Voz de mi hija

martes, 8 de noviembre de 2011

RECUERDALO SIEMPRE


 Amigos: A veces la vida te hace pasar por situaciones inesperadas que llegan a poner a prueba el valor y la resignación de lo que humanamente somos capaces.  Estaré unos días ausente por motivos de salud. Tengo una amiga que les llama "los hombres de verde"cuando tiene que someterse a una intervención. Ahora me toca a mi ponerme en sus manos con la esperanza de salir airosa de esta visita inesperada. En principio no parece importante , sin embargo en estos momentos  tengo que confesar mi debilidad y entiendo cuanto se aprecia lo que tienes a tu alrededor, el valor tan grande de la salud y la importancia de cuidarla. De momento cuento con la suerte de estar aquí y la confianza de que todo va a salir bien. En estos momentos la fe me acompaña, deseo, necesito que no me deje. Se dice que si se desea mejorar la salud y vivir más años, hay que acostumbrarse a pensar en positivo, pero cuando llega un problema, por pequeño que sea, cuesta, ¡ya lo creo que cuesta!.

Estoy segura que podré seguir construyendo, aunque otros destruyan, sembrando aunque otros pisen la cosecha, dibujaré sonrisas en rostros con lágrimas, transmitiré alivio cuando vea dolor, regalaré motivos de alegría donde solo haya tristeza y levantaré los brazos a los que se han rendido. Porque después de una tormenta, el sol busca siempre la forma de salir y en medio del desierto puede brotar una planta.

Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría
y mariposas que nos brinden su belleza. 

Pero si algún día, amigo, ves que ya no sigo, no sonrío, o callo, acércate y dame un beso, un abrazo o regálame una sonrisa; con eso será suficiente.

 RECUERDALO SIEMPRE.

Mientras, seguirá sonando la música de Elvis.

lunes, 31 de octubre de 2011

CRISANTEMOS




 Noviembre nace entre un cielo de piedra y un suelo cubierto de hojas secas. Seguimos asomados a la ventana del otoño, estación generosa en nieblas, donde todavía quedan algunas flores silvestres, que cada mañana recogen el pálido fulgor de la última estrella. Árboles desnudos y campos lacios en los que apenas aparece la yerba recibiendo apacible el beso de la luna.
Dicen que es un mes melancólico, que ya no hay magia en la naturaleza, la música de los ríos amaina, los pájaros pliegan sus plumas y en los valles solo queda la amarillez de los arbustos. Las noches van cayendo en un profundo sueño, tiñiendo las sombras con un leve vapor de ceniza.

A pesar de todo algo especial tienen los días de Noviembre. El placer de respirar su ambiente húmedo y  la sensación de paz caminando por los parques y las alamedas solitarias. La vista se recrea mirando las hojas caídas amontonadas en el suelo, caducas, doradas, pardas, antes vivas y ahora ... dormidas.

Noviembre, un mes con fama de triste que comienza recordando a los que ya no están con nosotros, el mes que huele a crisantemos amarillos, los cipreses se alzan al cielo y se oye a lo lejos la voz potente de D. Juan Tenorio.

La lluvia hace sus primeras apariciones y favorece al recogimiento compartiendo una taza de café caliente.




Me pregunto por qué decimos que la lluvia entristece, será porque el cielo cambia de color para vestirse con un tenue velo grisáceo, o será porque el sol se esconde entre las nubes y deja un ambiente melancólico...

Hay días de lluvia que nos marcan un ritmo diferente de vida y nos hacen revivir momentos que casi teníamos olvidados. La niñez, por ejemplo. Quién no ha metido los pies en los charcos mojándose los zapatos nuevos, o quién no ha pegado su nariz en los cristales de una ventana, dejando sus huellas en ed vaho, mientras jugaba con las gotitas que van resbalando
por ellos.




En los días de lluvia voy dejando que lleguen esos pensamientos, esa nostalgia, que siempre es bien recibida con los brazos abiertos. Pienso en todas esas cosas que quedaron atrás, ancladas en el recuerdo, y que sé que nunca volverán. Se quedaron grabadas en el fondo de mi corazón, permaneciendo allí inalterables para siempre. Esa nostalgia, la añoranza del recuerdo que nos acompaña siempre, bien sea una imagen, bien un sentimiento, la evocación de ese momento que nos marcó, que nos hizo avanzar o bien nos cambió. La emoción que regresa a nuestra mente, la emoción que simplemente regresa siempre con una dosis de tristeza, la suficiente para que evoquemos aquellos tiempos ya pasados. Las gotas de lluvia traen magia, llevan consigo ese atisbo de pasión, de una melancolía siempre sana.
En las noches de noviembre cuando se despeja la niebla, me gusta mirar las estrellas - porque el fresco cielo de Madrid se cubre de estrellas- y están todas, algunas vestidas de bruma y otras tan encendidas que casi pueden velarte los ojos.
 



