Voz de mi hija

lunes, 27 de marzo de 2023

Mala acción.

 Para nada quisiera competir con nuestro amigo Juan y su "Jardín insostenible", eso es muy arriesgado para una aficionada a las plantas y a las flores como yo. Solo me voy a introducir en el agujero del tiempo para contaros una pequeña anécdota, que siempre viene a mi memoria cuando comienzan los efluvios primaverales. Hay recuerdos buenos y malos y éste no es muy grato precisamente.



Nací un poco lejos de la península, donde saltando un trozo de mar se encuentra un bonito país del noroeste africano, pero crecí, como decían mis abuelos, en una ciudad fría y dura de Castilla. Mi infancia estuvo rodeada de árboles, flores y toda clase de plantas, entre jardines que cada propietario
 cuidaba y a veces hasta competía para ver cual de ellos lucía mejor. Un lujo, ahora me doy cuenta cuando me asomo a la ventana y veo esos bloques de hormigón.

Por estas fechas comenzaba el festival de capullos que pronto abrirían sus pétalos y yo sabía que las margaritas, los lirios del valle y las amapolas eran los primeros en florecer. Pero había algo que me fascinaba, lo esperaba impaciente todos los años porque podía deciros que era el corazón del jardín, al menos su color rojo granate me lo recordaba. Seguro que más de uno conoce las PEONÍAS. Con el frescor y la humedad de la tierra florecían siempre y en pocos días alcanzaban un tamaño asombroso, de pétalos grandes y muy frondosas alegraban ambos lados del porche y aunque no tenían aroma, puedo asegurar que llamaban la atención a los muchos que se asomaban a verlas.

Pero como en todo espectáculo el decorado cambia y la mala actitud del ser humano sale a flor de piel cuando la belleza molesta. Un mal día al despertar, un alma negra hizo mucho daño a mis preciosas flores arrancando de mala manera todos los capullos y deshojando una por una todas las corolas granates y no contento con ello, con perversidad y alevosía extendió los pétalos por todo el porche, por las escaleras, hasta la entrada del jardín. No podía creer lo que estaba viendo. ¿Qué ha pasado y quién tiene el corazón tan frío para tan desagradable hazaña?.

Lloré todo lo que pude de rabia y de impotencia hasta la mañana siguiente que lo primero que hice fue salir al jardín. Miré a mi alrededor y solo se había salvado una ramita, en el suelo se veían algunos pétalos con gotitas. No eran de rocío, no, eran las lágrimas de mis peonías.

Las plantas son seres vivos que no sienten dolor, no tienen sistema nervioso, pero sí son capaces de responder a estímulos negativos. Quien lo hizo tampoco sintió dolor.





martes, 7 de marzo de 2023

Mirando la vida.

Amigos:  

Ahora veo la vida como una gran sala
dentro de un espacio imaginario de luz.
Una mirada a la vida en un momento difícil puede cambiar temores y dudas, sería hermoso verla con los ojos del alma, son como espejos que reflejan los secretos del corazón 
y decorarla con grandes emociones.
La puerta principal el Amor
Las paredes los sentidos.
En las ventanas pájaros y sueños. 
En los sueños el alma del poeta. 
Veo la vida como una gran sala. 
Dentro, amor y tiempo para amar
amigos, familia, compañeros,
canto y poesía pura.


Hay que mirar la vida para extraer la belleza de todo lo que hay en ella. La bondad del inocente, la sensualidad de una piel, la delicadeza de una flor, la sabiduría de un libro, y filtrar como un rayo de luz la belleza de los sentimientos para penetrar como un escáner en las emociones positivas.

Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro. - Albert Einstein -

Si hay fuerza, creo en los milagros, no tengo más remedio que creer después de haber superado un tumor que me cogió de sorpresa en plena pandemia. Aún tengo un largo recorrido que hacer y seguiré en manos de la ciencia y de Dios. A todos los que me habéis ayudado gracias infinitas por vuestro apoyo.

Pd. Ahí están mis ojos con el iris perfecto.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

PROMETIDO

Esta noche colgaré temprano la luna
cerraré mis ojos
y de memoria colocaré las estrellas
para que los poetas naveguen 
en busca de sus musas
la pondré risueña
para que ellos siembren flores 
en los corazones.

Estamparé un lucero en la hamaca de su risa,

un beso de infinito
para que sueñen los enamorados
hoy colgaré la luna en un cielo limpio
que no haya nubes que le estorben
y que los suspiros
la vayan elevando
en hilos de prosas, de versos y de sueños.

Hoy colgare la luna

y la bajaré despacio para pintarla de aurora
la bajaré para ponerla a tus pies.


Cierra los ojos, piensa en todo lo que te hizo sonreír en el año que termina y olvídate de lo demás... Ojalá esas sonrisas se multipliquen por 2023 más.

martes, 20 de diciembre de 2022

A todos los amigos de Manolo.


