Voz de mi hija.
Voz de mi hija.
domingo, 13 de noviembre de 2016
Homenaje a Leonard Cohen y su canción más representativa.
Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011
"Y entonces ya tenía una voz, pero no tenía el instrumento para expresarla, no tenía una canción.
Voy a contarles muy brevemente la historia de cómo conseguí mi canción.
Porque era un guitarrista mediocre, aporreaba la guitarra, solo sabía unos cuantos acordes. Me sentaba con mis amigos, mis colegas, bebiendo y cantando canciones, pero en mil años nunca me vi a mí mismo como músico o como cantante.
Pero un día, a principios de los 60, estaba de visita en casa de mi madre en Montreal. Su casa está junto a un parque y en el parque hay una pista de tenis y allí va mucha gente a ver a los jóvenes tenistas disfrutar de su deporte. Fui a ese parque, que conocía de mi infancia, y había un joven tocando la guitarra. Tocaba una guitarra flamenca y estaba rodeado de dos o tres chicas y chicos que le escuchaban. Y me encantó cómo tocaba. Había algo en su manera de tocar que me cautivó. Yo quería tocar así y sabía que nunca sería capaz.
Así que me senté allí un rato con los que le escuchaban y cuando se hizo un silencio, un silencio apropiado, le pregunté si me daría clases de guitarra. Era un joven de España, y solo podíamos entendernos en un poquito de francés, él no hablaba inglés. Y accedió a darme clases de guitarra. Le señalé la casa de mi madre, que se veía desde las pistas de tenis, quedamos y establecimos el precio de las clases.
Vino a casa de mi madre al día siguiente y dijo: “Déjame oírte tocar algo”. Yo intenté tocar algo, y él dijo: “No tienes ni idea de cómo tocar, ¿verdad?”. Yo le dije: “No, la verdad es que no sé tocar”. “En primer lugar déjame que afine la guitarra, porque está desafinada”, dijo él. Cogió la guitarra y la afinó. Y dijo: “No es una mala guitarra”. No era la Conde, pero no era una guitarra mala. Me la devolvió y dijo: “Toca ahora”. No pude tocar mejor, la verdad.
Me dijo: “Deja que te enseñe algunos acordes”. Y cogió la guitarra y produjo un sonido con aquella guitarra que yo jamás había oído. Y tocó una secuencia de acordes en trémolo, y dijo: “Ahora hazlo tú”. Yo respondí: “No hay duda alguna de que no sé hacerlo”. Y él dijo: “Déjame que ponga tus dedos en los trastes”, y lo hizo “y ahora toca”, volvió a decir. Fue un desastre. “Volveré mañana”, me dijo.
Volvió al día siguiente, me puso las manos en la guitarra, la colocó en mi regazo, de manera adecuada, y empecé otra vez con esos seis acordes –una progresión de seis acordes en la que se basan muchas canciones flamencas–. Lo hice un poco mejor ese día. Al tercer día la cosa, de alguna, manera mejoró. Yo ya sabía los acordes. Y sabía que aunque no podía coordinar los dedos para producir el trémolo correcto, conocía los acordes, los sabía muy, muy bien.
Al día siguiente no vino, él no vino. Yo tenía el número de la pensión en la que se hospedaba en Montreal. Llamé por teléfono para ver por qué no había venido a la cita y me dijeron que se había quitado la vida, que se había suicidado.
Yo no sabía nada de aquel hombre. No sabía de qué parte de España procedía. Desconocía porqué había venido a Montreal, porqué se quedó allí. No sabía porqué estaba en aquella pista de tenis. No tenía ni idea de porqué se había quitado la vida. Estaba muy triste, evidentemente.
Pero ahora desvelo algo que nunca había contado en público. Esos seis acordes, esa pauta de sonido de la guitarra han sido la base de todas mis canciones y de toda mi música. Y ahora podrán comenzar a entender las dimensiones de mi gratitud a este país.
Todo lo que han encontrado de bueno en mi trabajo, en mi obra, viene de este lugar. Todo lo que ustedes han encontrado de bueno en mis canciones y en mi poesía está inspirado por esta tierra.
