Voz de mi hija. Los sonidos del silencio

Voz de mi hija. Los sonidos del silencio.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Bendita despedida


Detrás de mi ventana veo pasar las últimas horas de este año, doce meses que se han ido desgranando poco a poco como las uvas de un racimo. Decir adiós nunca me ha gustado, sin embargo hay despedidas que no duelen, que hasta reconfortan y que te quitan un peso de encima. Esta noche sacando el pañuelo como antaño, digo adiós al 2020 sin pena ni gloria y mi recuerdo es para todos los que se han ido,  para los que han luchado salvando vidas poniendo en peligro la suya y reconfortando su soledad.

Como si el cielo compartiera mis penas,
las lágrimas de los ángeles caen en silencio.
Detrás de mi ventana, llorando su ausencia,
mi mirada plena de imágenes distantes.
 
Tengo el corazón encogido en las venas,
y la lluvia cae, sorda a mis confidencias.
Como si el cielo compartiera mis penas,
las lágrimas de los ángeles caen en silencio.
 
 
Feliz y saludable 2021 a todos.





martes, 8 de diciembre de 2020

El poder del amor.




A vosotros, a los que durante catorce años me habéis leído, a todos los que pasaron por aquí en silencio, o dejando su huella con unas amables palabras, a los que ya se fueron, a los que van llegando y a todos en general, mil gracias por vuestro interés y apoyo.
Muchas lunas ya dedicándome a la sanación y desde hace poco invirtiendo mis humildes conocimientos de medicina que a pesar del tiempo y de los avances de la ciencia, son tesoros que jamás se olvidan y se quedan prendidos en la memoria para seguir ayudando siempre.
Maldigo este 2020, ojalá se hubiera saltado el calendario porque es un año perdido, aunque me consta que hemos intentado contener la esperanza de volver a vivir de nuevo, sí, porque esto no es vida para nadie y mucho menos para los que han perdido seres queridos, amigos, trabajo y han sufrido toda clase de desastres económicos, ni tampoco para mí que no he tenido suerte en la salud desde últimos de octubre.
He pasado por el quirófano y aunque parece que el pronóstico no es del todo malo me obligará a vivir bajo la espada de Damocles a partir de ahora. Pido a la vida que me dé fuerza y ánimo porque siempre he dicho que la positividad en todo es lo más importante, pero cuesta afrontar los problemas y ahora más que nunca lo veo claro. A veces un blog puede ser un buen refugio para desahogarse, por ello quiero seguir escribiendo, es una buena terapia aunque puedan venir días que la mente se quede en blanco y se alejen las musas, aunque haya sol por las mañanas y yo solo vea el día nublado, prometo intentarlo. Es lo que deseaba deciros.
El poder del amor es infinito.

Que vuestra Navidad sea hermosa y por encima de todo que os cuidéis mucho.
Bendiciones para todos 

Airblue




lunes, 9 de noviembre de 2020

Hasta pronto.



Amigos: A veces la vida te hace pasar por situaciones inesperadas que llegan a poner a prueba el valor y la resignación de lo que humanamente somos capaces.  Estaré unos días ausente por motivos de salud.  Una amiga les llama "los hombres de verde" cuando tiene que someterse a una intervención. Ahora me toca a mi ponerme en sus manos con la esperanza de salir airosa de esta visita inesperada. En estos momentos  tengo que confesar mi debilidad y entiendo aún más cuánto se aprecia lo que tienes a tu alrededor, el valor tan grande de la salud y la importancia de cuidarla. De momento cuento con la suerte de estar aquí y la confianza de que todo va a salir bien. En estos momentos la fe me acompaña, deseo, necesito que no me deje. Se dice que si se desea mejorar la salud y vivir más años, hay que acostumbrarse a pensar en positivo, pero cuando llega un problema, por pequeño que sea, cuesta, ¡ya lo creo que cuesta!.

Estoy segura que podré seguir construyendo, aunque otros destruyan, sembrando aunque otros pisen la cosecha, dibujaré sonrisas en rostros con lágrimas, transmitiré alivio cuando vea dolor, regalaré motivos de alegría donde solo haya tristeza y levantaré los brazos a los que se han rendido. Porque después de una tormenta, el sol busca siempre la forma de salir y en medio del desierto puede brotar una planta. 


Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría
y mariposas que nos brinden su belleza. 
Pero si algún día, amigo, ves que ya no sigo, no sonrío, o callo, acércate y dame un beso, un abrazo o regálame una sonrisa; con eso será suficiente. 

 RECUERDALO SIEMPRE.

Mientras, seguirá sonando la música de mi admirado Elvis que me sirve de relax.

viernes, 30 de octubre de 2020

Entra noviembre.

¡Escuchad! hay un giro del viento. Apenas puedo asomarme para decir adiós a Octubre, los largos pasillos me encogen el alma, me arrugan la mente y me producen unas ganas tremendas de salir a respirar aires más sanos, libres de impurezas, mascarillas y fanales agobiantes.

¡Escuchad! se oyen golpes en la puerta del otoño, golpes a puño cerrado, es el Comendador que viene raudo a instalarse con siniestros ropajes en el nuevo mes. La apagada voz de Don Juan Tenorio, casi en el olvido, reclama entrar en el gran teatro de la vida.

Noviembre nace entre un cielo de piedra y un suelo cubierto de hojas muertas. Hojas caídas que calzan los árboles al concluir su existencia, recuerdos dolorosos y a menudo una herencia de buenos ejemplos que pueden entibiar nuestro corazón incluso en los momentos de melancolía. Seguimos asomándonos a la ventana del otoño, estación generosa en cambios, donde todavía quedan algunos restos de flores que cada mañana recogen ávidas el pálido fulgor de la última estrella. Árboles desnudos y campos lacios, en los que siguen apareciendo hilachos de rastrojos que añoran los últimos rayos  de sol. Dicen que es un mes melancólico, que ya no hay magia en la naturaleza, la música de los ríos amaina, los pájaros pliegan sus alas y en los valles solo queda la dorada amarillez de los arbustos. Dicen que es un mes triste dedicado especialmente a los difuntos, que huele a crisantemos y los cipreses exhiben su gallardía con el baile del viento. Dicen... dicen tanto, que se olvidan de los vivos, de los que luchan por la existencia sobreviviendo a una fiera desconocida. No nos entristezcamos por las hojas de los árboles que alcanzan el cúlmine de su dorada belleza, para luego morir, ya que solo nos muestran  la conclusión de un ciclo de vida. La Naturaleza ya se ha despojado de su ropaje estival para enfrentarse a los próximos fríos y comienzan a asomarse las primeras nieblas,  mientras que en lo alto de las montañas ya se observan la cimas con un leve cándido manto. Las nubes amenazan sobre el horizonte henchidas de lluvia, hasta que por fin se descarga el agua bienhechora que lava y regenera la madre tierra. Es un mes lleno de fenómenos atmosféricos.

Quiero recordar ahora lo especial que tienen los días de Noviembre. El placer de respirar su ambiente húmedo y la sensación de paz caminando por los parques y las alamedas solitarias. La vista recreándose en las ramas caídas, amontonadas en el suelo, caducas, doradas, pardas, antes vivas y ahora... dormidas en un dulce letargo. Y sus noches llenas de embrujo entrando en un profundo sueño, tiñendo las sombras de un leve vapor de ceniza.
Sólo espero que Noviembre sea luminoso y traiga la sonrisa que algunos han perdido.

"Clamé al cielo, y no me oyó,
Mas, si sus puertas me cierra,
de mis pasos en la Tierra
responde el cielo, no yo."

