La indiferencia es el peor enemigo de la sensibilidad, sin embargo tener un carácter demasiado sensible tiene tanto ventajas como inconvenientes, aunque a veces pesen más los segundos. Ser hipersensible implica tener que aprender a equilibrar y no dejar que la ternura emocional domine tu vida. En el mundo materialista lo espiritual no tiene cabida, no se entiende ni convence y además es triste que a uno le tilden de egocéntrico, incluso de egoísta por tener unas debilidades que son emocionalmente normales pero que a veces necesitan un mínimo de atención.. Mis problemas son solo míos, estoy de acuerdo hasta cierto punto, aunque nuestras preocupaciones no deben repercutir en nuestro entorno, es humano buscar un oído que escuche y unas palabras que alienten, Las personas importan y mucho, preocupa en excesivo la enfermedad, la miseria y el sufrimiento, que muchas veces nos lo llevamos cargado a la espalda y en mi caso por ejemplo, resulta raro que a pesar de los años no logre acostumbrarme, el tiempo no ha endurecido mi alma, las cosas me siguen afectando como el primer día que conocí de cerca el dolor.
Un Blog no es un diario, al menos no debería serlo. Es un oasis en el espacio virtual donde unos leen y otros escriben lo que quieren o les apetece, quizá porque sienten una libertad extraña que en determinados momentos concuerda con su estado de ánimo, donde como dice bien una amiga, se pueden escapar los sentimientos, pero también donde es más fácil que aflore tu sensibilidad, demostrar que el cerebro rige perfectamente, que asimila y controla, porque a veces uno teme estar perdiendo el juicio.
Y si fuera así no me importaría nada, hay locos maravillosos que dejan corta la cordura.
Bendita sensibilidad
Que me permite conectar con mi propia realidad; disfrutar de las simples cosas cotidianas, descubrir que el sol, la luna, el amanecer, el ocaso y todo el firmamento es bello y en parte me pertenece.
Hermosa sensibilidad
Que me hace sentir feliz, valorar y amar los regalos que me brinda la naturaleza, la lluvia, la brisa, el rocío, las flores, las aves y en ese entorno amarme y amar a los que me rodean. Mansa emoción que no me permite odiar ni maldecir, que me deja jugar, asombrarme y reír como una niña traviesa, inocente y feliz, que me introduce en un mundo sin rencores, sin discriminaciones, ni envidias y por encima de todo ser menos insensible al dolor. Dulce locura mía que me hace robar las amapolas de una primavera imaginaria para llevarlas a un otoño real. Que me permite querer y recibir cariño de un modo muy peculiar.
Ser sensible es un rasgo. Ser "altamente sensible" es algo que eres, no es algo que tienes. No es un trastorno, ni es una patología.
Siendo así, no me importa ser sensible. Me gusta recordar tiempos felices, llorar por la gente desaparecida, por unos ojos que me preguntan ¿me voy a curar?, emocionarme con la música y me duele ver ese piano mudo desde hace tiempo.