Y, por tanto, les agradezco enormemente esta cálida hospitalidad que han mostrado a mi obra, porque es realmente suya, y ustedes me han permitido añadir mi firma al final de la página".
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Qué interesante. No conocía la historia. Un beso.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado. Merece la pena saberlo.
EliminarAyer estuve gran parte de la tarde releyendo este discurso y oyéndoselo Cohen en la entrega del premio. Lo comenté en las contestaciones de los comentarios de mi entrada y hoy me lo regalas tú de nuevo: Gracias.
ResponderEliminarEs una maravilla de sensibilidad, humildad y humanidad que cobra aún más valor en estos días.
¡Qué hombre!
Tenía que traerlo, me parece precioso y es un honor que nos hizo a los españoles.
EliminarUn abrazo Tracy.
Bonito homenaje hacia un maestro de la música y de las letras.
ResponderEliminarAdemás está muy bien que se haya conseguido cierta apertura en los premios literarios hacia los músicos que son también la poetas de nuestro tiempo, tan es así que a Bod Dylan le han premiado con el Nobel de literatura.
Encantado de conocer tu estupendo blog, te mando un saludo muy cordial.
Muchas gracias por tu visita. Nos deja un grande, pero queda su música y poesía.
EliminarLa música no tiene límites, ni fronteras, ni banderas.
Un saludo.
Un bello homeje el le haces.
ResponderEliminarSe ha ido uno de los grandes. Leonard Cohen ha inspirado, a seducido con su musica, poesía… se ha ido con la discreción y serenidad de las grandes personas.
Y aunque todo fuera mal, Estaré ante el Señor de la Canción, Y en mis labios no habrá otra cosa más que Aleluya.”
Un cálido abrazo
Has escogido la frase mejor y más apropiada de la canción. Muchas gracias.
EliminarLa verdad es que no era santo de mi devoción como músico, si como poeta, pero a estas alturas, que en paz descanse...
ResponderEliminarBesos y salud
Bueno, nunca llueve a gusto de todos, tenía una voz muy peculiar pero su música era buena.
EliminarAbrazos azules.
Tengo 4 sobrinos carnales nacidos y viviendo en Montreal.
ResponderEliminarNo sabía nada de esto, mi primo hermano Alfredo,no hemos tenido conversación sobre este Cantaautor.
Gracias Airblue por aumentar mis conocimientos musicales.
ya comentaré algo con él.
manolo
El hermano mayor de mi madre, mi tío Isaac, vivió más de treinta años en Montreal. Le gustaba Cohen.
EliminarGracias a ti por tu comentario.
Una interesante y triste historia.
ResponderEliminarLa desconocía por completo.
Te agradezco que, en su recuerdo, la hayas compartido con todos nosotros.
Te dejo un fuerte abrazo con mis cariños.
kasioles
Son las palabras que dijo cuando le dieron el premio Príncipe de Asturias en 2011.
EliminarMe encanta que te haya gustado.
Otro abrazo para ti.
¡Que hombre!¡Que voz!¡Que artista! Me gusta como has enfocado el post, has ido a la raiz de sus primeras experiencias con la música y a lo que ha sido la base de su desarrollo como artista.
ResponderEliminar¡Me gusta como lo has contado!
Un cariñoso abrazo.
Gracias Chela, si te ha gustado amiga, me has dado una buena inyección de optimismo.
EliminarEspero que te encuentres bien, un abrazo fuerte.
No está la foto de la Luna, pero igualmente la cabecera que tienes es maravillosa.
ResponderEliminarBesos.
Ah! perdón, está puesta en el sidebar.
Eliminar:-))
Un precioso homenaje con esta gran historia.
ResponderEliminarSu recuerdo quedará.
Un beso.
Una historia real, digna de un poeta.
EliminarAbrazos Amalia.
gracias por esta semblanza, algo que no se escucha todos los días, quien reconoce la valía de otras gentes o de otro país,,,,saludos
ResponderEliminarEs una preciosa historia que tenía que traer aquí.
EliminarGracias.
Muy merecido y bello homenaje a otro de los grandes, para que en el otoño caen como las hojas del árbol, pero por siempre serán recordados y su música acompañara nustros días.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar
Asi es, nos deja letras y música inolvidables.
EliminarUn abrazo para otra poeta.