
La rosas azules existen. La primera rosa azul se creó en el año 2004 mediante ingeniería genética. Después de catorce años de investigación, científicos de la empresa japonesa Suntory lograron variedades de rosas azules, insertando el gen del pigmento azul que hay en las flores conocidas como pensamientos.
Las rosas azules simbolizan tradicionalmente el misterio o la consecución de lo imposible. Se creía que eran capaces de otorgar a quien las poseyera la juventud, o que concedían deseos. Me encantaría comprar una, pero auténtica, no teñida como las he visto.
Mi obsesión por el azul no es un trastorno, es una preferencia. En cambio me pueden llegar a obsesionar otras cosas, el orden por ejemplo y cuando alguien pretende censurar esta, digamos manía, mi respuesta siempre es la misma: nunca hay que confundir una obsesión con las preocupaciones normales y cotidianas. Cuando tenemos un problema o estamos ante una mala situación, lo normal es que genere en nosotros un estado de alerta que nos produce inquietud y un agobio que luego resulta ser pasajero. Pero de la preocupación a la obsesión solo hay un paso, únicamente una fina línea los separa y conocer la diferencia es muy importante.
En la persona obsesiva hay un comportamiento excesivo o irracional, que generalmente es reconocido por quien lo padece. Obsesión no es lo mismo que fobia, y pregunto: ¿quién no ha tenido o tiene miedos reprimidos que acaban convirtiéndose en oscuros fantasmas de la mente?. Lo que no entiendo es la falta de tacto de algunas personas que no aceptan e incluso se burlan de este trastorno, considerando a quien lo padece un maniático enajenado, o mejor dicho un loco, para hacer más dura la palabra.
Tener esta perturbación anímica implica vivir atormentado, no disfrutar del presente por inseguridad y ser víctima de una tremenda hipocondría. Bailar en la cuerda floja de las obsesiones, nos hace sentir atrapados por pensamientos tormentosos que generan ansiedad de forma muy recurrente.
En medicina se conoce por un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y es tan frecuente que muchas personas que lo padecen ni lo saben, ni llegan a tener un diagnóstico que puede mejorar su calidad de vida, simplemente pasa desapercibido, solo cuando ya ocasiona un gran sufrimiento acuden a seguir un tratamiento.
Ciertamente los obsesivos son seres perfeccionistas, dogmáticos, rumiadores, moralistas, inflexibles, indecisos, emocional y cognitivamente bloqueados.
Son excesivamente disciplinados, con una vida muy regulada y estrictamente organizada.
Se preguntan continuamente si hacen bien las cosas o si están errando, lo cual conduce a la indecisión. Posponen decisiones y tareas y temen cometer errores.
Con un estilo de pensamiento rígido, tienden a resolver bien las tareas técnicas y detalladas pero no disciernen las cualidades sutiles como el tono global de una reunión. No perciben los matices emocionales de las situaciones.
Se preocupan demasiado de los detalles, son exigentes, carecen de empatía y desaprueban la expresión espontánea de afecto.
La vida de los compulsivos se centra en el pasado (para pensar en lo que deberían haber hecho), o en el futuro (para pensar en lo que deben hacer), y pocas veces en el presente que es donde pueden encontrarse las mayores satisfacciones de la vida.
Se consideran demasiado entregados al trabajo, dignos de confianza, meticulosos, prudentes, eficaces y leales.
Todo ello muy cierto, son personas que pueden convertir sus defectos en virtudes y que jamás me atrevería a dudar de su cordura. Padecen un trastorno de la personalidad por el que desgraciadamente sufren, necesitando ayuda, paciencia ycomprensión, pero reitero, no son psicópatas.
Las preocupaciones son normales en la vida y además necesarias porque nos dan el impulso para poder afrontar los pequeños conflictos que surgen y así buscar las soluciones pertinentes. En cambio las obsesiones sólo nos limitan, nos bloquean y nos sirven para estar mal emocionalmente. Si eres obsesivo no te preocupes, basta con que lo reconozcas y trates de evitar que esos pensamientos recurrentes te controlen. Procura ser tú quien domine tus preocupaciones.
Difícil, pero no imposible.