Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

martes, 30 de diciembre de 2014

CAFÉ RETRO

 
 
Me gustan los cafés retro, todavía es posible encontrar alguno que conserve intacto su encanto. Dicen que tienen demasiado sabor a antiguo, suelen estar bastante recargados con esas maderas repujadas, figuras y adornos dorados, lámparas de araña y viejas cortinas de terciopelo. Bueno, en la variación está el gusto y sobre él no hay nada escrito, así que cuando puedo entro en ellos.  Precisamente allí estoy viendo uno que hace esquina, "1900", se llama, estoy cansada de caminar ligero por recomendación de mi rehabilitador y con miedo a resbalar por no haber tenido la precaución de ponerme un calzado apropiado, en estos días tan ajetreados. El suelo está mojado por la neblina, buen sitio que invita a descansar y de paso dar un poco de alivio a mis pies que ya lo van necesitando.

Se agradece un buen café caliente, sin espuma, como siempre lo pido, solo con la crema es suficiente y no lleno de burbujas de aire que disfrazan el sabor. Además aquí tienen el detalle de poner una galletita de canela.
De reojo miro a mi alrededor y todo el personal está embelesado y absorbido por los móviles. A la entrada hay unas barras con periódicos colgados, pero no los coge nadie. Poco importan ya esas sábanas de papel escritas y cada vez se compran menos libros, ahora lo que priva son los e-books, artilugios sin hojas ni tapas pero que son como almacenes de sabiduría prensada. Cómo avanza la tecnología, oye, a unos los forra y a otros los hunde.

Un tintineo de cristales suena a la vez que la campanilla que cuelga de la puerta. Me gustaban aquellas puertas giratorias, de niña me divertía mucho y siempre terminaba mareada.  El sonido es agradable cuando un cliente entra y por sistema todo el personal curiosea. Yo, la primera.
Esta vez es un personaje de edad avanzada que va apoyado en un bastón troquelado muy bonito: desde mi mesa no distingo bien pero parece que lleva algo grabado en letras grandes. En la cabeza un sombrero calado hasta las orejas, una bufanda raída y bajo los mitones se adivina unos dedos largos y enjutos. El buen hombre se acerca con paso torpe y ya puedo leer lo que tiene grabado en su bastón, es una fecha, 2014.
 

- ¿Molesto si me siento a su lado?-
- No, para nada caballero, el café está lleno y aquí hay sillas libres.

Está helado, las cejas blancas como la escarcha y un semblante triste y cansado. Pensé en hacerle alguna pregunta pero no hizo falta ninguna palabra, enseguida se percató de mi mirada interrogante.
Yo fui - dijo-
columna ardiente, luna de primavera.
Mar dorado, ojos grandes.
Busqué lo que pensaba;
Viví como el amanecer en sueño lánguido
lo que pintaba el deseo en días adolescentes.
Canté, subí.
Fui luz un día
pero arrastrado en la llama,
como un golpe de viento,
que deshace la sombra,
caí en lo negro.
En el mundo insaciable.
 
He sido.
 
-A sus pies señora. Mis días terminan y voy a pasar el testigo a otro joven que viene cargado de 365 días de ilusión, de sueños, de esperanza, de fuerza, para todo el que sepa apreciar la vida.

 
 
 
Siempre que termina un año, la pregunta se repite: qué ocurrirá... y siempre hay algo que me dice: será lo que tú quieras que sea.
 
Mucha salud y suerte amigos en el nuevo 2015.
 

 
El poema está inspirado en un texto de Luis Cernuda.( Sevilla 1902)

domingo, 28 de diciembre de 2014

A TODOS LOS QUE QUIERO

Sentada mirando el cielo
y después de haber recorrido
un año de nostalgias y alegrías,
me queda el amor,
que sigue uniendo nuestras vidas,
y vienen a la mente las caricias tibias,
las que nuestros seres queridos nos dan.

Estamos en Diciembre,
mes de dicha y regocijo, de balances y caminos
que uno debe retomar,
¿te has fijado?
siempre hay algo que invita a brindar,
el abrazo de un hermano,
cuando no tienes padres ya.