Me las imagino muy suaves al tacto, eso sí que sería triste, un cielo sin estrellas. Creo que desde arriba nos miran constantemente y hasta tienen su propia música. La noche abre el piano y comienza la sinfonía del otoño, al fin y al cabo cuentan con la ayuda de grandes como Frédéric Chopin o Ludwig Van Beethoven. Y en cuanto a colores, en noviembre el cielo también se llena de amarillos, naranjas y rojos embriagadores. Velázquez, Murillo y otros genios de la pintura se encargan de ello, los mejores y más grandes artistas. Otros en cambio más humildes y casi desconocidos, como mi padre por ejemplo, él también estará colaborando con su paleta porque era fantástico combinando colores.

Y un amigo mío tiene razón, me estoy" reinventando "en  Noviembre.





viernes, 21 de octubre de 2011

¿ERES SENSIBLE?



La sensibilidad es la capacidad que tenemos los seres humanos para percibir y comprender el estado de ánimo, el modo de ser y de actuar de las personas, así como la naturaleza de las circunstancias y los ambientes, para actuar correctamente en beneficio de los demás. Y ante todo debemos distinguir sensibilidad de sensiblería, esta última siempre es sinónimo de superficialidad, cursilería o debilidad.

Ser sensible implica permanecer en estado de alerta de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, va más allá de un estado de ánimo como reír o llorar, sintiendo pena o alegría por todo.

Ser sensible no es signo de debilidad, no obstante, las personas prefieren aparentar ser duras o insensibles, para no comprometerse e involucrarse en problemas que suponen ajenos a su responsabilidad y competencia. De esta manera, las aflicciones ajenas resultan incómodas y los padecimientos de los demás molestos, pensando que cada quien tiene ya suficiente con sus propios problemas como para preocuparse de los ajenos. Pero n
o hay duda de que la indiferencia es el peor enemigo de la sensibilidad.

La sensibilidad nos hace despertar hacia la realidad, descubriendo todo aquello que afecta en mayor o menor grado al desarrollo personal, familiar y social.
La sensibilidad viene de los sentidos y radica solo en los individuos que confían en sus sentidos, porque los conocen, los entienden y dominan a voluntad, todos o alguno de ellos.
Se dice tanbién que la sensibilidad reside principalmente en el arte: poetas, pintores y cualquiera que lleve consigo esta maravillosa cualidad innata. Yo creo que hay mucha sensibilidad en ellos y en la vida misma, porque solo los humanos se sienten vivos y sienten la vida, y el arte es producto de estos humanos.


Y ahora toca hablar de mí. Dicen que soy demasiado sensible, que magnifico y dramatizo demasiado las cosas y los problemas, por ello sufro las consecuencias, pero cada uno tenemos una forma de ser, un carácter que se va formando según se desarrolla nuestra vida y por supuesto la genética tiene un papel muy importante. Mi madre tenía una sensibilidad a flor de piel, se emocionaba ante una melodía, un recuerdo, o cualquier momento que le hacía feliz. Mi padre demostraba su sensibilidad en el arte de la pintura. El artista no es solamente el que sueña, como cualquier individuo, sino el que construye sueños. Él imaginaba y transformaba lo imaginario en realidad, desde niño sabía plasmar sus emociones en un lienzo.





Soy sensible, sí, porque exprimo todos los sentidos en cada momento, amo la belleza del espíritu, la fragilidad del sentimiento, la mirada transparente y la bondad del pensamiento.

Mi alimento es la debilidad y la fuerza, la soledad y la ternura, la comprensión y el esfuerzo.

Amo la vida, me lleno de paz mirando una flor, o recibiendo una sonrisa. Soy débil ante las penas, a veces demasiado, pero compadecerse del dolor y el sufrimiento es aprender a valorar y a sentir emoción por las cosas más livianas de la existencia.




