Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras cascabel de risas con el corazón en calma.
En tus ojos brillaban las llamas del crepúsculo
y las hojas caían en el agua de tu alma.
Tus brazos trepaban como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de llamas en que mi sed ardía.
Dulce recuerdo azul apegado a mi alma.
Siento no ver tus ojos en el distante otoño;
nube gris, voz de pájaro y corazón de plata
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo de un mar bravío.
Campo de cerros dorados.
Campo de cerros dorados.
Tu mirada es de luz, de humo,
de estanque en calma.
de estanque en calma.
En tus ojos ardían los crepúsculos.
Tus labios color granada.
Palabras que ya funde el hielo.
Tus labios color granada.
Palabras que ya funde el hielo.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
(Inspirado en un poema de Pablo Neruda)