Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

viernes, 28 de abril de 2023

Entre cipreses




He vuelto a pisar tu tierra dura. Desde lejos las agujas de piedra blanca se elevan con elegancia sin llegar a tocar las nubes. Ahí sigue la joya del gótico, esta vez luce muy clara por el buen tiempo y si escuchas el sonido ronco de sus campanas, oirás la voz de Gil de Siloé que suena como un eco de bienvenida.
Entrar en Burgos es penetrar en el recuerdo. Tenía que cumplir una misión, era algo que llevaba en mente desde hace tiempo. Fue tremendo el dolor que sentí cuando en noviembre encontré la cruz vencida, yacía retorcida entre la piedra llena de musgo y sus nombres casi borrados, como caídos en el olvido. Mi corazón se llenó de dolor, mis ojos completamente nublados no podían leer las letras ennegrecidas por el tiempo y el corrimiento de tierra que hubo dejó desnudos los laterales. Aquello era tétrico y me recordó a una novela de Edgar Allan Poe.

Hoy, después de varios meses de restauración, he vuelto a caminar entre cipreses contemplando el cielo esta vez sin nubarrones y con la mirada pude correr el velo que colgaba entre cirros desperdigados de buen tiempo. Oigo silencios e imagino rostros contentos que agradecidos silban canciones y bailan minuetos.
Todo arreglado de nuevo, un sol espléndido dejaba el brillo cegador que ahora despide la lápida y mientras una lágrima se me escapaba, cerrando los ojos sepulté el suspiro de dolor dentro de mi alma.
Me fui satisfecha a paso torpe y lento y en esa leve paz entre cipreses dejé cerrado todo el infinito. 


lunes, 24 de abril de 2023

Para ti.




Ahora, después de una larga lucha, me doy cuenta que no importa el paso del tiempo, importa tener ilusión, sonreír cada mañana y contemplar como la vida despierta antes que nosotros para colgar el sol y seguir mirándolo desde la ventana de la existencia.

Qué tienes entre las manos
niña bonita de ojos claros,
un puñado de flores secas, 
para hacer un collar de rosarios.

Al caer en la tarde las horas
en la oscura penumbra del sueño,
entre nubes las hojas se mueven,
los pájaros vuelan y susurra el viento.

Es la noche teatro de luces
de estrellas fingiendo diseños,
vías lácteas de brumas azules,
 constelaciones de ayeres desiertos.

Cuando veo los árboles desnudos
en las mañanas de mis desconciertos,
parece que lloran sus ramas, 
y las nubes derraman incienso.

Mis ojos, perdiendo la infancia
se vuelven más duros, se tornan mas viejos,
solo quedan tus flores, mi niña,
moviéndose alegres al viento.

jueves, 13 de abril de 2023

Ventana de abril.


Siempre se sueña

unas veces dormidos, otras despiertos.

Insistentemente ese niño que ocultamos

tras las capas de los años, pequeño inexperto,

intenta salir

y cuando lo logra 

qué inseguros nos sentimos y qué débiles,

rápidamente robamos trozos de experiencia

recuerdos esparcidos sin orden en el tiempo

y tratamos de escondernos, como podemos,

para que nadie se dé cuenta

en ese diminuto segundo

que la verdad es la esencia pura

de nuestro complicado ser.



Sí  un día,
no importa cuándo ni en qué momento,
despiertas o te preguntes qué haces en ellos.

Escurre  de la vida
brillo para tus pupilas,
Escurre  de tus ojos,
sintonías de alegría.

Regálale al viento,
el baile que ejercen tus pasos,
recoge del aire
el ritmo que marca el tiempo.

De nada sirve adelantar manecillas,
de nada sirve mirar hacia atrás,
recoge el fruto del aprendizaje,
y deja al reloj las horas marcar.

No sé donde viven los sueños,
entre nubes de nácar quizá,
pero entiendo cuando me cuentan

que de ellos no se quiere despertar.