Como siempre atravesé las puertas del cementerio temblando, casi no me sujetaban las piernas y haciendo un esfuerzo por contenerme llegué a la tercera zona con tres ramos de flores para ellos.
Ya sé que no importa la fecha, que da lo mismo abril que julio, pero desde la pandemia y luego mi enfermedad no he podido resistirme, lo que queda allí ya no es nada y aunque sé que mi madre conoce muy bien lo que me ha ocurrido, un día me pidió que no faltara una flor en su lecho, fue una manera de asegurarse mi recuerdo. No se la ocurrió pensar que siempre la llevaría en mi corazón.
Volviendo a Madrid llegué a la conclusión de que nuestra relación con la muerte está siempre en fase de negación: se oculta, no se habla de ella, nos incomoda y preferimos no pensar en el tema... Sin embargo ¡ qué importante es ser conscientes de nuestra propia muerte! Aceptarla, normalizarla, vivirla sin angustia: porque NO SE TRATA DE TEMER A LA MUERTE, SINO DE DISFRUTAR DE LA VIDA.
Tengo un amigo que le gusta fotografiar cementerios, ya veis... lo que unos evitan otros lo convierten en arte.
Enciendo una vela por todos los fieles difuntos.
Es importante tener presente la muerte y a los que se fueron. Un beso
ResponderEliminarYo como paseo todos los días un ratito por uno no le doy mayor importancia. Y sí, también tiro muchas fotos.
ResponderEliminarSalud
Los cementerios son lugares de arte con historia, me gusta y he escrito sobre algunos, en cuanto a la muerte ni le temo ni la llamo, no me preocupa porque no es mi decisión, la muerte de los otros me enoja hasta que la asumo. Un abrazo enorme
ResponderEliminarAmén, el creyente sabe que una vela, una flor es una gota de luz para los que se fueron y mejor es la oración que más a diario debemos pedir por su descanso eterno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre recordaremos a los nuestros que marcharon.
ResponderEliminarLa llegada de la muerte no la temo, la tengo asumida, eso sí, que tarde en venir a por mí.
Pongo una vela junto a la tuya por los ausentes, todos.
Besos.
Totalmente de acuerdo, nuestra sociedad da la espalda a la muerte y así nos luce el pelo.
ResponderEliminarUn abrazo.
A los muertos los tenemos presentes en nuestro día a día, hay mil cosas para honrarlos, recordándoles con cariño y respeto.
ResponderEliminarAbrazos.
Una reflexión interesante sobre cementerios y muerte.
ResponderEliminarHay algo muy cierto, cuantos mas años cumplimos, tenemos la muerte mas cercana, es ley de vida.
Un abrazo.
Airblue, todos hemos sido a los cementerios a llevar flores. Puedo decirte que siento una paz inmensa allí. Los cipreses custodian las tumbas y sus puntas nos indican el cielo. La muerte está en la misma vida, cada día nacemos al amanecer y morimos un poco al atardecer...Pero es realmente importante la fe para aceptarlo todo de forma normal. El alma es pura energía, que se transforma y esa energía de nuestros seres queridos está muy cerca, alentándonos e inspirándonos amiga.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo entrañable por hacernos partícipes de tu experiencia.
La muerte forma parte de la vida... inexorablemente. Conforme pasan los años uno piensa más en ella; a sabiendas, que el jaque mate lo tiene ganado ¿cuándo?. Eso ya no lo sabemos. Lo que sí es cierto es que conforme nos hacemos mayores el futuro es un muro y cada vez somos más pasado. Por eso aprovechemos el presente y si hay que hablar con nuestros muertos hagámoslo que ellos siempre estarán dispuestos a escucharnos...
ResponderEliminarAbrazo
Es tan cierto todo lo que acabo de leer que está fuera la posibilidad de un comentario o matiz sobre el tema. Antes de decidir mi incineración, habría pedido a mis hijos que no depositaran sobre mi tumba flores de plástico. -si tengo la suerte de haber sembrado un buen recuerdo en mis hijos, esa será la recompensa que me aguarda, Un abrazo de paz y amistad.
ResponderEliminarMientras no se les olvide y vivan en nuestro recuerdo, se hable de ellos seguirán cerca de nuestro corazón. La muerte forma parte de la Vida, y el no hablar de ella forma parte de nuestra Cultura, en otras se tocan esos temas con más Naturalidad. Un Abrazo
ResponderEliminarYo no voy a cementerios. Mis padres nos lo prohibieron, pero siempre los tengo presentes en mi día a día. Porque soy ellos, tan exigente y neurótica como mi padre y tan maniática y amorosa como mi madre, soñadora como ambos!!!
ResponderEliminarUna vez fui a visitar las tumbas de todos, tíos, abuelos, sobrino, padres, cuñados, amigos, me cogí una tristeza que me costó horrores erradicar. Nunca más iré. Ni muerta. Yo seré aire.
Besos, preciosa. "No sufras que aquí estoy." Así me decía mi hija de niña cuando me veía llorar, jajaja.
La muerte es nuestro paso por la vida y como tal se debe de aceptar. Yo no le temo, temo más la forma de morir. Realmente todos morimos unas horas para despertar y sabemos que la muerte algún día llegará. Hace algunos años que no visito el cementerio, pero les recuerdo casi todos los días que creo al fin y al cabo es lo esencial. El velón también nunca falta y algunas veces, a lo largo del año, no tiene que ser motivo de algo para ello, lo importante es tenerles presente, no olvidarles y honrarles.
ResponderEliminarRealmente hay fotógrafos que hacen de sus fotos en los cementerios verdaderas obras de arte.
Un fuerte abrazo amiga y feliz resto de semana.
He leído varias veces tu entrada te felicito
ResponderEliminarUna vez más pones una bella entrada que llegan al corazón.
ResponderEliminarNo sé muy bien qué decir ya que es un tema que me da cierto repelús. Es cierto que habrá que vivir la vida, seguir el tópico litereario, ese "carpe diem".
Quizá por poner algo más, pueda dejar por aquí aquella letra de una famosa canción:
"algo se muere en el alma cuando un amigo (familiar...) se va"
Feliz fin de semana.
Estoy de acuerdo contigo Airblue, suelo ir al cementerio a menudo ya que tengo varios familiares, pero lo realmente importante es que llevamos a nuestros seres queridos en el corazón. Cuídate amiga.
ResponderEliminarUn abrazo.