Cada dolor nos hace más fuerte, cada traición más inteligente, cada desilusión más hábil y cada experiencia nos da más sabiduría.
El sufrimiento nos fortalece, nos hace crecer. Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca conocerá la felicidad de ser imperfecto.
La desilusión produce tristeza por un deseo ansiado que no se cumple. Es la sensación de pérdida que queda en el corazón como consecuencia de las expectativas rotas. Las decepciones no están destinadas a destruirnos, están destinadas a fortalecernos. La desilusión es la tercera emoción más experimentada por el ser humano, después del amor y el arrepentimiento.
Sobre la experiencia nada nuevo que decir, a más edad mayor experiencia pero no más sabiduría.
Según la R.A.E la experiencia tiene sus raíces en la lengua latina -experientia- y la define como la práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo, o el conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas.
La sabiduría queda definida como el grado más alto del conocimiento, la conducta prudente en la vida o en los negocios y el conocimiento profundo en ciencias, letras o artes. Por tanto no todo experto es sabio. Eso sí, la sabiduría y la humildad muchas veces van unidas.
Los sabios son humildes, y esta humildad les permite seguir creciendo porque están constantemente buscando aprendizaje. Nunca piensan que saben demasiado o lo saben todo, por lo que siempre tienen los ojos bien abiertos para observar, las orejas destapadas para escuchar y la mente activa para pensar y aprender. En cambio, los necios se creen superiores a los demás a pesar de no serlo. Piensan que lo saben todo y, con esta actitud, nunca progresan.
Aunque la frase del principio es conocida, no viene mal reflexionar de vez en cuando, entre otras cosas porque así funciona el amor y así funciona la vida.
Airblue
Cierto, reflexionemos pues... :)
ResponderEliminarBesos y salud
Reflexionemos ahora , que luego ni se sabe... je je, no te asustes, no me refiero al alemán.
EliminarAbrazos azules y salud de oro.
Sobre la traición podemos decir aquello de“disculpa aceptada confianza retirada”, las ilusiones se rompen y se reparan, son nuestras y en nosotros esta la fortaleza de reintentarlo y la experiencia es eso que nunca se completa y todo junto como tú lo planteas es un ejercicio de reflexión porque la humildad nos dice que no sabemos nada más que la mitad de lo que creemos saber. Un abrazo ilusionado
ResponderEliminarEso es, faltaba tu broche. Nunca sabemos lo suficiente. "SÓLO SÉ QUE NO SÉ NADA".
EliminarGRACIAS SIEMPRE.
Magnifica reflexión, didáctica especialmente.
ResponderEliminarTengo problemillas con Bloguer, que espero decidirme a enmendar.
Un abrazo.
Yo también los tengo, por eso tardo en publicar, no sabes lo que me ha costado esta vez.
EliminarAbrazos también para ti.
Aun asī, las desilusiones siguen doliendo. Un beso
ResponderEliminarSusana, a mi me duelen siempre y me cuesta remontar.
EliminarUn abrazo.
Una estupenda reflexión.
ResponderEliminarLa traición duele en el alma. Y las desilusiones dejan el corazón muy afectado.
Y, es cierto, que cuesta mucho superarlo.
Un placer, como siempre, leerte.
Un abrazo grande.
El placer es mío por venir a visitarme y siempre tan amable, he visto que has publicado, voy para tu casa ahora mismo.
EliminarFuerte abrazo
Reflexión profunda, Las traiciones son terribles, provocan gran destrucción y uno tarda en perdonar. Ayuda mucho comprender lo que los motivó a hacerlo. Su carencia. Yo sufrí una traición que derivó en algunas otras. Fue devastador cambió mi vida de un día a otro radicalmente. Pude superarlo. Y resurgir con mayor fuerza y curioso, más noble me hizo. Agradezco a quienes me traicionaron, me eliminaron grandes defectos, como por ejemplo, la vanidad. Fue bueno el resultado.
ResponderEliminarUn abrazo grande y de estrellas.
Las traiciones son inesperadas por eso nos cogen de pleno y sin defensa alguna. Creo que es la emoción más dura y de la que más cuesta salir.
EliminarMe alegro que lo superaras y que el resultado haya sido bueno. Me alegro mucho, de verdad.
Mil estrellas para ti.
Muy correcta la reflexión. Esas roturas, esos destrozos que producen los fracasos, y sobre todo las traiciones, necesitan tiempo para sanar. Claro que se sale más fuerte, siempre que se sobreviva, claro. Los adolescentes, por falta de experiencia, pueden no superar esas heridas, pero en general, enseñan, liman, enriquecen.
ResponderEliminarUn gusto pasar por aquí. Un saludo
La vida y el tiempo son nuestros mejores maestros. Gracias por tu comentario.
EliminarMe pasé por tu casa para darte la bienvenida.
Un abrazo.
Una entrada perfecta y necesaria para ser leída de vez en cuando.
ResponderEliminarEs una especie de recordatorio para esos que creen saberlo todo, y para esos otros que tropiezan una y otra vez y sólo saben quejarse, lástima de que no se den cuenta de que al caer y levantarse, una y otra vez, estamos creciendo, aprendiendo y fortaleciéndonos.
Un texto ideal para realizar una buena reflexión.
Me alegro muchísimo por Manolo, si tienes ocasión, envíale un fuerte abrazo de mi parte.
Cariños para ti también.
Kasioles
Se los daré en cuanto hable con él.
EliminarTus palabras son un regalo siempre.
Gracias.
La traición duele mucho y del amor al odio no hay mas que un paso.
ResponderEliminarAcostumbramos a tropezar varias veces a lo largo de nuestra vida, pero está claro que aprendemos con nuestros errores.
Una reflexión interesante.
Un abrazo.
Es la peor de las emociones, la traición, y cómo cuesta aceptarlo.
EliminarGracias por comentar Matías.
Un abrazo.
Cuesta mucho seguir adelante cuando alguien te traiciona y te llevas la gran desilusión de tu vida, pero naturalmente hay que levantarse y seguir.
ResponderEliminarUn abrazo de Espíritu sin Nombre.
por eso es bueno escribir porque te creas un mundo diferente y se vomita lo que se siente sintiendose mejor despues
ResponderEliminarun abrazo lindo tu texto
Aunque es sabido es bueno recordarlo.
ResponderEliminarPero a veces el dolor nos debilita. Un beso
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