ordenador y cuando sola podía recordar mis vivencias sin preguntar fechas a nadie. La memoria, amigos, es un tesoro.

¡Cuántos diamantes! y todos de regalo. Creo que merece la pena hacer un brindis por todos ellos, da igual, con vino, con cerveza, con champagne, con sidra, vermut de grifo, gaseosa, limonada o agua corriente.




Brindo por la edad ¡caramba! y brindo por la experiencia. Por los años que tengo, por los que he vivido, por las experiencias que he tenido, por las penas y alegrías, por la familia, por los amigos que mantengo.
Y brindo... uf! ya no me acuerdo por lo que iba a  brindar ¿ será que el diamante de la memoria lo estoy perdiendo?

La edad es solo un número, veámoslo así, sigamos disfrutando todo lo que nos queda en este tránsito maravilloso que es vivir y reuniendo cada día más diamantes.

En este mes de Octubre que acaba de empezar, permíteme que brinde por ti y por todos los que con paciencia me leéis.



jueves, 19 de septiembre de 2019

Preludio de otoño


Aquella noche de fin de verano salí al jardín entre calor y frío presintiendo el próximo color de la tierra. Encontrarme con ella dilataba mis pupilas, sabía que en la oscuridad se hace visible lo que la luz del día esconde. Tenía claro que los sueños se pasean por nuestro interior despejando todavía más la imaginación y entonces se hacen posibles cosas tan inverosímiles como respirar sin aire, dormir en una hoja o hacer malabares trepando por las veletas de las torres. Hasta es posible ponerse alas mágicas y de un soplo trasladarse a la nube más cercana, allá donde un albañil de ángel trabaja en su andamiaje para mostrarnos que hay otra vida.

Aquella noche dije adiós al verano y me agarré fuerte al árbol, que más que ramas tenía ya hilachos. Pronto estaría rodeado de niebla y no me importó porque me gusta la niebla, cuando es cercana siempre me parece que oculta algún dolor y si es alta, enturbia el ambiente con su bruma blanda y misteriosa regando la tierra con lluvia y no con llanto.
Aquella noche sentí el sabor amargo de no ver el mar, de no subir a la playa para mirar su oleaje verde, las gotas que antes mojaron mi cuerpo ahora salpicarán el manto de Dios.

Entra el otoño a pasitos cortos, viene con el lomo cubierto de hojas. Hay libros nuevos forrados de tela, pinceles sin utilizar, lienzos blancos esperando unos dedos hábiles, que sepan plasmar la auténtica belleza de los tonos cobrizos.

No te asomes a la ventana con tristeza, el otoño es una segunda primavera en la que cada hoja es una flor.
 
Es curioso, no duerme nadie en el cielo, hay un panorama de ojos abiertos aguardando dar la bienvenida al cambio de estación y aquí abajo, se abren las mentes con deseos de escribir mientras se saborea un café caliente.


Feliz Otoño




viernes, 13 de septiembre de 2019

Dedicado a ti, mujer.

 0

Si alguna vez tu mundo se derrumba, 
si mirando el espejo de tu alma, 
solo ves arrugas de tristeza,
cicatrices surcadas por el tiempo, 
las venas marcadas por el esfuerzo,  
y nubarrones de dolor en tus ojos, 
mira fíjamente hacia adelante,  
todavía te queda el corazón. 
¿Oyes cómo late?,  
eso es que estás viva, 
sientes, aunque sufras, 
ríes, aunque solo pienses en llorar, 
brillas, aunque tu estrella se apague, 
luchas, aunque no tengas fuerzas,
y lo más importante, 
tienes siempre unas manos si las necesitas. 
Las mías.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Feliz Septiembre





Estrenamos mes. Para mi septiembre es especial. Aunque todavía el calor aprieta  va siendo más soportable y los amaneceres son el preludio de un frescor que algunos ya echábamos de menos. El verano saca su billete y prepara el equipaje de salida, porque el otoño viene cargado con su paleta de pinturas, dispuesto a dar su toque tradicional de colorido. Además es especial porque en este mes ¡me casé!, sí, a finales, hace ya doscientos años... me casé.

