Voz de mi hija.

Voz de mi hija.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

El otro otoño




He vuelto a caminar entre cipreses, siempre con ambiente húmedo y encogida por el frío de mi Castilla. He vuelto a contemplar su gallardía, su perfecta hilera que se va perdiendo en el infinito y envidio sus copas que tienen más fácil llegar al cielo. Y en ese silencio entre piedras, la melancolía se convierte en una leve sonrisa, quizá sea porque te sientes vivo o porque has vuelto a dejar una parte de tu corazón prendido en unas flores.

Después tus neuronas empiezan a pensar en la próxima estación, no, no es el invierno, vuelve a ser el otoño, otro otoño diferente y mucho más real, el otoño de la vida, el que se va acercando de puntillas sin apenas darnos cuenta. Unos antes, otros ya y otros después, pero para todos llega.

No sé si pensamos lo suficiente en la vejez, como decía mi padre la palabra anciano no me gusta, el tiempo me ha demostrado que hasta que no se convierte en un problema, preferimos vivir al día y hasta cierto punto es lógico.

Pero la sociedad envejece, un porcentaje alto de la población tiene más de 60 años y la esperanza de vida es de las más altas de Europa. Parece que hemos superado los 83 años y lo que es una buena noticia se transforma también en incertidumbre.


Y aquí está la temida pregunta:


Quién cuidará de nosotros cuando seamos dependientes, cuando necesitemos apoyo porque ya no podamos valernos, quién cuidará de ti, de usted... No, no volvamos el rostro para evadir el tema... La realidad es que hasta nos estamos quedando  sin cuidadores y sólo los que pueden pagar a alguien para que pasee a su familiar, respiran tranquilos. Es curioso porque en las salas de terapia han incorporado una nueva modalidad de síndrome, el de cuidador. Lo padecen personas que viven pendientes de alguien que les necesita día y noche, presos de una circunstancia que, por mucho cariño que haya de por medio no deja de ser un problema agotador.

Hasta hace poco, el cuidado de niños, enfermos y ancianos formaba parte de la vida, de las tareas, de las mujeres de la casa. La incorporación de la mujer al mundo del trabajo remunerado ha trastocado esa realidad cotidiana; hay comunidades que la tasa de actividad femenina llega al 50% y no me parece una cifra demasiado alta, pero lo cierto es que les queda poco tiempo libre y menos energía. Se intenta, pero cuesta mucho y el resultado es que las mujeres de entre 35 y 55 años padecen tres veces más enfermedades por culpa del estrés que los ejecutivos. Además muchos hombres no están preparados para cuidar a nadie y les suele costar asumir su parte. Desde luego que hay excepciones, pero asear a los ancianos, darles de comer, vigilar que tomen las medicinas, cambiarles las sábanas, escuchar, hablar de gente que no está, cogerles la mano y prepararles la merienda, cosas que antes hacían las hijas o las abuelas jóvenes, no resulta fácil cuando estás sometido a otras obligaciones

Observamos con miedo a nuestros mayores y aturdidos por una responsabilidad que nos sobrepesa, reclamamos ayuda al Estado, que no es capaz de responder con más ayuda social y que sigue confiando en la familia tradicional, la de siempre, la que sacaba las castañas del fuego y se hacía cargo.

España dedica alrededor del 20% del PBI a gasto social, cuando la media en Europa alcanza el 27% y en lugares como Suecia y Finlandia pasa del 3o%. Los europeos, sobre todo los del norte, ya se han hecho a la idea de que serán sus impuestos y no sus familias, los que les asegurarán una vejez digna. La familia media necesita del Estado. Cuidan del abuelo, pero sueñan con avanzar en la lista de espera y conseguir una plaza en una residencia pública y para muchos además esta ayuda es urgente y prioritaria. Los hogares no están preparados para atender las necesidades de pacientes con Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia senil.

Tambien es verdad que a lo que la gente aspira es a envejecer en casa, al margen de enfermedades y deterioros extremos, porque se teme que en las residencias, por bien que estén, los ancianos mueren antes, al menos es lo que se oye y que desde luego no está para nada demostrado. Aunque la mayoría prefieren vivir solos, no quieren ser un lastre y se aferran a sus viejos pisos en su barrio de toda la vida, también muchos, los menos, optan por buscar una cama limpia, en un lugar luminoso donde tengan todas las necesidades cubiertas. Sin embargo la mayoría reclaman más ayuda domiciliaria a cargo del Estado y, algo de compañía.