Para todos los amigos de Manolo:

Unas tristes palabras que no hubiera querido escribir nunca en este blog, que lleva desde el 19 de noviembre de 2006 tratando de entretener, sonreír y lo más importante de hacer la amistad que en aquel momento de mi vida necesitaba. Muchos son los blogueros que por aquí pasaron, muchos otros me olvidaron y algunos he tenido la suerte de poder conocer y abrazar.
Manolo Conde fue uno de ellos, desde que dejó de escribir en su blog  https://marinosinbarco.blogspot.com.es por problemas de salud, os habéis interesado algunos de sus seguidores por él. La Navidad del año 2016, fue la última que nos felicitó a todos.
A partir de ahí estuvimos en contacto telefónico, pero se emocionaba mucho cuando hablábamos y se ponía muy nervioso, por ello seguí informándome de su salud a través de su hijo mayor. Desde aquí le doy las gracias por su amabilidad.
Al mencionar a Manolo se nos marcaba una sonrisa en los labios, recordábamos las anécdotas, historias que compartía con nosotros  con ese gracejo andaluz que le distinguía, era un libro abierto con un grandísimo  corazón que compartía con todos.

Manolo nos ha dejado, le presté un Casa C-2.111 para que volase muy alto, sobrepasando las nubes y allí donde haya aterrizado le pido que vele por todos nosotros.
Sé feliz, amigo, Sevilla y la aviación están llorando y yo te sigo echando de menos. 


Manolo con un año de edad.


El viento me traerá tu recuerdo
cubriéndome de un profundo escalofrío
por una muerte que no entiendo
me pregunto por qué te has ido.
 
Cuando supe de tu viaje
mi corazón quedó detenido
y sentí un dolor tan fuerte
que creí que tu muerte
de Dios fue un descuido.

viernes, 16 de diciembre de 2022

LLUEVE




Escucha como llueve
es el llanto del cielo
sus lágrimas llevan consigo
una sana mezcla de suave recelo.
Llueve, con un aroma inconfundible
huele a plantas y a tierra mojada
hay un sabor a rocío del alba
a manojo de hierba, a pétalos de nácar.
Llueve, en los campos sembrados
en las ramas de los manzanos
entre trigo y olivares
en las viejas piedras de los tejados.

Como si el cielo compartiera mis penas, 
las lágrimas de los ángeles caen en silencio 
detrás de mi ventana, llorando la ausencia, 
mi mirada plena de imágenes distantes
deja el corazón encogido en las venas, 
y la lluvia cae sorda a mis confidencias.



viernes, 9 de diciembre de 2022

Caput Castellae




Tierra dura de Burgos

que en invierno casi se vuelve roca,

y en verano abrasa el pie desnudo.


Por el aire aún resuenan

los ecos de los cascos al cabalgar el Cid

con sus mesnadas camino del desierto.


Tú y yo vamos juntos por el camino,

pero Doña Jimena en mudo llanto

ve alejarse la nube polvorienta

ocultando jinetes y caballos.


Mi desierto eres tú, que vas conmigo,

yo de besos de ayer desarraigado.


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 Tierra fría por fuera pero acogedora y saludable por dentro, tierra dura por su historia y su pasado. Salí de ella hace bastante tiempo y allí dejé una huella imborrable, mi familia, un trozo de alma y un gran abanico de recuerdos.

domingo, 4 de diciembre de 2022

Diciembre loco.

 
 

  Nuevo mes. Diciembre el mes loco, creo que es la palabra justa. Se abre más la puerta del consumismo, la gente tiene que gastar, es casi un vicio y ya se encargan los comercios de ello cada vez adelantando más las próximas fiestas. Tráfico, colas, ruido de bocinas, toses y estornudos sin ninguna precaución. Bufandas enrolladas al cuello y gorros calados hasta las orejas, mientras algunos cuerpos corren a pierna suelta  en pantalón corto y moqueando a las ocho de la mañana. Estamos en el mes loco, bonito sí, pero desmadrado, que cada año se presenta con más prisas y agobios.

Dejadme que borre el vaho de los cristales, que haga figuras con los dedos mientras me asomo a la ventana del recuerdo.
Qué desnudo está el jardín, qué mustios los rosales, las macetas siguen en los peldaños de la escalera con restos de tierra seca, el ciruelo cruje por la humedad, las anillas tienen las cuerdas mojadas y tintinean con el viento, las suyas, las que se colgaron para que hiciera músculo. Todo preparado ya para el invierno, sin embargo no siento tristeza, ni siquiera un ápice, solo una tremenda nostalgia familiar.
Dentro hay un rico olor a castañas asadas, no hay café, tiene que ser un sucedáneo, esos dichosos cereales malteados que dan color y quitan el sabor a la leche que a ninguno nos gustaba.
Arriba huele a pintura al óleo. ¿Que a qué huele el óleo?, a aceite de linaza, un olor penetrante que marea y hay que abrir la ventana a pesar del frío de diciembre. El nuevo cuadro se irá pintando poco a poco, más lento que de costumbre. ¡Vaya mezcla de olores!, abajo huele a gloria, arriba a barniz y aceite.

Aquel diciembre quedó en otro plano, en otro espacio y en otro tiempo. Hay que dejar de idealizar el pasado y centrarse en el presente, en este nuevo diciembre con sus virtudes y defectos, no anulemos el ahora, al fin y al cabo no todo era perfecto en los viejos tiempos.

Feliz mes de la añoranza, desde un punto de vista positivo, dando gracias por los momentos que vivimos y por las personas que tuvimos a nuestro lado.
Gracias a la vida por haberme dejado llegar de nuevo hasta aquí.

Bienvenido diciembre loco.