No sé si os habéis parado a pensar cuantas personas son víctimas de algo que la mayoría de las veces, o pasa desapercibido o no se le da la importancia debida, pero puedo asegurar que es un mal que llega a mediatizar la vida hasta el punto de convertirse en una obsesión crónica y muy desagradable.
Me refiero a la Hipocondria.
El término procede del griego, hipocondrio: región epigástrica situada debajo de las costillas falsas, donde se suponía que se localizaba el problema. Pensaban que el mal comenzaba ahí.
Muchos famosos del pasado -y del presente- han sido, o son, ilustres hipocondríacos: Kant, Darwin, Allan Poe o Woody Allen.
Es un trastorno mental incluido en el manual de diagnóstico DSM-IV, ( Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders ), en español Manual diagnóstico y estadística de los trastornos mentales) que se describe como el miedo a tener o la convicción de padecer una enfermedad grave a partir de los síntomas observados por el propio enfermo, en el que la preocupación persiste a pesar de la realización de pruebas objetivas por prescripción médica y que provoca un deterioro social, personal, laboral y general en la persona enferma.
La interpretación de cualquier signo corporal como algo negativo desencadena esta patología. Los que la padecen piensan que un lunar es un cáncer de piel, que una jaqueca es un tumor cerebral o que la alteración del ritmo intestinal es una grave enfermedad de colon. Cuando acuden al médico y éste les explica que no es así, no se lo creen y siempre piensan que no les entienden o que se han equivocado porque ellos "saben que tienen algo". Existe también el caso contrario, en el que los afectados no van al médico porque (piensan) "me van a encontrar una enfermedad " y los que no se medican porque "los medicamentos tienen efectos adversos".
Epidemiológicamente se ha demostrado que hasta un 70% de la población padece en algún momento de su vida síntomas relacionados con esta patología. Es más frecuente en hombres y en la edad adulta, aunque puede originarse tras un proceso traumático en la infancia por la enfermedad de un familiar cercano. Además, la prevalencia y gravedad de la patología se incrementan con la edad y con los problemas de salud, tanto propios como de las personas que les rodean. También se relaciona con el ambiente familiar, pues la interpretación negativa de los signos corporales leves se transmite de unos miembros a otros.
El principal síntoma es la preocupación exagerada por la propia salud, teniendo controladas todas sus constantes vitales -pulso, tensión arterial o temperatura corporal, por ejemplo- y las situaciones habituales de su vida: digestiones, horarios de descanso, etc. Se manifiesta con dolores en zonas diferentes del cuerpo (cabeza, abdomen, garganta, tórax, etc...), cansancio persistente, síndrome de colon irritable, taquicardia, dolor precordial, vértigos, mareos, visión de moscas volantes, alteraciones del sueño, etc. La persona se sugestiona con su "enfermedad" y considera que sus molestias -por ejemplo, una mala digestión- son el inicio de una grave patología. Su vida se reduce a cuidarse obsesívamente, renunciando a cualquier alteración del ritmo normal para no "empeorar".
La actitud constantemente negativa ante la salud que adoptan como forma de vida, influye en su sistema inmunitario, que se debilita y los hace vulnerables, pudiendo padecer con mayor facilidad una enfermedad orgánica real. Son pacientes que circulan por distintos especialistas a los que van describiendo sus síntomas y, a medida que les hacen pruebas y les rebotan de uno a otro, se convencen más de la gravedad de su mal. Sufren realmente, por lo que deben ser tomados en serio y tratados adecuadamente. La familia debe ser paciente y ayudarlos hasta llegar al diagnóstico preciso.
La etiología (causas) de la hipocondría es muy variada, entre otras, las siguientes: recibir demasiada información alarmante sobre enfermedades. No soy partidaria de utilizar los medios de comunicación, como la televisión por ejemplo, para que los médicos den clase de medicina sin tener en cuenta que mucha gente es totalmente lega en los temas de salud, que pueden crear confusiones involuntarias pero importantes, o que se conviertan programas de radio en consultas médicas utilizando el teléfono o por vía e-mail. Siento decirlo pero no me parece nada acertado.
Otras causas : la educación excesivamente proteccionista, traumas relacionados con la enfermedad o la muerte, haber padecido síndromes graves durante la infancia, utilizar la enfermedad para llamar la atención de los demás o la interpretación incorrecta de síntomas.
