Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

jueves, 1 de agosto de 2013

BEGIN THE BEGUINE



 Sentada a la orilla del mar en una de mis tardes de ocio, contemplando cómo el sol se hunde lentamente detrás de las montañas y la brisa acariciar el manto de las aguas, me siento verdaderamente bien, en paz conmigo misma. Cabriolas en el aire, sonidos de caracolas de nácar y canciones de sirenas repican en mi corazón. Y es que siempre me han gustado los atardeceres  marinos y cuando se presenta la ocasión procuro aprovechar el poco tiempo que duran.




De pronto, alguien arranca ruidosamente su motora. El escándalo de la máquina rompe al momento todo el encanto y me siento molesta, irritada por el inoportuno personaje incapaz de apreciar como yo, la tranquilidad de la caída del día. Al cabo de unos instantes se aleja el ruido y todo vuelve a la calma.

Entonces me doy cuenta de que mis vacaciones se acaban y que pronto tendré que reemprender el camino de mi ciudad para volver a la rutina de siempre. Me veo otra vez levantándome con el tiempo justo, bebiendo un café a toda velocidad y padeciendo el ruido encantador del tráfico. ¡Ah! pero esta vez  tengo todo el mes de agosto por delante y en Madrid se nota un vacío que resulta agradable, al menos será más llevadera la vuelta.


 
 
Volver  tiene su aliciente después de haber disfrutado de unos días de descanso en los que la temperatura no ha podido ser mejor, volver renovada y fresca. Lo peor ha sido despedirme primero del mar, después de la montaña.





MAR

De azules reflejos, de salados sabores, de conchas y caracolas.

MAR

De aguas danzantes, de barcos, faros y rompeolas.

MAR

Donde se mira la luna y el viento baila con su dulce brisa.

MAR

De bravas aguas que rompe en olas blancas acariciando la arena.

 

El camino de la montaña, como el de la vida, no se recorre con las piernas sino con el corazón




El mar se quedó allí, como siempre. Esta vez me despidió sereno y mucho más azul que de costumbre. Me llenó de energía positiva - que buena falta me hace - Vuelvo de nuevo a casa y ahora tendré que mirar al cielo si quiero ver ... un mar de estrellas.




 



 



16 comentarios:

  1. Leyéndote descubro que has estado tranquila, disfrutando de la calma del mar y la paz de las montañas, ese mar plateado y aquellas montañas canosas: Un paraíso.
    Bienregresada a tu casa y tu rutina, con ese compás de espera que es el mes de agosto, para que te hagas a la idea, para que te acostumbres a un calor desvergonzado que se mete hasta el alma. Descubre en el cielo ese mar de estrellas, acomoda en tu interior un río de energía positiva y encuentra en el blog un montón de cariño acumulado. Abrazos

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  2. ¡Bienvenida a la rutina del hogar!
    Seguro que puedes disfrutar de la relativa calma del vacío Madrid de Agosto, aunque quizá con la crisis se haya quedado mas gente sin poder ir de vacas...
    Besos y salud

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  3. Me alegro que hayas disfrutado de ese mar y esa montaña. Que tengas un feliz regreso a la rutina de nuestro caluroso Madrid.

    Besos y abrazos.

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  4. Es bueno volver a leerte y saber que has pasado unos lindos días.
    Hermosas imagenes!!!
    Carños...

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  5. Yo estuve viendo un mar lindo y una montañes con abrigo verde intenso precioso temperatura muy buena sol de dia para poderse bronceal, y agradable temperatura para poder descansar sin ahire acondicionado esto es Cantabria. un abrazo

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  6. Hola amiga Air que bonito ablando de mi mar,te deseo un feliz retorno y que esa energía positiva te dure todo el año hasta las próximas vacaciones, se feliz con cariño Chispas

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  7. Ester:

    La bofetada de calor ha sido buena... lo malo de Madrid es que los edificios no dejan correr el aire y por la noche sueltan todo el ardor acumulado del día. Un horno, pero vuelvo con mis hijas, con Lupito, con Kayser,¿te he dicho que mi niña mayor tiene un perrito de cuatro meses? y vuelvo a buscar estrellas, aunque sea en mis sueños.

    Un abrazo marino.

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  8. Genín:

    Pues a pesar de la crisis, Madrid se nota vacío, sobre todo por mi zona y se aparca de maravilla.
    Gracias por tu bienvenida.

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  9. Luismi:

    Mar gallego y montaña cántabra, todo una delicia.
    De vuelta a un Madrid que parece un horno, pero volver no deja de ser una suerte ¿no crees?.

    Gracias amigo.

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  10. Oriana:

    Muchas gracias por tu comentario, menos la que encabeza la entrada, las fotos son mías.

    Un abrazo.

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  11. mjesus:

    Tienes una tierra preciosa, la conozco muy bien, todos los rincones y desde que era niña. Mi único cuñado es de Cantabria.

    Besos.

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  12. Chispas:

    Curiosamente mi hija mayor estuvo en Torrevieja y ha conocido tu tierra. Buenas playas aunque muy llenas.

    Un abrazo Cuca y cuídate.

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  13. Me alegra que hayas disfrutado y tomado un merecido descanso amiga lejana, yo con casi vacaciones todo el tiempo los fines de semana bien viajados en cleta comiendo kilómetros por la carretera y caminos por diferentes ciudades, también he ido a la montaña no dejo de visitarla de vez en cuando ya que su silencio y naturaleza que te entrega te da paz a tu espíritu y renueva tu energía. Espero estés bien. Un gran abrazo Airblue.

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  14. Antonio:

    Si vieras el sitio tan bonito en el que he estado, te encantaría. Bañándome y viendo los Picos de Europa con nieve y toooooodo verde.

    Siempre que veo la montaña me acuerdo de ti.

    Estoy bien, todo lo bien que se puede.

    Otro gran abrazo para ti. Los pendientes chilenos siguen adornando mis orejillas, je,je.

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  15. El mar es fuente inagotable de inspiración, como todo lo hermoso que nos ha regalado la naturaleza.
    Yo este año, por diversas razones, aún no he podido disfrutarlo como acostumbro, espero hacerlo este mes.
    Un abrazo desde desde mi rincón marino.

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  16. Chela:

    Estuvimos en las Rías, concretamente en Combarro y alrededores, nos encantó y se nos hizo muy corto. Pensamos haber ido a Santiago y llamarte, pero al final no tuvimos tiempo. El hotel se llamaba O Pazo Rial. Precioso.

    Después pasamos una semana en los Picos de Europa, en Cantábria y tuvimos mucha suerte con el tiempo.

    Un fuerte abrazo de parte de José y mío.

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