¡Escuchad!, entre los arbustos los duendes traviesos de la lluvia, lanzan con sus deditos helados hojas secas. Y lejos, muy lejos, tan lejos que podría ser un recuerdo, alguien canta.

P D. Adaptación de uno de mis escritos.

lunes, 19 de octubre de 2020

Eterna belleza 2


Quizá no sea el momento idóneo para escribir estas letras, sinceramente tengo pocos ánimos y cada día que pasa se está convirtiendo en una rutina sin aliciente y monótona, pero no quiero dejar el blog, me ha costado catorce años mantenerle y aunque haya muchos que ni se acuerdan de entrar, otros siguen siendo fieles lectores y siempre encuentras gente nueva.

Estamos pasando por un trance desagradable, tratamos de buscar una manera más positiva de ver las cosas, quizá sea conformidad o resignación,  pero viene bien pensar que no todo en la vida es malo, que a pesar de todo la bondad existe, es la única inversión que no falla. En filosofía analizando el comportamiento se suele decir que el ser humano es malo por naturaleza. Muchas teorías lo sostienen. Fue Hobbes el que advirtió que en el estado de naturaleza el hombre no es pacífico, sino más bien “un lobo para el hombre” y por lo tanto se une en sociedad con el único interés de sobrevivir. También Kant defendía esta postura, argumentando que es la razón práctica la que obliga al hombre a renunciar a ese estado de guerra y a buscar la paz en sociedad. Y Freud considera la agresividad como innata en el ser humano y dicta que es la cultura la que debe reprimirla, claro que no es de extrañar porque Sigmund Freud no creía en el ser humano, para él solo somos objetos. Pero siempre me hace pensar en el doctor Jekyll y mister Hyde.
Es cierto que hoy en día, en las sociedades actuales, podemos decir que el mayor enemigo del hombre es el hombre. Somos la única especie que ataca premeditadamente y no por instinto, no se trata de supervivencia ni de defensa propia, nos movemos guiados por intereses egoístas, somos intolerantes y posesivos.
Pero existe gente fantástica, llena de virtudes y bella, muy bella. No hay más remedio que aferrarse a esta teoría para ver la vida de diferente color y buscar siempre el lado bueno y hermoso de todo lo que nos rodea.
Y si no, miremos lo que la vida nos ofrece, veamos la belleza como la marca que suele sonreír con esplendor en la bondad, en la verdad y en el amor que hay en las obras que hacemos.
Busquemos ese lado, ante la realidad que vivimos cuesta un montón ser positivos pero mientras haya salud debemos dejar entrar la luz en nuestros corazones.

Un abrazo a todos.


jueves, 15 de octubre de 2020

Aquí y ahora


Hoy estuve pensando en la mala costumbre que tenemos los seres humanos, de valorar las cosas solamente en su ausencia. Valoramos el dinero cuando nos falta, valoramos el tiempo cuando estamos al final de nuestra etapa, la familia cuando la perdemos, valoramos el frío cuando hace calor, y deseamos que haga calor cuando hace frío. Solamente cuando recibimos un golpe bajo somos conscientes de la importancia del ahora.


Vivimos tiempos difíciles. Nadie imaginaba la sorpresa que traía el 2020. Quizá nunca vuelva la vida a ser como antes pero mientras dure la pandemia no dejemos de disfrutar lo que podamos, soñar subidos en una nube nos está permitido. Mirar el mundo desde las alturas es posible aunque sea soñando y por supuesto contemplar las estrellas. Tiene que ser maravilloso verlas de cerca, no puedo imaginar un cielo sin estrellas. Desde arriba lucen sus galas y gozan del privilegio de tener libertad y hasta su propia música. La noche levanta la tapa del piano y comienza la sinfonía del otoño, al fin y al cabo cuentan con la compañía de grandes como Frédéric Chopin o Ludwig Van Beethoven.
Y en cuanto a colorido en otoño el cielo también se llena de una amplia paleta de amarillos, naranjas y rojos embriagadores.
VelázquezMurillo y otros genios de la pintura se encargan de ello, allí se reúnen  los mejores y más grandes artistas. Otros en cambio más humildes y casi desconocidos, como mi padre, también colaboran dando pinceladas a los astros en uno de los estudios más grandes, donde ondean lienzos dorados cubriendo todo el firmamento. Padre, no te olvides de pintar una azul.

Dicen que vienen meses melancólicos, que ya no hay magia en la naturaleza, la música de los ríos amaina, los pájaros pliegan sus plumas y en los valles solo queda el reflejo de un cielo de piedra. 
A pesar de todo siempre hay belleza, AQUÍ Y AHORA .


jueves, 1 de octubre de 2020

Recuperando escritos


Se me mostraron hojas de otoño
cayendo de un árbol, y a continuación vi
uno desnudo y sin ninguna hoja.

Entonces oí estas palabras:

No te preocupes. La fuerza vital
está en el interior,
Y a partir de ahora mostrará lo nuevo.
Has de saber que lo viejo tiene que morir
para que la vida se renueve.



Aquella noche de octubre salí al jardín entre calor y frío presintiendo el próximo color de la tierra. Encontrarme con ella dilataba mis pupilas, sabía que en la oscuridad se hace visible lo que la luz del día esconde. Tenía claro que los sueños se pasean por nuestro interior despejando todavía más la imaginación y entonces se hacen posibles cosas tan inverosímiles como respirar sin aire, dormir en una hoja o hacer malabares trepando por las veletas de las torres. Hasta es posible ponerse alas mágicas y de un soplo trasladarse a la nube más cercana, allá donde un albañil de ángel trabaja en su andamiaje para mostrarnos que hay otra vida.

Aquella noche dije adiós al verano y me agarré fuerte al árbol, que más que ramas tenía ya hilachos. Pronto estaría rodeado de niebla y no me importó porque me gusta la niebla, cuando es cercana siempre me parece que oculta algún dolor y si es alta, enturbia el ambiente con su bruma blanda y misteriosa regando la tierra con lluvia y no con llanto.
Aquella noche sentí el sabor amargo de no ver el mar, de no subir a la playa para mirar su oleaje verde, las gotas que antes mojaron mi cuerpo ahora salpicarían el manto de Dios.

Entró octubre a pasitos cortos. Ya sé que nos ha tocado vivir una época difícil, imaginar lo que se nos venía encima aquel pasado 31 de diciembre era algo impensable en este siglo, pero no te asomes a la ventana con tristeza, el otoño es una segunda primavera en la que cada hoja será una futura flor y llegará el día en que esto será ya historia.
 Es curioso, no duerme nadie en el cielo, hay un panorama de ojos abiertos dando la bienvenida al cambio de estación y aquí abajo se abren las mentes con deseos de escribir, mientras se saborea un café caliente en taza de esperanza.



Feliz Octubre



martes, 22 de septiembre de 2020

A pesar de todo, vuelve el otoño.



Cuesta cambiar de estación, a mi por lo menos me da pereza reorganizar el armario, aunque por este maldito virus muy poco he disfrutado de la ropa veraniega. En octubre de nuevo toca sufrir el cambio de horario, retrasar una hora, por tanto habrá disminución de horas de luz que son las que favorecen la secreción de melatonina, una hormona relacionada con la conciliación del sueño y que su ausencia provoca tristeza o lo que se conoce también como astenia otoñal, algo que se considera normal en personas con tendencia depresiva.

