Estoy segura que podré seguir construyendo, aunque otros destruyan, sembrando aunque otros pisen la cosecha, dibujaré sonrisas en rostros con lágrimas, transmitiré alivio cuando vea dolor, regalaré motivos de alegría donde solo haya tristeza y levantaré los brazos a los que se han rendido. Porque después de una tormenta, el sol busca siempre la forma de salir y en medio del desierto puede brotar una planta.
Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría
y mariposas que nos brinden su belleza.
Pero si algún día, amigo, ves que ya no sigo, no sonrío, o callo, acércate y dame un beso, un abrazo o regálame una sonrisa; con eso será suficiente.
RECUERDALO SIEMPRE.
Mientras, seguirá sonando la música de Elvis.