De nuevo hago alusión a las lágrimas porque van ligadas a la sensibilidad. Dicen que son espejos del alma y que se puede navegar entre ellas hasta tocar el fondo del corazón más frío. Dicen también que si un día escucháramos la armonía de una melodía, la auténtica melodía del alma, la que llevamos guardada en el interior, encontraríamos fácilmente la senda del buen camino, el camino de la felicidad, de la auténtica y verdadera felicidad.
Siendo así, no me importa ser sensible.
Os dejo un poema de Manuel Altolaguirre:

El alma es igual que el aire.
Con la luz se hace invisible,
perdiendo su honda negrura.
Sólo en las profundas noches
son visibles alma y aire.
Sólo en las noches profundas

Oscurece tu alma pura.
 
Déjame que sea tu noche,
que enturbie tu transparencia.
¡Déjame ver tu hermosura!




lunes, 10 de octubre de 2011

EXTRAÑAS SENSACIONES




Hoy he llorado, sí, a veces necesito llorar, el llanto es algo natural, lo mismo que la risa. Lloramos para desahogarnos y al contrario de lo que mucha gente piensa, llorar no es de personas débiles, se puede llorar por infinidad de motivos, rabia, amor, tristeza, alegría ... expresar lo que sientes y mostrar los sentimientos no es de débiles, si no de fuertes, débil es el que esconde lo que siente por miedo o por vergüenza. Hay veces que se llora porque la emoción es tan intensa que no la puedes controlar, eso es llorar de felicidad, cuántas veces lo he experimentado ... las lágrimas de alegría, de emoción, nos aportan la calidez
de un momento o época vividos tan sublimes, que todavía nos hacen vibrar a flor de piel.
Es bueno llorar de felicidad porque:

•Nos acerca a nuestra dimensión más humana y nos hace sentir vivos.
•Nos ancla en el ahora, aunque nos recuerde el pasado pues el llanto sucede aquí y ahora.
•Nos enseña que vale la pena vivir.
•Es una forma peculiar de sonreír.



La risa y el llanto tienen muchas cosas en común, entre ellas, y la más obvia, es que son contagiosos. La risa genera endorfinas, pequeñas proteínas popularmente llamadas de “la felicidad”. Las endorfinas actúan como neurotransmisores aumentando los niveles de células T, (linfocitos T o células T pertenecen al grupo de leucocitos que son conocidos como linfocitos) son los responsables de coordinar la respuesta inmune celular.
Algo similar ocurre con el llanto. Llorar nos hace liberar adrenalina, una hormona que segregamos en situaciones de estrés, y noradrenalina, que actúa como neurotransmisor y tiene un efecto contrario al de la adrenalina. Cuando lloramos, eliminamos estas hormonas, lo que produce una sensación de desahogo y tranquilidad, además de eliminar toxinas.



Pues bien, hoy he llorado . Igual que la rosa despojada de sus pétalos, igual que el árbol que soporta en silencio la carga de sus hojas.

Extrañas sensaciones.

No encuentro el lugar perfecto donde guardar los sentimientos. Camino por calles, subo peldaños, voy soportando los días, las horas y los años, vivo primaveras, otoños e inviernos ... y sigo buscando.

Extrañas mutaciones.

Me gusta escuchar el sonido de la lluvia- viajera de un pasado- mirando embelesada la huella de su paso y las ondas perfectas que el agua va dejando, mientras crea pequeños espejos en forma de charcos.


Busco una manera de cobijar esos sentimientos, un lugar donde pueda llorar sin tapujos. Es difícil convertir un río en mar y es difícil plasmar el aroma de un jardín en mi cuaderno. Por eso prefiero escribir en el corazón que tiene páginas en blanco; es el papel perfecto donde copiar lo que siento, el lugar ideal para alojar las lágrimas, el ardor de los deseos o el color de los sueños.

Extrañas sensaciones.


martes, 27 de septiembre de 2011

EL TREN DE LA VIDA




Me gusta el aire, lo llevo en mi nick, me gusta volar, al fin y al cabo es parte de mi vida, la mitad, para ser exactos, pero desde que era niña me gustan también los trenes. Mis abuelos vivían cerca de una estación y tenía la oportunidad de verlos con frecuencia. La verdad es que me gustaba solo eso, verlos pasar, porque cuando tocaba viajar siempre me mareaba el olor y el traqueteo de las vías, el trasiego de maletas, billetes y la gente corriendo por los andenes me ponía muy nerviosa.



Me gustan los trenes antíguos, aquellas viejas locomotoras de vapor tenían su encanto, el sonido de la campana y del silbato, como en las clásicas películas de la
genial Agatha Christie.







