Recuerdo finales de año muy divertidos, la mayoría con mucho frío, jugando a alcanzar los carámbanos que colgaban de los árboles, pisando la nieve que había caído el día treintaiuno mientras la luna correteaba entre las nubes, la lluvia jugaba a la comba en el camino, mi silueta se columpiaba entre arbustos y matorrales, el jadeo inflaba mis sienes al correr entre los charcos, el viento agrietaba mis párpados y mis rodillas se amoldaban en la escarcha. Una forma un tanto poética de despedir el año pero hermosa.
No creo en los milagros, creo en la fuerza de la mente y en la lucha por la supervivencia.
Voy a contaros una historia que algunos ya conocen porque la publiqué en una ocasión y que de nuevo saco del baúl de los recuerdos en estas fechas. Una historia verdadera y hermosa que marcó los pocos años que tenía entonces. El nombre de su protagonista es ficticio como es lógico.
Miguel era un joven de diecisiete años que un día haciendo deporte en el colegio, cayó fulminado al suelo. Ingresó en el hospital aquejado de un accidente cerebrovascular grave y fue llevado directamente a la UCI entrando sin remisión en un coma profundo. No sé el tiempo exacto que llevaba en ese estado, cuando yo comencé mis prácticas en Cuidados Intensivos me dijeron que era el veterano más joven de allí y que ya sobrepasaba el año. Intubado y conectado a varias máquinas que mantenían sus constantes vitales, Miguel pasaba los días sin dar ninguna señal de mejoría. Ausente, con los ojos cerrados, pero vivo, su corazón y su cerebro seguían marcando el ritmo en los monitores. Todos los días me tocaba ocuparme de él, solía pronunciar su nombre varias veces y a ratos le hablaba, estaba segura de que me oía, aunque no obtenía ninguna señal yo sabía que me escuchaba. Está experimentado que en estado de coma el único sentido que prevalece es el del oído, y también el último que se pierde.
Una mañana como de costumbre y después de tomarle las constantes (temperatura, pulso y tensión arterial) me fijé que el suero se estaba terminando y fui al almacén para buscar uno nuevo. Volví con la botella tarareando bajito una canción propia de las fechas, ( la Navidad estaba a la vuelta de la esquina ). Mientras colgaba el suero, miré con tristeza como tantas veces el rostro de aquel joven. De repente una lágrima resbaló por su mejilla, fue una señal que me impactó, quizá la única forma que tuvo Miguel de hacerme entender que escuchaba mi canción y a la vez el primer indicio de esperanza.
Después de las vacaciones navideñas no volví a la UCI, me trasladaron a otro servicio, lo mismo que a Miguel. Me dijeron que había salido del coma y estaba ya en la planta de Neurología y aunque amenazaban inevitables secuelas, estaba consciente mejorando poco a poco.
Nunca dije nada ni comenté el caso, pero si los milagros existen, Miguel desde luego fue uno de ellos. Me pregunto si habrá recordado alguna vez más aquel villancico, no importa, es algo que ocurrió hace tiempo y que fue importante y muy gratificante para mi en unas Navidades inolvidables.
FELIZ AÑO A TODOS
"Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones." Juramento de Hipócrates.
Una tierna historia la de Miguel,muy emotiva, aunque a mi me ha dejado pensativo, si fuera cierto que sentía, debe de ser una tortura tremenda sentir lo que pasa a nuestro alrededor y no poder comunicarnos, permanecer inmóviles todo el tiempo...
ResponderEliminarEn fin, correré un tupido velo...
¡Feliz salida y entrada de año!
¡FELIZ 2014!
Besos y salud
Gran vivencia la tuya. Yo sí creo en los milagros y creo que en cierto modo, esa historia, lo fue.
ResponderEliminar¡FELIZ AÑO LLENO DE VENTURAS!
Un fuerte abrazo.
Si se admitieran tacos escribiría el que me ha salido del alma. Yo si creo en los milagros y cada uno los llama de una manera. Me alegro de que hayas vuelto a publicar la historia, es muy bonita y apropiada para estas fechas en que todos andamos un poco blanditos.
ResponderEliminarAdiós al 2013 y bienvenido el 14, todo seguirá igual pero por unas horas todos estaremos mas juntos y mas alegres.
Un abrazo con palmada. (Sigo buscando el porque los hombres la dan pero no lo encuentro)
enternecedora Historia Vivida por ti.
ResponderEliminarNo me extraña nada la recuperación del enfermo.
Quiera o no, ese Amor tuyo hacia el prójimo, hace mas a la Naturaleza que todos los Fármacos juntos.
Te deseo todo lo mejor para el 2.014
¡¡ HASTA EL AÑO QUE VIENE !!
manolo
Genin:
ResponderEliminarSe ha comprobado que el oído es el último sentido que se pierde. Si Miguel oía no tengo más prueba que aquella lágrima que quizá fue un reflejo involuntario, pero lo cierto es que salió del coma.
A veces es mejor no dar vueltas a las cosas, tienes razón.
FELIZ 2014
Luismi:
ResponderEliminarYo lo llamo milagro, quizá fue casualidad y aquella lágrima un reflejo involuntario, los ojos pueden llorar estando en coma y muchas veces hay que secarlos. En aquellos momentos solo pensé en que estaba oyendo mi canción y no me importó nada la ciencia.
Un abrazo Luismi, hoy estarás corriendo, seguro. Que tengas un feliz año.
Ester:
ResponderEliminarVoy a decirte algo que por ética profesional no lo he puesto en mi entrada.
No tengo otro remedio que creer en los milagros, en concreto en éste, porque a Miguel estuvieron a punto de desconectarle el respirator en una ocasión, molestaba ya, ante mi asombro por tan terrible acción ni se inmutaron,yo solo era una más en prácticas y solo podía ver y callar. Por eso he puesto un fragmento del juramento de Hipócrates al final de mi post.
Las palabras son pocas ante tal acción y gracias a Dios las cosas siguieron por el camino justo.
FELIZ AÑO en compañía de todos los tuyos.
Katy:
ResponderEliminarEstoy segura de que el nuevo año va a traer todo lo mejor para vosotros, para todos los que me leéis.
Un fuerte abrazo.
Manolo:
ResponderEliminarEstremecedora y real, Manolo, lee lo que he contestado a Ester y verás lo que aquel muchacho significó para mi. Tuve una mezcla de dolor y alegría que llegó a confundirme.
Y al final triunfó la justicia.
FELIZ 2014, querido amigo.
El amor, el afecto y los buenos deseos son capaces muchas veces de operar milagros. Yo si creo en ese poder de la mente que teje una especie de urdimbre afectiva entre los seres humanos y logra a veces lo que parece imposible.
ResponderEliminarFeliz 2014, acabado de nacer.
Un fuerte y cariñoso abrazo.
Bonita experiencia Airblue. Feliz Año querida amiga junto a tu familia. Un gran abrazo desde la distancia. Muchas felicidades!~~
ResponderEliminarFeliz año Antonio y que podamos seguir felicitándonos en la distancia.
ResponderEliminarUn abrazo.