Si tú todavía los tienes,
no te olvides de darles un beso
porque es tan lindo y tierno
cuando te miran sin más...
son esos pocos momentos
que están llenos de felicidad.


lunes, 22 de diciembre de 2014

HABRÁ NAVIDAD



Desde tiempos que se pierden en la neblina del recuerdo, cada año arrastramos una tradición poco menos que ancestral, que hace teñir de blanco nuestros corazones y brillar con luces de colores ciudades y pueblos.
La blanca Navidad vuelve a asomarse a la ventana de nuestra vida, nos avisa que es tiempo de hacer una pausa, de preparar una gran mesa rodeada del cariño de nuestra gente, de mirar con ternura al solitario, de ayudar al necesitado, de acompañar al enfermo y por encima de todo la blanca Navidad siempre nos hará recordar nuestra infancia, nuestra maravillosa inocencia, aquella que el fantasma del tiempo nos fue robando poco a poco.
Para muchos son días estresantes, demasiada gente, gastos innecesarios, prisas y agobio, cada persona es un mundo y es comprensible. Pero ahí está y nos guste o no tiene que haber Navidad.

Mientras que un niño sonría, habrá navidad,
Mientras que lloren las nubes, habrá navidad,
Mientras que un hombre perdido encuentre el camino,
Mientras que un hijo regrese,
Habrá navidad.

Mientras que alguien herido prefiera olvidar,
Y a su peor enemigo logre perdonar,
Mientras que alguien consiga que un joven se aleje de la oscuridad,
Mientras que un arma se calle,
Habrá navidad.

Mientras sigamos creyendo que hay algo más,
Mientras que haya esperanza,
Mientras que brille una estrella,
Mientras que vuelen las aves,
Habrá navidad.

Mientras que cierres los ojos y sientas contigo a alguien que no está,
Mientras que existan recuerdos,
Mientras sigamos creyendo que hay algo más,
Mientras que haya esperanza,
Habrá navidad.

Charles Dickens dijo: "Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año".




Hey! Hola señor invierno
bienvenido a nuestra tierra
todo mágico y blanco.

lunes, 15 de diciembre de 2014

SIN ESTRELLA




Es curioso como pasa el tiempo, el otoño se marcha silencioso recogiendo su manto de hojas y vuelve el general invierno abrigado con ramas secas y adornado con carámbanos. Es el momento de abrir la ventana del recuerdo aunque el frío me hiele el alma.


¿Has visto?, ya estamos casi a finales de Diciembre. Vuelan los meses, vuelan los días y antes de que nos demos cuenta vendrá de nuevo la Navidad. ¡Cuántas han pasado! ... demasiadas, y tú sigues teniendo el mismo espíritu navideño lleno de estrellas y luces de colores, de ángeles y de renos, de flores y campanillas.




¿Dónde ponemos el árbol este año?, sí, ya sé que soy muy pesada, que siempre te hago la misma pregunta, pero luego te enfadas si lo coloco al pie de la escalera. Todo el que pasa se engancha con las ramas, termina siempre destrozado y luego da pereza tener que montarlo otra vez. Ayer papá nos llevó al mercadillo de la Plaza y compramos algo nuevo para el Belén. Las figuras están ya un poco despintadas y eso que las guardamos una a una envueltas en papel de periódico, pero son de barro cocido y tienen ya muchos años. Mira que me gusta sacar ese cajón de madera todas las Navidades... hay una palmera rota y un pastor sin  cayado, pero no importa tú lo arreglarás con miga de pan como siempre y luego pintaremos el pozo de corcho que también está estropeado.


 

Un Belén viejo y un arbolito con las puntas salpicadas de harina, imitando la nieve, no creas que se me ha olvidado. Lo pondré como siempre junto al quicio de la puerta, pero esta vez será diferente porque ya no tiene estrella, te la has llevado contigo para colocarla entre esas nubes que no son de algodón como las mías, son mucho mejores, infinitamente mejores, son nubes de sueños que te elevan más allá de la tristeza y más allá de la luz.




Me he asomado a la ventana del tiempo y he visto la nieve en mis sienes. Se oyen cánticos lejanos y hay más brillo en mis ojos porque el sonido de una pandereta repica en el cielo.

Dime madre, ¿donde ponemos el árbol esta Navidad ?


 
De nuevo vuelvo a publicar este escrito que data de diciembre de 2007. Lo tengo guardado desde entonces y ha llegado el momento de desempolvarlo solo por unas horas. Aunque los recuerdos a veces duelen, el corazón los necesita.

FELIZ NAVIDAD y aquí tenéis mi tarjeta virtual.
 http://www.jacquielawson.com/preview.asp?cont=1&hdn=0&pv=3408269&path=98481





 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

¡TENGO TU E-MAIL?