El diagnóstico correcto es fundamental para evitarles sufrimientos, siendo lo primero descartar la existencia de una enfermedad física. Si el paciente no mejora tras la explicación del especialista y el problema persiste en el tiempo (unos 6 meses de cronicidad), debe estudiarse desde el punto de vista psicológico, excluyendo otras patologías de base. Hay que señalar que, a veces, la hipocondría es síntoma de una depresión endógena y puede llegar a conformar una verdadera paranoia si no es tratada.
La evolución es crónica, con fluctuaciones. Se calcula que un 5% de los pacientes se recuperan de forma plena y permanente, quedando el resto limitados para afrontar situaciones vitales complejas.
El tratamiento puede iniciarse con fármacos ansiolíticos -siempre bajo prescripción médica- para reducir la gran ansiedad que padecen, porque la padecen y mucho. Lo más adecuado es aplicar una terapia cognitivo-conductual para eliminar el miedo a la enfermedad y a la muerte, planteando mecanismos que les permitan enfrentarse a esas situaciones y a otras del futuro (muerte de un familiar, pérdida de trabajo, divorcio, etc...) que provocarían la recaída en su hipocondría. Estas terapias, bien aplicadas, mejoran la calidad de vida de los enfermos y de las personas que conviven con ellos, les permiten manejar bien la ansiedad y transformar las sensaciones negativas en positivas haciéndose menos sensibles a sus temores.
El término procede del griego, hipocondrio: región epigástrica situada debajo de las costillas falsas, donde se suponía que se localizaba el problema. Pensaban que el mal comenzaba ahí.
Muchos famosos del pasado -y del presente- han sido, o son, ilustres hipocondríacos: Kant, Darwin, Allan Poe o Woody Allen.
Es un trastorno mental incluido en el manual de diagnóstico DSM-IV, ( Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders ), en español Manual diagnóstico y estadística de los trastornos mentales) que se describe como el miedo a tener o la convicción de padecer una enfermedad grave a partir de los síntomas observados por el propio enfermo, en el que la preocupación persiste a pesar de la realización de pruebas objetivas por prescripción médica y que provoca un deterioro social, personal, laboral y general en la persona enferma.
La interpretación de cualquier signo corporal como algo negativo desencadena esta patología. Los que la padecen piensan que un lunar es un cáncer de piel, que una jaqueca es un tumor cerebral o que la alteración del ritmo intestinal es una grave enfermedad de colon. Cuando acuden al médico y éste les explica que no es así, no se lo creen y siempre piensan que no les entienden o que se han equivocado porque ellos "saben que tienen algo". Existe también el caso contrario, en el que los afectados no van al médico porque (piensan) "me van a encontrar una enfermedad " y los que no se medican porque "los medicamentos tienen efectos adversos".
Epidemiológicamente se ha demostrado que hasta un 70% de la población padece en algún momento de su vida síntomas relacionados con esta patología. Es más frecuente en hombres y en la edad adulta, aunque puede originarse tras un proceso traumático en la infancia por la enfermedad de un familiar cercano. Además, la prevalencia y gravedad de la patología se incrementan con la edad y con los problemas de salud, tanto propios como de las personas que les rodean. También se relaciona con el ambiente familiar, pues la interpretación negativa de los signos corporales leves se transmite de unos miembros a otros.
El principal síntoma es la preocupación exagerada por la propia salud, teniendo controladas todas sus constantes vitales -pulso, tensión arterial o temperatura corporal, por ejemplo- y las situaciones habituales de su vida: digestiones, horarios de descanso, etc. Se manifiesta con dolores en zonas diferentes del cuerpo (cabeza, abdomen, garganta, tórax, etc...), cansancio persistente, síndrome de colon irritable, taquicardia, dolor precordial, vértigos, mareos, visión de moscas volantes, alteraciones del sueño, etc. La persona se sugestiona con su "enfermedad" y considera que sus molestias -por ejemplo, una mala digestión- son el inicio de una grave patología. Su vida se reduce a cuidarse obsesívamente, renunciando a cualquier alteración del ritmo normal para no "empeorar".
