Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

lunes, 27 de abril de 2015

LA MEJOR COSTURERA



Quién de nosotros no ha tenido un momento doloroso...
Quién no sintió debilidad y deseos de desistir...
Quién encontrándose solo, extremadamente solo, tuvo la sensación de haber perdido todo, incluida la esperanza...
Ni las personas más poderosas, famosas e importantes, esas que llaman VIPS, están libres de tener sus momentos de soledad y de una profunda amargura.
Y quién no ha buscado consuelo en un amigo o en alguien tan cercano y querido como es esa mujer que tantas veces nos ha tenido en su regazo. Ya lo creo que sí, todos hemos sentido la protección de las manos de una madre, su mirada de ternura, de alivio, de comprensión.
Hay demasiadas fechas impuestas por el consumo, pero hay una, el día dedicado a las madres, que me alegra inmensamente poder celebrarlo recordándola, porque Madre es la palabra más bella pronunciada por el ser humano. El domingo 3 de mayo es el día de las madres en España, Hungría, Lituania, Portugal, Sudáfrica, Rumanía.
Yo recuerdo las manos de mi madre, unas manos blancas y delicadas que reforzaron costuras para que me sostuviera ante cualquier tirón de la vida.
Las manos de una madre enhebraron el hilo que une las partes de un molde, sin olvidar que cada una es distinta a la otra, y juntas forman el todo, como la familia.
Alargaron dobladillos, para que pudiéramos crecer, para que los ideales no nos quedaran cortos.
Zurcieron desgarros, para volver a usar el corazón sin hilachos ni resentimientos.
Unieron retazos, para tener una manta que nos protegiera de la fría maldad.
Aseguraron presillas y botones, para unir la familia y mantener la concordia.
Aplicaron elásticos, para asumir con amplitud los cambios que nos piden los años.

Bordaron maravillas, para sorprendernos con las continuas entregas de belleza que tiene la vida.
Cosieron bolsillos, para guardar en ellos las monedas valiosas de los mejores recuerdos.
Las manos de una madre cuando estamos dormidos, adornan los sueños con un diseño de polvo de estrellas.



Las manos de una madre nos sostienen con hilos de magia, cuando asomamos a la vida para empezar a vestirla.



Las manos de mi madre nunca abandonaron su trabajo, y sé muy bien que hoy, donde estén, enhebran oraciones para mi.


FELIZ DÍA DE LA MADRE.

lunes, 20 de abril de 2015

Conversaciones con mi ego.


- Te invito a tomar un café.
- Sí, pero... no sé quién eres.
. Muy fácil, mírate en el espejo.
- No me gustan los espejos.
- Ya lo sé, son adivinos de la edad.
- ¿También te asusta el paso del tiempo?
- No, nada de eso y por ello estoy aquí, a tu lado, soy tu otro yo, tu pensamiento, tu conciencia, llámame como quieras.

- Con leche, sin espuma y en taza grande.
- Y ahora la pregunta:  qué se siente cuando uno envejece, cuando el tiempo ha dejado su huella en tu piel y se va llevando poco a poco la juventud...
- Sin duda es una pregunta interesante. Para una persona de veinte años cualquiera que sobrepase la cincuentena ya tiene una edad respetable, el aspecto no cuenta y siempre nos consideran viejos cuando ser mayor es todo un regalo.
- Crees que envejecer es un regalo?.
- Ahora eres la que quieres ser, libre, tú misma. Es cierto que a veces preferimos no fijarnos en los cambios del cuerpo, las arrugas, las ojeras, y hasta en los indicios de la dichosa celulitis, pero la vida nos presenta una carta amplia de pequeños placeres que con la edad valoramos y disfrutamos con más calma.


















- Tienes razón, a menudo me sorprendo de la persona que vive en mi espejo, pero fíjate, creo que todas estas cosas ya no me preocupan, el tiempo tiene que pasar y lo más importante es llegar hasta donde he llegado, lograr muchos propósitos y subir mi autoestima. No cambiaría mi familia, ni mis amigos, ni mi hasta ahora vida, por menos cabellos grises y tener una figura envidiable. Me he convertido en mi amiga, no me regaño por no hacer mi cama, o por comer esa galleta extra cuando me apetece.
Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada, sentarme en el sofá sin hacer absolutamente nada o quedarme sin prisas en el parque disfrutando del aire libre porque mis obligaciones han cambiado. 















He visto a algunos queridos amigos irse de este mundo, antes de haber conocido la libertad que viene al hacerse viejo. A nadie le interesa si escojo leer o navegar en el ordenador hasta las cuatro de la mañana y después dormir hasta quién sabe la hora. Bailar conmigo misma al ritmo de esos maravillosos acordes de los 50 y 60 y si después me apetece llorar por algo perdido o ponerme una película lacrimógena de esas que dejan un nudo en la garganta, lo hago y no molesto a nadie.

