Voz de mi hija.

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jueves, 11 de febrero de 2021

A flor de piel II

 


La sensibilidad es la capacidad que tenemos los seres humanos para percibir y comprender el estado de ánimo, el modo de ser y de actuar de las personas, así como la naturaleza de las circunstancias y los ambientes para actuar correctamente en beneficio de los demás. Y ante todo debemos distinguir sensibilidad de sensiblería, esta última siempre es sinónimo de superficialidad, cursilería o debilidad.

Ser sensible implica permanecer en estado de alerta de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, va más allá de un estado de ánimo como reír o llorar, sintiendo pena o alegría por todo.

Ser sensible no es signo de debilidad, no obstante, las personas prefieren aparentar ser duras para no involucrarse en temas que suponen ajenos a su responsabilidad y competencia. De esta manera, las aflicciones y los padecimientos de los demás resultan menos incómodos y molestos pensando que cada quien tiene ya suficiente con sus propios problemas, como para preocuparse de otros. Pero n
o hay duda de que la indiferencia es el peor enemigo de la sensibilidad. La indiferencia es algo que no comprendo, es sinónimo de frialdad, de poca humanidad y tiene un fondo de egoísmo.

La sensibilidad nos hace despertar hacia la realidad, descubriendo todo aquello que afecta en mayor o menor grado al desarrollo personal, familiar y social.
La sensibilidad viene de los sentidos y radica solo en los individuos que confían en sus sentidos, porque los conocen, los entienden y dominan a voluntad todos o alguno de ellos.
Se dice también que la sensibilidad reside principalmente en el arte, pero cualquiera puede llevar consigo esta maravillosa cualidad innata porque solo los humanos se sienten vivos y sienten la vida.

Dicen que soy demasiado sensible, que suelo dramatizar las situaciones con facilidad, que asumo cualquier papel que tengo a mi alrededor, bueno o malo, y las consecuencias en el último caso no suelen ser muy alentadoras, pero cada uno tenemos una forma de ser, un carácter que se va formando según se desarrolla nuestra vida y por supuesto la genética tiene un papel muy importante. Mi madre tenía una sensibilidad a flor de piel, se emocionaba ante una melodía, un recuerdo, o cualquier pequeñez que le hiciera feliz. Mi padre demostraba su sensibilidad en el arte de la pintura. El artista no es solamente el que sueña, como cualquier individuo, sino el que construye sueños. Él imaginaba y transformaba lo imaginario en realidad, desde niño sabía plasmar sus emociones en un lienzo. Y aunque este blog no es un diario, permitidme que publique esta vieja entrada en un paréntesis que ahora tengo en mi vida.



No llora el débil, llora quien lleva mucho tiempo siendo fuerte. Ser sensible no es tener un defecto, te ayuda a ser más comprensivo y a entender a quien de verdad lo necesita, es un sentimiento indomable que está en nuestro corazón y como se sufre, y mucho, solo hay que saber canalizarlo para que no se desborde. 

Si amas la vida, te llenas de paz contemplando una flor, o recibiendo una sonrisa, si eres débil ante las penas, si te compadeces del dolor y el sufrimiento del más insignificante ser vivo, aprende a valorar esa emoción y no te importe llorar.

Las lágrimas van ligadas a la sensibilidad. Dicen que son los espejos del alma y que se puede navegar entre ellas hasta tocar el fondo del corazón más frío. Dicen también que si escucháramos la auténtica melodía del alma, la que guardamos en nuestro interior, encontraríamos fácilmente la senda del buen camino, esa que todos conocemos por felicidad.

Siendo así, a quien le importa ser débil.





17 comentarios:

  1. Yo he sido muy sensible pero tiempo mehizo más dura. Un beso

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  2. Creo que la sensibilidad, aparte del aspecto sensitivo de la piel, es una cualidad, si bien se sufre mucho. Si todo afecta en mayor proporción al estándar, se goza con cualquier cosita, pero, claro, se sufre mucho más, así que no sé si acaba siendo ventaja, deseo pensar que sí

    Un abrazo, y a por una tarde bonita, que nos erice la piel

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  3. Yo soy muy sensible y me emocionan muchas cosas.
    Y siempre seré así.
    Por eso creo que también soy débil.
    Un abrazo bien grande.

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  4. A veces es un castigo.

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  5. Bonita entrada en defensa de la sensibilidad y las personas sensibles. Yo me considero una de ellas, soy muy sensible. Durante mucho tiempo lo consideré una debilidad, pero ahora, con la madurez que me ha dado el paso de los años, ya no es así, y creo que es un buena cualidad.
    Me gustó mucho leerte.
    Un abrazo

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  6. Qué entrada más bonita reivindicando la sensibilidad y a los sensibles. Que conste que ser sensible no es sinónimo de débil, más aún cuando reconoces tu sensiblidad te hace fuerte. Bss

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  7. Quizá no hay que ser sensible todo el tiempo, pero si hay ocasiones en que es inevitable. Creo que las personas sensibles a tiempo total son "buena gente" en ellas se puede confiar. Has hecho un retrato muy hermoso de lo que representa y significa la sensibilidad. Un abrazo

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  8. Cada vez hay menos cada dia todo cambia
    gracias por compartir lo que amas

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  9. La persona sensible es aquella que entiende a la perfección el idioma del corazón.
    Besos.

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  10. No dejaré de ser sensible nunca. No dejaré de sentir felicidad cuando alguien es feliz o de condolerme cuando sufre, ayudar en lo que pueda y buscar poder hacerlo. Siempre hay manera de ayudar al prójimo. Te pido que no dejes de ser sensible = a empática, solidaria, amorosa, generosa.
    Un gran abrazo de color cielo.

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  11. Una entrada que me ha emocionado. Tu sensibilidad brilla en tus palabras. No cambies.

    Un beso grande!

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  12. Interesante tema Air, como todos los que nos regalas. La Sensibilidad nunca es síntoma de debilidad, es innata desde la infancia. La persona sensible vive con más intensidad las Emociones, las Circunstancias cambiantes de la vida le afectan mucho más,pero por experiencia diré que puede captar momentos únicos que otras persona no tienen la suerte de apreciar. La Humanidad, la Ternura y la Empatía son rasgos de estas personas. Una persona no puede elegir serlo o no, pero si es cierto que los Años acaban adiestrando estas Emociones y mantenerlas bajo Control. Un abrazo

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  13. Yo que voy bajando la cuesta de mi caminar por la vida, puedo decirte, y te hablo desde mi experiencia, que en este mundo en el que nos ha tocado vivir, no es bueno ser demasiado sensible.
    Y lo digo porque los actos de los demás que tienen menos sensibilidad y sólo miran para sí, pueden dañar el corazón y te hacen sufrir.
    Con esto que te digo no es que me guste pasar de largo ante el padecimiento o alegrías de los demás, pero es necesario, muchas veces, proteger el corazón de personas que puedan herirte.
    Yo creo que hay que buscar un término medio, que conste que a mí me ha costado muchos años el lograrlo y aún tengo mis dudas de haberlo conseguido.
    ¡Qué difícil es cambiar a las personas!
    Te dejo un fuerte abrazo.
    Kasioles

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