Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

sábado, 28 de noviembre de 2009

PEQUEÑAS COSAS





Hace tiempo que no subo al desván y de vez en cuando es bueno entrar en la habitación del recuerdo, pero esta vez voy a seleccionar, es decir, como dice una lejana amiga a la que quiero mucho, sacaré lo que realmente interesa, me divierte o me causa satisfacción, lo demás lo dejaré bien cerrado y atado para que se quede guardadito y no escape del sitio que le corresponde estar.





No he vuelto a subir escaleras como aquella, una barandilla de madera pulida servía de apoyo mientras ibas pisando la alfombra verde. Una estrecha y bonita alfombra que mi madre había colocado de adorno y que además de vestir los escalones, servía para dar algún infortunado tropezón, bien por ir demasiado deprisa o porque al final del día siempre terminaba la pobre llena de arrugas.







En la planta de arriba estaban los dormitorios, el baño, el cuarto de estudio y el famoso trastero. A mí me costaba un triunfo subir los peldaños, sobre todo cuando empezaba a caer la tarde y anochecia. Mi madre nos recalcaba que siempre había algo que llevar y colocar en su sitio y por tanto nunca teníamos que subir con las manos vacías.



Aquella habitación siempre estaba cerrada. Por el rabillo del ojo miraba el resquicio de luz que se colaba por debajo de la puerta y que trazaba una perfecta línea luminosa en el suelo de madera. Un montón de viejos libros con hojas casi pardas se apilaban en la alacena, diccionarios de tapas rojas de tela deshilachada, apuntes y láminas de dibujos de topografía. Había también cajas llenas de herramientas, lijas, cuerdas y bolas de cera, sí, unas pequeñas bolas que mi padre guardaba para licuarlas y unirlas con resina y luego tensar los lienzos que pintaba. Recuerdo unas láminas de " cola de pescado", un pegamento fuerte que ponía rígida la tela y una vez seca la fijaba con clavos al bastidor. Antes se hacía así, además de artesano era barato.



También teníamos enseres de caballería, botas de montar, fustas y espuelas. La mezcla de olor a cuero y papel no resultaba agradable y sin embargo hoy daría lo que pudiera por volver a sentirlo ... ¿Alguien ha visto alguna vez un saca botas?, un artilugio de madera que sirve lógicamente para sacar las botas hasta la rodilla que calzan los jinetes. Y de nuevo menciono a mi padre que fue un gran jinete muy aficionado y practicante de la hípica.



















Al fondo estaba el arcón, antiguo cofre de madera oscurecido por el tiempo y traído de Marruecos donde mi familia vivió dos años y donde vine a este mundo. El pobre estaba lleno de ropas usadas, cortinas y retales; lo único que merecia la pena era un pequeño mantón de Manila gris y bordado con aves exóticas que a mi madre le regalaron cuando era niña, mantón que un dia me llevé y que todavía hoy conservo, un poco descolorido pero intacto a pesar de tener unos ochenta años.
Soñar no cuesta nada e imaginar tampoco, asi que voy a rebobinar un poco y retroceder en el tiempo. Quiero volver a subir aquellos peldaños de la escalera de mi casa porque me encanta jugar a ser niña y tener pocos años. Esta vez estoy subiendo sin tropezar en la alfombra verde, sola y está anocheciendo... en el desván hay luz y la puerta está abierta, el baúl sigue en el mismo lugar, dije que era oscuro, pues ahora lo veo azul y encuentro cajas de flores secas, las secaba yo misma colocándolas entre dos cristales. Son violetas, amapolas y lirios, todas del jardín.


