La música nos sumerge en un mundo fascinante, nos hace vibrar y despierta en nosotros sensaciones emocionantes, tanto para el que la escucha como para el que la interpreta y provoca en nosotros cambios en el estado de ánimo. Está comprobado científicamente y ya lo dice el refrán: "la música amansa a las fieras".
En memoria del pianista y compositor Augusto Algueró, fallecido ayer, quien fue el autor de canciones como Penélope, Noelia y otras muchas, he creído oportuno escribir esta entrada.
Todos nosotros sabemos reconocer cuándo una canción nos parece alegre o nos parece triste. Generalmente asociamos nuestro estado de ánimo a la melodía de numerosas obras de todo tipo. Pues bien, precisamente la musicoterapia recurre a estas melodías como método para curar o reducir diversos problemas de salud.
La idea de base es reconocer que gran parte de las enfermedades tienen su origen en el cerebro, quien luego transmite a una parte del cuerpo un estímulo determinado que reproduce una enfermedad. Con la musicoterapia se intenta hacer llegar al cerebro unos estímulos que le lleven a una relajación o anulación de los que reproducen la enfermedad, a través de diversas melodías con las que se pueden conseguir efectos sorprendentes. Aunque la musicoterapia ya se conoce desde la antigüedad, en los años 40 del pasado siglo se utilizaba como rama de medicina recuperativa, que con efectos fisiológicos, afectivos y mentales, contribuía a conseguir un equilibrio piscofísico de las personas.
Hoy en día se aplica fundamentalmente en desequilibrios nerviosos, influye positívamente sobre el corazón y pulmones, alcoholismo, drogas y como prevención de suicidios, aunque todavía es necesario profundizar mucho más en el tema. El esquema básico de trabajo en esta disciplina contempla tres aspectos: la interacción positiva del paciente con otros seres, la autoestima y el empleo del ritmo como elemento generador de energía y orden. La musicoterapia actúa como motivación para el desarrollo de autoestima, con técnicas que provoquen en el individuo sentimientos de autorrealización, autoconfianza, autosatisfacción y mucha seguridad en sí mismo.
El ritmo, elemento básico, dinámico y potente en la música, es el estímulo orientador de procesos psicomotores que promueven la ejecución de movimientos controlados: desplazamientos para tomar conciencia del espacio vivenciados a través del propio cuerpo. La herramienta sonora más poderosa según muchos terapeutas del sonido es el canto de armónicos. A través de nuestras propias voces, podemos proyectar a la parte enferma la frecuencia de resonancia correcta, y devolver su frecuencia normal.
Según Jonh Beaulieu, la entonación de armónicos afecta incluso al flujo de la kundalini de las tradiciones místicas. Tema muy relacionado con los mantrams tibetanos realizados para limpiar los chakras y despertar su energía para alcanzar la iluminación. Kundalini Shakti es el poder que permanece adormecido en la base de la columna vertebral, hasta que la despertamos, tanto de forma espontánea como a través de técnicas yóguicas.
Aquí os dejo una lista de obras clásicas y su virtud por si os interesa:
INSOMNIO
Nocturnos de Chopin (op. 9 n.º 3; op. 15 n.º 22; op. 32 n.º 1; op. 62 n.º 1)
Preludio para la siesta de un Fauno de Debussy
Canon en Re de Pachelbel .
HIPERTENSIÓN
Las cuatro estaciones de Vivaldi
Serenata nº13 en Sol Mayor de Mozart Depresión:
Concierto para piano nº5 de Rachmaninov
Música acuática de Haendel
Concierto para violín de Beethoven
Sinfonía nº8 de Dvorak
ANSIEDAD
Concierto de Aranjuez de Rodrigo
Las cuatro estaciones de Vivaldi
La sinfonía Linz, k425 de Mozart.
DOLOR de CABEZA, MIGRAÑAS.
Sueño de Amor de Listz
Serenata de Schubert
Himno al Sol de Rimsky-Korsakov.
PROBLEMAS GÁSTRICOS
Música para la Mesa de Telemann
Concierto de Arpa de Haendel
Concierto de oboe de Vivaldi
ENERGÉTICAS
La suite Karalia de Sibelius
Serenata de Cuerdas (op. 48) de Tschaikowsky
Obertura de Guillermo Tell de Rossini
"Estoy seguro de que la buena música la vida alarga."
Jehudi Menuhin (1916-1999) Violinista y director de orquesta.
Bueno pues si es por música, yo debería vivir un montón de años, siempre me ha acompañado en abundancia a lo largo de mi vida...
ResponderEliminarBesos y salud
Lo sé Genin, sé que te gusta cantar, que lo haces a menudo. Yo podría acompañarte al piano, ¿qué tal unas notas y unos pasos de baile? mi solfeo no es muy bueno, mi padre decía que con la música me moriría de hambre. Nunca estuve de acuerdo. Pero la naturaleza me recompensó con una hija que suple mi deseo con creces.
ResponderEliminarTe invito a un café con música de piano de fondo.
Un beso y gracias.