La actitud constantemente negativa ante la salud que adoptan como forma de vida, influye en su sistema inmunitario, que se debilita y los hace vulnerables, pudiendo padecer con mayor facilidad una enfermedad orgánica real. Son pacientes que circulan por distintos especialistas a los que van describiendo sus síntomas y, a medida que les hacen pruebas y les rebotan de uno a otro, se convencen más de la gravedad de su mal. Sufren realmente, por lo que deben ser tomados en serio y tratados adecuadamente. La familia debe ser paciente y ayudarlos hasta llegar al diagnóstico preciso.
La etiología (causas) de la hipocondría es muy variada, entre otras, las siguientes: recibir demasiada información alarmante sobre enfermedades. No soy partidaria de utilizar los medios de comunicación, como la televisión por ejemplo, para que los médicos den clase de medicina sin tener en cuenta que mucha gente es totalmente lega en los temas de salud, que pueden crear confusiones involuntarias pero importantes, o que se conviertan programas de radio en consultas médicas utilizando el teléfono o por vía e-mail. Siento decirlo pero no me parece nada acertado.
Otras causas : la educación excesivamente proteccionista, traumas relacionados con la enfermedad o la muerte, haber padecido síndromes graves durante la infancia, utilizar la enfermedad para llamar la atención de los demás o la interpretación incorrecta de síntomas.
El diagnóstico correcto es fundamental para evitarles sufrimientos, siendo lo primero descartar la existencia de una enfermedad física. Si el paciente no mejora tras la explicación del especialista y el problema persiste en el tiempo (unos 6 meses de cronicidad), debe estudiarse desde el punto de vista psicológico, excluyendo otras patologías de base. Hay que señalar que, a veces, la hipocondría es síntoma de una depresión endógena y puede llegar a conformar una verdadera paranoia si no es tratada.
La evolución es crónica, con fluctuaciones. Se calcula que un 5% de los pacientes se recuperan de forma plena y permanente, quedando el resto limitados para afrontar situaciones vitales complejas.
El tratamiento puede iniciarse con fármacos ansiolíticos -siempre bajo prescripción médica- para reducir la gran ansiedad que padecen, porque la padecen y mucho. Lo más adecuado es aplicar una terapia cognitivo-conductual para eliminar el miedo a la enfermedad y a la muerte, planteando mecanismos que les permitan enfrentarse a esas situaciones y a otras del futuro (muerte de un familiar, pérdida de trabajo, divorcio, etc...) que provocarían la recaída en su hipocondría. Estas terapias, bien aplicadas, mejoran la calidad de vida de los enfermos y de las personas que conviven con ellos, les permiten manejar bien la ansiedad y transformar las sensaciones negativas en positivas haciéndose menos sensibles a sus temores.
Atención especial merecen los niños. Cuando se quejan reiteradamente de dolor de barriga, molestias musculares o catarros y lo relacionan con el deseo de no ir al colegio, debemos pensar en una fobia escolar. Es necesario acudir al pediatra para que descarte la existencia de una patología orgánica y nos dé las pautas de actuación, entre las que se incluye acudir a un especialista que le ayude a superar esa fobia, evitando así que se transforme en hipocondría a medida que crece. El tratamiento debe basarse en la psicoterapia, no en la toma indiscriminada de fármacos.
Enfermos imaginarios en la cultura
El caso más conocido es el del personaje de Molière, descrito en su obra "El enfermo imaginario" (Le Malade imaginaire, 1666), pero existen numerosos ejemplos, ficticios y reales, de esta patología en la cultura y la historia.
El poeta español Carlos Barral describe en uno de sus poemas la raíz del problema hipocondríaco, el miedo, verdadero fundamento de esta patología:
"El miedo, tan extraño,
decrépito, infantil, peor que lo temido."
decrépito, infantil, peor que lo temido."
Una extendida leyenda sobre Marcel Proust le atribuye la creencia de que cada día era su último día, y el mismo Juan Ramón Jiménez creía que padecía locura.
Manuel de Falla dejó inacabada su última obra, "La Atlántida", basada en un poema de Jacinto Verdaguer, debido a las limitaciones que le ocasionaron sus numerosos episodios de hipocondría, se obligaba a largos rituales de lavado, hervía el agua de bebida y se automedicaba.
También existe constancia de actitudes similares en Charles Darwin. Pío Baroja que padeció de un cierto grado de hipocondría, en sus memorias pueden encontrarse numerosas referencias al descontento con su cuerpo, torpe y poco agraciado. Esa frustración o insatisfacción con el propio cuerpo parece ser otro factor trascendente en el desarrollo de la enfermedad.