El verano nos dice adiós y a pasitos lentos entra un nuevo otoño y seguimos con la incertidumbre del futuro.
Cuando era niña la melancolía era inevitable al finalizar septiembre, el jardín donde pasaba gran parte del día durante los meses de calor, comenzaba a cambiar de aspecto. Solía mirar el famoso árbol de las anillas, creo que ya os he hablado en alguna ocasión de él, donde mi hermano hacía estiramientos para fortalecer sus músculos quinceañeros, era tan delgado y alto que le obsesionaba ensanchar su espalda. Pues bien, aquel árbol  fue un frondoso melocotonero que nunca daba fruta pero su aroma nos perfumaba gran parte del año. Cuando el verano daba sus últimos coletazos, sus ramas se desnudaban poco a poco hasta llegar a parecer un auténtico esqueleto. Entonces me fijaba en aquellas anillas,  imaginaba que eran pendientes plateados que colgaban  de las orejas del árbol, era perfecto, tintineaban con el sonido del viento y resultaba una estampa muy original. Quizá mi rebuscada imaginación iba demasiado lejos, pero al menos aquel arbolito conservaba la esperanza del buen tiempo hasta la próxima primavera.

La nueva estación tiene otro tipo de encantos. Ya conocemos los colores del otoño y los cambios tan bonitos que se producen en la Naturaleza, sin embargo para muchas personas la transición del calor al frío no suele ser agradable, los días son más cortos y por tanto hay menos horas de sol, cosa que en psiquiatría se considera una tendencia a la depresión, como antes dije. Para evitar cualquier contratiempo relacionado con melancolía o tristeza nada mejor que utilizar nuestra vista, observar y admirar la belleza del momento, aunque éste no sea muy propicio siempre hay algo que no se pierde.



 
Cualquier paseo lleno de hojas secas, cualquier banco solitario e incluso un estanque vacío, puede ser hermoso. 
 Hay miradas que son capaces de extraer la belleza de todo lo que ven. Pueden distinguir con facilidad la bondad de un corazón, la sensualidad de una piel, la delicadeza de una flor o la sabiduría de un alma, es como si estuvieran dotadas de una especie de escaner que se filtra como un rayo de luz, atento al devenir de una vida. Tener la capacidad de extraer lo hermoso por poco que sea, es una virtud que siempre beneficia.

La belleza es un lujo, pero quien le otorga el valor es la mirada que la interpreta. ¿De qué manera definirías la belleza? ¿Es un estado, una forma o una simple mirada?. La belleza cuando existe tiene forma y contamos con los ojos para contemplarla, qué más podemos necesitar... Si me tengo que quedar con una de las tres cosas, estado, forma y mirada, elijo la última. Y no olvidemos que también contamos con la imaginación cuando  la vista nos falla.


" La belleza es superior al genio. No necesita explicación. "Oscar Wilde" .

Otoño, belleza y sensibilidad, tres cosas que me permito ligar.

Como la lluvia que cae lentamente, que va dejando brillante el suelo, que moja las ramas y las hojas de los árboles, que empapa los cabellos y refresca el rostro, así es la sensibilidad. Va poco a poco dejando reluciente nuestro espíritu, calando nuestro corazón, e inundando el alma de paz hasta llegar a desbordarla. Lluvia, agua, corazón y alma. Cuatro palabras afines a las lágrimas y afines también a la maravilla de estar vivo, porque tanto si lloramos como si reímos es señal de que somos sensibles y como colofón, si somos sensibles, disfrutaremos de la verdadera belleza, por muy escondida que esté.

Bello el otoño ¿verdad?. ¡¡Al  cuerno con el Coronavirus!!

jueves, 10 de septiembre de 2020

CLARO DE LUNA, SONATA.



La noche era cálida en la Nave de los Sueños mientras surcaba con una estela de color los cielos del planeta. Desde el infinito, las amarillas luces iluminaban todo. No había estrellas fugaces, no había deseos que cazar al verlas correr por la bóveda celeste.
Pero la noche abrió la tapa del piano y en esa quietud sonó una ligera nota musical que rompió la calma.
Después de este tímido sonido, vino otro y otro… y así como las gotas del comienzo de una lluvia, sonó toda una melodía. Daba la sensación de que en el universo nada se movía y de repente la LUNA se despertó en la anaranjada noche urbana para, por un momento, posarse en el marco del firmamento y escuchar aquella música suave.

La LUNA, estaba especialmente hermosa. Como una cicatriz blanca en el cielo se elevaba saludando a todo el que deseaba contemplarla, amaneciendo en nocturnidad sobre los mortales durmientes, sonriendo a todo el que dejó el mundo de los sueños para contemplarla, meciéndose al son de la dulce melodía de Beethoven. La LUNA danzaba esbelta entre velos de nubes y  sus pasos ralentizaban el ritmo de la noche.
Las noches más bellas son aquellas en las que la LUNA se viste de dorado y adorna su cabello con conchas de nácar, regalo del mar.
 Su imagen rodeada de estrellas crea el escenario perfecto para que la pluma del poeta exprese su sentir, para que yo misma quede embelesada.

La LUNA cae y se corporiza. Viene a mis pies y me la llevo. Unidas
 las  dos vamos sin fronteras. Miro de reojo y es verde y amarilla como la piel de un plátano. Mientras el mundo lleva sobre los hombros la carga pesada de un virus, caminamos sorteando charcos de sangre, de la roja escarlata sangre de la LUNA.




lunes, 31 de agosto de 2020

LUJO




¿Qué es el lujo?. Nos hicieron creer que el lujo era lo raro, lo caro, lo exclusivo, todo aquello que nos parecía inalcanzable.  Ahora nos damos cuenta que el lujo eran esas pequeñas cosas que no sabíamos valorar.
  • Lujo es estar sano.
  • Lujo es no pisar un hospital.
  • Lujo es poder pasear por la orilla del mar.
  • Lujo es salir a las calles y poder respirar sin mascarilla.
  • Lujo es reunirte con toda tu familia, con tus amigos.
  • Lujo son las miradas.
  • Lujo son las sonrisas.
  • Lujo son los abrazos y los besos.
  • Lujo es disfrutar cada amanecer.
  • Lujo es el privilegio de amar, de estar vivos.

lunes, 3 de agosto de 2020

Slow hands. Manos lentas.

https://youtu.be/8toRQ33INyw

Miro alrededor en mi entorno y todo sigue estando en el mismo lugar, el mar, la montaña, el estrecho desfiladero, las enormes rocas que casi se adentran en la carretera, la vegetación frondosa y verde, las nubes rozando lo picos más altos, todo está como lo dejé hace un año, sin embargo nada me parece igual, lo que tengo grabado en la memoria ha dado un tremendo giro y ha cambiado. Parece más triste, solitario y se han nublado mis emociones. Ni siquiera puedo ver un oasis entre tanto desierto. No, no es como otros veranos, el aire puro del monte no se respira igual, nos han vendado la cara y dilatado las pupilas para poder ver mejor el desastre.
No sé hasta cuándo. Tengo el pecho henchido de aire viciado y me cuesta expulsarlo.
¿ Y mis manos? Las que se parecen a las de mi madre, las que pueden acariciar hasta los pliegues del Alma, escribir y dibujar la sonrisa más bonita. Mis manos están resecas de tanta desinfección.
Pero hay dos cosas que son un lujo en la vida y no las pienso perder: la salud y estar con aquellos que amo. Hay que seguir caminando por la barra de equilibrio.

Hoy  hace años que mi madre se fue. Siempre huele a rosas el día tres de agosto. Echo de menos tantas cosas... ella y las caricias lentas de sus manos. Mi recuerdo con la música de Elvis que tanto le gustaba.

domingo, 26 de julio de 2020

Olas de blonda.

Tengo por peineta
La cresta de una ola
Por mantilla
Encaje de caracola.

Tengo los ojos pintados
De brisa y sol salinos
Los labios de sal mojados
Las pestañas de azul nacarado. 

En mis manos 
Se pegan conchas
En mis pies arena y barro
En el corazón blancas escarchas.