En otra entrada ya conté que coleccionaba bolas de cristal; aún hay papelillos simulando nieve al agitarlas. No sé las veces que he intentado abrilas pero al final siempre me daba pena.
El taco de postales sujeto con una goma pegajosa, los vinilos de música retro y mi primer tocadiscos, una joya en forma de maletín que tenía el altavoz por tapa.
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Y la muñeca de pestañas largas y ojos de cristal, ¡buf!, esa sí que daba miedo. Era de mi tia, vestida de terciopelo verde, pamela y guantes de ganchillo; cuando me acercaba a mirarla,¡zas! me daba un sopapo. Me aterraba. Más tarde supe que era mi abuela la autora de tan cruel hazaña, quizá por hacer una gracia o para evitar que estropeara la susodicha "pepona".











Aquellas eran las pequeñas cosas que llenaban mi vida. Una flor, el brillo del sol, la lluvia al caer... y en mi imaginación todo estaba envuelto en un intenso color azul.

Hace amigos mucho tiempo que no me daba una vuelta por el desván, que no hurgaba en el baúl de los recuerdos. Hace demasiado tiempo que dejé de ser niña, pero aún creo que sigo jugando, aunque solo sea en mis sueños, sigo jugando.



13 comentarios:

  1. Te leí con atención. Subí junto a vos la escalera y te miré desde un rincón, tu mirada era la de una niña curiosa y alegre. Sólo un instante de magia y muchos recuerdos gratos, de esos que te hacen bien y te ayudan a sonreír, y a jugar un poco también, a todos nos hace bien jugar, Air...todos jugamos un poco.

    ¿Y las flores de la cabecera? no las vi cuando entré...uchs! creo que entré por la puerta de atrás.

    Air! que tengas un hermoso fin de semana!

    BESOS!!!!!

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  2. Vuelvo para decirte que esas amapolas rojas son hermosas!!
    ¿Las plantaste recién?

    BESOS!

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  3. Hoa querida amiga, vaya entrada,de tu mano me fui al mio, yo no tengo desván, la vida me privó de esos recuerdos...
    Pero ahora tengo un pequeño trastero dónde conservo "No trastos" sino todas mis colecciones varias y harán las delicias de mis nietos en cuanto les deje. Allí paso algunas horas entre montones de papeles amarillentos, cartas, postales, llaveros, monedas, sellos... Y guardo una muñeca desde hace 40 años que ha hecho de niño Jesús en numerosas obras de teatro que hacía con los niños en la Parroquia. En fin los recuerdos nos unen y como dices nuestros sueños infantiles siguen revoloteando a nuestro alrededor.
    Disfruté mucho leyéndote.
    Un beso amiga y buen finde

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  4. Qué lindos recuerdos!!!! Uno va guardando pequeños tesoros, con el tiempo, y yo tengo algunos de mis abuelos que guardo con inmenso cariño, y espero que mis hijos también lo hagan. La Singer (máquina de coser) de mi bisabuela, que todavía funciona!, y uno de los baúles parte del equipaje que traían mi abuela y sus padres al dejar su tierra (Italia) y mudarse a Argentina. Este último tiene tanto significado para mi... xq llegó de Italia hace más de 85 años y xq mi abuelo lo arregló especialmente para que yo lo use. Besos.

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  5. Hola linda...
    Vengo en ratito libre que tengo, jaja.
    Yo hace tiempo que dejé de subir al desván.
    No tengo cosas guardadas que merezcan la pena y las que si la merecen, están en mi corazón. Siempre conmigo.
    No quiero acumular, pero me parece bello tu desván, tus recuerdos.
    Gracias por compartirlos con todos.
    Espero que estés bien, mi niña.
    Muchos besos de colores, de nuestro bello otoño en Madrid.
    Natacha.

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  6. El baul de los recuerdos...
    Ese que tenemos todos, unas veces existe fisicamente y otras, las mas, está en nuestros recuerdos...
    Nostalgia de otros tiempos, nuestro cerebro hace su particular criba y cuando sentimos esa nostalgia nada enfermiza, criba cuidadosamente los recuerdos para separar y eliminar los malos, por eso se dice que cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque no sea cierto.
    Bueno amiga morita...jajajaja
    Te deseo un feliz fin de semana y como siempre te mando mis sinceros besitos y te deseo salud.

