Esta carta va dirigida a vosotras, aunque nunca la leáis, pero esta noche con una luz tenue para no molestar a nadie, el cuerpo me pide escribirla porque la impotencia me ahoga. Mi confianza está rota y habéis herido el corazón sensible con el que tuve la suerte de nacer y del que me siento orgullosa.
Me pregunto cómo a sabiendas del daño que conlleva una acción como la vuestra, no os remuerde la conciencia y os hayáis marchado con la cabeza bien alta, cuando mejor hubiera sido esconder en lo más profundo vuestra alma por un comportamiento deleznable cargado además con un saco de mentiras.
Pero ella no lo sabrá nunca, no puedo permitir que una anciana de 92 años haya sido víctima de una acción tan cruel como la vuestra. Seguirá en su residencia soñando con la casa que dejó, la casa que vosotras habéis destrozado y dejado completamente vacía, sin muebles, sin enseres ni menaje, sin siquiera cortinas, una casa en la que solo queda el recuerdo de la familia que durante muchos años acogió y vivió unida.
No puedo denunciaros porque no tuve la precaución de hacer un inventario, tonta de mi... confié en las dos, ante la ley habéis cometido un delito y de todos es sabido como está la justicia en este país. No tengo otra prueba que haberme fiado de vosotras y vosotras os habéis llevado todo, no habéis dejado nada más que unas paredes sucias, cuatro bombillas y un suelo que no ha visto la limpieza en tres años. No queda nada, todo ha desaparecido.
Pero lo peor es que os habéis aprovechado de la necesidad de una anciana, que ha tenido que alquilar su vivienda para pagarse un sitio donde pasar los últimos años de su vida. Desgraciadamente no sirve para nada la justicia, parece que está hecha para proteger al delincuente, pero creo en otra justicia mejor, en la que hay más allá de las estrellas.
Ella nunca sabrá nada. Lo prometo.
Es desgarradora esta Carta que has escrito para desahogo de esa impotencia que describes.
ResponderEliminarEso desgraciadamente existe, ha existido y existirá , mientras haya personas de esa calaña..
Lo he vivido muy cercano a mi.
manolo
Nunca deja de sorprenderme el ser humano por eso me encantan los animales.
EliminarGracias Manolo.
Estoy confusa y cabreada. La historia es real, supongo. Y si es real a por esas dos zorras que han actuado con tanta maldad. La justicia no es justa, está claro, pero al menos habrá que desprestigiar a esas dos personas. Ojalá lo que cuentas sea un relato.
ResponderEliminarNo me extraña que estés confusa, no es un relato Amparo, ha ocurrido el pasado domingo. Hemos hecho todo lo posible para ficharlas, pero el daño ya está hecho y hay que seguir fingiendo para que la pobre no sufra. La costó mucho salir de su casa, sabía que no volvería y no quiero que se entere.
EliminarHay mentes que no reconocen que están enfermas.
Muchas gracias por tu comentario.
Te has desahogado, y eso es todo, a ellas no les pasará nada, seguro que ademas son capaces de dormir tranquilamente, solo queda esperar que la anciana nunca se entere, el dolor no le haría ningún bien.
ResponderEliminarCuando perdemos el afecto y respeto por los mayores hemos perdido todo el derecho a ser felices, y como yo no soy muy buena gente, les deseo que nunca encuentren la paz y la tranquilidad en su casa ni con los suyos. Un abrazo preciosa
Me he desahogado dejándome llevar por mi debilidad, Ester, no lo sabrá nunca porque quiero que viva tranquila.
EliminarTarde o temprano la vida pone a todos en su sitio y lo pagarán aunque sea en remordimientos, claro que quien comete un acto así no tiene ningún escrúpulo y el alma muy negra.
Un abrazo.
Que rabia, cuanto lo siento, pero como dices, lo pagarán, sino ante la ley, ante si mismos, el mal que se hace, de una forma u otra, yo estoy seguro de que se paga en esta vida, aunque no lo veamos...
ResponderEliminarRepito que lo siento mucho, de verdad.
Besos y salud
Eso espero que lo paguen, el daño moral es irreparable Genio, lo demás se hará con dinero porque hay que renovar hasta el último azulejo.
EliminarMuchas gracias, sé que lo sientes.
Mi niña, no es de extrañar que no pudieses dormir y te pusieras a escribir, es una forma de desahogarse y evadirse, al mismo tiempo.
ResponderEliminarSiento mucho lo que ha pasado, hay personas que no entenderé nunca, la ambición las mueve, van a lo suyo y no les importa pisar a todos los que puedan encontrar a su paso, sólo les preocupa su bienestar.