Y después de un descanso largo o breve, es tiempo de reflexión. Mirar a lo lejos el rojizo color que tiene el cielo cuando cae la tarde, un panorama que nunca me cansa, aunque no esté a la orilla del mar, ni en la ladera de la montaña, sino en el mismo café de siempre, sentada en la mesa también de siempre, me produce la sensación de bienestar necesaria para enfrentarme a las nuevas vivencias que me esperan, para tener la suficiente fortaleza cuando de nuevo el destino me vuelva a  poner a prueba, con otro zarpazo inesperado. 

Soy observadora, a veces demasiado y me he dado cuenta de que a medida que aumenta la cantidad de pensamientos aumenta la experiencia negativa sin importar la polaridad de los pensamientos, es decir aunque los pensamientos sean positivos, si es muy rápido el flujo, producen estrés, desesperación, angustia, etc., y que a medida que disminuye el flujo de ellos por minuto, la experiencia es mucho más placentera y relajada, y la sensación de bienestar es más fuerte, más sublime.

Quizá no sea fácil de entender, pero parece que para disfrutar de la sensación de paz mental y emocional que deseamos, es necesario aprender a disminuir la cantidad de pensamientos por minuto que pasan por la conciencia, que según la psicología son un promedio de 60 mil por día en un adulto común. Pero resulta inevitable, el ser humano piensa y no cuenta la cantidad de veces que lo hace.

Paz mental y emocional en una vida que pasa demasiado deprisa, vuela más bien y por ello merece la pena hacer un lapsus para reflexionar. Los momentos vividos jamás vuelven y cada día abrimos la caja de bombones que, como decía Tom Hanks en Forrest Gump, "nunca sabes qué te va a tocar".
Cierto es que se aprende de los errores, que en ocasiones nos golpean donde más duele, pero cuando es así solemos levantarnos heroicamente y sobrellevamos con tesón cualquier pesadilla. Es nuestro preludio de satisfacción. A veces pienso que el éxito en la vida se alberga en nuestro corazón, es el único capaz de cambiar las tormentas por rayos de sol y las heridas por pétalos. 

Septiembre tiene el encanto de oler a frescura, sabe a uva madura y tiene color de atardeceres rojizos. Reminiscencias de mar y arena, de montañas y senderos, dan paso a aromas de hogar y vida  familiar recogida.

Feliz Septiembre a todos.





La vida es hermosa si haces el esfuerzo por hallar hermosura en ella.



sábado, 20 de julio de 2019

Hasta la vuelta





Me voy de vacaciones. Todos nos merecemos unos días de descanso, pocos o muchos, depende de lo que cada uno pueda o tenga previsto, pero hace falta desconectar de lo rutinario y salir un poquito del entorno. Escapar donde sea posible, da igual campo, mar o ese rincón especial donde alguien espera darnos un abrazo..
Unos días, solo unos días donde al asomarse a la ventana la vista se deleite con un paisaje diferente, un acantilado, un puesto de flores o un pequeño arbolillo que persiste entre la seca hierba de agosto.




Os dejo esta bonita reflexión:


"Fui a la clínica de la Vida para hacerme una revisión de rutina y encontré que mi salud se había resentido, que estaba enferma.
Cuando la Vida me tomó la presión, vio que estaba bajo de ternura.
Al medirme la temperatura, el termómetro registró 40º de ansiedad.
Me hizo un electrocardiograma y el diagnóstico fue que necesitaba abrazos de amor ...



Pasé luego a la ortopedia, ya que no podía caminar al lado de mis hijos y tampoco podía dar un abrazo fraternal porque me había endurecido.
También me encontró miopía, porque no podía ver más allá de las cosas negativas de mi prójimo.
Cuando me quejé de sordera, me diagnosticó que había dejado de escuchar a los que estaban a mi lado todo el día.
Hoy me he hecho un chequeo, y prometo que al salir de esta clínica cumpliré la pauta recomendada y tomaré solo medicamentos naturales:

Al levantarme, beber un vaso de agradecimiento.
Al llegar al trabajo, tomar una cucharada de paz.
A cada hora, ingerir un comprimido de paciencia y una tacita de humanidad.



Al llegar a casa, inyectarme una dosis de amor.




Y antes de acostarme, tomar dos cápsulas de conciencia tranquila.






Al salir de la clínica me fijé en el eslogan que tenían a la entrada:

"Vive siempre al máximo, el amor que te presenta la Vida."




