Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

SER LOCO ES ESTAR CUERDO



Me llaman loca...
porque cuento las estrellas en la noche,
porque me gusta el invierno triste y gélido,
porque en primavera, lanzo mis rosas al viento,
segura de que llegarán hasta el cielo. 
Porque sonrío a los ancianos por la calle,
 porque adoro sus temblorosas manos
y sus caras surcadas por los años.
Porque corro con los niños por el parque,
cogiendo mariposas, jugando a ser libres como  pájaros,
porque grito con las voces de los jóvenes por plazas y calles
escribiendo en mi pancarta que "el amor es lo que importa"
que el presente solo inspira ilusiones.
 
Me llaman loca...
porque creo que es posible que la tierra sea hermosa,
porque digo que los hombres son hermanos,
porque tengo la certeza de que hay vida después de la temida muerte,
porque tiendo la mano a la miseria,
porque lloro por quien sufre
la enfermedad, el vacío y el desencanto.
 



Me llaman loca y no  me importa. Yo seguiré cogiendo amapolas en los campos, cantando salmos a la vida, llorando cuando un niño se hace daño, creyendo en la bondad de los hombres, esperando, trabajando, amando, dando...
Me llaman loca. De acuerdo, ¡yo estoy loca!. Sólo me gustaría tener un compañero. ¿Alguno de vosotros se apunta a esta locura? Tal vez tú estés igual de loco, tal vez sientas lo mismo. Entonces.... ¿Caminamos unidos? .

SER LOCO ES ESTAR CUERDO
 
Es cierto, muchas veces me gustaría estar tan cuerda como muchos locos. Creer que el cielo es un gran jardín, jugar coloreando estrellas, llorar delante de un pastel, vibrar con la risa de los niños, correr por encima de las nubes, gritar con el eco del silencio, bailar al ritmo de la lluvia, leer las páginas en blanco, hacer dibujos en el aire, oír cantar a las olas, llamar a la puerta del destino y soñar, sobre todo soñar, sin estar dormida. Todos deberíamos tener algo de locos y algo de niños.

 
 
A pesar de todo no es tan malo que a uno le llamen loco.

Bendita y hermosa locura sufrida en silencio.


Editado el 15/04/09 por Airblue.





miércoles, 21 de noviembre de 2012

A VECES CONVIENE SOÑAR

 
    
 
Una noche soñé que era capaz de traspasar la línea que separa el pasado del presente. Si de verdad pudiéramos retroceder a ese lugar donde están anclados nuestros recuerdos, nuestras emociones y sentimientos vividos, sería una experiencia mágica y misteriosa y quizá para muchos una buena terapia para olvidar el ayer y valorar más el momento actual.

La traspasé lentamente en mi sueño, busqué calles que ya no tenían camino, rincones de salón que ya no existen, sensaciones y fragancias evaporadas, momentos grises e instantes de felicidad y de triunfo. Traspasé el sendero del tiempo inverso, renací en recuerdos casi olvidados, en ciudades no visitadas, en esquinas sin mis amigos, caminé entre versos sin rima y lecciones no aprendidas y finalmente llegué a la pared invisible, esa que nos lleva directamente a la profundidad de la mente y tuve la suerte de atravesarla y contemplar el lado más débil de mi alma y a la vez el más sensible.

Cuántas veces pasa por mi imaginación congelar el tiempo ...


 


Congelar el instante mientras lo vivo, para evitar que pase a formar parte de mi lista de recuerdos. Detener el reloj de péndulo que tengo en la pared, que a veces me marea y jugar entre su minutero a ser infinita.  Por qué cuando hablo del pasado siempre hay alguien que me pone el cartel de "STOP", no puedo entender esa manía de criticar algo que a mi me hace bien , sin embargo para ellos es todo lo contrario, ¡olvídate y vive el presente!- me dicen- pues lo siento pero a veces el presente no me agrada, aunque cierto es que todos tenemos entornos llenos de sombras que poco a poco van desapareciendo como la niebla.
Hacemos historia, formamos parte de ella y algún día seremos historia.


 
Nadie puede cambiar su historia, pero sí la manera en que experimenta de nuevo lo vivido.
Nadie puede evitar soñar. Hay sueños que enriquecen el alma, que nos llevan a un mundo imaginario, donde poder tocar la felicidad con la punta de los dedos. Donde poder devolver la salud a quien deseamos. Donde encontrar la luz, para quien no vé o el sonido para quien no oye.
Hay sueños donde podemos levantar el vuelo y llegar a tocar las estrellas, donde podemos bailar entre las nubes, correr entre montañas y jugar con las olas del más enbravecido de los mares. Nadie puede evitar soñar. Yo no quiero dejar de hacerlo, es lo único ìntimo que tengo para olvidar mis pesares y ser feliz disfrutando de las muchas melodías que suenan en ellos, además mis sueños son azules.