Puedo saborear tu soledad
Oir el ruido del oleaje
Ver tus lágrimas en la lluvia
La playa desnuda de verdad.


El mar es una canción, una sensación de un millón de colores. El mar es una historia de la que salen miles de historias.
 
Volver a verte es volver a la realidad.
 
Hasta pronto
 
 





domingo, 19 de julio de 2020

Estío diferente




No sé qué resulta más placentero, ver un amanecer en el mar o quedarse embelesado mirando como se esconde el sol tras un rojizo cielo. No sé... creo que las dos cosas son sublimes, sobre todo para los que no vivimos en la costa. Ya lo dice la canción- "Cuando calienta el sol aquí en la playa siento tu cuerpo vibrar cerca de mi ..."
El mar... cuántos recuerdos desde que aquella niña con coletas de la mano de su padre recorría la playa de Laredo, cuántos castillos en la arena y cuántos veranos han pasado ya. No lo sé, no quiero contarlos, no me apetece saberlo, casi es mejor guardarlos entre conchas y caracolas.

Ahora el mar tiene otros sabores distintos. Son sabores de experiencia, de madurez, de algo que se llama aferrarse a la vida para que puedas salvar los mayores maremotos que vayan llegando.

Este es mi mar. Qué importa no jugar con las olas como cuando era niña, lo importante es que siga calentando el sol todos los días y seguir teniendo un mínimo de ilusión por todo lo que tengo y me falte por tener. 

En un verano diferente, rodeado de indecisiones, dudas,  preguntas y envuelto en una densa bruma que cubre hasta el Alma. Un verano que hasta parece que no calienta el sol teniendo 38 grados.

Azul de mar, olor a algas, aire fresco y espuma que escapa entre mis dedos.
Azul de brisa, azul de mis sueños.
Azul que volveremos a disfrutar.




domingo, 12 de julio de 2020

Solo quiero eso.




Ángeles Caso, Gijón 1959, licenciada en Historia del Arte y sobre todo escritora. 
Un texto exquisito y que impulsa a la reflexión. Muchas veces asumimos lo que la escritora expresa cuando hemos llegado a una altura de la vida en que la madurez nos alcanza. No permitamos que cuando nos demos cuenta cuáles son las pequeñas cosas que hacen la felicidad,... ya sea tarde.

martes, 7 de julio de 2020

Grande Ennio Morricone.



Mi homenaje al gran compositor de bandas sonoras  de grandes películas que todos conocemos. ENNIO MORRICONE  acaba de dejarnos. Difícil será que haya otro que le supere, ni siquiera que le iguale.
La misión, La muerte tenía un precio, El bueno,el feo y el malo, Cinema Paraiso, Érase una vez América,
Los intocables... y ésta que es una de mis preferidas.
Descanse en paz este maestro y genio musical.

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Per sempre.


jueves, 2 de julio de 2020

Mi recuerdo es para ti. FRÍAS.



Burgos es una ciudad donde la temperatura es bastante fresca, los inviernos son duros, los veranos no son excesívamente calurosos, el viento del norte sopla con frecuencia lo que no impide hacer excursiones cualquier día, si te apetece dar una vuelta por el medievo, visitando lugares con calles estrechas y empinadas y por encima de todo llenas de historia.
FRÍAS es la ciudad más bonita y pequeña de España y por tanto con la menor población. Antigua capital del Valle de Tobalina, cuánta historia oculta, más que Troya, cruce de caminos incluso del Camino de Santiago, de aspecto medieval, con castillo y puente romano.
FRÍAS marco de cuento, de ensoñación, que tiene mucho de milagro en piedra, con su fisonomía de buque varado en mitad de un valle, de pecio encallado entre trigales a orillitas del Ebro.


Nadie escapa al embrujo de una de las localidades más hermosas de España. Con el pincel, la paleta y un buen objetivo, decenas de artistas de diferentes puntos del país, seducidos por el atractivo de la villa, acuden cada año puntuales al reclamo de Frías. Tanto pintores como aficionados a la fotografía se han dejado atrapar por su imán, y aunque parezca mentira, han proyectado una imagen diferente, descubierto un rincón, un punto de vista, una nueva mirada que revela su inmensa riqueza. Merece la pena pasear por sus calles, entre casas colgadas y de paso degustar sus productos típicos. 

Una mañana del mes de Julio, llegamos a este lugar que hacía tiempo que no visitábamos.  Recorrimos el pueblo entre calles empedradas y llegando frente al castillo, te quisiste hacer el valiente como tenías por costumbre y escalar hasta lo más alto de la torre. Dije que era una locura pero tu destreza y tu juventud nos callaron todas las palabras y aceptamos el reto.
Llegáste solo tú hasta la torre saludando a gritos  desde aquella peliaguda punta.

Poco tiempo después tu rumbo cambió por completo y subíste todavía más alto, peldaño a peldaño trepáste por encima de las nubes hasta llegar a las estrellas.

Nuestro padre pintó este óleo de Frías en tu memoria. Ya lo sabrás.
Fíjate en un detalle importante, en las sombras de las tejas en la balconada. Son una maravilla ¿verdad?.
Descansa allí, querido hermano.


martes, 23 de junio de 2020

Aroma a cerezas.


Me asomé a la ventana aquella mañana de final de junio, cuando apenas había amanecido y un sol rojizo pronosticaba un buen verano. Aún había vaho en los cristales y dibujé una flor con los dedos. La hierba vestía de verde y las primeras margaritas asomaban tímidamente entre los tréboles. Me lavé los ojos todavía cegados por el sueño y me sujeté la melena con dos gomas de colores que había comprado al salir de clase, junto con dos barras de regaliz que luego compartiría con mi padre. Le gustaba esa golosina, era y es buena para los ácidos estomacales y refresca el aliento, aunque yo creo que lo tomaba para reducir el consumo de tabaco.

El desayuno estaba preparado y olía a café, bueno, eso creía, pero no era café, eran cereales malteados y las típicas galletas tostadas que mi madre sacaba de la lata todas las mañanas, en vano porque nadie las comía. El desayuno era la primera lucha diaria, en mi familia no había forma de desayunar como es debido, craso error, ya lo sé, pero nos levantábamos con el tiempo justo para no perder el autobús, que venía cargado de colegiales, mochila al hombro y con pinta de no tener ninguna gana de volver a oír la campana del patio, de hacer la fila perfectamente alineada y de entrar en silencio, porque no se permitía hablar en los pasillos. Por el antepatio pasábamos a un hall donde estaban las escaleras y cada cual a la planta donde estaba su clase.
Supongo que a muchos todo ésto os sonará y para otros estará más que pasado de moda, pero no puedo evitar rememorar escenas de aquellos tiempos, los recuerdos son fotografías grabadas en el corazón y parece que solo nos vamos quedando con los buenos y eliminamos los malos, por ejemplo el tener clase los sábados por la mañana, qué faena.

El comienzo del verano burgalés no suele hacer alarde de buen tiempo, el norte siempre sopla al caer la tarde y se agradece en los días calurosos, pero su clima fresco ayuda a fomentar aún más el verde de los jardines y parques. Me encantaba el que tenía aquella casa llena de vida donde crecí. Había infinidad de plantas; un redondo y cuidado seto de florecillas blancas rodeaba cuatro rosales, que por cierto, las rosas parecían de terciopelo cuando brotaban en el mes de junio. Los primeros en salir eran los lirios morados, las frondosas peonías de un color rojo intenso y los alegres pensamientos, que dicen que son las flores del recuerdo, también conocidos por "no me olvides".
Contemplar caléndulas, dalias, petunias, gladiolos y sobre todo las lilas, mis preferidas, era para mí una sensación de bienestar que los años no ha podido  borrar. Aquello se llamaba libertad, yo lo llamaba libertad. A veces, si cierro los ojos, siento el confortable calor de un sol tibio rodeado de  nubes deshilachadas, el mismo de aquellos días de Junio. A veces, solo cuando quiero soñar.