Las fotografías son pinturas del artista italiano Pino Daeni.

sábado, 29 de junio de 2019

El alma se serena



Verano de nuevo. Calor sofocante de bienvenida, pero contentos todos aquellos que esperaban ansiosos el sol, la brisa marina, el dorado de los campos, el descanso y los días de asueto. 
Ya a las puertas de Julio, un mes que desearía que pasase sin pena ni gloria, aunque lo cierto es que de la pena no me libro;  de mi memoria no he logrado borrar una tragedia que sigue empañando mi alma a pesar de los años transcurridos.
Prefiero cualquier estación a ésta, sin embargo reconozco que después de un largo invierno, es un placer asomarse a sus noches. Noches serenas bañadas por aguas  mansas, por la ausencia de tensiones donde el pensamiento puede respirar tranquilidad, aunque el aire caliente casi queme y sobre todo noches en las que se puede meditar. Dejemos entonces que la mente trabaje y se canse porque es la herramienta idónea para equilibrar el cuerpo, está ahí para ser usada en las tareas más importantes, y solo cuando logra completar su misión, podemos decir que estamos en paz. Yo diría que el 80 y 90 por ciento del pensamiento es inútil y repetitivo y teniendo en cuenta su naturaleza disfuncional y a menudo negativa, buena parte de él no se aprovecha y también llega a ser dañino. 

Observa tu mente y te darás cuenta de que es verdad. El parloteo mental produce un serio desgaste de nuestra energía vital. El pensamiento compulsivo es casi una adicción, sientes que no puedes prescindir de él,  porque al fin y al cabo estamos identificados y dependemos de la mente. Creemos que si no pensamos no vivimos: "Cogito ergo sum"-Pienso, luego existo- Se dice que para liberarse hay que vivir el momento presente, olvidar el pasado y no dar importancia al futuro, ésta es la clave de la verdadera liberación, pero no podemos encontrar el momento presente mientras estemos tensos. 



En esta noche de verano no quisiera perder mi capacidad de análisis y discriminación. No me importaría aprender a pensar con más claridad, más enfocada, y por nada del mundo quisiera ser negativa. El don del pensamiento es lo más precioso que tenemos, sin él sólo seríamos otra especie animal, por ello hay que saber usarlo escogiendo solo lo positivo.

Asomarme al cielo del verano para mi es suficiente, buscar caras, pintar luceros o simplemente elevar hasta arriba el más imposible de los deseos. Soñar con aquellos días de mi infancia que fui feliz y que ahora les pongo nombre para no dejar de serlo, para hacer de cada noche de verano un sueño interminable, más allá del alba, hasta que me abrase los pies bajo las estrellas.

En mi balanza tengo dos cargas, el peso de una pérdida y  otro totalmente diferente, el nacimiento de mi segunda hija.
La vida y la muerte jamás podrán equilibrarse.

Feliz Julio a todos.

sábado, 22 de junio de 2019

El vals de las flores.




La primavera está recogiendo su alfombra una vez más, enrollándola como siempre para guardar sus flores entre un manto fresco.
Esta vez voy a pedirle un favor... que no se las lleve todas, que nos deje alguna como recuerdo, unas cuantas petunias, lilas, margaritas... y sobre todo rosas, rojas, blancas y amarillas. 

Primavera... no te lleves las rosas.🌹

Las flores hablan, ya lo he mencionado alguna vez. Esta mañana he salido al parque y el Tulipán me confesó que le gustaría tener una vida más larga, la Rosa liberarse de las espinas, el Clavel quiere un suave perfume y el Azahar un amor infinito. Todo está concentrado en ese silencio verde donde mis amigas las flores tienen su sinfonía. Me he acercado a las rosas y me han contado que están de fiesta.
- ¿De qué fiesta se trata?, del cumpleaños de una de ellas, una muy hermosa que vio la luz del sol un 23 de junio. 
-¿Y a qué especie pertenece, tiene nombre?, claro y es
especial, con un corazón enorme, se llama como tiene que llamarse, ROSA. 

 Buenos días - dijo el Nenúfar - acércate a mí -dijo la Violeta - tengo sabor a miel - sugirió el naranjo- y como estamos de fiesta, bailemos todos juntos el Vals de las Flores, antes de que el verano despierte. 

 A mi hija en su cumpleaños. 