Alguien dijo que soñar es vivir.

Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.
 
 

 
 

sábado, 10 de noviembre de 2012

SINESTESIA : AZUL


Seguro que os suena el término de Sinestesia. Hace tiempo quise indagar más y busqué información porque casi dudaba de su existencia, pero desde que mi hija pequeña  me preguntó:" Mamá, ¿de qué color ves tú el número siete?- yo lo veo amarillo ¿y la letra A?- para mi es rosa fuerte", me interesó el tema y más cuando al poco tiempo en una reunión familiar mi sobrina comentó que a ella le ocurría lo mismo, incluso coincidían en los mismos colores.

Las personas con sinestesia pueden llegar a oir colores, ver sonidos o asignar un sabor a una determinada textura. Es una peculiar cualidad sensorial, según la cual a partir de la estimulación en uno de los sentidos, se produce una respuesta automática en otro de ellos.

Sinestesia proviene de la fusión de dos palabras del griego cuyos significados son junto y sensación, y se entiende como la percepción de una misma cosa a través de dos sentidos.
Para la Biología, la sinestesia es la impresión que sentimos en una cierta región corporal a partir de un estímulo aplicado en otra diferente. Se la describe también con conceptos como sensación asociada o sensación secundaria. Es un fenómeno que se encuentra presente en una de cada cien personas, siendo el tipo más frecuente el de aquellas que pueden ver colores cuando oyen o leen letras o números.

Además, una de cada mil personas huele los sonidos y escucha los colores.
Expertos en psicología experimental estudian la sinestesia como un fenómeno que permite oler sonidos, ver olores y escuchar colores. Algunas personas acuden a las consultas por este motivo, pero los estudios demuestran que no se trata de una enfermedad. Es cierto que esta facultad es innata en el cerebro del individuo y se va desarrollando con la edad. Los sinestésicos perciben con frecuencia correspondencias entre tonos de color,  sonidos e intensidades  de los sabores de forma involuntaria. Por ejemplo, tocar una superficie más suave les puede hacer sentir un sabor dulce. Estas experiencias no son meras asociaciones, sino percepciones. Algunos ven colores cuando escuchan música, otros pueden sentir el sabor de las palabras. Otras personas pueden percibir la letra A de color rojo, la S de color amarillo y la Z de color negro.

 


Colores… algún día descubriré sus secretos.
Los colores están ligados a las emociones. Si tuviera que colorear la tristeza la pintaría de rojo, el invierno, seguro que muchos estaréis pensando que gris, pues no, yo lo pondría verde, la noche sería amarilla, quizá por el reflejo de la luna, el luto lo colorearía de blanco, la alegría, todo lo contrario, negra, la tierra rosada y el amor tendría el color del café.

No soy sinestésica, pero si lo fuera me gustaría ver todo de color azul. Tiene efecto refrescante y antiséptico. Reduce la frecuencia del pulso y alivia el dolor. El azul baja la fiebre y actúa como nutriente para los nervios. El azul relaciona al hombre con los océanos y el cielo. El azul representa la introspección y la espiritualidad. Las paredes pintadas de azul ejercen al principio un efecto sedante, pero después de un rato tienen también un efecto refrescante. Es un color tranquilizador y se cree que por lo tanto tiene efectos sobre el insomnio, ansiedad, ( que para mi es importante) problemas de garganta, presión arterial alta, cefalea e irritación de la piel.
 
 

Un camino para perderme, en azul.
Pisar y oler azul.
Azul quiero pisar,
mullido como el algodón
o como las efímeras nubes
donde habitan seres mágicos e infantiles.

Encontrar a quien enciende las luciérnagas
en las noches azules,
o al duendecillo que apaga el último lucero,
que se queda colgado de la luna
en las tardes de primavera.
Azul quiero oler, del mar y del cielo.
Alcanzar la línea donde los dos se unen.
¿A qué olerá mi color azul ?
Quizás a sueños entrevelados
bajo un manto de estrellas.

Azul cascada
Azul burbuja
Azul pétalo
Azul sueño
Azul cielo
Azul delfin
Azul mar abierto
Azul distancia
Azul abuelo para abrazarte.

