Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

FRÍO

¿Hay algo más bello que el color de la pureza?. Qué paz se respira en esta parte del mundo que ya ha sido bañada por el manto blanco de la nieve!; los árboles están llorando lágrimas de cristal bajo una temperatura que hace tiritar durante las horas que no tenemos sol. Parece que el astro rey quiere regalarnos su calor y su hermosura en un cielo mitad azul mitad blanco de gruesas nubes. Un momento especial que necesitaba revivir. El contacto con ese espacio vital que es para mí la naturaleza.

Mi homenaje a un panorama, a una puesta de sol y a una nieve que pocas veces he podido volver a contemplar, desde que mi niñez quedó aparcada.

Hoy convierto mi habitación en una cabaña de madera dura y resistente. La chimenea está salpicando el ambiente con miles de tonalidades rojas, los troncos se desmoronan bajo los abrazos que le da el fuego y en este gran butacòn azul escribo en este inseparable diario que es mi ordenador. Quizás desentone un poco la decoración , pero me gusta escribir y soñar a la vez. Simplemente escribir es para mí poner ideas y palabras que han sido creadas en mi mente y que mis dedos teclean con dulzura. porque son tan dulces como el sentimiento que me llena desde dentro.
Me gusta sentarme en este butacón; quizás porque me vienen recuerdos de mi niñez, cuando me quedada ensimismada mientras miraba el fuego jugar consigo mismo, y mientras detrás de mi ventana veía caer los copos de nieve. Ahora me acurruco en este gran sillón azul, como cuando era niña y me vuelvo a descalzar para calentar mis pies helados.
Aquellos inviernos largos y fríos de Burgos, de la vieja Castilla. La imagen del vírgen manto de la nieve se me ha quedado grabada.
-"Está fría la mañana, padre, la calle parece una sábana blanca. No hay todavía ninguna pisada y da pena mancharla"....
Al momento una pala plateada rompìa el silencio y mi padre apartaba la nieve a ambos lados para hacerme el camino, cuando aún no había despuntado el alba.
Yo tenía entonces ocho años.

4 comentarios:

  1. ¿Puede haber algo más frío que un corazón solitario?

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  2. joder airblue solo de leer lo que has puesto y tu mensaje se me ponen los pelos de punta

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  3. Air, la historia de tu padre retirando la nieve, me recuerda las historias que me contaba mi bisabuelo, tambien sobre Burgos. Dejó su pueblo siendo aún joven para establecerse en Bizkaia y ya conté en el blog, nuestro viaje, buscando los orígenes de los antepasados de mi ama, por esos pueblos perdidos de Burgos.

    Una de las cosas que más me impresionaba de sus relatos,
    era precisamente el tema de la nieve. Como se quedaban aislados en invierno y como tenían que abrirse camino con palas.

    Vaya tiempos dificiles y duros....aunque a veces pienso, que de mucha más calma y paz que los actuales.

    Espero que tu corazón esté calentito. UN BESO, en un frío día de otoño.

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  4. Eran otros tiempos Pizzi. Ya no nieva como antes y es cierto que en la mayoría de los pueblos burgaleses, había veces que tapaba las puertas de las viviendas y tenían que apartarla a los lados para poder salir. Yo he vivido siempre rodeada de jardines y cuando nevaba, tenías ese encanto que ahora nuestros hijos apenas pueden disfrutar.

    Pero tambien era duro. Muy duro.

    Gracias por leerme.

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