Cuando viajamos en tren qué molestos son esos postes que van pasando rápidamente y que no te dejan ver con claridad el paisaje o al menos la lejana línea del horizonte. Muchas veces se ha comparado la vida con un viaje en tren, hay concretamente un escrito que habla de ello y que seguro conocéis. Para mí esos postes que van pasando tan deprisa son los contratiempos y trabas de la vida, porque llegar al final de nuestro destino sin pasar por barreras, baches y obstáculos es imposible. Hay una canción que dice "gracias a la vida que me ha dado tanto ... ", si, nos da y a la vez nos quita y cómo cuesta aceptar los percances, las pérdidas y cualquier tipo de padecimiento.

Creo que saber encajar los golpes de la vida no significa ser insensible. Se necesita resignación y sobre todo paciencia para poder enfrentarse a ellos.
Tener paciencia, que es decisiva para la propia maduración, con nosotros mismos y tener paciencia con todos (sobre todo con los tenemos más cerca).
Necesitamos armarnos de esta virtud, prepararnos para soportar contratiempos sin caer en la amargura. La paciencia otorga paz y serenidad interior. Hace al hombre capaz de ver la realidad con visión de futuro, sin quedarse enredado en lo inmediato. Le hace mirar por sobreelevación los acontecimientos, que toman así una nueva perspectiva. Son valores que cobran fuerza en nuestro paso por la vida para saber encajar los golpes y para mantener la esperanza y la alegría en medio de las dificultades.

Una vez oí: si tienes un problema y tiene solución ¿de qué te preocupas?

No hay que pensar tanto las cosas y vivir de tus impulsos, arrepentirte solo de las cosas que no haces, ya que si te arrepientes de algo que has hecho es porque has olvidado el motivo por el que lo hiciste, seguro que después de eso has madurado o por lo menos has aprendido algo.

Hay frases que se repiten constantemente:” La vida puede ser muy corta no la malgastes en pensar lo que debes o puedes hacer, simplemente hazlo”.
Es verdad, este viaje puede ser demasiado corto, la vida puede ser corta y qué pocas veces pensamos en ello. Los problemas nos agobian, las preocupaciones ocupan gran parte de nuestro tiempo, pero es que no resulta nada fácil dejar las cosas a un lado. Siempre pienso que TODO es solucionable, reparable, todo, queridos amigos, mientras la salud no falle y aún así, hay que seguir tratando de salir adelante hasta que lleguemos al final del camino, a ese final del trayecto que cada uno tenemos marcado.


Esta entrada está dedicada a todos los que de alguna manera necesitan un apoyo o un estímulo para sobrellevar problemas que afectan al cuerpo y a la mente.




La vida es muy corta para perder el tiempo con gente que no nos quiere.




miércoles, 21 de septiembre de 2011

FELIZ OTOÑO



A las puertas del otoño, estación que me encanta y lo he dicho siempre, un ligero aire de nostalgia viene a mí como ya es habitual. Los finales de verano solo el tiempo y el paso de los años los hace distintos. Nosotros seguimos nuestro trazado camino avanzando poco a poco en el tiempo, los días van pasando a la misma velocidad, aunque a nosotros nos parezca que cada vez son más cortos, el reloj no para de marcar las horas.


Me gusta escribir de noche, el silencio y la tranquilidad me invitan a hacerlo y mientras escribo mi vista me lleva sin querer a la pared que tengo enfrente y ahí está, el dueño y señor del tiempo, colgado sin dejar de balancear su péndulo.

Me hipnotiza, casi me marea si sigo observándole y luego esa frase: "Tempus fugit", me da escalofríos, siempre me ha parecido una frase tétrica y siempre está escrita en el mismo lugar, en lo alto del copete.



Padezco de ansiedad generalizada y los cambios de estación no favorecen nada mi estado de ánimo, me cuesta mucho pensar en positivo sobre todo cuando tengo que soportar mis somatizaciones, pero lo intento ... lo intento, lo sigo intentando, a veces es más fuerte que yo, la mente se vuelve mi enemiga y os aseguro que es de los peores enemigos que conozco.
Cuando llega esta época del año necesito pisar las hojas que caen de los árboles, volver a quitarme los zapatos como cuando era niña y formar una alfombra dorada con ellas. El tener menos horas de sol antes me producía tristeza, ahora no me importa que las noches sean más largas, así tengo más tiempo de disfrutar de ellas. Además me he fijado que la luna está muy despejada - en Madrid también tenemos una bonita luna- la pobre por fin se ha liberado del calor y tiene que sentirse feliz, libre de agobios y hasta parece que danza entre el manto de la noche y el murmullo del agua. Yo la he visto bailar sobre el mar, o al menos me lo ha parecido.

