Voz de mi hija. "Without you. Sin ti"

Voz de mi hija.

viernes, 30 de noviembre de 2018

Viernes en sintonía



Mi aporte a la idea de Autodidacta.

¿Por qué se dice que la lluvia 
es triste?, será porque el cielo cambia de color y se viste con un tenue velo grisáceo. O será porque el sol se esconde entre las nubes y deja un ambiente melancólico?









Cordes-sur-ciel, situada al noroeste de la ciudad francesa de Toulouse. Fundada en 1222 en la cumbre de un cerro aislado, conserva la mayor parte de sus edificios medievales. 
La foto se hizo un verano en un día de lluvia.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

El otro otoño




He vuelto a caminar entre cipreses, siempre con ambiente húmedo y encogida por el frío de mi Castilla. He vuelto a contemplar su gallardía, su perfecta hilera que se va perdiendo en el infinito y envidio sus copas que tienen más fácil llegar al cielo. Y en ese silencio entre piedras, la melancolía se convierte en una leve sonrisa, quizá sea porque te sientes vivo o porque has vuelto a dejar una parte de tu corazón prendido en unas flores.

Después tus neuronas empiezan a pensar en la próxima estación, no, no es el invierno, vuelve a ser el otoño, otro otoño diferente y mucho más real, el otoño de la vida, el que se va acercando de puntillas sin apenas darnos cuenta. Unos antes, otros ya y otros después, pero para todos llega.

No sé si pensamos lo suficiente en la vejez, como decía mi padre la palabra anciano no me gusta, el tiempo me ha demostrado que hasta que no se convierte en un problema, preferimos vivir al día y hasta cierto punto es lógico.

Pero la sociedad envejece, un porcentaje alto de la población tiene más de 60 años y la esperanza de vida es de las más altas de Europa. Parece que hemos superado los 83 años y lo que es una buena noticia se transforma también en incertidumbre.


Y aquí está la temida pregunta:


Quién cuidará de nosotros cuando seamos dependientes, cuando necesitemos apoyo porque ya no podamos valernos, quién cuidará de ti, de usted... No, no volvamos el rostro para evadir el tema... La realidad es que hasta nos estamos quedando  sin cuidadores y sólo los que pueden pagar a alguien para que pasee a su familiar, respiran tranquilos. Es curioso porque en las salas de terapia han incorporado una nueva modalidad de síndrome, el de cuidador. Lo padecen personas que viven pendientes de alguien que les necesita día y noche, presos de una circunstancia que, por mucho cariño que haya de por medio no deja de ser un problema agotador.

Hasta hace poco, el cuidado de niños, enfermos y ancianos formaba parte de la vida, de las tareas, de las mujeres de la casa. La incorporación de la mujer al mundo del trabajo remunerado ha trastocado esa realidad cotidiana; hay comunidades que la tasa de actividad femenina llega al 50% y no me parece una cifra demasiado alta, pero lo cierto es que les queda poco tiempo libre y menos energía. Se intenta, pero cuesta mucho y el resultado es que las mujeres de entre 35 y 55 años padecen tres veces más enfermedades por culpa del estrés que los ejecutivos. Además muchos hombres no están preparados para cuidar a nadie y les suele costar asumir su parte. Desde luego que hay excepciones, pero asear a los ancianos, darles de comer, vigilar que tomen las medicinas, cambiarles las sábanas, escuchar, hablar de gente que no está, cogerles la mano y prepararles la merienda, cosas que antes hacían las hijas o las abuelas jóvenes, no resulta fácil cuando estás sometido a otras obligaciones

Observamos con miedo a nuestros mayores y aturdidos por una responsabilidad que nos sobrepesa, reclamamos ayuda al Estado, que no es capaz de responder con más ayuda social y que sigue confiando en la familia tradicional, la de siempre, la que sacaba las castañas del fuego y se hacía cargo.

España dedica alrededor del 20% del PBI a gasto social, cuando la media en Europa alcanza el 27% y en lugares como Suecia y Finlandia pasa del 3o%. Los europeos, sobre todo los del norte, ya se han hecho a la idea de que serán sus impuestos y no sus familias, los que les asegurarán una vejez digna. La familia media necesita del Estado. Cuidan del abuelo, pero sueñan con avanzar en la lista de espera y conseguir una plaza en una residencia pública y para muchos además esta ayuda es urgente y prioritaria. Los hogares no están preparados para atender las necesidades de pacientes con Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia senil.

Tambien es verdad que a lo que la gente aspira es a envejecer en casa, al margen de enfermedades y deterioros extremos, porque se teme que en las residencias, por bien que estén, los ancianos mueren antes, al menos es lo que se oye y que desde luego no está para nada demostrado. Aunque la mayoría prefieren vivir solos, no quieren ser un lastre y se aferran a sus viejos pisos en su barrio de toda la vida, también muchos, los menos, optan por buscar una cama limpia, en un lugar luminoso donde tengan todas las necesidades cubiertas. Sin embargo la mayoría reclaman más ayuda domiciliaria a cargo del Estado y, algo de compañía.

A base de insistir conseguiremos esta ayuda a domicilio, pero ¿dónde encontraremos la compañía?. Me temo que el Estado no nos arreglará este asunto de envejecer bien y que tendremos que buscar una fórmula que nos permita a hombres y mujeres cuidar de los nuestros. Nos quedará menos tiempo para el trabajo y para el ocio, incluso habrá que renunciar a muchas cosas, pero todo sea por una vejez digna y así encontrar una respuesta a esta enorme duda:

Y a ti...¿quién te cuidará?


Entre los arbustos, los duendes traviesos de la lluvia lanzan con sus deditos helados hojas secas como sueños abandonados. Lejos, muy lejos, tan lejos que podría ser un recuerdo, alguien canta.

Es un  poco largo. Perdonad.

martes, 13 de noviembre de 2018

Las aventuras de la princesa calva...



Hoy os dejo un enlace que me gustaría que cuando entréis en él lo hagáis con la ilusión de ¡Voy a hacer algo fantástico! Es importante, es la oportunidad de ayudar a una buena causa. El puñetero cáncer entra en muchas casas y a veces se acurruca en los más pequeños.
Un amigo bloguero pide solidaridad, otro ya ha acudido en su ayuda haciendo publico también en su blog lo mismo que hago yo ahora y me encantaría que lo imitarais, que lo copiarais en vuestros blogs. Hace algún tiempo ya lo hicimos cuando una bloguera amiga nos lo propuso esperando que un amigo pudiera publicar su libro y lo conseguimos entre todos.
Por favor entrar en los enlaces azules, son tres.
Gracias porque sé que esto será un éxito entre todos. Y gracias a ti, querida Ester, el cáncer sigue siendo un mazazo para cualquiera, yo que he trabajado en un hospital infantil, sé lo durísimo que es cuando el paciente es un niño. Resulta incomprensible.