A base de insistir conseguiremos esta ayuda a domicilio, pero ¿dónde encontraremos la compañía?. Me temo que el Estado no nos arreglará este asunto de envejecer bien y que tendremos que buscar una fórmula que nos permita a hombres y mujeres cuidar de los nuestros. Nos quedará menos tiempo para el trabajo y para el ocio, incluso habrá que renunciar a muchas cosas, pero todo sea por una vejez digna y así encontrar una respuesta a esta enorme duda:

Y a ti...¿quién te cuidará?


Entre los arbustos, los duendes traviesos de la lluvia lanzan con sus deditos helados hojas secas como sueños abandonados. Lejos, muy lejos, tan lejos que podría ser un recuerdo, alguien canta.

Es un  poco largo. Perdonad.

38 comentarios:

  1. Me temo que una residencia si tenemos la suerte de conseguirla. un beso

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    1. Aunque muchos se resisten, te confirmo que es lo mejor. Mi suegra pasó tres años a regañadientes, pero no hubo más remedio.
      Un abrazo.

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  2. Es una reflexión interesante. A mí no me importa pagar impuestos europeos, pero me da rabia conseguir servicios africanos, con perdón. No sé quién cuidará de nosotros en nuestra vejez. Pero hay la vejez lúcida, por ejemplo la de la suegra de un hermano, con 97 años y está muy bien de memoria y actitud, y hay la vejez demenciada, por ejemplo la suegra de una hermana, con 84 tan sólo pero con alzheimer. Ambas están en casa, al cuidado de hijos. Creo que la segunda debería estar en una residencia, porque está agotando a su hijo y a mi hermana. Yo estoy porque estén en casa siempre que sea posible, y en la residencia cuando peligre la salud mental de quienes les cuidan

    Me ha encantado el párrafo último, alguien, lejano, canta. Un abrazo

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    1. Creo que es lo que todos deseamos. Llegar, pero llegar con calidad. No ser un carga para nadie.
      Y ¿sabes quién canta? Es la voz de mi madre.
      Gracias.

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  3. ¿Quién me cuida a mi?
    Pues la persona que mejor podría cuidarme, mi menda lerenda...jajaja
    Arduo y escabroso tema el que tocas, hay demasiados problemas que resolver, lode las residencias no es nada deseable, conozco gente que trabaja en ellas y lo que cuentan, la verdad es que no es nada agradable, sobre todo de los que no se valen por si mismos, en fin, a ver que pasa y en ultimo caso, siempre están las pastillas para dormir eternamente, en el peor de los casos, si es que uno razona para ese momento, claro... :)
    De momento, yo no tengo demasiados problemas, claro que a los 77 soy un chaval...jajaja
    Besos y salud

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    1. Estaba pensando en ti cuando escribí la entrada, pensaba "no sé como le va a sentar a Genio..." tú te vales perfectamente y desde luego nadie te va a cuidar mejor que tú mismo. Lo has demostrado muchas veces.
      Y lo seguirás demostrando.
      Abrazos azules.

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  4. Ese es el verdadero problema: la SOLEDAD, si esta no existiera, tampoco existirían muchas de las enfermedades que aquejan a los ancianos.

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    1. La soledad cuando es impuesta, es muy dura, pero hay quien prefiere estar solo y hacer lo que quiera, como el caso de mi suegra. Aunque al final no fue así y ni te imaginas lo que pasamos.
      Abrazos.

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    2. La soledad no es el único problema, si el anciano de dependiente para muchas tareas de la vida cotidiana no puede vivir solo.

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  5. Tampoco me gusta la palabra "anciano", hay otras más reales. Dicen las estadísticas que los españoles somos los europeos que tenemos la esperanza de vida más alta, pero con una calidad peor. Viejos y enfermos, con lagunas en la memoria, dolencias varias, medicamentos excesivos, y soledad, porque los vejez es mala compañera y nadie la frecuenta.
    Guarderías para los niños y asilos para los viejos y es que el ritmo es trepidante y no nos podemos detener. Nuestros padres cuidaron en casa de los suyos y los niños no iban a la guardería. ¿Eran mejores personas? No, rotundamente no, los niños crecían en la calle y los abuelos sentados en una butaca, se les daba comida muchas veces no apta para su edad y algo de compañía pero ni se les bañaba cada día ni se les llevaba al dentista o al oculista, claro que entonces a los 60 o 65 morían. Espero que me cuiden en una residencia, me parece lo más razonable y adecuado.
    Te he gastado el blog, me he puesto a escribir y no me he dado cuenta. Un abrazo de otoño, o sea de oro

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    1. Comentario completo y de lo más razonable. Pese a todo, nuestros mayores están más atendidos que antes.
      Cuando pidas la plaza, pide otra para mí.
      Abrazo otoñal.

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    2. Totalmente de acuerdo con Ester. es lo más lúcido que he leído. Residencia no es sinónimo de abandono.

