Sueños de Aire Azul.
martes, 23 de mayo de 2023
La epidemia silenciosa
domingo, 14 de mayo de 2023
Madrid, Madrid, Madrid... 🌹🌹🌹
Dicen que de Madrid al cielo, pero dejando un agujero para seguir viéndolo. Pues en mi caso creo que es cierto. Al principio, y sobre todo si vienes de un lugar pequeño, tengo que reconocer que uno tiene el billete más acertado para ir camino del estrés. El movimiento de las grandes urbes, el ruido insoportable del tráfico, las prisas de los viandantes, las colas y las esperas para cualquier evento, ya sea de ocio o de cualquier índole, llega a ser enervante hasta hacerse insoportable. "Es de locos"-solía decir mi padre- "sí, pero en esta locura tienes y encuentras de todo" - le contestaba - Cuando vine a Madrid a los dieciocho años, estaba encantada, nada tenía que ver con la pequeña ciudad que había dejado atrás, me llamaba la atención sus fuentes rodeadas de flores tan cuidadas. Acostumbrada al autobús, la rapidez del metro me parecía increíble y las grandes superficies en cuanto al comercio, fascinantes.
viernes, 28 de abril de 2023
Entre cipreses
lunes, 24 de abril de 2023
Para ti.
solo quedan tus flores, mi niña,
moviéndose alegres al viento.
jueves, 13 de abril de 2023
Ventana de abril.
Siempre se sueña
unas veces dormidos, otras despiertos.
Insistentemente ese niño que ocultamos
tras las capas de los años, pequeño inexperto,
intenta salir
y cuando lo logra
qué inseguros nos sentimos y qué débiles,
rápidamente robamos trozos de experiencia
recuerdos esparcidos sin orden en el tiempo
y tratamos de escondernos, como podemos,
para que nadie se dé cuenta
en ese diminuto segundo
que la verdad es la esencia pura
de nuestro complicado ser.
lunes, 27 de marzo de 2023
Mala acción.
Para nada quisiera competir con nuestro amigo Juan y su "Jardín insostenible", eso es muy arriesgado para una aficionada a las plantas y a las flores como yo. Solo me voy a introducir en el agujero del tiempo para contaros una pequeña anécdota, que siempre viene a mi memoria cuando comienzan los efluvios primaverales. Hay recuerdos buenos y malos y éste no es muy grato precisamente.
Por estas fechas comenzaba el festival de capullos que pronto abrirían sus pétalos y yo sabía que las margaritas, los lirios del valle y las amapolas eran los primeros en florecer. Pero había algo que me fascinaba, lo esperaba impaciente todos los años porque podía deciros que era el corazón del jardín, al menos su color rojo granate me lo recordaba. Seguro que más de uno conoce las PEONÍAS. Con el frescor y la humedad de la tierra florecían siempre y en pocos días alcanzaban un tamaño asombroso, de pétalos grandes y muy frondosas alegraban ambos lados del porche y aunque no tenían aroma, puedo asegurar que llamaban la atención a los muchos que se asomaban a verlas.
Pero como en todo espectáculo el decorado cambia y la mala actitud del ser humano sale a flor de piel cuando la belleza molesta. Un mal día al despertar, un alma negra hizo mucho daño a mis preciosas flores arrancando de mala manera todos los capullos y deshojando una por una todas las corolas granates y no contento con ello, con perversidad y alevosía extendió los pétalos por todo el porche, por las escaleras, hasta la entrada del jardín. No podía creer lo que estaba viendo. ¿Qué ha pasado y quién tiene el corazón tan frío para tan desagradable hazaña?.
Lloré todo lo que pude de rabia y de impotencia hasta la mañana siguiente que lo primero que hice fue salir al jardín. Miré a mi alrededor y solo se había salvado una ramita, en el suelo se veían algunos pétalos con gotitas. No eran de rocío, no, eran las lágrimas de mis peonías.
Las plantas son seres vivos que no sienten dolor, no tienen sistema nervioso, pero sí son capaces de responder a estímulos negativos. Quien lo hizo tampoco sintió dolor.