Cierra mayo sus puertas diciendo adiós bajo un paraguas de flores. Se marcha regados ya los jardines y un soplo de brisa fresca revolotea por mis cabellos, dejando una estela de brillo en las sienes.
Muchos mayos han pasado y casi todos buenos, solo el mayo del 2015 me dejó un sabor amargo que todavía no he logrado quitar.
En la vida por fortuna terminamos olvidando los malos ratos y uno se siente satisfecho de haberlos superado. Cuando has estado hundido en un agujero profundo, sin encontrar el modo de salir a la claridad, tu autoestima se viene abajo y no piensas que puede ser pasajero, que todo al final se soluciona. La frase de “Dios aprieta pero no ahoga” es bastante acertada y una buena manera de encontrar resignación.
La vida tiene tramos libres, rectos y claros, pero también túneles oscuros de los que intentamos salir lo más pronto posible buscando un atisbo de luz, que poco a poco se va haciendo más intenso hasta que llega la claridad. Cuando pasamos por esas etapas difíciles hay alguien que nos tiende una mano, me refiero al señor Optimismo, personaje que suele estar escondido entre tantas vicisitudes y que cuesta un poco dar con él, pero si hacemos un esfuerzo termina apareciendo con una sonrisa.
Muchos mayos han pasado y casi todos buenos, solo el mayo del 2015 me dejó un sabor amargo que todavía no he logrado quitar.
En la vida por fortuna terminamos olvidando los malos ratos y uno se siente satisfecho de haberlos superado. Cuando has estado hundido en un agujero profundo, sin encontrar el modo de salir a la claridad, tu autoestima se viene abajo y no piensas que puede ser pasajero, que todo al final se soluciona. La frase de “Dios aprieta pero no ahoga” es bastante acertada y una buena manera de encontrar resignación.
La vida tiene tramos libres, rectos y claros, pero también túneles oscuros de los que intentamos salir lo más pronto posible buscando un atisbo de luz, que poco a poco se va haciendo más intenso hasta que llega la claridad. Cuando pasamos por esas etapas difíciles hay alguien que nos tiende una mano, me refiero al señor Optimismo, personaje que suele estar escondido entre tantas vicisitudes y que cuesta un poco dar con él, pero si hacemos un esfuerzo termina apareciendo con una sonrisa.
El optimismo no conduce siempre a una alegría expresada, más bien proporciona paz interior a la persona, y esa paz regala una belleza que ilumina la personalidad.
Uno es capaz de ver la realidad cuando realmente quiere y abraza al coraje de una forma que pocos pueden hacerlo.
A veces se llega a escapar una lágrima roja porque el dolor lastima y quiebra hasta el pensamiento más arterial y profundo. Pero el optimismo aparece siempre cantando lo que uno necesita escuchar y esa melodía es la llave que abre el cofre de la esperanza.
Hay quien es optimista por naturaleza, cosa que siempre he admirado porque yo no lo soy, hay que intentar ver el vaso lleno y no medio vacío porque a la larga no beneficia en absoluto.
Amigos, hace falta soñar cuando la realidad pesa, hace falta reír cuando la soledad abruma, llorar cuando la tristeza ahoga, sentir el calor de las emociones, aplaudir cuando se saborea el triunfo, hace falta asumir el valor de la paciencia y sobre todo hace falta brío para seguir en la lucha, para aceptar lo difícil que resulta a veces la vida.
De veras que hace falta y lo importante es no darse por vencido. No se necesitan medallas ni condecoraciones, solo basta que cada uno obtenga la oportunidad de demostrar lo que vale y pueda cumplir como persona llena de valores, aptitudes y buenos propósitos. Para algunos no es fácil conseguirlo, otros sin embargo cuentan con el optimismo como su mejor arma.
Ser optimista en los tiempos que corren tiene mérito, la misma vida te pone obstáculos suficientes para no serlo, pero pensemos que el sol brilla en todas las partes, aunque algunos no vean más que su sombra.
"Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta"
"Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente".
Rabindranath Tagore