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  6. Hay muchas maneras de llegar a la vejes, el problema surge cuando no se llega con buena salud.
    Es cierto que la población envejece y será necesario que los políticos tomen conciencia del problema antes de que sea tarde, sabiendo de antemano que la solución de ese problema será vía impuestos.
    Un abrazo.

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    1. Más años con peor calidad de vida. Nadie sabe lo que le espera pero créeme, todos se lavan las manos cuando pides ayuda, éste es el país del papeleo y todo son listas de espera. Un desastre.

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  7. Cuando estoy a punto de alcanzar esos años de media de los que hablan las estadísticas, en lo único que pienso es en no ser una carga para ninguno de los que quiero.
    La vida que les resta a los míos deben vivirla, sin que yo sea un lastre para su felicidad.
    Besos.

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    1. De acuerdo totalmente y espero que llegues lo más lúcido y mejor posible.
      Abrazo otoñal.

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  8. Comienzo melancólico con una leve sonrisa en la primera parrafada.
    Palabras que vuelan, como las hojas de otoño:
    soledad, vejez, dificultades de movilidad, pérdidas de memoria, sillas de ruedas, pañales...
    Y llegan los traviesos duendes que vuelven a lanzar esas hojas secas que buscan pero no encuentran aquella sonrisa perdida del abuelo, abandonado en un rincón de una destartalada residencia.

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    1. Se te ha olvidado una cosa, profe, que alguien canta a lo lejos. Es la voz de mi madre.

      Mil abrazos.

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  9. Lo has escrito fenomenal, todo lo que cuentas es la pura realidad aunque nos cueste pensar en ella, reflexionar sobre nuestro futuro y afrontar lo que, más pronto o más tarde, nos espera a todos.
    Años atrás, los padres mayores eran cuidados en casa por sus hijos, en aquél entonces era impensable dejarlos en manos de otros cuidadores, era como una obligación movida por el respeto y cariño.
    Hoy, como todo ha cambiado tanto, ignoro si mis hijos, llegando el día, podrán cuidarme al estar todos trabajando.
    Abrazos y cariños.
    kasioles

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    1. Y en la misma situación estamos todos. No me gustaría imponer ninguna obligación, prefiero estar en mi casa mientras se pueda, después que me lleven donde quieran.
      Es todo un problema.
      Un abrazo amiga.

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    2. Sí, es todo un problema
      Un abrazo ¡Mi niña!

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  10. Pues yo pienso muchas veces en que la vida va pasando muy rápido y llegará un momento en que ya necesitaré ayuda. Me gustaría estar siempre en mi casa, en mi entorno. Las residencias no me gustan mucho aunque son necesarias.Me tranquiliza haber cuidado a mí madre en casa rodeada de cariño hasta el final.
    Muy real lo que expones.
    Un abrazo grande.

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    1. Yo también la cuidé, no hubo tiempo de llevarla a un centro de Alzhéimer, una neumonía se la llevó en silencio y cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde.
      Muy triste Amalia.

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  11. Efectivamente en muchas familias que uno de sus miembros llegue a ser dependiente es un problema, unas veces porque no saben o no pueden cuidarlos pero lamentablemente otra gran parte de las veces el problema es la falta de cariño. Cuando estás en una residencia y escuchas a los residentes te das cuenta que la sangre solo es el líquido que corre por las venas, pero en absoluto une a las personas. Un saludo.

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  12. Lo sé muy bien, me he pasado tres años visitando a mi suegra, a veces era tan deprimente que salía llorando de allí. Y ni siquiera mi profesión pudo hacerme fuerte.
    Gracias, un abrazo.

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  13. Siempre es una incógnita porque las residencias estatales son insuficientes. Si los políticos tuvieran sueldos de mil euros sí se preocuparían. En Valencia hay mas de tres años de espera para entrar en los Ancianos desamparados.
    Y los cipreses andan tan erguidos porque, como dice Gironella, los cipreses creen en Dios.

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    1. Insuficientes, con largas listas y tienen que valorar el grado de minusvalía que tiene el paciente.
      Tres años mínimo y cuando te avisan, muchos ya no están.
      Queramos o no la vejez es un problema en aumento porque vivimos más.
      José María Gironella tenía razón.
      Gracias por venir.

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    2. Ademas, si cuando te llaman no eres autosuficiente, te rechazan.

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  14. Airblue, es una entrada muy interesante. Ahí persona que no están preparada para ir a una residencia pero creo que es lo más apropiado cuando uno no, se vale por si mismo. A lo mejor como estamos en puertas de el avance de la tecnologia en el tema de los robótica, hay robot especialista en labores domesticas. Creo que ahora mismo las residencia son muy escasas, y los que trabaja en ellas esta que no pueden mas.
    Buen fin de semana! Un abrazo de luz. Namasté.

