Fría noche de enero, solitarias calles en las que el brillo de la escarcha anuncia un amanecer helado. Veo el techo de los coches cubierto con una boina blanca y aún queda alguna luz tenue en las casas. Tengo derecho a quedarme despierta hasta altas horas de la madrugada, nadie va a marcarme las horas de sueño, a nadie le importa si duermo o vigilo, entre otras cosas porque el silencio del momento me hace sentir bien, teniendo en cuenta la necesidad de un buen empujón de ánimo y nunca mejor que dando un paseo de la mano del recuerdo.
Sigue el invierno y a estas horas siento escalofríos y destemplanza.
Hace frío y me arropo en las sombras de la noche doblando su manto de estrellas y temblando coloco mi corazón al lado de la luna. Una luna velada por la niebla que mi propia mirada produce. Mis pensamientos me hacen dudar que haya un brillo especial en ellas, dudar que el sol vuelva a salir, dudar que la verdad sea una mentira disfrazada, sin embargo intuyo que mis sueños azules nunca desaparecerán.
Hace frío y me arropo en las sombras de la noche doblando su manto de estrellas y temblando coloco mi corazón al lado de la luna. Una luna velada por la niebla que mi propia mirada produce. Mis pensamientos me hacen dudar que haya un brillo especial en ellas, dudar que el sol vuelva a salir, dudar que la verdad sea una mentira disfrazada, sin embargo intuyo que mis sueños azules nunca desaparecerán.
Recuerdo ahora a mi padre que se fue una mañana de enero a un estudio llamado Eternidad, allí estará pintando un cielo nuevo para mi, igual que el color de sus ojos.
Decía Baudelaire, “La amplitud del cielo, la arquitectura movible de las nubes, las coloraciones cambiantes del mar, el centelleo de los faros, son un prisma maravillosamente apropiado para distraer la mirada sin cansarla jamás.”
Fría noche de enero, demasiado fría.
Hay una frialdad que cala a los huesos, de manera independiente a la temperatura. Cuando se juntan, parece un mal sueño.
ResponderEliminarUn abrazo
El frio que no se quita con una manta es un frio helador que necesita calor humano y compañia o acomodo de las nostalgias. Todas las noches tienen un amanecer y la luz nos devuelve la sonrisa de "no era para tanto" Un abrazo
ResponderEliminarEl frìo y la soledad no son buenas consejeras. Un beso
ResponderEliminarEspero que estés recuperándote favorablemente.
ResponderEliminarUn abrazo de luz muy grande para que sigas recuperándote.
Es que hay recuerdos que hielan el alma.
ResponderEliminarMaravilloso relato.
Besos.
Con esta manta que te traigo de cariño especial, todo será más ágil y llevadero. Aquí estoy contemplando esa vista invernal contigo.
ResponderEliminarMil abrazos azules.
También yo te mando mi cálido abrazo.
ResponderEliminarNieve, frío... y, parece ser, se aproxima lluvia.
Mi deseo de que todo vaya muy bien.
Con todo cariño.
Pero noche al fin y al cabo. Y eso ya es mucho.
ResponderEliminarBesos
Ahí te va mi calor amigo, un par de toneladas, creo que bastarán para que tengas el alma calentita, y7 los dedos sigan escribiendo tan maravillosamente... :)
ResponderEliminarBesos y salud
enamorate y tendras siempre calor
ResponderEliminarabrazos desde Miami
Sí son noches gélidas que hielan el alma. Te mando un abrazo cálido.
ResponderEliminarUn beso!
Thank you for your words I will visit your enchanted space
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