 
 
 
Cuando se acercaba la Navidad, escribir y enviar tarjetas era una de nuestras primeras tareas de la temporada. Y digo era porque de todos es sabido que esta peculiar y a la vez bonita forma de felicitar ya se está perdiendo, aunque todavía Unicef sigue siendo fiel a su campaña por una buena causa, creo que solo algún nostálgico tradicionalista continua con la costumbre de enviar postales de felicitación a los amigos, familia y compromisos. Con el paso de los años muchas cosas van desapareciendo, las nuevas tecnologías relacionadas con nuestro entorno, están agilizando, optimizando y perfeccionando algunas actividades que realizamos en nuestro día a día buscando rapidez y comodidad, pero los que hemos vivido aquellos tiempos en los que el espíritu navideño estaba muy por encima del consumismo actual, esta tradición navideña por excelencia nos gustaba, a pesar de que para algunos suponía una molestia comprarlas, escribirlas y por fin mandar todo el lote, para otros era algo que se hacía con agrado.
No puedo entonces dejar de mencionar las visitas a mi librería preferida en estas fechas. Las vacaciones de Navidad comenzaban alrededor del dieciocho de diciembre y llegaba el momento de elegir y comprar las postales. Ni tampoco puedo olvidar el concurso de christmas en el que todos los años participaba. Os prometo que no fallaba, luego era feliz viendo mi tarjeta dibujada en una cartulina y expuesta entre cientos de ellas. ¿Premios?, creo que una vez conseguí el segundo o el tercero, no me acuerdo, pero los veinte duros que me dieron me vinieron muy bien.

 
Tarjeta de Navidad de 1870

 
La costumbre comenzó en Inglaterra cerca de 1840 con el inicio del "Penny Post", el primer sistema de servicio postal. Según la leyenda, el británico Henry Cole, quien acostumbraba dejar todo para mañana, comenzó la tradición. En 1843, cuando se encontró atrasado en su correspondencia con sus amistades, decidió corregir la situación enviando saludos navideños al final del año. Se cree que en este año fue diseñada la primera postal navideña.
 
1843
 
Su brillante idea dio origen al mercadeo en masa de tarjetas de Navidad, especialmente después de 1860, cuando se desarrollaron mejores métodos de impresión. En Inglaterra la popularidad de enviar saludos navideños creció, cuando se hizo posible enviar tarjetas sin usar sobres sellados, por la mitad del costo de enviar una carta. Louis Prang, un residente de Boston, imprimió y vendió la primera tarjeta de Navidad en Estados Unidos en 1865.
 
 
Quizá pocos conocen la primera tarjeta de Papa Noel vestido de rojo que se imprimió para felicitación por estas fechas.
 
 
 

A partir de entonces las imágenes y mensajes se han mantenido relativamente constantes a través de los años; imágenes mostrando escenas de la temporada o historias de Navidad acompañadas de los mejores deseos de felicidad y de un próspero año nuevo.






1949

 

Ya en épocas menos lejanas, los años sesenta y setenta, el estilo dio un giro y se fue modernizando poco a poco. Aparecieron las postales con brillos y escarcha, en relieve, troqueladas e incluso con música incorporada.
 
Seguramente la adopción en España de la palabra «christmas», un modernismo muy vituperado entonces, coincide en el tiempo con las primeras felicitaciones de Joan/Juan Ferrándiz, cuyo trazo tierno y alegre revolucionó el panorama navideño en los años sesenta, y amplió su imperio durante décadas.
 
 


Quién no ha comprado y recibido alguna vez una tarjeta navideña de Ferrándiz. Sabías que la Navidad estaba próxima cuando en las papelerías aparecían sus monigotes y en el buzón la tarjeta más madrugadora. Hoy los ordenadores lo hacen ya todo, salvo sentir. Ferrándiz no necesitaba complejas técnicas informáticas para transmitir calidez y calidad a sus populares pastorcillos de mirada brillante y pantalones llenos de remiendos de colores, a sus ángeles descarados y a un zoológico inagotable de ovejas expresivas, conejos ,gorriones, perrillos de raza indefinida, gatos del brazo de los ratones... Ferrándiz tiraba de un humilde lapicero, a ser posible del número 1 o 2, una goma de borrar, tipo nata o Milán, y conseguía transformar un humilde folio blanco en un mundo de sentimientos. Dicen los que tuvieron la suerte de conocer al artista, que lo primero que hacía era pintar las caras: con apenas unos trazos perfilaba los ojos y esas expresiones tan características y tan malamente copiadas por sus imitadores.