Pero no creas que se irán de rositas, en esta vida, sin necesidad de pasar a la otra, recibirán su justo castigo.
La impotencia es lo que más duele.
Te dejo un fuerte abrazo con mis cariños.
Kasioles
Eso es, la impotencia duele, nadie sabe lo mal que me encuentro, hasta me siento culpable. No entiendo como hay almas tan negras Kasioles, sin escrúpulos y durmiendo tan tranquilas.
EliminarGracias por venir.
Es una dolorosa historia, en que nadie se puede quedar indiferente.
ResponderEliminarLa justicia tiene los ojos vendados y los oídos sordos.
Solo espero que Dios en su juicio, tenga misericordia.
Un gran abrazo
Esa es la única justicia que vale, Sesy Bo, la Divina, tengo que volver a alquilar la vivienda y reparar todos los daños. Lo peor de todo es que son dos personas que se dedican a ayudar a los demás en su trabajo. Eso es lo más sorprendente.
EliminarUn abrazo para ti.
Que tristeza me ha producido tu escrito Airblue, ¿como puede haber personas tan crueles e insensibles? Me gustaría que lo pagaran primero en la justicia de la tierra y después en la Divina ¡¡bonita manera de ayudar a los demás!!. Espero que lo soluciones todo y como bien dices la anciana no se entere.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo tampoco me lo explico, se han llevado todo, hasta la plancha, la cafetera, todo. Tres sillas de Ikea destrozadas, eso es lo que han dejado.
EliminarEsa anciana es mi suegra Conchi.
Un abrazo.
Una carta con mucho dolor.
ResponderEliminarComo puede a ver gente que actúen así, sin escrúpulos. Sabemos como es la justicia en este país, pero el mal que se hace tarde o temprano se paga.
Lo siento muchísimo que pasen estas cosas.
Un fuerte abrazo.
Julia el daño material no me importa, eso se soluciona, pero lo que sí me duele es el abuso de confianza que ellas han convertido en robo y algunas cosas que ella guardaba con ilusión, por pequeñas que fueran.
EliminarGracias Julia por tus palabras.
Es triste lo que escribes, ¡lástima que sea real y te llegue tan cerca!
ResponderEliminarHay muchas personas desaprensivas ante la vejez desválida. Menos mal, que ella no lo sabra (hay que evitarle sufrir) y que cuenta con tu amor y cariño en la última etapa de su vida.
Recibe un cariñoso abrazo y ánimos para sobrellevar este mal trago.
Susto, sorpresa y rabia, tres cosas inolvidables. Cuando ella pregunte habrá que disimular y que siga pensando en su casa tal y como la dejó. Hay que empezar por arreglar las paredes, luego el suelo, hay azulejos rotos y las puertas están de pena. No queremos pleitos, Chela, no merece la pena y encima no podemos probar nada.
EliminarGracias amiga por tus ánimos. Un abrazo.
Siento mucho Air el mal rato que has tenido que pasar. Al leer la carta enseguida imaginé que era su casa.
ResponderEliminarLa vida pasa factura, en ocasiones demasiado tarde. Como puede haber gente así???No levantar sospechas y hacer tanto daño.., Ya ves Air la doble moral en su trabajo se dedican a ayudar a los demás, cuando vuelven a la realidad, a su vida diaria son personas retorcidas, sin escrúpulos y con una alta dosis de maldad. Saben que como dejaron la casa no se puede alquilar. Vivimos en un mundo donde encontrar buenas personas es una suerte que debemos valorar.
Un Abrazo Mar
Es cierto Air, quizas nunca lleguen a leer esta carta pero la maldad el retorcimiento y la falta de escrúpulos son como un Bumerán, que vuelve a quien lo lanzó.Como dije en el comentario anterior la Vida pasa Factura ya ellas tarde o temprano les llegara el Peaje.
ResponderEliminarEl ser humano necesita confiar, no se puede vivir instalados en la desconfianza pero.... a veces pagamos demasiado caro ser nobles y buena gente. Cuando vayáis a visitarla que no vea preocupación ni tristeza, así seguirá pensando que todo está como lo dejó.
Un abrazo
Mar, tus palabras son como un bálsamo suavizante a estas horas. Dos personajes en los que confié por la profesión que tenían, porque hablaban de ayudar al prójimo haciendo donaciones. Tienes razón, a veces pecamos de confiados, creemos en la bondad de las personas sencillamente porque nosotros no somos como ellos y se pago demasiado caro. Hubiera preferido ser yo la víctima y no ella, hay demasiada ingratitud con los ancianos.
ResponderEliminarGracias Mar por estar siempre conmigo.