Siempre estoy recordando... pero es que la madurez llama a la puerta demasiado pronto y sin permiso alguno se presenta dejando atrás una larga estela de vivencias irrepetibles. La vida cada año va siendo más corta, cada vez lo tengo más claro.
Cuando las cicatrices que nos va dejando han surcado el corazón y ya hay menos brillo en los ojos, pulsamos el play del botón de la memoria y comenzamos a revivir aquel momento que nos hizo felices, y es entonces cuando echamos en falta acariciar una simple flor, mordisquear una manzana, recorrer los caminos donde aprendimos los colores, las texturas, las imágenes, todo lo que en  definitiva vamos dejando atrás. 

Aquellos meses que ya anunciaban el verano, nada tienen que ver con la actualidad. Nunca había vivido una pandemia, ni visto un desastre semejante. Tardes con todo el tiempo del mundo para sentarse con los amigos, los lunes que tanto nos costaba volver a clase, respirar aire puro o nuestras manos limpias con jabón de lavanda, contrarrestan hoy con un tiempo limitado, conversaciones a distancia, lunes deseando volver al trabajo, rostros tapados filtrando la respiración y manos enfundadas en guantes de cirujano. 

De aquellos rosales brotó una lozana y bonita rosa que la llevo y la llevaré mientras viva en mi corazón. Llegó a mi como un soplo de brisa marina, en un verano burgalés a finales de junio. 
Felicidades hija mía.



Dicen que soy una soñadora
Sí, pero no soy la única.  
Yo solo quisiera volar  
entrar despacio en los sueños
danzar con espejismos,
dormir en caracolas
pintar arco iris
y beber el rocío de una hoja.
Cepillar unicornios
jugar dentro de una ola
probar el sabor de las estrellas
y ahogarme en lágrimas de hadas.
Beber el infinito,
recolectar sonrisas
y sumergirme en un suspiro,
bajo el dulce reflejo de la luna. 
    

Ventana de Junio con aroma a cerezas y sabor a leche malteada.

lunes, 15 de junio de 2020

La mejor edad



Cuál es la mejor edad para vosotros... pensaréis que cada etapa tiene su encanto; algunas personas no le dan importancia al calendario, incluso prefieren ignorar su fecha de nacimiento, otras en cambio lo celebran y son positivas cuando dicen que un año más es otra nueva oportunidad que te da la vida.
Lo que sí es cierto es que cada cual lo vive de una manera distinta y que a medida que pasa el tiempo vamos cambiando, igual que nuestras hormonas, suben y bajan como un tiovivo.

Nunca había vivido una pandemia, ni visto un desastre semejante. Dias con todo el tiempo del mundo para sentarse con los amigos, los lunes que tanto costaba volver a nuestra rutina, respirar libres, estrechar nuestras manos con aroma a jabón de lavanda, contrarrestan hoy con un tiempo limitado, conversaciones a distancia, lunes deseando volver al trabajo, rostros tapados filtrando la respiración y manos enfundadas en guantes de cirujano. Todo ello nos están haciendo meditar, dar la importancia que merece cualquier momento, por nimio que sea, que antes pasaba desapercibido y pensar, sobre todo pensar que la vida pende de un hilo y que el mundo cambia en la fracción de un segundo.
Curiosamente después de cierta edad solemos ser selectivos con la gente que nos rodea y empezamos a ser quienes realmente somos.
La mejor edad es cuando dejamos de cumplir años y comenzamos a cumplir sueños... la verdadera madurez está en callar, sonreír, dar la vuelta y cambiar de camino. Porque donde la ignorancia habla, la inteligencia calla.
El éxito de un hombre o de una mujer, depende mucho de la pareja que elige para vivir a su lado. Madurar es aprender a querer, extrañar en silencio, recordar sin rencores y olvidar despacio. Madurar es aprender a estar solo y elegir no estar con cualquiera, a pesar de la soledad. Lo que te hace más ríco no es lo que tienes en el bolsillo, sino lo que tienes en el corazón...
El título más valioso que puedes obtener en esta vida  es el de buena persona y no lo conceden las universidades, lo otorgan los valores.
Cada persona que conocemos  es una hoja que enriquece nuestro árbol. Algunas se caen con cualquier viento, otras se pierden con el tiempo y algunas no se despegan jamás.
No lamentes envejecer, es un privilegio negado a muchos. Sumar canas, arrancarle hojas al calendario y cumplir años es un motivo de alegría por la vida. La madurez es el arte de vivir en paz, con lo que sabes que es imposible cambiar.
La verdadera vejez comienza cuando los recuerdos pesan más que las esperanzas. La vida no es eterna para nadie, es un regalo, una aventura, una celebración, un hermoso viaje, disfrútalo, todo lo que damos hacia afuera es un reflejo de lo que tenemos dentro.. 
Madurar es darte cuenta que el amor de tu vida no es una princesa, ni un príncipe de cuento, sino una persona perfectamente imperfecta. Ámate a ti mismo con todos tus defectos, tus cicatrices y tus historias dolorosas. Deja de añorar lo que fuiste y comienza a aceptar lo maravilloso que eres hoy. Según van pasando los años tenemos menos ganas de llorar por tonterías y en cambio más ganas de reír.
Nos damos cuenta que maduramos cuando la felicidad comienza al cerrar la puerta de la casa, cuando todo lo que deseamos y necesitamos, está cerquita, "nuestra familia".

miércoles, 20 de mayo de 2020

Pandemias 1918 - 2020


Rebuscando entre cajones estos días de encierro se encuentran cosas sorprendentes. Y lo digo porque ni sé muchas veces lo que tengo guardado, como por ejemplo este documento del Boletín Oficial de la povincia de Burgos que data del año 1918 durante la mal llamada "gripe española" ya que donde se originó en realidad fue entre China y los Estados Unidos.
Supongo que perteneció a mi abuelo porque mi padre aún no había nacido.
Recibió el nombre de gripe española porque la pandemia, que duró dos años, desde 1918 a 1920, ocupó más interés en la prensa de España que en el resto de Europa, ya que nuestro país no estaba involucrado en la guerra y por tanto no se censuró la información sobre la enfermedad. El primer caso se registró en un cocinero de los campamentos militares en Kansas, en el Camp Funston, tras el comienzo de la I Guerra Mundial. 
Un estudio de 2014 plantea la hipótesis de que el origen de una de las cepas letales del virus pudo estar en Madrid, pero no existen pruebas científicas de que fuera así.
Fue una pandemia causada por el virus Influenza y a diferencia del Coronavirus actual que está afectando a los ancianos principalmente, sus víctimas fueron también niños, jóvenes y adultos sanos y sin patologías y en animales, perros y gatos. Está considerada la pandemia más devastadora de la historia humana, en un año murieron entre 20 y 40 millones de personas. Entre ellos los abuelos paternos de mi cuñado dejando cuatro criaturas de corta edad desamparadas. En el documento están señaladas las medidas y las normas que se tomaron que son las mismas que las del estado de alarma actual por el coronavirus.
Estamos hablando del año 1918.  Han pasado más de 100 años y la investigación médica junto con la ciencia parecen haberse parado, me pregunto cómo es posible que en el siglo XXI un nuevo virus, que no desconocido, esté causando este desastre mundial. Qué demonios ha ocurrido que con los avances científicos que hay, no podamos con su letal ataque. Yo tengo mis teorías e informaciones que ni quiero ni puedo exponer y menos en un blog. Creo que es comprensible.
Salud y bienestar para todos vosotros y suerte a mis compañer@s de sanidad que con escasez de equipamiento están resistiendo como pueden.

