La confianza en la sabiduría de la naturaleza, una eficaz y verdadera farmacia natural, es el fundamento básico de la aromaterapia. Los aceites esenciales que se usan para curar se extraen de raíces, hojas, tallos, cortezas, flores, frutas, raíces, musgo de árboles, hierbas y plantas, cuyo valor preventivo y terapéutico se ha demostrado a lo largo de la historia y que actualmente se puede comprobar científicamente. Las recetas y métodos de la aromaterapia han sido empleados hace milenios y recientes investigaciones han comprobado la influencia positiva que los aromas ejercen sobre el sentido del olfato, y desde el cual se extienden a todo el organismo, incluyendo las áreas psicológica y espiritual.
Hace tiempo que quería hacer una entrada sobre aromaterapia. Mucho se habla y más se escribe y pienso que la mayoría de las veces pasa desapercibida, además como todas las terapias naturales no es invasiva, ni traumática, ni crea efectos secundarios, pese a que en ocasiones sus efectos son puestos en duda por rivalidad entre los laboratorios farmacológicos, sus beneficios están comprobados y siempre es recomendable consultar la opinión de un experto.
Para hallar sus orígenes debemos remontarnos hasta la prehistoria. Los antropólogos afirman que los antiguos habitantes del planeta quemaban materias vegetales -hierbas y madera de árboles - para avivar el fuego una vez descubierto éste. De esas hogueras advirtieron que fluían aromas agradables. Prácticamente todas las civilizaciones han utilizado de alguna manera los aromas en su vida cotidiana - bien con fines medicinales, espirituales o cosméticos – y el uso de algunos de ellos todavía se emplea hoy.
Los antiguos egipcios ya usaban y clasificaban flores y hierbas. Los aceites y los bálsamos,, ungüentos de perfumes intensos, resinas diluidas en vino y otros alcoholes eran usados en medicina, cosmética y para embalsamar a los muertos. Algunos aromas apreciados se destinaban a ciertas divinidades: el Sol era homenajeado con incienso, y la Luna con mirra, por ejemplo.
Otros elementos aromáticos muy empleados por esta civilización fueron las maderas de cedro, cilantro o mirra, el primero servía para momificar.
El incienso era el alimento de los dioses. La mirra y el incienso son frecuentemente citados en el Antiguo Testamento y especialmente en el Cantar de los Cantares.
La palabra Mesías procede del vocablo hebreo Mashiaj que significa “ungido”; para ungir se masajeaba la frente de un individuo con aceites aromáticos. La medicina tradicional china posee un amplio conocimiento sobre las plantas y sus beneficios para la salud.
Y en occidente, ya en la antigua Grecia perfumaban la ropa, el cuerpo y hasta los alimentos. Precisamente el primer aromaterapeuta de la historia fue el griego Teofrasto que escribió el tratado llamado “Relativo a los olores”.
Los romanos elaboraban preparados para untarse el cuerpo y para perfumar las telas y el ambiente.
Los árabes destilaron los aceites esenciales de las plantas. El primero que obtuvo el científico Abu Ibn Sina, más conocido por Avicena, fue el aceite de rosas, que más tarde se convirtió en la popular “agua de rosas”usado como perfume femenino, en la repostería y en la cocina árabe.
En siglo XII se popularizó el agua de Lavanda. Durante la Edad Media estaba muy extendido la destilación de esencias, la de romero fue una de las primeras. Durante las epidemias de la peste negra se quemaban inciensos de resina de pino, ciprés y cedro en las calles, en las habitaciones de los enfermos y en los hospitales.
En el siglo XVII, los científicos descubrieron la forma de aplicar los conocimientos químicos a la medicina, de modo que pronto los productos sintéticos reemplazaron a las esencias naturales. Desgraciadamente , a partir de este momento, la acción terapéutica de los aromas y otras alternativas de salud natural fueron relegadas por los productos químicos de laboratorio, y las esencias de las plantas y flores sólo se destinaron a la cosmética y a la perfumería.
