Reflejos extraños que se cuelan hacia el interior, formando colores en espiral en el suelo y en las paredes. Algún eco que se escapa de unos cuantos metros más allá. La tibieza en el ambiente. Una sensación plena de libertad. Algún paisaje que parece correr a lo lejos. Alguna puerta que abierta deja escuchar los sonidos de una música. Y pensamientos que se escapan en busca del calor del sol. Que toman formas confusas. Que usan palabras exóticas. Que vuelan.
Es tiempo de cerezas. Junio recoge su fruto después de haber teñido de rosa los campos y los huertos. Todavía recuerdo aquellos árboles con las ramas cuajadas de pequeñas bolitas rojas. No era fácil cogerlas, la mayoría estaban demasiado altas y además tenían dueño. Nuestra casa no tenía cerezos, pero tenía grandes ventanas, demasiadas y por todas ellas se veía el cielo que empezaba a anunciar la llegada del verano. Ventanas que crujían cuando llegaba la lluvia, que llenaban de claridad mi habitación en época de exámenes y por encima de todo, ventanas que en las noches de junio me permitían ver las estrellas.
Curioso panorama el del cielo plateado, seguro que lo has observado infinidad de veces.
Si miras las estrellas, fíjate que siempre hay una que brilla un poquito más. Cierra los ojos entonces y piensa en una cara bonita, en un rostro que hace tiempo que se esconde entre ellas. Y lo verás, porque sólo quién se propone algo, lo puede lograr.
Lo has descrito todo maravillosamente, yo si he tenido la suerte de tener varios cerezos, uno tempranísimo y las picotas mas tardías, no puedo describir la sensación de comer las cerezas en el mismo árbol con las gotitas de rocío a primera hora de la mañana.
ResponderEliminarEsa descripción que haces da una extraordinaria sensación de libertad y bienestar, ojalá que la sientas toda tu vida!
Besos y salud
Dan ganas de ir a esa ventana que describes, pues lamentándolo mucho la mia no dá a ningún jardin de cerezos, solo a mi balcón de geranios y de momento estos no se comen. ¡¡Me encantan las cerezas!!.
ResponderEliminarBesitos Air
Vayaa como me gustan las cerezas, pero acá no es época estamos en pleno invierno, pero se suple con pepinos dulces que son muy frescos y jugosos. Ahora esa misma ventana pero llena de gotitas de lluvia, pero sin los cerezos.Y otra ventana que al mirar ves la montaña que te alienta y llama para que la subas... oh, que libertad amiga.
ResponderEliminarUn gran abrazo Airblue.
Belllo questo post, brava! buona gio9rnata...ciao
ResponderEliminarVengo a devolverte la visita y como me gusta lo que leo me quedo por aquí.
ResponderEliminarGracias por vistar mi blog. Un saludo
Genín:
ResponderEliminarBonitas palabras las tuyas, amigo, no llegué nunca a comer las cerezas en el árbol, sí otra clase de frutos y esa sensación de frescura es inolvidable. Ahora ya no se come la fruta de antes, la maduran en cámaras y cuando llega a nosotros ha perdido aroma y sabor.
Besos azules.
A mi también mr gustan mucho las picotas, hasta las cuento para no pasarme.
ResponderEliminarJa,ja. Los geranios se comerán si la crisis sigue.
Besitos.
Antonio:
ResponderEliminarCualquier ventana es hermosa cuando nos muestra sensación de paz. En invierno el paisaje es distinto, pero igual de acogedor.
Lejos, la montaña te saluda Martín.
Un abrazo.
GRACIAS POR VITARME. DESPUES DE LEER TU BLOG QUE GUSTO MUCHO, RECONONOZCO QUE YO TENGO O MIO PERO LO TUYO NO TIENE DESPERDICIO. ANIMO UN ABRAZO
ResponderEliminarAirblue me has recordado la casa de mis padres cuando era pequeña.
ResponderEliminarCon las ventanas abiertas entrando el aire que hace bailar a las cortinas, olores a flores y sonido de una radio que viene de lo lejos.
Precioso. Un abrazo mi querida amiga.
PD.- Las cerezas son mi fruta preferida en esta época.
Hola preciosa, me gustan tus ventanas, veo en ellas tu alma volar.
ResponderEliminarMe gustan las cerezas, tendré que esperar acá vamos camino de invierno.
Te dejo mi ternura
Sor.Cecilia
He leido tu comentario en el blog de Chela y he querido pasarme por aqui y saludarte.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Querida amiga!¡Perdona el tiempo que hace que no vengo por aquí!
ResponderEliminarCon lo bien que se relaja uno en tu "casita", escuchando buena música y leyendo tus textos que en este caso me hacen también recordar los veranos de mi infancia y las cerezas. En la casa de mis abuelos paternos, en el campo, tenian dos cerezos enormes cuajados de fruto, una cerezas gruesas y de un rojo casi negro ¡riquisimas!
Yo he terminado ya el curso en la Universidad senior y ahora estoy arreglando un poco la casa y comunicándome con los amigos antes de irme al apartamento de la playa el próximo mes. Por el momento aquí está gris y hace frio, tanto que he tenido que ponerme una chaqueta.
Veo que te ha visitado mi amiga Nerim y también Chelo, con la que conecté a través de ella. Dos personas estupendas.
En noviembre espero ir a Madrid y ansio tener algún encuentro contigo, si antes no vuelves tu por aquí.
Mientras te escribo ha cambiado la música, pero toda es estupenda. Ahora suena un bailable de mi época.
Recibe un fuerte abrazo.Prometo no tardar tanto en visitarte.
Chela:
ResponderEliminarPues sí... ya te echaba yo en falta, pero siempre digo que habrá un motivo.
Este verano pensamos ir a Asturias y luego a descansar a nuestro hotelito rural unos días.
Te espero en Madrid, si vienes no olvides avisarme, estaremos encantados de verte de nuevo.
Otro abrazo para ti, querida amiga.