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jueves, 14 de mayo de 2020

Crying ( llorando)


Tarde gris, nubarrones que anuncian lluvia de mayo. Las gotas de lluvia son las lágrimas de las nubes y ellas también necesitan llorar de vez en cuando.
Sí, es necesario llorar, el llanto es algo natural, lo mismo que la risa. Lloramos para desahogarnos y al contrario de lo que mucha gente piensa, llorar no es de personas débiles, se puede llorar por infinidad de motivos, rabia, amor, tristeza, alegría... expresar lo que sientes y mostrar los sentimientos no es de débiles, si no de fuertes, débil es el que esconde sus sentimientos por miedo o por vergüenza. Hay veces que se llora porque la emoción es tan intensa que no la puedes controlar, eso es llorar de felicidad, cuántas veces lo he experimentado... las lágrimas de alegría, de emoción, nos aportan la calidez de un momento o época vividos tan sublimes, que todavía nos hacen vibrar a flor de piel. Las lágrimas bien lloradas son un don, saberlas derramar comportan ser un alma sensible, noble y vulnerable.
La situación que estamos viviendo lo pide, a unos más que a otros desde luego y como hoy es nuestro santo patrón, S. Isidro, he recordado aquel desván en el que entraba con mucho cuidado para fisgonear un poco. Estoy abriendo el arcón de madera oscurecido por el tiempo. Un antiguo cofre traído de Marruecos donde mi familia vivió tres años y donde vine a este mundo. El pobre sigue estando lleno de toda clase de ropas, cortinas y recortes de retales. Lo único que merece la pena es un pequeño mantón de Manila gris, bordado con unas preciosas aves exóticas que a mi madre le compraron cuando era una niña, mantón que me traje y que todavía hoy conservo, algo descolorido pero intacto a pesar de tener más de ochenta años.
Hoy sería la ocasión de lucirlo. pero solo me conformaré con colgarlo en mi espalda mientras suena un chotis en el piano.



La voz de Roy Orbison cantando Crying ( llorando) y un poema de Gloria Fuertes, cierran esta entrada.


«Yo puedo decir muchas cosas,
y algunas no.
 No puedo decir: Madrid es mi tierra,
tengo que decir mi cemento,
-y lo siento-.»
«¡Ojalá sea mentira ese rumor que corre sobre el rio
donde peces de plata mueren sin ser pescados!
 ¡Ojalá sea mentira esa bola
de anhídrido carbónico
que pende bajo el cielo de Madrid!
 ¡Ojalá sea verdad esa mentira del vidente
que anuncia una tormenta de amor

que acabará con la mala uva."


  • Insomnio (Dámaso Alonso)

    Un perro no se mueve del lugar donde falleció su dueño tras un bombardeo
    Un perro no se mueve del lugar donde falleció su dueño tras un bombardeo - archivo abc
    «Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
    A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
    y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
    Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
    Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
    por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
    Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
    ¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
    las tristes azucenas letales de tus noches?».
  • La fingida, fragmento de la obra teatral (Tirso de Molina)

    El Palacio Real, en la proclamación de Felipe VI
    El Palacio Real, en la proclamación de Felipe VI - san bernardo
    «Madrid
    es mi patria, corte digna
    de España, madre benigna
    del mundo.
    Patria Madrid del amor,
    y así está fundada en fuego.
    Agua los cielos la han dado,
    si su fuerza hace llorar,
    se fuentes que pueden dar
    salud al más deshaciado.
    Dale olivos Minerva
    oro puro y generoso;
    ganado, el monte, sabroso;
    tomillos, el campo y hierba.
    Goza del llano y montaña
    que sus términos incluye;
    y en fe, que en todos influye
    valor, es centro de España».
  • Madrid, baluarte de nuestra guerra de Independencia (Antonio Machado)

    Milicianos en la ciudad de Madrid
    Milicianos en la ciudad de Madrid - archivo abc
    «¡Madrid, Madrid; qué bien tu nombre suena,
    rompeolas de todas las Españas!
    La tierra se desgarra, el cielo truena,
    tú sonríes con plomo en las entrañas»
    Estos versos encabezaban un artículo que el poeta escribió en el diario Hora de España
  • Pausa de agosto (Mario Benedetti)

    La Gran Vía, desierta en agosto
    La Gran Vía, desierta en agosto - jose ramon ladra
    Madrid quedó vacía
    sólo estamos los otros
    y por eso
    se siente la presencia de las plazas
    los jardines y fuentes
    los parques y glorietas
    como siempre en verano
    Madrid se ha convertido
    en una calma unánime
    pero agradece nuestra permanencia
    a contrapelo de los más
    es un agosto de eclosión privada
    sin mercaderes ni paraguas
    sin comitivas ni mitines
    en ningún otro mes del larguísimo año
    existe enlace tan sutil
    entre la poderosa
    metrópoli
    y nosotros pecadores afortunadamente
    los árboles han vuelto a ser
    protagonistas del aire gratuito
    como antes
    cuando los ecologistas
    no eran todavía imprescindibles
    también los pájaros disfrutan
    ala batiente de una urbe
    que inesperadamente se transforma
    en vivible y volable
    los madrileños han huido
    a la montaña y a Marbella
    a Ciudadela y Benidorm
    a Formentor y Tenerife
    y nos entregan sin malicia
    a los otros que ahora
    por fin somos nosotros
    un Madrid sorprendente
    casi vacante despejado
    limpio de hollín y disponible
    en él andamos como dueños
    tercermundistas del arrobo
    en solidarias pulcras avenidas
    sudando con unción la gota gorda
    el verano no es tiempo de fragor
    sino de verde tregua
    empalagados del rencor insomne
    estamos como nunca
    dispuestos a la paz
    en el rato estival
    la historia se detiene
    y todos descubrimos una vida postiza
    pero cuando el asueto se termine
    volverán a sonar
    las bocinas los gritos las sirenas los mueras y los vivas
    bombas y zambombazos
    y las dulces metódicas campanas
    durante tres fecundas estaciones
    nadie se acordará
    de pájaros y árboles
  • El otoño de Madrid (Luis López Anglada)

    Otoño en el Parque del Retiro
    Otoño en el Parque del Retiro - Jordi Romeu
    «Madrid, si tanto tienes tanto vales
    y aunque falto de encinas, te respiro
    bebiéndole los vientos al Retiro
    y al oro del crepúsculo en Rosales.
    Con otoños románticos prevales
    para permanecer en el suspiro.
    ¿Dónde vamos, Madrid? A octubre miro
    y con sabor de soledad me sales.
    Mientras el corazón amarillea
    la tarde, que no el cuerpo, me pasea
    por las tranquilidades del palacio.
    Todo se finge rápido y urgente,
    pero yo te recorro lentamente
    que las cosas del alma van despacio.»
  • Madrid tiene moriscas las entrañas (José Bergamín)

    Muralla árabe de Madrid, quizá la construcción más antigua de la capital
    Muralla árabe de Madrid, quizá la construcción más antigua de la capital - ABC
    «Madrid, tienes moriscas las entrañas.
    Fuiste corte y no fuiste cortesano.
    Y si villa, no ha sido por villano
    que capitalizaste las Españas.
    Todo lo peregrinas y lo extrañas
    desde tu aldeanismo castellano:
    que Lope hizo gatuno y sobrehumano
    teatro de invisibles musarañas.
    A la luz que tus aires aposenta
    Cervantes le dio voz, Velázquez brío,
    Quevedo sombras, Calderón afrenta
    rodeando las llamas su vacío.
    Y Goya con sutil mano violenta
    máscara de garboso señorío.»
  • A Madrid, por la dicha de ser su patrono San Isidro Labrador (Calderón de la Barca)