FRAGANCIAS PARA SANAR EL CUERPO
Los aceites analgésicos , ( analgesia en medicina es la ausencia de dolor), tienen la propiedad de trasmitir calor, estimular la circulación, relajar la zona dolorida. La eficacia se consigue con masajes, enjuagues y brebajes. Para no extenderme demasiado voy a simplificar un poco:
**Dolores de cabeza o cefaleas: Aceites de albahaca, manzanilla, lavanda o menta.
**Dolores musculares: masajes de aceite esencial de mejorana.
**Dolores de muelas: Aceite esencial de manzanilla.
**Dolores de garganta: aceites de lavanda o limón. Nunca utilizar menta, tenemos la costumbre de tomar caramelos o pastillas mentoladas y se ha comprobado que la menta reseca mucho las mucosas y por tanto da lugar a tos.
**Dolores de oído: Aceites de lavanda y manzanilla.div>
Espasmos o contracciones, náuseas, vértigos o mareos, sea de la causa que sea, pueden aliviarse por inhalación de algunas esencias:
**Dolor menstrual y espasmos uterinos: manzanilla o esencia de jazmín.
**Náuseas: esencias de cítricos, sobre todo el limón.
**Mareos: esencia de menta o lavanda.
Infecciones e inflamaciones: Se recomienda la lavanda y la mirra en masajes. Para el catarro es bueno el incienso y el resfriado común, el eucalipto, naranja o romero. Las infecciones de vías urinarias se alivian con bergamota o manzanilla.
Alivio de fiebre: aceites esenciales de albahaca, jengibre, lavanda y el romero.
Problemas digestivos: Las digestiones pesadas, gases, estreñimiento o diarrea pueden aliviarse con aceites de hinojo, manzanilla y menta, aplicados en la zona abdominal mediante un masaje circular en sentido de las agujas del reloj. En diarreas puede usarse el geranio y la lavanda y por el contrario en caso de estreñimiento es bueno la esencia de naranja.
Tensión Arterial: Hay esencias beneficiosas para regular la tensión. Un buen aceite para equilibrar la tensión descompensada es el de romero; para bajar la tensión se recomiendan los de rosas, lavanda y mejorana aplicado también en masajes.
La pimienta negra, el romero y la menta elevan la tensión.
Retención de líquidos: Compresas frías con geranio, ciprés o pachulí cuando tenemos los tobillos, pies y manos hinchados. Si el problema es de origen urinario es adecuada la esencia de eucalipto, hinojo o enebro, que tienen propiedades diuréticas.
Reconstituyentes y control de peso: Los aceites aperitivos recomendados, es decir, aquellos que despiertan las ganas de comer son el de hinojo, el de manzanilla o el de jengibre y para moderar el hambre es eficaz el de bergamota.
Hay personas que en ciertos períodos de gran esfuerzo físico o mental, cambios de estación, convalecencia o postoperatorios, ven mermadas sus fuerzas, en estos casos es sumamente beneficioso el tratamiento con aceites aromáticos tónicos, como el de hinojo, canela, rosa o geranio, que revitalizan.
Relajación y sueño: Las personas excesivamente estresadas, ansiosas o inquietas encuentran alivio en esencias como la manzanilla, lavanda, el sándalo y el jazmín. Las primeras ayudan a conciliar el sueño. En casos de tristeza o depresión, la menta, el romero y el eucalipto serán de gran ayuda.
FRAGANCIAS PARA SANAR LA MENTE
Una vez más hay que decir que el estrés afecta al equilibrio hormonal y causa enfermedades físicas de todo tipo, desde resfriados e infecciones, hasta ulceras gástricas o estomacales. Parece mentira que un estado ansioso-depresivo pueda llegar a somatizar nuestro cuerpo ¿verdad?, pues es una verdad como un templo de grande y yo misma he podido comprobarlo. La mejor forma de prevenir- y prevenir es curar- estos trastornos y de paliarlos cuando ya existen, es primero tranquilizar la mente, conseguir un momento del día para relajarse, aunque por experiencia sé lo difícil que resulta , pero cuando se padecen estos síntomas hay que intentarlo y después ayudarse con tisanas de manzanilla, melisa, valeriana, tila .... etc, etc.
ACEITES DEL MUNDO EMOCIONAL
Aceites afrodisíacos: Canela, clavo, ylang-ylang, jazmín, jengibre, madera de cedro, pachulí, romero, rosa, sándalo y lavanda.
Aceites antidepresivos: Albahaca, bergamota, geranio, ylang-ylang, incienso, jazmín, lavanda, limón, mandarina, naranja, manzanilla, pachulí, pomelo, rosa y sándalo.
Lavanda y menta
Ilang ilang y Bergamota
Romero
Pachulí y sándalo