Voz de mi hija. Los sonidos del silencio

Voz de mi hija. Los sonidos del silencio.

lunes, 16 de mayo de 2011

MADRID






Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.

Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejao la vida en sus rincones
pongamos que hablo de Madrid, de Madrid.

Las niñas ya no quieren ser princesas,
y a los niños les da por perseguir,
el mar dentro de un vaso de ginebra
pongamos que hablo de Madrid, de Madrid.

Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte pasa en ambulancias blancas
pongamos que hablo de Madrid, de Madrid.

El Sol es una estufa de butano,
la vida un metro a punto de partir
hay una jeringuilla en el lavabo
pongamos que hablo de Madrid, de Madrid.

Cuando la muerte venga a visitarme
que me lleven al sur donde nací
aquí no queda sitio para nadie
pongamos que hablo de Madrid, de Madrid,
de Madrid,
de Madrid.




La canción es de Joaquín Sabina, pero a mi me gusta más la versión que hizo Antonio Flores.



Dicen que de Madrid al cielo, pero dejando un agujero para seguir viéndolo. Pues en mi caso creo que es cierto. Al principio, y sobre todo si vienes de un lugar pequeño, tengo que reconocer que uno tiene el billete más seguro para ir camino del estrés, el movimiento de las grandes urbes, el ruido insoportable del tráfico, las prisas de los viandantes, las colas y las esperas para cualquier evento, ya sea de ocio o de cualquier índole, llegan a enervarte hasta hacerse insoportable. "Es de locos"-solía decir mi padre- "sí, pero en esta locura tienes y encuentras de todo"-le contestaba - Cuando vine a Madrid a los dieciocho años para estudiar, estaba encantada, nada tenía que ver con la pequeña ciudad que había dejado atrás, me llamaba la atención sus fuentes, rodeadas de flores y tan cuidadas. Acostumbrada al autobús, la rapidez del metro me parecía increíble y las grandes superficies en cuanto al comercio, fascinantes.



En Madrid comencé a hacerme adulta y a caminar sola entre la dureza de la enfermedad y el mundo de los hospitales. Todo me ayudó a madurar mucho antes y de paso a valorar la suerte de tener salud, familia y en definitiva a enfrentarme con la vida.



La verdad es que muchas veces tengo el dilema de elegir en qué lugar me siento más identificada, nací en Larache- Marruecos-, crecí en Burgos-ciudad castellana por naturaleza- y vivo en Madrid hasta ahora. Creo que me gustaría ver la luz en العرائش Al-‘Araish, soñar en Burgos y despertar en Madrid.






Madrid me ha dado lo que tengo hasta ahora. Es una ciudad a la que no le faltan motivos para venir, desde los profesionales y burocráticos, a los turísticos monumentos, espectáculos y museos, aparte de ser un importante nudo de comunicaciones, lo que le hace escala obligada en los caminos, de un punto a otro de la geografía española o en ruta al extranjero.


Ha inspirado coplas, libros y hasta una ópera. Suculento y sustancioso, el 'cocidito madrileño' requiere un tiempo y unos modos de preparación que no se encuentran en cualquier parte...


Todo el mundo conoce sus monumentos, plazas y paseos, pero hay otras muchas cosas que merecen una mención especial, como por ejemplo:







La Piscifactoría de la Escuela de Ingenieros de Montes presenta una curiosa colección de acuarios dedicados a la fauna fluvial. Está diseñada como espacio de exhibición y aprendizaje, y aunque tiene por objeto la reproducción industrial, los ejemplares obtenidos se utilizan con fines conservacionistas.






Visitando las salas de la Casa de la Moneda pueden verse colecciones de numismática, filatelia, billetes, lotería y juegos, así como, maquinaria para hacer monedas, incluso pueden acuñar personalmente una medalla conmemorativa de la visita.




Al Museo Nacional de Ciencias Naturales, creo que hemos ido todos los niños a ver el esqueleto del Diplodocus y la piel de serpiente pitón. Ahora hay una actividad para niños que consiste en dormir en el museo, en pasar una noche.¿ Se imaginan lo que es visitar en la penumbra, un museo lleno de orangutanes, elefantes y jirafas?.






El Museo de Informática, expone la corta historia de la Informática Se exponen máquinas desarrolladas en la universidad entre los años 1950 y 1975, y las computadoras comerciales que estuvieron en uso en la Universidad desde 1968 y otros equipos donados al museo de diferentes procedencias. Es curioso ver los primeros ordenadores que funcionaron en España algunos de ellos fabricados aqui.






Si quieres visitar una mina sin salir de Madrid, visita el Museo Histórico-Minero. Si resulta exótico un paseo por una mina en el corazón de Madrid, no menos curioso es visitar su colección de fósiles, o la actual exposición temporal sobre los fósiles de los osos cavernarios. O el Jardín Botánico para disfrutar de la naturaleza y de la calma.







