Voz de mi hija. Los sonidos del silencio

Voz de mi hija. Los sonidos del silencio.

martes, 23 de octubre de 2012

EL SONIDO DE LA LLUVIA

 
 
 
Una mañana cualquiera, de un día cualquiera, de una estación que yo llamo dorada. Me encuentro tensa, siempre lo estoy, es mi forma de ser y por mucho que lo intente la personalidad no se puede cambiar, asi que decido dejar a un lado mis neuras, ( a ver si lo consigo), me va haciendo falta desconectar y planifico pasear bajo un cielo plomizo de finales de octubre que amenaza lluvia.

Madrid a ciertas horas se vuelve incómodo, bastante agobiante, aquí decimos en"horas puntas"y en ellas esta gran urbe desde luego se dispara.  Si además cae agua, ya sí que es un verdadero caos. Encima con la dichosa crisis cada vez hay más gente que se manifiesta, vienen de todos los rincones y las calles se convierten en un teatro con los coros de Nabuco, todo el mundo  a voces repitiendo la misma canción  y pese a la subida del combustible el tráfico aumenta,  en ésto no escarmentamos, por encima de los atascos que no hacen nada más que demorar las llegadas, nos gusta sacar el coche cuando llueve, claro que también hay que reconocer que el transporte público los días de lluvia deja bastante que desear.

  Por ello hay que aprovechar cuando la gente está en el trabajo (quien lo tenga), comiendo o reposando, para caminar tranquílamente por los bulevares alfombrados de hojas secas. Son intervalos muy cortos en los que la ciudad se despeja y se libera un poquito del ruido.

 


Paraguas en mano voy observando mientras camino despacio por el Paseo del Prado. Es curioso, mi hija tiene razón, si uno se fija no encuentra un rostro igual, ni una silueta parecida, unos delgados, otros más rellenitos, aquel que cojea apoyado en la muleta por el último esguince, o se ayuda de su viejo bastón después de contar varias décadas. En el banco alguien lee el periódico murmurando entre dientes y más allá un jovencito ensordecido por el volumen de los auriculares, camina como un zombi al ritmo de la música.
Me gusta observar a las personas con plena libertad, a pesar de los problemas, a pesar de las complicaciones. ¿Es justa la vida?, creo que no, cuesta mucho cumplir una meta y algunos ni siquiera tienen la oportunidad de intentarlo.



Comienza a llover, toca refugiarse y entrar en un café. Me encantan los viejo cafés en otoño, con la lluvia huelen a refugio, a fuego de chimenea, resultan acogedores. Hay una mesita redonda junto a la ventana, los cristales mojados apenas dejan ver la calle y me gusta ver las formas que hacen las gotas de lluvia cuando resbalan, tendría que pegar la nariz como cualquier niño y dibujar caritas en el vaho, pero no me atrevo.

 
-"¿Qué va a tomar la señora?"(señora... suena bien, suena a mujer, a experiencia) y hago alusión al tema porque lo normal es :"qué te pongo niña".
-"Un descafeinado con leche, por favor, y sin espuma".
Seguro que alguno de vosotros me entiende, la espuma en el café le da un aspecto cremoso, pero café, lo que se dice café, hay muy poco.

 
Los días de lluvia nos marcan un ritmo diferente de vida y nos hacen revivir momentos que casi teníamos olvidados. Las gotas traen magia, llevan consigo ese atisbo de pasión, de melancolía siempre sana.

Lo que más me gusta de la lluvia, es oir esas gotas cuando caen. En general, se les compara con lágrimas, porque parece que el cielo llora, pero no, el cielo no llora; lo que hace es contar millones de historias, todas esas que vivió en los meses abiertos al azul del cielo y las estrellas. Y los únicos que se detienen a oirlas son los pájaros, los gorriones, las golondrinas exiliadas, los árboles y los elementos de la ciudad. Todos aprendieron a prestar atención a los "cuentos, cantos y tambores" de las nubes. Las gentes no. Las gentes caminan, buscan, se encorvan, corren y una vez en "lugar seguro" observan y se reprochan a sí mismos  que se han olvidado el paraguas y se sienten incómodos.


Aprender a oir a la lluvia es aprender a oírse a sí mismo. La naturaleza no te pide permiso para contarte cosas. Bastan las miradas, la respiración, las manos cansadas. Basta con ser como la lluvia para refrescar las ganas de vivir.

25 comentarios:

  1. Leyendo tu entrada me han dado ganas de salir con mi paraguas a caminar bajo la lluvia, pasear contigo seria genial, meternos en uno de esos cafés y charlar mientras degustamos uno, pero no puede ser porque nos pilla un pelín lejos, pero bueno, lo haré con la imaginación...
    Besos y salud

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  2. ¡Qué hermoso lo que has escrito! Además de una forma que se vive. Lástima que hoy no esté previsto que llueva en Madrid, que yo sepa, porque si así fuera, yo sería otro de esos que intentaría escuchar la lluvia. Sensacional de verdad.