Caminar por la playa con un traje de baño que se estira para esconder lo que quieres y hacer un clavado en las olas dejándome ir, a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini... ¡ja!, ellas también se harán viejas, si es que tienen la suerte de llegar.

Algunas veces soy olvidadiza, pero me acuerdo de las cosas importantes. A través de los años mi corazón ha sufrido por la pérdida de mis seres queridos, por la enfermedad y el dolor de un niño , o por ver morir a mis mascotas.



Pero el sufrimiento nos fortalece, nos hace crecer. Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca conocerá la felicidad de ser imperfecto.
Si, estoy orgullosa de haber vivido suficiente para que mis cabellos se cubran de nieve y por conservar la sonrisa de mi juventud cuando aparezcan los surcos profundos en mi cara.
Cuando se envejece es más fácil ser positivo, te preocupas menos por lo que los demás puedan pensar.

Estoy satisfecha de ser mayor porque me ha devuelto mi autonomía, me gusta la persona en que me he convertido. No voy a vivir siempre, pero mientras esté aquí no voy a perder el tiempo en lamentarme por lo que pudo ser, o preocuparme por lo que será. Trataré de amar sencillamente, generosamente, hablar amablemente y el resto se lo dejaré a Dios.

Es hermoso contemplar las flores y aspirar su fragancia, ahora valoro más la belleza de una mariposa, el colorido del cielo e incluso el encanto de los días nublados entristecidos por la lluvia.
 
 



Queridos amigos, disfruten sus años de vida y no se preocupen por haber perdido su juventud. Sonrían cada mañana, porque la naturaleza despierta antes que nosotros para colgar el sol y poder verlo desde la ventana de nuestra existencia.

Si la salud acompaña, los años nos conceden autenticas parcelas de libertad que debemos aprovechar. La vida es una carrera de fondo, mejor dosificar las fuerzas.
Lo importante es no perder jamás la capacidad de ilusionarse y las ganas de aprender.


 


domingo, 5 de abril de 2015

ILUSIONES


 
 
Nunca es tarde para rebuscar entre los cajones y de paso hacer limpieza de tantas cosas que guardamos en un momento determinado y que no queremos deshacernos de ellas, por si pueden hacernos falta o algún día vuelven a estar actuales. Ropa y complementos, facturas y demás papeles. Todo pasa, aunque nos empeñemos en guardar, siempre al final hay que tirar. Todo tuvo su tiempo, su espacio y solo se libran de la quema las fotografías.
Las fotos enseguida se convierten en pasado, pero son una ilusión de la realidad con la cual creamos nuestro propio mundo privado. Hojear un viejo álbum puede desencadenar sonrisas y también añoranza que a veces se convierte en tristeza. Es verdad que todo depende del momento y el estado de ánimo es fundamental.
 
Pues bien, entre todos los enseres he encontrado mi "orla", ese retrato que nos hacemos todos cuando finalizamos los estudios y que unos enmarcan y otros guardamos cuidadosamente enrollado. Demasiados recuerdos juntos. Pero veo que hay dos, una, la primera, la que por detrás está llena de firmas, de deseos y de ilusiones, perfecta descripción de un incierto futuro. Otra la de las bodas de plata, veinticinco años después, y en las firmas se percibe un claro entusiasmo por el reencuentro después de tantos años, pero hay menos, ya faltan algunas que en su momento dolieron y según pasan los años van doliendo más. Es entonces cuando te das cuenta de lo nimia que es la vida, aunque el trayecto muchas veces se haga largo por los jirones que nos hacen tropezar.
 
En mi trayectoria he recorrido muchos caminos, mi mirada tiene pinceladas de intensos colores, valles, praderas, mares, estuarios, obras de arte, museos, iglesias, gentes de tantos lugares que ya ni las recuerdo. He leído y aprendido de sabios, de justicia, estadísticas y más saberes, que casi no recuerdo. He buscado un lugar distinto, diferente, una mirada y una sonrisa que cuando apoyas las palmas en otras palmas, florecen ternuras. Y también he aprendido que cuando sueñas, acumulas cariño, y lo distribuyes al levantarte.
No sé si es posible encontrar todavía un mundo sin oscuridad, sin malos entendidos, ni prejuicios, donde la mentira no existe, ni la desconfianza, un lugar donde en el aire flota la música al compás de los latidos del corazón, donde puedes ver el alma de cada ser, traslúcida y etérea. Cierras los ojos y atraviesas distancias, todo está cerca, muy cerca y no existe el miedo. Un lugar donde te sientes protegido por la misma vida y cuando miras arriba, la luz de las estrellas ilumina el rostro más triste y es que son tan hermosas que parecen flores de terciopelo .
¿Sabéis si existe un lugar así?.