Como ya hemos dicho, el tratamiento básico consiste en perder el miedo a la enfermedad y a la muerte. Muchas veces la propia angustia producida por el pensamiento de estar enfermo, como sensación desagradable e incontrolable, se convierte en el desencadenante de dicho miedo. Para conseguir la desaparición de estos temores, se emplea la desensibilización en la imaginación a situaciones temidas y evitadas, para que finalmente el paciente pueda acercarse a ellas sin angustia y sin miedo.
El paciente puede entonces comenzar a reinterpretar sus sensaciones corporales y sentir también aquellas que son agradables o neutras y su cuerpo deja de ser una fuente de dolor o temor y se puede convertir en un generador de placer y confianza.
El paciente puede entonces comenzar a reinterpretar sus sensaciones corporales y sentir también aquellas que son agradables o neutras y su cuerpo deja de ser una fuente de dolor o temor y se puede convertir en un generador de placer y confianza.
Una sonrisa es un modo económico para mejorar tu aspecto.
Dedicado a todos aquellos que han padecido y padecen esta sintomatología y perdonad mi extensión.
Debe ser una situación agotadora, atribuir cualquier molestia a una enfermedad grave, mi suegro se tomaba cualquier medicamento que se tomara otro, un amigo, familiar, compañero de trabajo... pero no iba al médico.
ResponderEliminarnos has puesto al corriente y ahora ya tenemos información por si conocemos a alguien que sufra de esa alteración. Lo que si conocía son los casos de "los enfermos imaginarios de la cultura" pero ha sido un colofón perfecto para una disertación seria sobre el tema. Un abrazo chica lista
Tu suegro era el típico hipocondríaco que rebañaba el botiquín para evitar ir al médico. Pero te aseguro que los hay peores.
EliminarSe pasa muy mal.. abrazos.
Un fuerte abrazo, deseando que nunca nos vaya a dar por eso tan desagradable.
ResponderEliminarSeguro que no, Sara, tú vives rodeada de estrellas.
EliminarUn abrazo lleno de salud.
Creo que casi todos hemos sentido alguna vez esa patología, sobre todo ante un dolor desconocido. Magnifica lección sobre la hipocondria.
ResponderEliminarAbrazos.
Seguro y es normal siempre que no se convierta en una obsesión. Es entonces cuando enfermamos. Gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Ha de ser muy angustiante. He conocido a un par y son agotadores para los demás, así que pare ellos mismos, será de verdad un infierno.
ResponderEliminarPor un jueves sin síntomas de nada. Un abrazo
La hipocondría mediatiza la vida de quien la padece y para los que tiene alrededor también es horrible, hay que tener mucha paciencia porque lo pasan muy mal.
EliminarSalud y un abrazo.
Muy interesante. Un beso
ResponderEliminarGracias, Susana, me alegra tu comentario.
EliminarRecuerdo un cliente que teníamos, llamado Alfonso, que si alguien a su alrededor decía que le dolía una pierna, el contestaba que durante la noche no había podido dormir por el mismo dolor que aquejaba al amigo.
ResponderEliminarY no solo eso, se buscaba en los bolsillos y le daba una medicina que, según sus palabras, era "mano de santo", para ese dolor.
Besos.
Es otra vertiente, se automedican y recomiendan a los demás. Son enfermos imaginarios que somatizan todo.
EliminarUn abrazo y gracias Juan.
Magnífico post, querida amiga. Creo que, en mayor o menor medida, algunos lo hemos padecido o vivido de cerca. Me ha parecido muy interesante todo lo que nos has documentado.
ResponderEliminarY como bien nos dejas de colofón, te mando sonrisas y abrazos, y te deseo un muy feliz día 😘
Cierto, es fácil caer en la hipocondría, a veces por falta y otras por demasiada información y sin base de medicina.
EliminarFeliz fin semana amiga.
Yo creo que todos somos un poco hipocondríacos, al menos en determinados momentos o situaciones. El miedo a la enfermedad y a la muerte es común en las personas. ¿Quién no lo ha sentido alguna vez? El problema aparece cuando ese miedo se hace obsesivo y no deja vivir, entonces la hipocondría es una enfermedad que hay que tratar.