    Fiesta de San Isidro en la Pradera y la Ermita del Santo
    Fiesta de San Isidro en la Pradera y la Ermita del Santo - jaime garcía
    «Madrid, aunque tu valor
    Reyes le están aumentando,
    nunca fue mayor que cuando
    tuviste tu labrador.
    Aunque de gloria se viste,
    Madrid, tu dichoso suelo,
    nunca más gloria tuviste
    que cuando, imitando al cielo,
    pisado de ángeles fuiste.
    No igualará aquel favor
    el que hoy ostenta tu honor,
    aunque opongas tu trofeo,
    aunque aumente tu deseo,
    Madrid, aunque tu valor.
    No tendrás glorias mayores,
    que cuando en las manos bellas
    de angélicos labradores,
    eran tus flores estrellas,
    los rayos del sol tus flores.
    En vano están laureando,
    en vano están coronando
    tu frente, en vano el honor
    que te ha dado un labrador,
    Reyes le están aumentando.
    Dirán que cuándo tuviste
    más gloria que en ti se encierra.
    Di que cuando ángeles viste
    labrar humildes tu tierra;
    di que cuando cielo fuiste;
    que cuando al cielo imitando
    el sol te estaba envidiando,
    pues su luz tu luz prefiere;
    y así sabrá quien dijere
    Nunca fue mayor que cuando.
    Mayores triunfos, mayores
    lauros tu poder advierte,
    pues con divinos favores
    respetas, como la muerte,
    mas que reyes, labradores.
    Hagan inmortal tu honor
    jaspes, mármoles y bronces;
    pues para gloria mayor
    hoy tienes tal rey, y entonces
    Tuviste tu labrador».
  • Madrid, corazón de España (Rafael Alberti)

    Milicianos republicanos, antes de partir hacia el frente
    Milicianos republicanos, antes de partir hacia el frente - archivo abc
    Madrid, corazón de España,
    late con pulsos de fiebre.
    Si ayer la sangre le hervía,
    hoy con más calor le hierve.
    Ya nunca podrá dormirse,
    porque si Madrid se duerme,
    querrá despertarse un día
    y el alba no vendrá a verle.
    No olvides, Madrid, la guerra;
    jamás olvides que enfrente
    los ojos del enemigo
    te echan miradas de muerte.
    Rondan por tu cielo halcones
    que precipitarse quieren
    sobre tus rojos tejados,
    tus calles, tu brava gente.
    Madrid: que nunca se diga,
    nunca se publique o piense
    que en el corazón de España
    la sangre se volvió nieve.
    Fuentes de valor y hombría
    las guardas tú donde siempre.
    Atroces ríos de asombro
    han de correr de esas fuentes.
    Que cada barrio, a su hora,
    si esa mal hora viniere
    -hora que no vendrá- sea
    más que la plaza más fuerte.
    Los hombres, como castillos;
    igual que almenas, sus frentes,
    grandes murallas sus brazos,
    puertas que nadie penetre.
    Quien al corazón de España
    quiera asomarse, que llegue,
    ¡Pronto! Madrid está lejos.
    Madrid sabe defenderse
    con uñas, con pies, con codos,
    con empujones, con dientes,
    panza arriba, arisco, recto,
    duro, al pie del agua verde
    del Tajo, en Navalperal,
    en Sigüenza, en donde suenen
    balas y balas que busquen
    helar su sangre caliente.
    Madrid, corazón de España,
    que es de tierra, dentro tiene,
    si se le escarbara, un gran hoyo,
    profundo, grande, imponente,
    como un barranco que aguarda...
    Sólo en él cabe la muerte.
  • Fiesta de toros en Madrid (Nicolás Fernández de Moratín)