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    1. Habrá soluciones pero para el gobierno no es un tema prioritario. Con dinero se soluciona parte, sin cariño y soledad se sufre de todas las maneras.
      Namasté Cristina.

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  15. Yo no estoy preparada para afrontar este tema. He cuidado a todos mis viejos antes de que partieran. No deseo que nadie tenga que cuidarme a mí, me moriría de tristeza de provocarles todo lo que se siente y los asilos son feísimos acá. Así que me estoy portando muy bien, pidiendo al cielo que por buena conducta, cuando sea, yo muera de manera fulminante.
    Besos con azul pálido y tristón por el tema. Pero con gran cariño.

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  16. No me extrañan mi niña, yo también he cuidado a mi gente, con la última lo pasamos fatal porque no quería salir de su casa, la llevamos a un sitio privado con todas las comodidades y siempre la dejábamos llorando, se me partía el corazón.
    Aquí hay de todo, por lo general son buenos sitios, pero tristes por el ambiente,
    A mi no me importa que me lleven donde sea.
    Es triste el tema, pero es real.
    Cesto con estrellas y anís desde este Madrid lluvioso.

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  17. Muchas gracias por pasar y comentar. Tengo algo abandonados los blogs. No me alza el tiempo precisamente por todo lo que cuentas por aquí. Aunque tengas quien les cuide es una tremenda responsabilidad y peso que arrastras, sobre todo cuando tu también estás para que te cuiden casi. En dos blogs publico algo de tarde en tarde. Únicamente sobrevive el de los viajes porque básicamente es fotografía y el de cocina porque tenemos que comer. Una alegría saludarte😘😘😘
    Muy buena pregunta y creo que tengo bastantes respuestas

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  18. La lectura de tu entrada, me ha emocionado, porque esa misma pregunta la he pensado muchas veces, Nada es como era antes, ahor sabes que tu última morada sino te mueres repentinamente, es esperar mirando por una ventana y esperando que alguien te recuerde y te vaya a ver. Es cierto que es un tema muy doloroso, yo al menos pienso que debe ser así, mi padre murió repentinamente en mis brazos, estábamos hablando y se le paró enl corazón.
    Y eso es lo que le pido a Dios, que cuando tenga que pasar a la otra orilla, sea repentinamente. Has tocado un tema muy duro, pero real, tan real, que creo que es el que nos espera a muchos de nosotros.
    MIentras podamos, vivamos sembrando esperanzas y amor, esto sí nos llena el alma de felicidad.

    Abrazos con cariño.

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  19. Es un tema duro que no te planteas hasta que llega el momento de cuidar de tus mayores.
    Y desgraciadamente la realidad supera a la ficción.
    Gracias por tu comentario.

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  20. Este tema es muy espinoso, porque personalmente no creo que haya recursos en los estados para pagar cuidadores o residencias gratuitas.

    Evidentemente en una sociedad individualista, sólo sólo parece tener cabida en que tengas y ganes dinero , las personas dependientes o enfermas lo tienen y tendrán ceudo.

    La verdad lo iddal sería morirse antes de llegar a eso, a morir abandonados,
    Y posiblemente se llegue a eso, modificar la ley para que el que ya no se sienta útil " pueda descansar en paz en la otra vida".

    Porque en esos casos solo los que tengas una posición económica fuerte podrán asumir los costes de sus cuidados cuando ya no se valgan por sí mismos.

    Pareciera duro, pero tal y como está la cosa..

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  21. Tu entrada es tan real como la vida misma.
    Y no te falta razón en lo que dices ¿Quién cuidará de nosotros cuando todos los de casa están trabajando?
    Es un tema, tan aterrador, que para evadirnos no queremos reflexionar sobre él.
    Pero todos sabemos que el tiempo no para, que el día de necesitar ayuda llega y...
    De momento sólo queremos vivir el presente y no pensar.
    Si de algo me siento orgullosa y en paz, es de haber tenido el privilegio de cuidar a mi madre, cuando lo ha necesitado, y a mi marido.
    Agradezco las palabras de cariño que has dejado en mi espacio.
    Abrazos.
    kasioles

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  22. Nos has dejado un tema duro pero real y presente , porque sino ocurre una desgracia todos llegaremos ..
    La vida y la sociedad ha cambiado unas cosas para bien otras no tanto , recuerdo a mis abuelos con sus hijos y atendidos con todo el amor del mundo y ahora cuando pienso en las personas que no tienes esa compañía me da mucha pena , porque para mi el mayor mal de la vejez es la soledad y falta de cariño entre otras muchas cosas ..Cuidemos de ellos como se lo merecen .
    Un abrazo y me gusto mucho la entrada triste pero real .

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