El mar... cuántos recuerdos desde que aquella niña con coletas de la mano de su padre, recorría la playa de Laredo, cuántos castillos en la arena y cuántos veranos han pasado ya. No lo sé, no quiero contarlos, no me apetece saberlo, casi es mejor guardarlos entre conchas y caracolas.
Ahora el mar tiene otros sabores distintos. Son sabores de experiencia, de madurez, de algo que se llama aferrarse a la vida para que puedas salvar los mayores maremotos que vayan llegando.
Este es mi mar. Qué importa no jugar con las olas como cuando era niña, lo importante es que siga calentando el sol todos los días y seguir teniendo un mínimo de ilusión por todo lo que tengo y me falte por tener.
Este es el PUNTO EXACTO donde encuentro el placer, el mar, el azul del cielo con nubes deshilachadas, la espuma de encaje de las olas, algas que se enlazan a mis pies y en medio de todo, yo, uniendo la infancia con la madurez.
Me encanta tu post, apreciar por tus palabras lo que te representa vivir ese mar, con todas sus bondades.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
He estado cerca de tí. Un beso
ResponderEliminarPuede cambiar el paisaje a nuestros ojos. Pero seguir siendo nuestro lugar. Besos
ResponderEliminarMe encanta esa reflexión, al fin y al cabo esas son las verdaderas palabras para llevar a efectos en tu pequeño análisis, todo lo demás es superfluo, lo que realmente llena y satisface son las ansias de vivir y de tener alguna ilusión por realizar, aunque está sea un sueño, de sueños también se vive y se disfruta.
ResponderEliminarBienvenida de nuevo y que esas ganas de vivir no falten.
Un gran abrazo.
Cuando estamos en la congoja y el desencanto a veces cuesta ver más allá, saber que todo son ciclos que nos permite seguir adelante con la esperanza, la confianza y la certeza que la dicha y el alivio están al llegar solo hay que seguir caminando.
ResponderEliminarAceptando el ciclo que nos toca vivir en cada momento pero sin dejar de caminar. Pero lo único realmente importante es expresar el Amor que somos, en cualquier situación que se nos presente. Sea un amanecer en el mar o quedarse embelesado mirando como se esconde el sol tras un rojizo cielo.
Cuídate mucho! un abrazo de luz.
Te dejo un abracito. Poco a poco, me voy incorporando.
ResponderEliminarFelices días.