ResponderEliminarEs lo que creo, no soy médico, es solo mi modesta opinión.
Un abrazo.
La falta de conocimientos y el miedo a perder la salud generalmente van unidos. Cualquier obsesión es mala y como bien dices es normal temer a la enfermedad y a la muerte, siempre que sea verdadero y no imaginario.
EliminarUn abrazo.
Sufrir cualquier mal ya de hecho es triste.
ResponderEliminarBesitos y muy bien que nos compartas este escrito,
Gracias :0)
La hipocondría es una enfermedad mental que pocos saben que la padecen.
EliminarGracias a ti
Realmente interesante y he de confesar que aunque yo sobrevivo hace ya muchos años a un colon irritable, no tengo miedo a la muerte. Voy a cumplir 85 años y tengo los temas propios de la vejez y, recientemente, se ha desatado en mi una envidia: envidio a todo aquel que se muere antes de cumplir los ochenta porque creo -con razón- que ya no se mejora y que solo se puede empeorar. Todavía conservo mi independencia, ¿soy hipocondriaca? sería un descubrimiento. Un abrazo y muchas gracias por la información, me quedo con la duda... menos mal que la tensión y el tiroides no entran,,, estaría ya pidiendo hora para el psicologo, ja, ja,ja.
ResponderEliminarYa te contesto yo a tu pregunta. NO eres hipocondríaca ni lo serás.
EliminarEs una gran suerte saber aceptar los achaques y llevarlos con dignidad.
Un abrazo.
Pues esa pobre gente que sufra de hipocondría lo debe de pasar fatal, lagarto, lagarto, como decía mi vieja cuando quería alejar algún mal... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Es normal preocuparse por la salud,Genio, pero nunca obsesionarse, son personas que no son felices y agobian y desesperan a los demás.
ResponderEliminarSalud a raudales par ti, amigo.
Después de varios casos de enfermedad muy cercanos , ahora tengo un poco de miedo cuando me hacen alguna prueba. Lo paso mal hasta saber los resultados.
ResponderEliminarPor lo demás, no creo ser hipocondríaca. Tiene que ser terrible .
Muy de agradecer tu información tan excelente .
Te mando un abrazo grande.
Pues en casa del herrero... cuchillo de palo. Debería ser todo lo contrario pero soy humana y lo paso mal antes, durante y hasta tener los resultados de las pruebas. Eso no es hipocondría, es algo lógico.
ResponderEliminarLa obsesión por la salud, el creerse enfermo siempre, el no pisar una consulta, automedicarse y muchas cosas más, es un verdadero suplicio.
Un grandísimo abrazo Amalia, te tengo mucho aprecio.
Tiene que ser horrible padecerlo. Lo cierto es que con todas las noticias que se oyen por los medios de las enfermedades que existen, las personas que nos rodean que de repente padecen de algo... lo normal es que cuando estornudamos pensemos en que algo malo tenemos. Es difícil abstraerse de tanto mal como verdaderamente hay y caer en la hipocondría resulta hasta fácil.
ResponderEliminarSAludos.
Tanta información médica nunca es bueno. Puede hacer daño a personas sensibles. En cambio estoy a favor de la prevención y profilaxis. Se salvan muchas vidas.
ResponderEliminarGracias y un abrazo.
Es normal que como seres humanos tengamos miedo a las enfermedades, pero también es verdad que hay un miedo colectivo en el ambiente a padecer una enfermedad, impresionante. Solo hay que observar que con todas las personas que hablas solo te saben hablar de su enfermedad. Cuando alguien tiene una enfermedad crónica, en algún momento de nuestra existencia hemos deseado desaparecer de esta vida, no es nada malo desear morir, somos seres divinos viviendo una experiencia humana, y es normal que añoremos volver a nuestro estado natural. Pero también hay ángeles disfrazados de seres humanos, que nos recuerda que en realidad nunca estamos solos, y que hay una fuerza mayor que nos apoya incondicionalmente. Y nos muestra con claridad que por más difícil que sea la situación por la que estamos pasando, siempre nos llegará la ayuda necesaria para superarla.
ResponderEliminarUn abrazo de luz. Namaste.
Tu comentario además de real es precioso.
ResponderEliminarHas pueto el broche de oro final.