Ahora Madrid está en fiestas de su patrón San Isidro Labrador. Los típicos barquillos, el cocido y las rosquillas tontas, listas y de Santa Clara, hacen las delicias de los más golosos.










Os invito. Madrid es increíble.










domingo, 8 de mayo de 2011

LA VIDA SE VE MEJOR DESDE ARRIBA



Después de unos días de descanso por tierras del Norte y lejos del mundanal ruido, en un lugar lleno de encanto, con un paisaje distinto cubierto de un verdor casi divino, un silencio roto tan solo por el sonido de los pájaros, un sitio privilegiado donde las montañas recogen los problemas y las preocupaciones para subirlos al pico más alto y lanzarlos al cielo que casi están rozando. Después de unos días en los Picos de Europa donde el mar y la montaña se dan la mano entre nubes, lluvia y un sol radiante, estoy de vuelta dispuesta a la rutina, pero eso sí, mucho más relajada.






Es curioso como cambia la vida en lugares como el que he visitado. Quizá tanto silencio puede llegar a cansarte, en cambio la tranquilidad que se gana no tiene precio. El ritmo desenfrenado de las grandes urbes estresa al más pausado y sin embargo hasta aqui también llega la rutina. Cuando ya llevas unos días rodeado de naturaleza, incluso se llega a echar de menos el ajetreo de las grandes superficies, el trasiego de la gente y hasta el tintineo de los vasos de los bares y terrazas.


La vida rural es tan diferente ... La valoración por lo natural, el retorno a la tierra, revivir costumbres, placeres, colores ... es como pintar un cuadro con un pincel que huele a campo, miel, centeno, trigo, árboles, hojas, cortezas que dan lugar a una amplia gama de verdes, naranja herrumbre, tostados y tierras…Colores con recuerdos, placeres y momentos únicos que te proporcionan el sosiego que muchos necesitamos.




Observando las cimas de aquel lugar tan poco frecuente para mi, sentí la caricia de la libertad, una libertad sin adjetivos que habría que escribir con mayúsculas, al igual que las gentes que la cobijan, allá, muy lejos, en la paz de la montaña.

Lo cierto es que para aquellos que valoran la calidad de vida, estar en contacto con la naturaleza y disfrutar de la tranquilidad propia de las zonas rurales de vez en cuando, es un regalo para el cuerpo y para el alma.




La vida es como un largo río que nace en las montañas: torrentoso y fuerte cuando comienza, nada lo detiene; rápido y caudaloso cuando desciende; tranquilo en la llanura de la seguridad, casi sin vida en las pendientes de las dificultades… pero cargado de esperanza en su interior hasta que se funde en el mar que lo vio nacer y morir.




"Allá donde las casas, y después los árboles y , a continuación, la hierba desaparecen, nace un reino estéril, salvaje y mineral; sin embargo, en su pobreza extrema, en su desnudez total, ofrece una riqueza que no tiene precio: la felicidad que se descubre en los ojos de los que lo frecuentan."

Gaston Rebuffat. Alpinista






domingo, 1 de mayo de 2011

BELLA PALABRA





Siempre me han gustado las casas de amplios ventanales, con grandes cristales que dejan pasar toda la luz. O las ventanas de madera, con gruesas barras que te trasladan al jardín sin mover un solo pie. Aquellas que te dejan entender el sonido de la naturaleza y que te dejan escuchar los gritos de las rosas cuando un poco de viento, las despeina.

Reflejos extraños que se cuelan hacia el interior, formando colores en espiral en el suelo y en las paredes. Algún eco que se escapa de unos cuantos metros más abajo y la tibieza en el ambiente. Una sensación plena de libertad.

Algún paisaje que parece correr a lo lejos, alguna ventana entreabierta que deja escapar los sonidos de una música. Y pensamientos que fluyen en busca del calor del sol, que toman formas confusas, que usan palabras exóticas.
En una palabra, que vuelan.



Hoy me asomo a una ventana especial, mucho más grande y llena de sorpresas, la gran ventana de la vida y aspiro el aroma que está llegando hasta mi, el olor inconfundible de las peonías, las primeras flores que brotaban en mayo y que mi madre recogía sus pétalos segun íban cayendo, eran tan frondosas que podían llegar a formar una alfombra roja en el jardín. Hoy vuelvo a recordarla porque es su día.


Desde este rincón de sueños de aire azul, mi felicitación para todas las madres.




Decía Kahil Gibran : "Madre es la palabra más bella pronunciada por el ser humano."






Tus brazos siempre se abren cuando necesito un abrazo. Tu corazón sabe comprender cuando necesito una amiga. Tus ojos sensibles se endurecen cuando necesito una lección. Tu fuerza y tu amor me han dirigido por la vida y me han dado las alas que necesitaba para volar.