Y no sé por qué os cuento esto.... debe de ser porque soy una melancólica empedernida y los años ya me van pesando.....
Pero no.... no quiero entristecerme, mejor voy a hacer algo que hace días tenía pensado. Un viaje, una escapada a una ciudad que hace tiempo no visito y que también forma parte de la historia de mi vida.
Preparo mi avioneta. Esta vez y como aquí en este mundo virtual todo es posible, elijo una Cessna Skylane, matrícula EC-AIB y nos vamos a SIGÜENZA, ¡venga ! ¿me acompañais?...... Bowman, cuento contigo como copiloto.
Avioneta Cessna Skylane, Alfa India Bravo. Viento calma, autorizada a despegar, ascenso en rumbo de pista, nivel inicial de vuelo 100, después rumbo 080 para sobrevuelo Sigüenza.
Alfa India Bravo, autorizado despegue, ascender a nivel 100 para rumbo 80.
¡¡Despegamos!! ........ Yupiiiiiiiii cómo mola volar.
Y en un suspiro llegamos a SIGÜENZA, provincia de Guadalajara, también llamada la "ciudad del Doncel".
Para los amantes de las ciudades antiguas y medievales, para todos aquellos que les guste pasear sintiendo en sus pasos las huellas de los siglos y el beso silencioso de la historia, Sigüenza es un rincón ejemplar en la provincia de Guadalajara. Su casco histórico, de indudable belleza, muy bien conservado y con importantes monumentos medievales y renacentistas, hacen de ella uno de los destinos favoritos de los que gustan de este tipo de turismo.
Veamos los monumentos mas importantes:
La Catedral de Santa María, de estilo inicial cisterciense, con elementos más modernos. Muy peculiar, es característica su planta con sus dos grandes torres principales macizas, con reminiscencias de fortaleza. Dentro de ella se encuentra la capilla de los Arce con la "estatua yacente" de El Doncel de Sigüenza, de época renacentista.
La Plaza Mayor también de estilo renacentista. Obra del Cardenal Mendoza y cuyas obras duraron veinticinco años.
La fachada sur de la catedral se abre a la Plaza Mayor, con preciosos edificios del siglo XV y el Ayuntamiento. La empinada Calle Mayor nos lleva a la Iglesia de Santiago, la Iglesia de San Vicente y la preciosa casa del Doncel. Un poco más allá podéis visitar el viejo Ayuntamiento, y sobre todo, el castillo de Sigüenza, coronando la ciudad, hoy Parador de Turismo. Desde el siglo XIII ha sufrido grandes reformas, como la última, la de 1976, que lo salvó definitivamente.
El Arco del Portal Mayor es uno de los accesos de la villa amurallada de Sigüenza. La Puerta del Sol y el Arco del Portal Mayor fueron construidos en la ampliación que hizo el obispo Girón de Cisneros en el siglo XIV.
La casa del Doncel, que actualmente pertenece a la Universidad de Alcalá de Henares dentro de las instalaciones docentes que tiene en la provincia de Guadalajara.
Iglesia de San Vicente, románica.
Iglesia de Santiago, románica.Iglesia de San Juan, en ruinas.
Las travesañas comprenden las callejuelas de la parte de trazado medieval de la ciudad.
La plazuela de la Cárcel (fue la Plaza Mayor en la Edd Media), en las travesañas, alrededor de la cual aún se conservan los edificios del antiguo Ayuntamiento, la cárcel y la Posada del Sol (hoy Taberna de la Plazuela).
El barrio barroco de San Roque, en el que se incluye La Alameda, o parque principal de la ciudad.
El palacio episcopal y el edificio del colegio "Sagrada Familia".
Las murallas de la ciudad, con varios trazados concéntricos e independientes, que se pueden observar en varios puntos del casco histórico, incluidos lienzos, cubos y puertas.
El Museo Diocesano, alberga importantes obras de arte así como elementos de la historia de la ciudad.
El Parador Nacional instalado en una alcazaba árabe, edificada sobre un asentamiento romano, este imponente castillo se empezó a construir en el año 1.123 y fue residencia de obispos, cardenales y reyes. Es el enclave apropiado para disfrutar de una villa histórica, cercana a bellísimos espacios naturales.