Gracias Cristina, un abrazo lleno de tu luz.
Hola Airblue, esperemos no contagiarnos amiga...
ResponderEliminarPero es tan humano tener ese puntito de miedo, que seguramente es el que nos salva de caer al precipicio, lo malo es cuando ese temor aparece como enfermedad.
Gracias amiga por tan valiosa información.
Un beso y feliz día.
Es humano pero cuando es obsesivo se enferma. No es fácil tratar a un hipocondríaco, se ciegan y creen que siempre están enfermos.
EliminarOjalá la psiquiatría avance y encuentre la terapia adecuada.
Un abrazo amiga.
Estamos en la era de la información. Es tan fácil meterse en Internet y averiguar sobre cualquier enfermedad y sus soluciones que acabamos padeciendo de todo, pero es curiosa esa tendencia del ser humano de la que tú hablas, ha existido siempre. Muy completa exposición del problema. Un abrazo.
ResponderEliminarLa información es buena cuando quien la busca tiene los conocimientos suficientes para asimilar y concretar, cuidado con internet, muchas veces hace daño y es una de las fuentes que más hipocondría está causando.
EliminarGracias por tu comentario. Un saludo.
Que pena los que la padecen, no disfrutan la vida y se sienten vulnerables todo el tiempo!!, realmente es un tema serio que debe ser tratado con terapia, para poder ayudarlos, antes que la preocupación excesiva los enferme de verdad. Un abrazo
ResponderEliminarEs un tema que pasa desapercibido hasta que el paciente llega a sufrir un martirio. Elos no son conscientes del daño, los de su entorno sí, y tienen que cargarse de paciencia. Necesitan mucha ayuda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Air.Un Tema de gran interés. Pienso que estas personas sufren un gran Desgaste vital,su Cerebro llega a creer que están realmente enfermos, al ser un preocupación que ocupa parte de su vida,su Salud Real acaba resintiéndose. Primero, creen que tienen alguna Patología, Segundo, llegan a convencerse que el Médico no les entiende o no les hace caso, esta situación acaba minando su Mente y su Cuerpo. El preocuparse por unas molestias físicas no es malo, lo Malo es creer que cualquier síntoma es grave,... pensar que padecemos todos los males que vamos oyendo, y ademas corren el Peligro de tomarse medicamentos por su cuenta que realmente no necesitan. Un Abrazo
ResponderEliminarLo has descrito mejor que yo, en pocas palabras has resumido un mal que cuesta reconocer y ser reconocido por el propio paciente. Y como colofón hablas de las consecuencias como el automedicarse y aconsejar a los demás qué deben tomar.
ResponderEliminarUn gran abrazo amiga, algún día podremos darnos un abrazo.
He estado en sitios de blogs por un tiempo, y hoy sentí que debería compartir mi historia porque también fui víctima. Tuve VIH durante 6 años y nunca pensé que alguna vez obtendría una cura que tenía, y esto me hizo imposible casarme con el hombre con el que debía casarme, incluso después de 2 años de relación, rompió conmigo cuando Él descubre que yo era VIH positivo. Así que me enteré de la Dra. Itua en el sitio del blog, quien trató a alguien y la persona que compartió una historia de cómo se curó y dejo sus datos de contacto. Me puse en contacto con el Dr. Itua y él realmente lo confirmó y decidí intentarlo. también y use su medicina herbaria que fue como mi carga terminó completamente. Mi hijo pronto cumplirá 2 años y estoy agradecido a Dios y también a su medicina. Dr. Itua Can As Well Cure La siguiente enfermedad ... Enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Bechet, enfermedad de Crohn
ResponderEliminar, Enfermedad de Cushing, Insuficiencia cardíaca, Esclerosis múltiple, Hipertensión, Cáncer colorrectal, Enfermedad de Lyme, Cáncer de la sangre, Cáncer cerebral, Cáncer de mama, Cáncer de pulmón, Cáncer de riñón, VIH, Herpes, Hepatitis B, Inflamatorio del hígado, Diabetes, Fibroide, Obtenga su Ex Atrás, si lo tiene (solo comuníquese con él en drituaherbalcenter@gmail.com / info@drituaherbalcenter.com o Número de Whatsapp. + 2348149277967) También puede aconsejarle sobre cómo manejar algunos problemas conyugales. El es un buen hombre