Este blog se abrió por primera vez el 19 de Noviembre del 2006, va a hacer cinco años. Acababa de perder a mi madre enferma de Alzheimer y con ayuda de una amiga me inicié en el ciberespacio.
He buscado un escrito que me parece adecuado para una noche de despedida de verano llena de recuerdos. Una noche en la que me vienen a la memoria infinidad de vivencias muy importantes para mi. Espero que os guste.


"La noche era cálida en la Nave de los Sueños mientras surcaba con una estela de color los cielos del planeta. Desde el infinito, las amarillas luces del cielo iluminaban todo. No había estrellas fugaces, no había deseos que cazar al verlas correr por la bóveda celeste.

Pero de la quietud de la noche sonó una ligera nota musical que rompió su calma.

Después de este tímido sonido, vino otro y otro… y así como las gotas del comienzo de una lluvia, sonó toda una melodía. Parecía que todo estaba dormido, pero la LUNA se despertó en la anaranjada noche urbana para, por un momento, posarse en el marco del firmamento y escuchar aquella música suave.

La LUNA, era especialmente hermosa esa noche. Como una cicatriz blanca en el cielo se elevaba saludando a todo el que deseaba contemplarla, amaneciendo en nocturnidad sobre los mortales durmientes. Sonriendo a todo el que dejó el mundo de los sueños, para poder soñar despierto al son de una dulce melodía.

La LUNA danza esbelta entre velos de nubes. Y la música que baila ralentiza el ritmo de la noche".

Feliz entrada de otoño.



lunes, 12 de septiembre de 2011

MIL COLORES




Colores… algún día descubriré sus secretos.

Los colores están ligados a las emociones. Si tuviera que colorear la tristeza la pintaría de rojo, el invierno, seguro que muchos estaréis pensando que gris, pues no, yo lo veo verde, la noche sería amarilla, quizá por el reflejo de la luna, el luto lo colorearía de blanco, la alegría, todo lo contrario, negra, la tierra rosada y el amor tendría el color del café.

Si tengo que elegir un color, sin duda alguna me quedo con el azul. ¿Nunca os lo había dicho?, ja,ja.
Tiene efecto refrescante y antiséptico. Reduce la frecuencia del pulso y alivia el dolor. El azul baja la fiebre y actúa como nutriente para los nervios. El azul relaciona al hombre con los océanos y el cielo. El azul representa la introspección y la espiritualidad. Las paredes pintadas de azul ejercen al principio un efecto sedante, pero después de un rato tienen también un efecto refrescante. Es un color tranquilizador y se cree que por lo tanto tiene efectos sobre el insomnio, ansiedad, ( que para mi es importante) problemas de garganta, presión arterial alta, cefalea e irritación de la piel.


Un camino para perderme, en azul.
Pisar y oler azul.
Azul quiero pisar, mullido como el algodón o como las efímeras nubes donde habitan seres mágicos e infantiles.
Encontrar a quien enciende las luciérnagas en las noches azules, o al duendecillo que apaga el último lucero, que se queda colgado de la luna en las tardes de primavera.
Azul quiero oler, del mar y del cielo.
Alcanzar la línea donde los dos se unen.
¿A qué olerá mi color azul ?
Quizás a sueños entrevelados bajo un manto de estrellas.




Azul cascada
Azul burbuja
Azul pétalo
Azul sueño
Azul cielo
Azul delfin
Azul mar abierto
Azul distancia
Azul abuelo para abrazarte en el azul sin fin.
P. Villarroel


Mi amiga Safiro de Buenos Aires me escribió una vez este texto tan hermoso:

" Grandiosa es la paleta de colores de la Naturaleza y qué bien la utilizó el Creador...¡Maravilloso Artista! escultor, pintor, poeta...¡Cuánta belleza!...y sólo nos pide a cambio, saber mirar, contemplar, extasiarnos en ella, alimentar nuestro espíritu y vivirla a pleno. Respetarla como se merece es lo que debemos, para que también la vivan los que vienen detrás nuestro."

Y mi amiga Chela, de A Coruña, a quien he tenido el placer de abrazar y conocer personalmente este verano, me dedicó este Haiku en una entrada preciosa en su blog donde no podía faltar el color azul.
"Bajo azul cielo,
navega tu barco azul
sobre el azul mar".
"Mar y cielo, cielo y mar, azul y azul, como sus ojos, como sus sueños".


Gracias de corazón, Safiro y Chela.