Cuando llega septiembre, muchos ya hemos tenido unos días para desconectar de la rutina, aunque sean pocos es suficiente para habernos deleitado la vista con un paisaje distinto, un acantilado, un puesto de flores o un pequeño arbolillo lleno de manzanas. Y vuelven recuerdos de veranos pasados con imágenes imborrables que a mi en concreto me emocionan. Pasear por la playa de la mano de mi madre recogiendo conchas, por ejemplo. Años libres de problemas, tiempos felices que mientras la luna correteaba entre las nubes, mi silueta se columpiaba entre arbustos y matorrales, mi sombra perseguía el sol veraniego, el jadeo inflaba mis sienes al correr por la orilla, el viento cerraba los párpados y mis fuertes rodillas se amoldaban en la arena. Aquellos recuerdos, buscan ahora al niño que dejamos construyendo castillos, entre el pestañeo del mar y las huellas de unos piececillos descalzos.
A la vuelta de las vacaciones se habla mucho del síndrome postvacacional, algo que se ha puesto de moda y que antes ni se conocía, ni se daba importancia. A todos nos cuesta volver, pero la depresión por la vuelta al trabajo en los tiempos que corren no tiene ningún sentido, más bien debería ser todo lo contrario, aunque el cuerpo reaccione con rechazo, tener un trabajo más o menos estable hoy día es un tesoro. Pensemos en ello y para todos aquellos que sufran esta, digamos "enfermedad", voy a marcar una pauta que de verdad recomiendo:
-Al levantarse, beber un vaso de agradecimiento.
-Al llegar al trabajo, tomar una cucharada de paz.
-A cada hora, ingerir un comprimido de paciencia y una tacita de humanidad.
Al llegar a casa, inyectarse una dosis de amor.
Y antes de acostarse, tomar dos cápsulas de conciencia tranquila.
Un tratamiento fácil de seguir si uno se lo propone, no hace falta dietas, ni somníferos, ni tranquilizantes, el organismo es muy inteligente si le damos oportunidad.
En la puerta de la consulta voy a colgar este cartel:
"Vive siempre al máximo, el amor que te presenta la Vida."
Las fotografías son pinturas del pintor impresionista Pino Daeni.