Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

viernes, 27 de octubre de 2023

Disfruta la vida. No hay atajo que evite la muerte.



Vivo detenida en la orilla de los sueños.

Vivo en un instante, el milagro de un tiempo

que se aleja y aleja inexorable y eterno.

Desafiando su paso, invento un mundo 

de luces y de sombras.

Yo vivo en él, en el furioso viento

que silba en los abismos

y en ese otro suave, que murmura lento.

Vivo en el trueno que desata la tormenta

en el destello fugaz que despide una estrella.

Vivo en la mirada de todas las miradas

en mi latido y en todos los latidos.

Vivo en la lluvia que derrama

la bóveda de un cielo infinito

en el andar torpe del anciano

en el correr alegre de un niño.

Me uno a otras vidas y vuelvo en otras vidas.

Vivo, pero desde ahora

moriré cada día un poco

en este pozo lleno de cadáveres locos.


Esta vida no es eterna para nadie. Es un regalo, una aventura, una celebración, un hermoso viaje...

Disfrútala.

viernes, 20 de octubre de 2023

Jinetes en el cielo



Qué bonitos son los caballos... tienen un porte elegante, son veloces y sobre todo muy dóciles." El caballo, con una belleza única, una fuerza inconmensurable y una gracia sin igual, sigue siendo lo suficientemente humilde como para llevar a un hombre a sus espaldas". Una frase que define  perfectamente lo adaptable que es este animal. 

Mi padre solía decir que el caballo embellece cualquier paisaje, sentía verdadera pasión por ellos y gran parte de su vida disfrutó de su compañía. Practicaba la hípica y obtuvo muchos trofeos, que además de sus pinturas, son el legado más valioso que nos ha dejado.

Cuando era niña me imponía verlos de cerca, me encantaba subir a ese gigante de crines suaves y sedosos. Se llamaba Mambla y era de color canela, conocido también como raza Alazán.



Cuando era posible me escapaba al picadero donde entrenaba mi padre,  los pasos al ritmo de trote me causaban la sensación de estar viendo un baile equino de lo más acompasado y lo mejor era acariciar su cabeza, aunque me daba miedo tenerle cerca al final el noble animal conseguía unas palmaditas como premio.
Recuerdo el Concurso Hípico que la primera semana de julio tenía lugar en Burgos, cuántas veces he visto saltar a mi padre con los ojillos de admiración de una niña de siete años y con la mirada de orgullo de una adolescente años después.
Mambla vivió veinte años. No quise nunca saber como fue su final, lo más importante son las cuarenta copas y los muchos trofeos que nos dejó y que guardo con todo mi cariño.


Astorga. 1959


Mi padre

" El mejor jinete es el que después de caer a tierra vuelve a montar."

Yo sé que ahora saltarás las nubes, son el mejor obstáculo.


lunes, 9 de octubre de 2023

Bendita sensibilidad.


 

Bendita sensibilidad que:
-me permite conectar con mi propia realidad, disfrutar de las simples cosas cotidianas, descubrir que el sol, la luna, el amanecer, el ocaso y todo el firmamento es bello y en parte me pertenece.
Hermosa sensibilidad que:
-me hace sentir feliz, valorar y amar los regalos que me brinda la naturaleza, la lluvia, la brisa, el rocío, las flores, las aves y en ese entorno amarme y amar a los que me rodean. Mansa emoción que no me permite odiar ni maldecir, que me deja jugar, asombrarme y reír como una niña traviesa, inocente y feliz, que me introduce en un mundo sin rencores, sin discriminaciones, ni envidias y por encima de todo ser menos insensible al dolor. Dulce locura mía que me hace robar las amapolas de una primavera imaginaria para llevarlas a un otoño real. Que me permite querer y recibir cariño de un modo muy peculiar.

Ser sensible es un rasgo. Ser "altamente sensible" es algo que eres, no es algo que tienes.​ No es un trastorno, ni es una patología.

Siendo así, no me importa ser sensible. Me gusta recordar tiempos felices, llorar por la gente desaparecida, por unos ojos que me preguntan ¿me voy a curar?, emocionarme con la música y me duele ver ese piano mudo desde hace tiempo.