El mar. Voz de mi hija

martes, 26 de septiembre de 2023

El otoño de la vida.

 Después de casi diecisiete años que llevo con el blog, no me resisto a dejar de escribir una vez más sobre el otoño, mi estación favorita, que para algunos sin duda, será sombría, por los días cortos en los que el sol se esconde pronto y para otros un alivio después de un verano bastante caluroso.

Me asomo a la ventana del tiempo y veo que ya no hay rocío en mi hierba, las hojas secas y arremolinadas dibujan recuerdos bailando al compás del viento. Una hilera de árboles desnudos, retorcidos y enjutos, claman ayuda al cielo alzando las ramas como brazos desmembrados. En sus troncos no existe ni un ápice de vida, ni un comienzo de brote.

Una Naturaleza despojada de su ropaje estival, esperando las primeras heladas, las primeras nieblas y en la cima de las montañas ya se observa el cándido manto. Veo desde mi ventana un horizonte borroso por nubes henchidas de lluvia. A partir de ahora yacerá lo que antes floreció, porque lo viejo tiene que morir, para que la tierra se renueve y vuelva de nuevo la vida.

 
En las noches de otoño 
una tímida luna extiende
su manto de gasa negra,
 largos silencios de plata
cubren las sombras funestas.
 
Allá en el firmamento
las estrellas parpadean
semejando brillantes pupilas
que inmóviles nos contemplan.
 
Las aves nocturnas emiten
llantos lúgubres y quejas
vibrando en la negrura
temblorosas e inquietas.
 
El señor de las sombras
de su letargo despierta
invisible a nuestros ojos
con su capa revolotea.
 
Y entre mil hojas muertas
 tímidamente cubierta
una flor despistada
luce su corola marfileña.
 
Corola que en la aurora
al amanecer se cierra
para reabrirse al helado
contacto con la tiniebla.
 
Una flor solitaria
de las pocas que ya quedan
siempre ansiosa de luces
siempre de lluvia sedienta.

En el otoño de la vida
las hojas me recuerdan
que ya se acorta el camino
que ya me llama la tierra.


jueves, 14 de septiembre de 2023

Mi querida niña



Mediterráneo. Septiembre 2018

 Se adentró en él, no importaba el nombre ni el lugar, el mar seguía siendo su cómplice. Pensó que necesitaba tranquilidad, escuchar ese suave murmullo que serena el alma y dejarse abrazar tímidamente por la brisa. Solo quien ha vivido cerca del mar conoce la parte dulce de la sal y ella venía de un lugar distinto, por eso probó sus aguas, saben a lágrimas se dijo y bailó con ellas, su vaivén envolvía los recuerdos dejando en su alma una huella imborrable.
  

miércoles, 30 de agosto de 2023

No has visto el mar.



Pronto vendrá el otoño 
y los duendes de los árboles
te harán un collar de hojas
adornarán tu cuello
con bolitas de acebo rojas
y te cubrirán de tules
  las nubes derramando incienso.

Un fresco aroma a musgo
con tu andar se desprende
pisando rastrojos ocres
que arremolina el viento
y haciendo cabriolas
dibuja estrellas doradas
 en la alfombra verde del tiempo.

Aún tienes los ojos pintados
de brisa y sol marinos
los labios carmesí mojados
las pestañas de azul nacarado
aún puedes saborear la brisa
mientras te desnudan las olas
y el mar revuelve tu cabello.

En tus manos se pegan conchas
en tus pies arena y algas
en tu cuerpo un blanco nácar
y yo temiendo la realidad
te observé desde lejos sonriendo
porque sé que volverás a correr
porque sé que volverás a caminar.

A mi hija.



miércoles, 5 de julio de 2023

A mí hija.


No busques más la luz

la luz llega cuando menos se espera,

no tienes que desearla, hay que ganarla,

me preguntas cómo y te respondo.

Sube los peldaños despacio,

dejando las dificultades en las esquinas,

sube con esfuerzo, pero con firmeza,

no retrocedas, aunque el dolor te haga daño

aunque en tus pies se claven las espinas.    

Dime qué te dice el corazón,

estás viva y lo sientes,

cada latido es un triunfo ganado,

está todo planificado para obtener satisfacción.

Conoces algún terreno que sea llano?

un día sin luz o una noche sin sombras?

al final de la escalera tendrás mis manos,

para sanar las heridas, curar las llagas

y abrazarte para que olvides

el duro camino,

el dolor y la lucha,

la oscuridad en el fango.

Nunca dudes, tendrás mis manos.




sábado, 24 de junio de 2023

Confianza.



Amigos: A veces la vida te hace pasar por situaciones inesperadas, que llegan a poner a prueba el valor y la resignación de lo que humanamente somos capaces. De nuevo la vida me da un mazazo. Estaré unos días ausente por la intervención quirúrgica de la pequeña de mis dos hijas. En estos momentos  tengo que confesar mi debilidad y entiendo aún más como madre el valor tan grande de la salud y la importancia de mantenerla. De momento tengo la suerte de contar con un gran equipo de neurocirugía, y en estos momentos y a pesar de mis conocimientos médicos, espero que la fe y la esperanza me acompañen, necesito confiar en que todo saldrá bien y espero no flaquear.
Y a tí hija mía, estoy segura que pronto podrás seguir construyendo, aunque otros destruyan, sembrando aunque otros pisen la cosecha, dibujarás sonrisas en rostros con lágrimas, transmitirás alivio cuando veas dolor, regalarás motivos de alegría donde solo haya tristeza y levantarás el ánimo a los que quieran rendirse. Porque después de una tormenta, el sol busca siempre la forma de salir y en medio del desierto puede brotar una hermosa flor.


