Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

domingo, 23 de septiembre de 2018

Burgos fue testigo.




De repente y sin poder controlarlo un sentimiento me hace llorar y lloro. ¿Por qué reprimir las lágrimas si el cuerpo te lo pide? Llorar libera el corazón más encogido, serena el alma más atormentada y despeja la mente más enfurecida. Las lágrimas son ríos de furia a veces y otras son aguas mansas que corren por nuestro rostro hasta desembocar en el alma. Me he dado cuenta de que los años y la experiencia te hacen fuerte, pero también te sensibilizan más en otros aspectos. Quizá sea porque eres consciente de que en la vida el destino no es el mismo para todos, hay quien nace con estrella y hay quien nace estrellado. A unos les cuesta un triunfo conseguir una cierta estabilidad, otros en cambio tienen el jamón colgando del techo desde que nacen. Es sabido que la suerte juega un papel importantísimo en este laberinto llamado vida.
Tuve suerte al conocerte aquel 15 de junio y hoy 23 de septiembre hace ya... no sé, tiempo, mucho tiempo que sigo a tu lado.  Por ello cuando el corazón me pida llorar, lloraré,  pero hoy será de alegría.

viernes, 21 de septiembre de 2018

DÍA MUNDIAL DEL ALZHEIMER


Dame tu mano. Déjame que te enseñe las flores, los patos del estanque y empujando tu silla, te lleve a pasear lentamente entre los árboles.
No puedes hablar, lo sé,  pero no importa, yo hablaré por ti.
No puedes reír, no importa, tus ojos brillarán al mirarme.
No puedes andar, no importa, yo te llevaré hasta las estrellas.
No sé si me entiendes, si me conoces, si sabes mi nombre, pero no importa, yo sí sé quien eres tú, mi querida madre.



martes, 4 de septiembre de 2018

Mañanas de Septiembre



Todos los meses tienen su encanto. Septiembre huele a frescura, sabe a uva madura y tiene color de atardeceres rojizos, de espigas doradas. Reminiscencias de mar y arena, de montañas y campos, dan paso a aromas de hogar y vida familiar más recogida.
Un paseo por sus mañanas cuando todavía el sol calienta, aunque el viento tienda a girar y comience el aviso del próximo cambio de estación, nos permite disfrutar de lo poco que queda del verano. Un estudiante repasa los últimos temas acelerado, el anciano fiel a su banco, lee el periódico mientras  tiemblan las páginas a la vez que sus manos, una pelota rueda hasta chocar con el puesto de los helados y alguien a quien adoro, pasea con orgullo un precioso cachorro.
Mañanas de Septiembre, un acorde de nubes suspende en el cielo, todo el azul del viejo estío presenta su belleza ante el fuego otoñal que va a nacer. Y más tarde, cuando el sol va cayendo, este cielo se torna gris y el suelo se vuelve rojo, y todo se convierte en un hermoso lienzo  pintado entre las hojas enredadas y el reflejo de la luna.
Septiembre, amigos, renueva la vida de los poetas y aligera la soledad del amante que en la distancia revive su desierto escuchando el nombre de su amada, mientras sentado en la bahía el viento golpea las rocas.
Dicen que en este mes ya no huele a flores y no es verdad, aún mustias pueden dar aroma a los setos y nos recuerdan que una vez más el ciclo se ha cumplido, cuando al morir caen de sus ramas y la propia Naturaleza las recoge para luego resucitarlas.
Es  una forma poética de ver septiembre, mi propia forma. Cambiar de mes y a la vez de estación me sugiere que es tiempo de renacer, de reencontrarse con tu propio yo y dejar que los sentidos se agudicen para ver más allá y disfrutar de todo lo que la nueva etapa nos va a ofrecer.


Mañanas de septiembre, gotas de brisa que apagan lentamente el fuego del verano.