Vivo detenida en la orilla de los sueños.
Vivo en un instante, el milagro de un tiempo
que se aleja y aleja inexorable y eterno.
Desafiando su paso, invento un mundo
de luces y de sombras.
Yo vivo en él, en el furioso viento
que silba en los abismos
y en ese otro suave, que murmura lento.
Vivo en el trueno que desata la tormenta
en el destello fugaz que despide una estrella.
Vivo en la mirada de todas las miradas
en mi latido y en todos los latidos.
Vivo en la lluvia que derrama
la bóveda de un cielo infinito
en el andar torpe del anciano
en el correr alegre de un niño.
Me uno a otras vidas y vuelvo en otras vidas.
Vivo, pero desde ahora
moriré cada día un poco
en este pozo lleno de cadáveres locos.
Esta vida no es eterna para nadie. Es un regalo, una aventura, una celebración, un hermoso viaje...
Disfrútala.