Mientras, seguirá sonando la música de mi admirado Elvis que me sirve de relax.

jueves, 1 de junio de 2023

Agua, alma.




'myspace

Llueve y retiro el paraguas, quiero que las gotas de agua mojen mi rostro, que me empapen el alma, que laven mis penas, que borren de un destino inesperado toda huella.

Escucha amigo como llueve
escucha porque es el llanto del cielo
sus lágrimas llevan consigo
un atisbo de suave recelo.

Llueve, el suelo brilla como el nácar
dejando olor a terruño de tierra mojada
a frescor de rocío    
en el albor de la mañana.

Llueve, en los campos arados
en las ramas de los manzanos
entre espigas y olivares
entre el musgo de los tejados.

Como si el cielo 
compartiera mis penas
las lágrimas de los ángeles 
caen en silencio.

Y detrás de mi ventana
 llorando la ausencia
imágenes distantes 
me encogen las venas.

Mientras, la lluvia sigue cayendo
pintando charcos azules
ajena a un viejo pasado
y sorda a mis confidencias.

Llueve...




martes, 23 de mayo de 2023

La epidemia silenciosa





Contemplemos el ocaso, o mejor el anochecer. Nada más relajante que el brillo de una estrella y su reflejo en el mar. La noche se acerca y para muchos será un momento agradable, sinónimo de descanso y tranquilidad, en cambio otros cerrarán las ventanas y la única puerta que podrán abrir es la que conduce a la soledad más absoluta.
Esa soledad que se adueña de todo lo que fue, lo que existe y lo que vendrá. Pero cómo podría describir esta palabra tan deseada muchas veces y tan impuesta, otras. El caso es que tiene nombre de mujer, es necesaria de vez en cuando, pero es a la vez temida por todos cuando nos vemos sometidos a ella.

Y qué entendemos por soledad, ¿se puede decir que a pesar de vivir en una sociedad tan amplia, cada día más unida al progreso, en la que las distancias están superadas por las nuevas tecnologías, que estamos realmente solos? Sí, porque hay una soledad externa y otra interna, que quizá es la verdadera soledad. Si el hombre es social por naturaleza, por qué nos cuesta tanto sentirnos parte de un todo. Estamos rodeados de compañía y seguimos sintiéndonos solos. Sin embargo necesitamos de ella como válvula de escape en nuestros estados ansiosos y aunque sea muy importante sentirse queridos y encontrar de vez en cuando un punto de apoyo en los demás, es bueno que el hombre esté solo, que temple su estado de ánimo y relaje su espíritu. 
Cuando el sonido se rompe porque un corazón se lamenta,  sentimos el dolor sordo de la ausencia. La soledad es amarga y dulce a la vez, se bebe en vaso largo y hasta se saborea. Cuántas veces en esa ausencia acunamos sueños imposibles que nunca llegan... Lo que tengo claro es que la soledad es la única que nos entiende y nunca jamás cuestionará todo aquello que pensemos.

La noche tiene el encanto de la quietud más pacífica y relajante. Mientras el sueño intenta adormecer los pensamientos, tratamos de sumergirnos en las sombras más profundas. El día tiene demasiadas horas estresantes, demasiados minutos agobiantes y por ello necesitamos vivir la noche con el único fin de dejar la mente  libre de tensiones y preocupaciones,  procurando apartar las obsesiones, fantasmas que viven encadenados a la mente desde siempre y que el exterior nunca muestra, ni lo mostrará, porque rechazamos los pensamientos que nos agobian y no queremos transmitirlos a los que tenemos cerca, ellos seguramente no lo entenderían jamás. Aprovechar los momentos de soledad, nuestra soledad, es beneficioso y es un acierto aferrarse a ella pensando que no hay soledad triste cuando de verdad lo deseamos.
 Me pregunto cuánto tiempo tiene que pasar para que una mente recupere la estabilidad que necesita. Creo que ya no soy la misma, las vicisitudes me han cambiado. Antes mi alma se llenaba de energía, ahora necesito que alguien la llene.

El silencio tiene rostro
La soledad lo dibuja en el recuerdo
El silencio tiene múltiples colores
La soledad solo plasma el gris de las sombras
El silencio no crea pentagramas
La soledad es toda una sinfonía
El silencio tiene un cuerpo delicado
La soledad lo acaricia noche a noche.
El silencio tiene labios de esperanza
la soledad lo besa en la penumbra 
El silencio camina entre nubarrones
La soledad va dejando la huella
El silencio canta en verano y primavera
La soledad llora en otoño y en invierno

Sin ti, si ya no estás... La agonía de un corazón solitario. Una forma de soledad que duele mucho.