    Madrid, castillo famoso
    que al rey moro alivia el miedo,
    arde en fiestas en su coso,
    por ser el natal dichoso
    de Alimenón de Toledo.
    Su bravo alcaide Aliatar,
    de la hermosa Zaida amante,
    las ordena celebrar,
    por si la puede ablandar
    el corazón de diamante.
    Pasó, vencida a sus ruegos,
    desde Aravaca a Madrid.
    Hubo pandorgas y fuegos
    con otros nocturnos juegos
    que dispuso el adalid.
    Y en adargas y colores,
    en las cifras y libreas,
    mostraron los amadores,
    y en pendones y preseas,
    la dicha de sus amores.
    Vinieron las moras bellas
    de toda la cercanía,
    y de lejos muchas de ellas,
    las más apuestas doncellas
    que España entonces tenía.
    Aja de Getafe vino
    y Zahara la de Alcorcón,
    en cuyo obsequio muy fino
    corrió de un vuelo el camino
    el moraicel de Alcabón.
    Jarifa de Almonacid,
    que de la Alcarria en que habita
    llevó a asombrar a Madrid,
    su amante Audalla, adalid
    del castillo de Zorita.
    De Adamuz y la famosa
    Meco, llegaron allí
    dos, cada cual más hermosa,
    y Fátima, la preciosa
    hija de Alí el Alcadí.
    El ancho circo se llena
    de multitud clamorosa
    que atiende a ver en su arena
    la sangrienta lid dudosa,
    y todo en torno resuena.
    La bella Zaida ocupó
    sus dorados miradores
    que el arte afiligranó,
    y con espejos y flores
    y damascos adornó.
    Añafiles y atabales,
    con militar armonía,
    hicieron salva y señales
    de mostrar su valentía
    los moros más principales.
    No en las vegas de Jarama
    pacieron la verde grama
    nunca animales tan fieros,
    junto al puente que se llama,
    por sus peces, de Viveros,
    como los que el vulgo vio
    ser lidiados aquel día,
    y en la fiesta que gozó,
    la popular alegría
    muchas heridas costó.
    Salió un toro del toril
    y a Tarfe tiró por tierra,
    y luego a Benalguacil,
    después con Hamete cierra,
    el temerón de Conil.
    Traía un ancho listón
    con uno y otro matiz
    hecho un lazo por airón,
    sobre la inhiesta cerviz
    clavado con un arpón.
    Todo galán pretendía
    ofrecerle vencedor
    a la dama que servía;
    por eso perdió Almanzor
    el potro que más quería.
    El alcaide, muy zambrero,
    de Guadalajara, huyó
    mal herido al golpe fiero,
    y desde un caballo overo
    el moro de Horche cayó.
    Todos miran a Aliatar,
    que aunque tres toros ha muerto,
    no se quiere aventurar,
    porque en lance tan incierto
    el caudillo no ha de entrar.
    Mas viendo se culparía,
    va a ponérsele delante;
    la fiera le acometía,
    y sin que el rejón la plante
    le mató una yegua pía.
    Otra monta acelerado;
    le embiste el toro de un vuelo,
    cogiéndole entablerado;
    rodó el bonete encarnado
    con las plumas por el suelo.
    Dio vuelta hiriendo y matando
    a los que a pie que encontrara,
    el circo desocupando,
    y emplazándose, se para,
    con la vista amenazando.
    Nadie se atreve a salir;
    la plebe grita indignada;
    las damas se quieren ir,
    porque la fiesta empezada
    no puede ya proseguir.
    Ninguno al riesgo se entrega
    y está en medio el toro fijo,
    cuando un portero que llega
    de la Puerta de la Vega
    hincó la rodilla y dijo:
    «Sobre un caballo alazano,
    cubierto de galas y oro,
    demanda licencia urbano
    para alancear a un toro
    un caballero cristiano».
    Mucho le pesa a Aliatar;
    pero Zaida dio respuesta
    diciendo que puede entrar,
    porque en tan solemne fiesta
    nada se debe negar.
    Suspenso el concurso entero
    entre dudas se embaraza,
    cuando en un potro ligero
    vieron entrar por la plaza
    un bizarro caballero.
    Sonrosado, albo color,
    belfo labio, juveniles
    alientos, inquieto ardor,
    en el florido verdor
    de sus lozanos abriles.
    Cuelga la rubia guedeja
    por donde el almete sube,
    cual mirarse tal vez deja
    del sol la ardiente madeja
    entre cenicienta nube.
    Gorguera de anchos follajes,
    de una cristiana primores,
    por los visos y celajes
    en el yelmo los plumajes,
    vergel de diversas flores.
    En la cuja gruesa lanza
    con recamado pendón,
    y una cifra a ver se alcanza
    que es de desesperación,
    o a lo sumo de venganza.
    En el arzón de la silla
    ancho escudo reverbera
    con blasones de Castilla,
    el mote dice a la orilla:
    Nunca mi espada venciera.
    Era el caballo galán,
    el bruto más generoso,
    de más gallardo ademán:
    cabos negros, y brioso,
    muy tostado, y alazán;
    larga cola recogida
    en las piernas descarnadas,
    cabeza pequeña, erguida,
    las narices dilatadas,
    vista feroz y encendida.
    Nunca en el ancho rodeo
    que da Betis con tal fruto
    pudo fingir el deseo
    más bella estampa de bruto
    ni más hermoso paseo.
    Dio la vuelta al rededor;
    los ojos que le veían
    lleva prendados de amor.
    «Alá te salve», decían,
    «déte el Profeta favor».
    Causaba lástima y grima
    su tierna edad floreciente;
    todos quieren que se exima
    del riesgo, y él solamente
    ni recela, ni se estima.
    Las doncellas, al pasar,
    hacen de ámbar y alcanfor
    pebeteros exhalar,
    vertiendo pomos de olor,
    de jazmines y azahar.
    Mas cuando en medio se para,
    y de más cerca le mira
    la cristiana esclava Aldara,
    con su señora se encara
    y así la dice, y suspira:
    «Señora, sueños no son;
    así los cielos, vencidos
    de mi ruego y aflicción,
    acerquen a mis oídos
    las campanas de León,
    «como ese doncel que ufano
    tanto asombro viene a dar
    a todo el pueblo africano,
    es Rodrigo de Vivar,
    el soberbio castellano».
    Sin descubrirle quién es,
    la Zaida desde una almena,
    le habló una noche cortés,
    por donde se abrió después
    el cubo de la Almudena.
    Y supo que, fugitivo
    de la corte de Fernando,
    el cristiano, apenas vivo,
    está a Jimena adorando
    y en su memoria cautivo.
    Tal vez a Madrid se acerca
    con frecuentes correrías
    y todo en torno la cerca;
    observa sus saetías
    arroyadas, y ancha alberca.
    Por eso le ha conocido,
    que en medio de aclamaciones,
    el caballo ha detenido
    delante de sus balcones,
    y la saluda rendido.
    La mora se puso en pie
    y sus doncellas detrás;
    el alcaide que lo ve,
    enfurecido además
    muestra cuán celoso esté.
    Suena un rumor placentero
    entre el vulgo de Madrid:
    «No habrá mejor caballero»,
    dicen, «en el mundo entero»,
    y algunos le llaman Cid.
    Crece la algazara, y él
    torciendo las riendas de oro,
    marcha al combate crüel;
    alza el galope, y al toro
    busca en sonoro tropel.
    El bruto se le ha encarado
    desde que le vio llegar,
    de tanta gala asombrado,
    y al rededor le ha observado
    sin moverse de un lugar.
    Cual flecha se disparó
    despedida de la cuerda,
    de tal suerte le embistió;
    detrás de la oreja izquierda
    la aguda lanza le hirió.
    Brama la fiera burlada;
    segunda vez acomete,
    de espuma y sudor bañada,.
    y segunda vez la mete
    sutil la punta acerada.
    Pero ya Rodrigo espera
    con heroico atrevimiento,
    el pueblo mudo y atento;
    se engalla el toro y altera,
    y finge acometimiento.
    La arena escarba ofendido,
    sobre la espalda la arroja
    con el hueso retorcido;
    el suelo huele y le moja
    en ardiente resoplido.
    La cola inquieto menea,
    la diestra oreja mosquea,
    vase retirando atrás,
    para que la fuerza sea
    mayor, y el ímpetu más.
    Él que en esta ocasión viera
    de Zaida el rostro alterado,
    claramente conociera
    cuánto la cuesta cuidado
    el que tanto riesgo espera.
    Mas, ¡ay que le embiste horrendo
    el animal espantoso!
    Jamás peñasco tremendo
    del Cáucaso cavernoso
    se desgaja, estrago haciendo,
    ni llama así fulminante
    cruza en negra obscuridad
    con relámpagos delante
    al estrépito tronante
    de sonora tempestad,
    como el bruto se abalanza
    en terrible ligereza;
    mas rota con gran pujanza
    la alta nuca, la fiereza
    y el último aliento lanza.
    La confusa vocería
    que en tal instante se oyó
    fue tanta que parecía
    que honda mina reventó,
    o el monte y valle se hundía.
    A caballo como estaba,
    Rodrigo el lazo alcanzó
    con qué el toro se adornaba;
    en su lanza le clavó
    y a los balcones llegaba.
    Y alzándose en los estribos,
    le alarga a Zaida, diciendo:
    «Sultana, aunque bien entiendo
    ser favores excesivos,
    mi corto don admitiendo,
    si no os dignáredes ser
    con él benigna, advertid
    que a mí me basta saber
    que no le debo ofrecer
    a otra persona en Madrid».
    Ella, el rostro placentero,
    dijo, y turbada: «Señor,
    yo le admito y le venero,
    por conservar el favor
    de tan gentil caballero».
    Y besando el rico don,
    para agradar al doncel,
    le prende con afición
    al lado del corazón,
    por brinquiño y por joyel.
    Pero Aliatar el caudillo
    de envidia ardiendo se ve,
    y trémulo y amarillo,
    sobre un tremacén rosillo
    lozaneándose fue.
    Y en ronca voz, «Castellano»,
    le dice, «con más decoros
    suelo yo dar de mi mano
    si no penachos de toros,
    las cabezas del cristiano.
    »Y si vinieras de guerra
    cual vienes de fiesta y gala,
    vieras que en toda la tierra,
    al valor que dentro encierra
    Madrid, ninguno se iguala».
    «Así», dijo el de Vivar,
    «respondo», y la lanza al ristre
    pone y espera a Aliatar;
    mas sin que nadie administre
    orden, tocaron a armar.
    Ya fiero bando con gritos
    su muerte o prisión pedía,
    cuando se oyó en los distritos
    del monte de Leganitos
    del Cid la trompetería.
    Entre la Monclova y Soto
    tercio escogido emboscó,
    que viendo cómo tardó,
    se acerca, oyó el alboroto,
    y al muro se abalanzó.
    Y si no vieran salir
    por la puerta a su señor
    y Zaida a le despedir,
    iban la fuerza a embestir,
    tal era ya su furor.
    El alcaide, recelando
    que en Madrid tenga partido,
    se templó disimulando,
    y por el parque florido
    salió con él razonando.
    Y es fama que a la bajada
    juró por la cruz el Cid
    de su vencedora espada,
    de no quitar la celada
    hasta que gane a Madrid.»