Aquellos dibujos, sin técnicas de animación, adquirían el don del movimiento. Las tarjetas, (no así los cuentos: «Mariuca la castañera», «El urbano Ramón», «La ardilla hacendosa») fueron desplazadas por las tarjetas solidarias y el cinismo estético de los tiempos. Pero nadie le ha olvidado y la editorial Destino ha rescatado buena parte de su legado en forma de libro. «La Navidad de Ferrándiz» que nos recuerda cómo fueron tantas navidades españolas y universales, pues su impacto fue internacional a través de sus prolíficos dibujos.  El libro es un interesante repaso de imágenes para nostálgicos y para curiosos, que pueden sacar muchas conclusiones. Pero ante todo es un libro para todos los públicos, con canciones, recetas historias ligadas a las tradiciones navideñas españolas. Un desquite póstumo de quien precisamente rompió con la tradición solemne y gótica con la que solían desearse «felices fiestas».














 







Juan Ferrándiz Castells fue un ilustrador español, especializado en cuentos infantiles y postales navideñas, escultor y escritor de poemas y cuentos para niños. Nació en Barcelona (España) en el año 1918 y falleció en agosto de 1997 a la edad de 79 años.



Mi homenaje a quien durante cuarenta años nos hizo revivir el auténtico espíritu de nuestra Navidad a partir de sus entrañables ilustraciones, llenas de ternura y color.


Por cierto, ¡tengo tu e-mail para felicitarte?

 

martes, 2 de diciembre de 2014

SIEMPRE ADELANTE. ALWAYS AHEAD.

 
Quién de vosotros no ha tenido un momento de extremo dolor?. Quién nunca sintió, en alguna ocasión de la vida, ganas de desistir?. Quién no se ha encontrado solo, extremadamente solo, y tuvo la sensación de haber perdido la esperanza?.
Ni las personas famosas, ricas, importantes, esas que llaman VIP, (término que por cierto no me gusta), están libres de tener sus momentos de soledad y de profunda amargura. Nadie, absolutamente nadie podrá decirme que en su vida todo es un camino de rosas y si estoy equivocada que eluda mis palabras y me permita felicitarle.
Tengo una amiga a quien la vida ha tratado duro que siempre me repite lo mismo, incluso por whatsapp,"siempre adelante, con brío, siempre positiva" y es que conoce los malos tragos que también he pasado y que la sensibilidad a veces me vence.
  

 Las personas que son fuertes emocionalmente, se suelen levantar con facilidad, ya que ven la vida con optimismo pero en cambio una persona frágil, débil, sentirá que el mundo se le viene abajo y necesita bastante ayuda y apoyo moral.
Siempre se dice que ante cualquier problema por grave que sea, lo principal es tener pensamientos positivos. Difícil, desde luego, pero hay que intentarlo porque es un hábito que se puede desarrollar y cuyos beneficios son inmensos.

Pero, qué es pensamiento positivo?
Pensamiento positivo no es lo mismo que negación de lo negativo. Pensamiento positivo no es incapacidad para ser realista. Pensamiento positivo es simplemente la habilidad de concentrarse en los aspectos buenos y beneficiales de cada situación, de transformar una situación desventajosa en una productiva, y de esperar un resultado positivo en cada ocasión. El pensamiento positivo es motivante, inspirador y energizante.

En lo referente a la salud  pensar en positivo beneficia nuestro organismo al:

Aumentar la longevidad
Disminuir el riesgo de depresión
Disminuir los niveles de estrés
Fortalecer el sistema inmune
Mejorar la salud cardiovascular

Según los expertos, el pensamiento positivo le permite a la persona manejar las situaciones estresantes y difíciles de una mejor manera, lo cual reduce los efectos negativos del estrés en el organismo. Las personas optimistas también tienden a cuidarse más, lo cual los predispone a comer más sano, y a evitar conductas autodestructivas como el alcohol y las drogas.
A nivel energético, el pensamiento positivo en general también ayuda a manifestar nuestra realidad. Nuestra vida está llena de aquellas cosas que primero declaramos mentalmente. Una vida llena de pensamientos positivos, es también una vida llena de salud, prosperidad, amor y tranquilidad.


Dedicado a ti, a ti, a ti, y... a mi.