Mi amiga Safiro me escribió una vez este texto tan hermoso:

" Grandiosa es la paleta de colores de la Naturaleza y qué bien la utilizó el Creador...¡Maravilloso Artista! escultor, pintor, poeta...¡Cuánta belleza!...y sólo nos pide a cambio, saber mirar, contemplar, extasiarnos en ella, alimentar nuestro espíritu y vivirla a pleno. Respetarla como se merece es lo que debemos, para que también la vivan los que vienen detrás nuestro."
De Safiro de Buenos Aires. Desde aqui mi más sincero recuerdo.


viernes, 2 de noviembre de 2012

FELIZ NOVIEMBRE

 
 
Siempre que se acerca Noviembre me ocurre lo mismo. Parece que el tiempo cada vez se acorta más, cada año pasa más deprisa, tempus fugit sin remisión ni vuelta atrás. Claro que nunca se es más joven que hoy, que ahora mismo. Hay veces que me encantaría detener el reloj, rebobinar mi vida hasta justo el momento que deseo, pero una tremenda impotencia me confirma que es imposible. Tan solo puedo detenerlo en mi imaginación y jugar por ejemplo a ser la niña de las trenzas o la adolescente que comenzaba a maquillarse el rostro, muy suave, porque siempre me decían que parecía mayor, y no me importaría tampoco volver a las salas del hospital con la bata de prácticas y el fonendoscopio con las gomas pegajosas, despistada y sobre todo llena de incertidumbre.



La vida continúa y Noviembre para mí es un mes para reflexionar. En las noches frescas de otoño , suelo sentarme en mi sillón preferido acurrucada y envuelta en una confortable manta y escribo lo que en esos momentos me dictan los sentimientos. Sola, sin que nadie me interrumpa con un "dónde has puesto ésto, o lo otro", cuando el reloj marca lo suficiente para que el sueño venza y cuando se despeja la niebla, me gusta mirar las estrellas - porque en Madrid suele haber niebla y estrellas- y se reúnen algunas vestidas de bruma y otras tan encendidas que casi pueden velarte los ojos. No puedo imaginar un cielo sin ellas, desde las alturas pueden verlo todo y hasta tienen su propia música. La noche abre el piano y comienza la sinfonía del otoño, al fin y al cabo cuentan con la ayuda de grandes como Frédéric Chopin o Ludwig Van Beethoven. Y en cuanto a colores, en Noviembre el cielo también se llena de amarillos, naranjas y rojos embriagadores. Velázquez, Murillo y otros genios de la pintura se encargan de ello, cuentan con los mejores y más grandes artistas, otros en cambio son más humildes y casi desconocidos, como mi padre por ejemplo, él también estará colaborando con su paleta, era fantástico combinando colores.

 
Noviembre nace entre un cielo de piedra y un suelo cubierto de hojas secas. Hojas caidas del árbol de la vida al concluirse su existencia, recuerdos dolorosos y a menudo una herencia de buenos ejemplos que puede entibiar nuestro corazón incluso en los momentos de melancolía. Seguimos asomándonos a la ventana del otoño, estación generosa en cambios, donde todavía quedan algunas flores silvestres que cada mañana recogen el pálido fulgor de la última estrella. Árboles desnudos y campos lacios en los que apenas aparece la yerba, recibiendo apacible el beso de la luna. Dicen que es un mes melancólico, que ya no hay magia en la naturaleza, la música de los ríos amaina, los pájaros pliegan sus plumas y en los valles solo queda la amarillez de los arbustos. Dicen que es un mes triste dedicado especialmente a los difuntos, que huele a crisantemos y aromas de cipreses. Dicen .... dicen tanto, que se olvidan de los vivos. No nos entristezcamos por las hojas de los árboles que alcanzan el cúlmine de su dorada belleza, para luego caer, ya que solo nos muestran  la conclusión de un ciclo de vida. La Naturaleza se despoja de su ropaje estival para enfrentarse a los próximos fríos y comienza a asomarse la primera nieve tímida, mientras que en lo alto de las montañas ya se observan ls cimas con un cándido manto. Las nubes amenazan sobre el horizonte henchidas de lluvia, hasta que por fin se descarga el agua bienhechora que lava y regenera la naturaleza. Es un mes lleno de fenómenos atmosféricos.

Algo especial tienen los días de Noviembre. El placer de respirar su ambiente húmedo y la sensación de paz caminando por los parques y las alamedas solitarias. La vista se recrea mirando las hojas caídas amontonadas en el suelo, caducas, doradas, pardas, antes vivas y ahora ... dormidas. Y sus noches llenas de magia van cayendo en un profundo sueño, tiñendo las sombras de un leve vapor de ceniza.



Entre los arbustos, los duendes traviesos de la lluvia lanzan con sus deditos helados hojas secas como sueños abandonados. Lejos, muy lejos, tan lejos que podría ser un recuerdo, alguien canta.


Feliz Noviembre amigos . Las fotografías están hechas en estos días en los Manantiales de Oña (Burgos).