    Un abrazo empapado en lluvia.

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  3. Lo que has escrito, si supiera escribir, lo podría haber escrito yo. Así es el otoño, así es cuando llueve y las gentes somos unos de otros tan diferentes…
    Me encanta la lluvia, desde siempre, desde antes de pasar unos años bajo sus gotas casi todos los días, la añoro cuando tarda en aparecer y salgo a la calle a recibirla cuando llega.
    Me ha encantado leerte y si bien el otro día recibí alguna de tus imágenes llovidas, no me llegó la de las amapolas y si no te importa la tomaré para mirarla a menudo.
    Saltos y brincos que hoy no toca chapoteo

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  4. Cuando la lluvia cae, se funde el hielo...
    A mi me encanta ver llover suave, mirar por la ventana de casa e imaginarme historias, pero no pasear bajo la lluvia. Eso nunca ni de niña. Le tengo alergia a la lluvia y debe ser por las tormentas tropicales que he vivido que son torrenciales.
    Pero leyéndote casi dan ganas coger e paraguas y darse un garbeo pero me contendré no vaya a ser que no me guste.
    Bss y que disfrutes mucho de estos así.

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  5. No me gusta pasear cuando llueve y si verla desde casa pero leyéndote, me parece que tendré que cambiar mis hábitos y salir a pasar cuando llueva.
    Un abrazo

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  6. Describes la lluvia con su sonido característico y verla deslizarse por los cristales, que si lo hubiese leído, días atrás, me parecería recordarlo en los días de mi infancia.

    ¡¡PERO YA HA LLOVIDO EN SEVILLA!! y veo esa lluvia que describes, con mucha mas realidad.

    Precioso Relato que lo haces Poesía. Muy Bueno. manolo

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  7. Me he abstraido tanto leyendo tu entrada que me parecía que estaba paseando contigo y observando todo lo que observabas tu paseando por esas calles y esos parques que tan bien has descrito.
    Veo que eres observadora y que te gusta pasear sola y tomar café sola mirando todo lo que pasa a tu alrededor, a mi me pasa igual, a veces salgo sola a dar una vuelta y tomar un café y estoy muy a gusto conmigo misma.
    Gracías por el comentario que me has dejado y por tu visita, con ella me has dado la oportunidad de conocertu blog, al correspoderte, como suelo hacer.
    Dices que prefieres el otoño y el invierno, yo al contrario prefiero la primavera y el verano, los día son más largos y luminosos.
    Besos de esta nueva amiga virtual

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  8. Genín:

    Pues vámos agarraicos los dos, espuma de terciopelo, por el paseo del Prado. Luego paramos en un café con solera y charlamos de la vida, la tuya más interesante que la mía, asi que empiezas tú.

    Gracias querido amigo.

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  9. Luismi:

    Empieza a escuchar el ritmo de la lluvia, a ti que te gusta la música como a mi, porque va llover en Madrid de lo lindo, eso parece, y además me duele le espalda. No suele fallar.

    Gracias por tu comentario.

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  10. Ester:

    No sé dónde estás, pero tengo la sensación de que vienes de tierra húmeda y ahora estás en secano, como yo.
    Las amapolas son para ti.

    Hay que saltar charcos, amiga.

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  11. Katy:

    No te gusta porque ya llueve sobre mojado. Las tormentas tropicales deben ser horríbles.

    "Nos marcharemos lejos de nuestro pueblo
    Tendremos una casa , de lluvia amor y fuego
    por favor no marches ,me quedaré en silencio.

    Saludos.

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  12. Chelo:

    La verdad es que ir debajo de un paraguas es un poco incómodo. Detrás de los cristales se está mejor, los días de lluvia son días de recogimiento, de chocolate caliente, de historias de la abuela y sobre todo de recuerdos.

    Gracias Chelo.

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  13. Manolo:

    Ahora la lluvia parece que viene a Madrid, el caos se avecina. Te invito a un café o a lo que quieras en mi sitio favorito y dibujaremos con el dedo como niños en los cristales. Hasta en el autobús lo hacía yo!!!

    Gracias por tus palabras tan amables.

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  14. Demofila:

    Soy bastante observadora, quizá es una manera de evadirme mirándo lo que hacen los demás, pero me sienta bien y aprendo mucho. Siempre se aprende.

    Gracias por la visita. Me gustó tu poema. Vuelve cuando quieras, aunque llueva.

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  15. QUE LINDA PROSA POÉTICA, LA LLUVIA ME ENCANTA CUANDO LENTA, DA GANAS DE REFUGIARSE EN ALGÚN LUGAR CÁLIDO Y VER LLOVER DESDE UNA VENTANA.