MUCHAS FELICIDADES.  

miércoles, 5 de junio de 2019

Tiempo de cerezas

Querido mes de junio: déjame que me asome a tu ventana y me cuele en el recuerdo, déjame que vuelva a ver aquel jardín lleno de colores, que vuelva a notar el soplo del viento que traía olor a manzanas y sabor a café recién hecho. Que vuelva a sentir la alegría de un diploma y el suave tacto de unas manitas que por primera vez me acariciaron, porque por encima de todo en junio nació mi primera hija.





Me gustan los ventanales amplios, las grandes ventanas que dejan pasar la claridad del día, ventanas de madera que a través de sus cristales te trasladan al jardín sin mover un solo pie, que te dejan disfrutar del sonido de la naturaleza y te permiten escuchar los gritos de las rosas cuando el viento las despeina.
Por ellas se cuelan hacia el interior reflejos extraños, formando colores en espiral en el suelo y en las paredes, ecos que se escapan del más allá y se funden con la tibieza del ambiente. Una sensación plena de libertad donde el paisaje parece correr a lo lejos, una puerta abierta por la que se filtran las notas de una melodía, los silbidos del viento y sentimientos que fluyen en busca del calor del sol, que toman formas confusas, que usan palabras exóticas, que vuelan.


Es tiempo de cerezas. Junio recoge su fruto después de haber teñido de rosa los campos y los huertos. Todavía recuerdo aquellos árboles con las ramas cuajadas de pequeñas bolitas rojas. No era fácil cogerlas, la mayoría estaban demasiado altas y además tenían dueño. Nuestra casa no tenía cerezos, había un membrillo trenzado precioso donde colgaba un botijo de barro con agua fresca, había también grandes ventanas,  y por todas ellas se veía el cielo azul anunciando la llegada del verano. Ventanas que crujían con la lluvia, que llenaban de claridad mi habitación en época de exámenes y por encima de todo, ventanas que en las noches de junio me permitían ver las estrellas.


  

Curioso panorama el de un cielo plateado, seguro que lo has observado infinidad de veces.
Si miras las estrellas, fíjate que siempre hay una que brilla un poquito más. Cierra los ojos entonces y piensa en una cara bonita, en un rostro que hace tiempo que se esconde entre ellas, y seguro que lo vés, porque en el reino de la mente nada es imposible, lo positivo atrae a lo positivo y rechaza lo negativo.


Junio, el mes sexto en que tenemos treinta días de esperanzas y deseos. Que sin quererlo se va la primavera y a las puertas del verano nos ponemos.



martes, 28 de mayo de 2019





HUBO UN TIEMPO

En el que se pensaba con el corazón y se sentía con el cerebro. Hubo un tiempo en el que la humanidad se levantaba contra las guerras. Hoy, cuántas batallas olvidadas, cuánto girar la cabeza para esconderla bajo el ala...
Hoy existe una guerra sorda que pasa desapercibida, a pesar de estar en las trincheras de nuestros sentimientos. Es la guerra de la falta de escrúpulos morales, de las palabras vacías, en un campo donde solo impera el tener cuanto más mejor, el aparentar para presumir, el subir al escalón más alto olvidando algo tan importante como es la dignidad. Una guerra en la que escondemos nuestras virtudes por temor a ser dañados. Es la guerra en la que vivimos, donde no hay lucha ni defensa y solo importa sacar la bandera blanca en señal de rendición. Cuántas batallas perdidas y qué poco importa salir victorioso aunque sea con el cuerpo hecho jirones.
La escala de valores parece haber dado un giro y ya nadie se ocupa de ella, cuando el valor principal de la vida no está en lo que conseguimos, está en lo que logramos ser. Y de nuevo  recuerdo las palabras de mi padre...
Los valores humanos no cotizan en Bolsa, están por encima de todo valor material y dentro de nosotros esperando ser dados y a la vez recibidos.


Existe otro tiempo más crudo que nunca puede pasar desapercibido, ese tiempo en el que el corazón se deshace viendo como muchos profesionales se dejan la piel dando todo, pacientes de todas las edades y condiciones que se conforman con salir a unos jardines en una silla de ruedas, que aplauden emocionados ante un manojo de globos y que aunque sus mentes enfermas no comprendan, se muestran felices y agradecidos.

Este es el tiempo que quiero, el que me gusta, el de las noches estrelladas, de susurros y suaves palabras, de sollozos de emoción y lágrimas de agradecimiento.
Es el único tiempo que jamás cambiará.

Mi recuerdo a los pacientes del  Centro hospitalario S. JUAN de DIOS de Ciempozuelos.