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  7. Es muy grato traer a mi mente esos recuerdos tan preciados mientras leia tu entrada, asi como tu entrabas a esa pieza y observabas con gran nostalgia las cosas almacenadas, me veia en la pieza que mantenía mi padre al fondo del patio donde tenía un taller en el que reparaba muchas cosas en especial electricas, radios, televisores, videos,etc. Esos olores en especial el de la soldadura a estaño y que a la fecha todavía se mantiene a pesar del tiempo transcurrido.
    Un gran abrazo querida amiga Airblue

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  8. Recordar la infancia, la niñez siempre es grato, lo hacemos con ternura porque hay recuerdos que siempre estan en el Alma.

    El cerebro,-muy sabio por cierto- tiende a retener buenos e inolvidables momentos que nos dejaron gratas vivencias. Los recuerdos menos agradables - como dice Genin - tienden a disiparse- y se recuerdan como algo "borroso".
    Un día hablaban dos escritores, uno le decía al otro....¿Porqué se recordaba con tanto cariño el lugar don pasamos la infancia???

    El otro le respondió...Es que esta 1ªetapa de nuestra vida, crea identidad propia. Se afianzan recuerdos que duran toda la vida.

    Felices Sueños

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  9. Hola Air que bonito es sentirse niña, aunque los años nos pesen,a mi me gusta de vez en cuando revolber en las cosas que tenemos guardas, aunque yo soy de las que tengo poco puesto que no tengo desban pero siempre se arinconan trastos y recuerdos en algun armario y eso si que los tengo grades, sobre todo las fotos antiguas de nuestros padres Hace poco en casa de mi hermano me encontre con una foto en la que estamos los cico hermanos y mi padre,me hizo mucha ilusion porque yo no tenia fotos de bebe y en esa tego como un añito es la unica foto que me veo de niñita. Soñar es bonito y si en ellos eres niña estupendo, Gacias por visitar mi casa, en la foto o pequeño video la que esta trepando soy yo; ay tambien me senti niña y una gran satifación,

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  10. ¡Hola Air!

    Que entañable este post lleno de añoranzas de la niñez. Me hiciste recordar también el viejo desván de mi casa que era compartido por dos pisos, y en que jugaba a veces con mis primos, cuando llovía y no podiamos salir a jugar fuera de casa. Allí haciamos teatro y nos disfrazabamos con ropas,sombreros y zapatos que había en un baul grande, donde se almacenaban hasta que venia "la trapedra"(Mujeres que pasaban por las casas recogiendo material desechable).Lo que es agradable es los recuerdos de infancia sobre todo cuando esta ha sido feliz.

    Un fuerte y cariñoso abrazo.

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  11. Hola Air, ¡¡como me gusta retroceder en el tiempo contigo!!,iba de tu mano al desván y me gustó mucho todo lo que vi en él...pero yo si tropecé en la alfombra verde, es que soy muy patosa jajaja.
    Ya por fin tengo ordenador nuevo.
    Besitos

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  12. Hola Preciosa, he subido contigo esas escaleras con la alfombra verde un poco arrugada y me ha encantado ver todo los recuerdos que guardas en el desván, yo tengo también bonitos recuerdos en mi cuartito, pero sobre todo los mejores lo llevo en mi corazón.
    Agradable sensación recordando aquellos años que han pasado.
    Besitos.
    LEZ

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  13. Que gozada Air, a estas horas de la madrugada poder recorrer esos espacios del desván de tu memoria.

    Es que lo preparas y lo narras con tanta intensidad que uno se siente allí, en aquel momento, en aquel desván.

    ¿Sabes? Siempre he deseado tener un desván o una buhardilla en una inmensa casa de pueblo y a este paso me quedaré con los recuerdos de mi trastero nada más... jajaja...

    Un abrazo Air

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