    YO TAMBIÉN VIVO TENSA AMIGA, ES ALGO QUE YA NO TIENE ARREGLO. POR ARGENTINA TAMBIÉN HA LLOVIDO PERO DE FORMA BRUTAL, HA CAIDO GRANIZO Y SE HA LLEVADO HASTA LOS PÁJAROS... ME DA UNA TRISTEZA.

    UN BESITO
    Y GRACIAS POR VISITARME.

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  16. Hola mi querida amiga, tu sabes que no podía faltar para dejar un comentario sobre ésta publicación y que como me gusta la lluvia, lo disfruto mucho, acá hace un par de días ha llovido bastante y decir que ha sido una primavera invernal a costado que se estabilice el tiempo. Bueno desde la distancia te he invitado a un cafecito bien conversado y acogedor mientras afuera la lluvia cae incesante haciendo evocar gratos momentos vividos.
    Un gran abrazo Airblue, espero estés bien.

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  17. Luján:

    Antes, hace meses estaba informada del tiempo que teneis en Argentina, una amiga de Buenos Aires venía a visitarme a este blog y me contaba muchas cosas de allí. Ahora sois vos quien me cuenta.

    Si estás tensa es que padeces de los nervios, no te dejes vencer por ellos. Luján, cuesta mucho, lo sé muy bien, pero hay que luchar y vivir la única vida que tenemos.

    Un abrazo.

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  18. Antonio:

    No dudo nunca que estás cerca, en el espacio virtual no hay distancias, pero sí dudo de la cleta, es capaz de llevarte y tenerte ocupado un montón de días, hasta que te devuelve a tu depa.

    Pues ¡echa el freno! y da la vuelta de vez en cuando. Esta vez has venido a mojarte, menos mal que hemos podido tomar ese café y charlar unos minutos, je,je.

    Un abrazo amigo lejano. Estoy bien.

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  19. Airblue! querida amiga, tu relato me ha llenado de sonidos, colores y sabores, ha sido una auténtica experiencia holística del relato. El café, la lluvia, los personajes, me ha encantado...

    Te felicito.

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  20. Guille:

    Gracias por tu felicitación, que viniendo de un escritor como vos, Guille, es un honor.

    Un abrazo.

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  21. Como por aqui llueve tan poquito, quitando cuando dejan el grifo abierto allá arriba, me gusta ver llover, quien sabe quizás hasta dentro de unos cuantos meses no la vea ni la sienta de nuevo.
    Air, eres toda poesia chata.
    Un besazo

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  22. Gata:

    Y tú eres toda sonrisa. Solo me importa saber que estás bien, con o sin lluvia.

    Un beso azul.

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  23. HOLA QUERIDA AMIGA
    SUFRO DE LOS NERVIOS, SÍ, AHORA MISMO ESTOY CON UNOS DOLORES MUSCULARES TERRIBLES, SI TOMO LA MEDICACION ME CAE MAL AL APARATO DIGESTIVO.
    TIENES RAZON, COMO SEA HAY QUE VIVIR ESTA UNICA VIDA, PERO ES BIEN FEO SENTIRSE MAL.

    AHORA EN ARGENTINA HACE CALORCITO, PERO LLOVIÓ UN MONTÓN.
    ES QUE NO HAY TERMINOS MEDIOS, EN UN PAR DE DIAS HARÁ UN CALOR INAGUANTABLE.

    BESOS Y ABRAZOS.

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  24. Me ha encantado este post sobre el sonido de la lluvía.
    Algo que a otros puede horrorizar tiene para tí tanta poesia como la sensibilidad que alberga tu rica personalidad.

    A mi me encanta el sonido de la lluvia, sobre todo por las noches, cuando estoy calentita en cama. Termina adormeciendome como si fuera una canción de cuna.
    No sé si me gusta porque toda mi infancia la recuerdo llena de tardes de lluvia, entre libros y cuentos, las meriendas en la mesa camilla y la presencia de mis hermanos y mis padres, que yo sentía en el alma, consciente (aunque parezca una precocidad para una niña) como algo que algún día iba a perder y que pretendía saborear al máximo.

    ¡Cuanto me gustaría tomar un café en tu compañia!

    Muchos besos y abrazos.

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  25. Chela:

    Tu comentario es precioso. Me gusta como describes las tardes en casa con tu familia. Los recuerdos que yo tengo son parecidos: un chalet rodeado de jardín ya mustio por la estación, la mesa redonda de camilla, la estufa donde mi madre asaba castañas y el parchís que esperaba a terminar nuestra merienda.
    Afuera llovía, dentro tenía el calor de ellos, los que ya no están ahora.

    Un abrazo querida amiga y cuando quieras tomamos ese café.

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