Martín Vázquez de Arce, el Doncel de Sigüenza, fue un aristócrata y guerrero castellano del siglo XV (nacido en 1461 aprox.). No se conoce su lugar de nacimiento, pero sí las circunstancias de su muerte durante la Guerra de Granada, en la acción militar de la Acequia Gorda de la vega de Granada, en julio de 1486 a la edad de 25 años. Se ha convertido en una figura romántica por el aspecto sereno y meditabundo de su excepcional sepulcro en la
catedral de Sigüenza, una de las joyas de la estatuaria fúnebre de todos los tiempos y símbolo de la ciudad.
Su padre fue secretario personal de la familia de Mendoza, con residencia en la ciudad de Guadalajara, y Martín fue paje del primer Duque del Infantado. Se sabe que tuvo una hija, de nombre Ana .
En su sepulcro, aparece enfrascado en la lectura de un libro mientras descansa de un ejercicio militar, con las piernas cruzadas y protegidas por la armadura. Destaca sobre el blanco del alabastro la roja cruz de la Orden de Santiago que le identifica como caballero. Un niño o paje apenado y un animal aparecen a sus pies. En el frontal del sepulcro, unas figuras sostienen su escudo, completándose el espacio con relieves vegetales. La iconografía habitual durante la Edad Media reserva los libros a personajes eclesiásticos, por lo que su uso en este caso puede considerarse una innovación, relacionada con el aumento de la literatura profana desde la crisis bajomedieval y la invención de la imprenta (presente en España desde 1472, con el Sinodal de Aguilafuente).La escultura, encargada por su hermano, Fernando Vázquez de Arce, obispo de Canarias, fue obra de un maestro desconocido, aunque posiblemente relacionado con el taller de Sebastián de Almonacid en Guadalajara. Este escultor fue uno de los renovadores de la escultura gótica en transición al Renacimiento en la zona central de Castilla.
catedral de Sigüenza, una de las joyas de la estatuaria fúnebre de todos los tiempos y símbolo de la ciudad.
Su padre fue secretario personal de la familia de Mendoza, con residencia en la ciudad de Guadalajara, y Martín fue paje del primer Duque del Infantado. Se sabe que tuvo una hija, de nombre Ana .
En su sepulcro, aparece enfrascado en la lectura de un libro mientras descansa de un ejercicio militar, con las piernas cruzadas y protegidas por la armadura. Destaca sobre el blanco del alabastro la roja cruz de la Orden de Santiago que le identifica como caballero. Un niño o paje apenado y un animal aparecen a sus pies. En el frontal del sepulcro, unas figuras sostienen su escudo, completándose el espacio con relieves vegetales. La iconografía habitual durante la Edad Media reserva los libros a personajes eclesiásticos, por lo que su uso en este caso puede considerarse una innovación, relacionada con el aumento de la literatura profana desde la crisis bajomedieval y la invención de la imprenta (presente en España desde 1472, con el Sinodal de Aguilafuente).La escultura, encargada por su hermano, Fernando Vázquez de Arce, obispo de Canarias, fue obra de un maestro desconocido, aunque posiblemente relacionado con el taller de Sebastián de Almonacid en Guadalajara. Este escultor fue uno de los renovadores de la escultura gótica en transición al Renacimiento en la zona central de Castilla.
Hace frio en Sigüenza, siempre la temperatura es más bien fresca y a finales de noviembre cuando ya la ciudad empieza a prepararse para las fiestas navideñas, apetece repostar en cualquiera de sus mesones tipicos.
La cocina de Sigüenza se basa en los deliciosos asados de cordero y cabrito, aderezados con la salsa de Jadraque a base de vinagre e hierbas aromáticas. También podéis probar las judías alcarreñas, con patatas, chorizo y morros de cerdo. Cómo no, las migas de Sigüenza, acompañadas de huevos fritos. O las codornices estofadas, el conejo y las truchas del río Dulce con jamón. Si aún os cabe algo más, probad con los postres: las yemas de Doncel, los bizcochos borrachos o el letuario de miel con nueces.
Seguidme entonces, os invito a degustar estos platos en mi resturante favorito."El Motor", (tenía que llamarse asi), je, je.
Regresamos. Bowman amigo, pilota tú ahora, yo estoy cansada......
Todas las fotografías del slide están hechas con una cámara Nikon D 70 S, en un atardecer de noviembre del 2008.